Escribe Guido Poletti
Todos los políticos y economistas de Juntos por el Cambio siempre hicieron campaña con que se debían “bajar impuestos o derogarlos”. Claro que cualquiera que prestara atención podría detenerse en el detalle de que sus ejemplos siempre eran impuestos a los ricos, como las retenciones o las superganancias de las patronales.
Ahora quedó más claro que nunca. La primera vez que se discute eliminar en concreto el impuesto a las ganancias sobre el salario y reducir así sea parcialmente el IVA sobre los productos de la canasta familiar (más allá de lo electoralista de la medida, recién ahora planteada por Massa y Unión por la Patria), ¿qué hizo Juntos por el Cambio? Se opuso. Aduciendo que eso “desfinancia al Estado”. ¡Cuándo proponen reducir de inmediato las retenciones, favoreciendo a los monopolios exportadores, u otros impuestos a las grandes patronales, eso no importa! Pero basta que haya una mínima medida impositiva que favorece al pueblo trabajador para que la oposición patronal de Juntos por el Cambio demuestre su única clara, la que no puede disimular: ajustadores a mansalva de los sectores populares.
Escribe Mercedes de Mendieta, candidata a diputada nacional por Izquierda Socialista/FIT Unidad
Uno de los temas más sentidos para las familias trabajadores y la juventud precarizada es el problema habitacional. Los alquileres se han vuelto casi inaccesibles y renovar un contrato es una verdadera pesadilla. Son muchas las familias que se trasladan de un hogar a otro porque los propietarios en combinación con las inmobiliarias piden fortunas para la renovación de los contratos, y ni hablar de encontrar en la Ciudad de Buenos Aires un departamento en alquiler. Pero, ¿cómo se explica la falta de oferta de alquileres en una Ciudad dónde se han construido 150.000 viviendas en los últimos años? Es que ahora el negocio está en alquilar en dólares los departamentos para extranjeros o el turismo. Mientras tanto, millones de personas viven en villas dónde también rige la especulación inmobiliaria. Ni hablar del crecimiento de las personas en situación de calle. Es un escenario que se ve cada día más, niñas y niños, familias, jóvenes y personas adultas sin techo. Realmente da mucha bronca.
Con Massa, Milei y Bullrich solo ganan los grandes propietarios y el lobby inmobiliario
Todas las modificaciones a la ley de alquileres que se están discutiendo en el Senado sólo perjudicarán aún más a los diez millones de inquilinos de todo el país. Juntos por el Cambio busca lograr la sanción del dictamen de diputados que reduce de tres a dos años los plazos de los contratos, abre la posibilidad de actualización cada cuatro meses como mínimo y permite que las partes fijen índices de actualización. Hipócritamente el peronismo intenta despegarse de la oposición patronal de Juntos por el Cambio proponiendo mantener los contratos por tres años, pero llevando a actualizar los alquileres cada seis meses, cuando la ausencia de los trece diputados de Unión por la Patria en diputados fueron claves para la media sanción. Peor aún, el ultraderechista Milei, en nombre “de la libertad”, dice que no tiene que haber ninguna ley que regule nada. Considera por ejemplo que un joven precarizado con un sueldo miserable puede negociar “libremente” y en las mismas condiciones con el dueño.
El Frente de izquierda tiene una solución integral al problema habitacional
Solo el FIT Unidad plantea que para resolver el déficit habitacional y terminar con la especulación hay que poner un impuesto progresivo a la vivienda ociosa, para así aumentar la oferta de viviendas y que combinado con precios máximos para los alquileres ayude a las y los inquilinos. Política que debe complementarse con atacar los abusos de las inmobiliarias y con la prohibición de los contratos de alquiler en dólares. Por último, para que el sueño de la casa vuelva a ser una realidad proponemos que haya créditos a tasas accesibles para las y los trabajadores y la juventud y terminar con el déficit habitacional con un plan de 500.000 viviendas populares en todo el país en base al no pago de la deuda externa y el FMI, que además permita otorgar trabajo genuino. Para esto llamamos a fortalecer al Frente de Izquierda y votar la lista encabezada por Myriam Bregman y el resto de candidaturas en todo el país.
Escribe Adolfo Santos
Este martes 26, entró en el octavo día la huelga de hambre que vienen desarrollando tres hermanos del Tercer Malón de la Paz de Jujuy, entre ellos Néstor Jerez, cacique del pueblo Ocloya. La medida extrema, fue adoptada después que las autoridades políticas y de justicia, se niegan a recibirlos para escuchar su reclamo de nulidad, por inconstitucional, de la reforma constitucional represiva y saqueadora promulgada por el gobernador radical Gerardo Morales en Jujuy con la complicidad de los legisladores peronistas.
Los hermanos son parte del campamento que un grupo de comunidades originarias han instalado en Buenos Aires, viviendo en condiciones precarias debido a la prohibición por parte del gobierno de Larreta de instalar carpas. Como era de esperar, las bancadas peronistas, de Juntos por el Cambio y de Milei, les han dado la espalda a estos reclamos.
Sólo el Frente de Izquierda viene apoyando y solidarizándose con esta lucha. Hoy es el único sector con representación en el Congreso que acompaña sin fisuras la lucha del Tercer Malón. Como declaró nuestro compañero Juan Carlos Giordano, diputado nacional del FIT Unidad en su visita a los hermanos que se encadenaron al Congreso: “mientras Massa elogia como ‘mi querido amigo’ a Gerardo Morales, le da la espalda a los pueblos originarios. Una vez más queda demostrada la importancia de tener bancas de izquierda en el Congreso.”
El ajuste que lleva adelante por exigencia del FMI el gobierno peronista de Alberto, Cristina y Sergio Massa ya se torna insoportable. La inflación de agosto fue de dos dígitos y la de septiembre viene igual. Los alimentos y otros artículos de primera necesidad son lo que más sube. Por si todo esto fuera poco, alquilar ya se tornó en una hazaña casi imposible. Salarios, jubilaciones, montos de planes sociales y partidas para salud y educación se esfuman ante el aumento de los precios. Crece la pobreza, la indigencia, la marginación social, y sus consecuencias, la inseguridad.
Sergio Massa y Unión por la Patria piden el voto “contra la derecha”, pero no pueden disimular ser los responsables de este brutal ajuste, ni siquiera cuando anuncian algunas medidas cosméticas como “paliativos” frente a la misma crisis que ellos han generado y agravado cuando, al día siguiente de las elecciones, realizaron una fuerte devaluación para cumplir con el Fondo, desatando el salto inflacionario de este mes.
Mientras tanto, el ultraderechista Milei, envalentonado por haber salido primero en las PASO, nos anticipa un mayor ajuste. Así se lo prometió al FMI (“yo voy a proponer un ajuste más grande que el que plantean ustedes”) y avanza con los anuncios de su plan “motosierra”, en concreto no dejar partida social por recortar ni derecho del pueblo trabajador por eliminar, un programa de guerra contra contra la clase trabajadora, la juventud, las mujeres y disidencias. Su propuesta de dolarización es directamente la pulverización total de salarios y jubilaciones.
Juntos por el Cambio también había salido castigado de las PASO. Es que todavía perdura el recuerdo del desastre que significó el gobierno de Macri para las y los trabajadores. Patricia Bullrich trata de retomar la iniciativa electoral trayendo a un economista para oponerlo mediáticamente a Milei. Así apareció Carlos Melconian, respetado por el establishment financiero y las grandes patronales. Su propuesta es similar a la de Milei, pero con mejores modales. Llamada “bimonetarización”, en concreto es un nuevo ajuste y cumplir con las exigencias del FMI, además de avanzar con la flexibilización laboral y la reforma previsional.
Una conclusión que tenemos que sacar es que, más allá de las diferencias de discursos y modales, y de las barbaridades ultraderechistas de Milei (entregar las Malvinas a los kelpers, negacionismo de los crímenes de la dictadura, cerrar el Conicet, anular el aborto legal), que, dicho sea de paso, sólo la izquierda sale clara y tajantemente a repudiar movilizándose contra ellas, hay algo que une a los tres candidatos. Todos proponen seguir sometidos al FMI y cumplir a rajatabla, ajustando más aún que lo actual, al pueblo trabajador.
Ahora, ante el relanzamiento de las campañas electorales, y ya de cara a las elecciones de octubre, queda más claro que nunca que sólo hay una alternativa que se opone a las tres que enunciamos más arriba. El Frente de Izquierda Unidad es la única lista que repudia el mayor ajuste del Fondo Monetario y le opone un plan económico alternativo, obrero y popular, basado en suspender los pagos de la deuda externa, romper con el FMI, imponer fuertes impuestos a los ricos, nacionalizar la banca y el comercio exterior, con el objetivo de poner todos esos recursos al servicio de resolver las más urgentes necesidades populares, salarios y jubilaciones dignas, trabajo genuino, vivienda para todas y todos, educación y salud públicas de calidad.
Pero no se trata sólo de que tenemos un programa alternativo al de las listas patronales. Además, sólo el FIT Unidad garantiza estar en todas las luchas, apoyándolas incondicionalmente. Así lo estamos planteando para este jueves 14, cuando impulsamos una gran marcha a Plaza de Mayo junto al sindicalismo combativo y otras organizaciones sociales para enfrentar el ajuste y a la vez reclamarle a la CGT y las CTA que rompan su pacto con el gobierno y llamen a un paro y plan de lucha. O como los haremos el próximo 28 de septiembre, donde nos movilizaremos con el movimiento de mujeres en el día latinoamericano por el derecho al aborto, para decirle claramente a los ultraderechistas como Milei que vamos a defender en las calles nuestros derechos.
Por todo esto hay que votar y llamar a votar al Frente de Izquierda Unidad. Con su fórmula presidencial de Myriam Bregman y Nicolás del Caño. Con el “Pollo” Sobrero como candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires y con todas las compañeras y compañeros luchadores que integran las listas a lo largo y ancho del país. Para meter más diputadas y diputados de izquierda, porque cada banca del FIT Unidad está al servicio de las luchas, como se vio hace poco en Jujuy y tantas otras veces. Por eso el 22 de octubre hay que fortalecer al Frente de Izquierda, para estar en mejores condiciones después de las elecciones para enfrentar el mayor ajuste que se viene, gane quien gane de los candidatos patronales. A esa pelea te convocamos.
Escribe José Castillo, candidato a legislador porteño por Izquierda Socialista / FIT Unidad
Desde Unión por la Patria se ha lanzado una campaña planteando que el voto al actual ministro de Economía es la única forma de enfrentar el avance de la derecha. No es así. La candidatura de Massa y el voto al peronismo en estas elecciones no es garantía en absoluto de enfrentar a Milei y Bullrich.
Por supuesto que preocupa el crecimiento de la extrema derecha de Milei, con su plan “motosierra” de quitar todos los derechos al pueblo trabajador, o con su propuesta de dolarización que no se trata de otra cosa que de pulverizar al extremo los salarios, las jubilaciones y cualquier otro ingreso, para que pasemos a ganar “monedas de dólar” por mes. Patricia Bullrich y su economista estrella, Carlos Melconian, no prometen nada mejor: hablan de ajuste, dicen que va a ser “doloroso” (para las y los trabajadores, ya que para ellos seguro que no) y reconocen que promueven reformas laborales y jubilatorias que, sin duda, son recortes de derechos y conquistas de décadas.
Frente a esta realidad, ¿es Sergio Massa la alternativa, como plantean desde Unión por la Patria? Empecemos por el principio. Hay un punto que une profundamente a los tres candidatos patronales, seguir cumpliendo con el ajuste del FMI y los pagos de deuda. El propio Massa lo reconoció en el acto de la semana pasada en Tucumán, una especie de “relanzamiento de campaña”, junto a gobernadores y otros dirigentes: “vamos a pagarle al FMI”. La cuestión es clara, si se va a seguir cumpliendo con el Fondo, entonces toda otra promesa de “redistribución de la riqueza”o “mejora salarial”, es sencillamente mentira, porque no hay dinero para las dos cosas. Los propios medios de comunicación hablan, sin eufemismo, de que en esta elección los tres principales candidatos son “pro mercado”, “pro FMI”. Mal se puede “enfrentar a la derecha”, si lo central del programa de los tres candidatos es el mismo. Un ejemplo de esto fue la devaluación que llevó a cabo el ministro Massa la mañana siguiente de las PASO, por exigencia del Fondo, que desató la feroz inflación que estamos sufriendo desde entonces.
Los que ya hacen guiños a Milei
El peronismo no es ninguna garantía de enfrentamiento a la derecha. La prueba más clara es que ahora mismo, con el simple resultado de las PASO, ya tenemos dirigentes que se acercan al candidato de La Libertad Avanza. El caso más patético es el del burócrata Luis Barrionuevo, que en un lapso muy breve pasó de promover la candidatura de Wado de Pedro a ser un virtual líder sindical de Milei. Otro caso es el de Omar Perotti, el gobernador de Santa Fe, que anunció que en una eventual segunda vuelta el “votaría Milei”. A esto le podemos sumar las reuniones de dirigentes sindicales con el líder de La Libertad Avanza, de la cual la que tuvo más repercusión fue la del burócrata de la construcción Gerardo Martínez, explicándole a Milei las bondades del modelo de la Uocra, donde los trabajadores no tienen indemnización por despidos, sino simplemente una “libreta” donde se depositan unos miserables pesos que es todo lo que recibe el operario una vez que lo dejan sin trabajo. Algo que generalizado haría las delicias de cualquier patronal y es lo que promueve Milei.
¿Qué garantías tenemos de que el peronismo enfrentará las medidas de un futuro gobierno de Milei?
El peronismo insiste en que son “ellos o la derecha”. Sin embargo durante el gobierno de Mauricio Macri, los legisladores peronistas le votaron innumerables leyes a Macri, que no tenía mayoría propia en el Congreso. La burocracia sindical de la CGT dejó pasar el ajuste hasta el extremo que tuvieron el repudio mayoritario de la clase trabajadora (recordar el acto donde se cantaba masivamente “poné la fecha…” reclamando un paro general).
Entonces, la pregunta concreta es: ante un avance de un eventual gobierno de Milei o Bullrich buscando imponer la reforma laboral o jubilatoria, ¿qué hará el peronismo? ¿La burocracia sindical llamará a movilizarse y enfrentarla? ¿Los diputados y senadores peronistas se opondrán en bloque? O, por el contrario, comenzarán los “pases” al nuevo oficialismo. Yendo a otro tópico, si Milei avanza con su planteo de derogar el aborto legal, ¿qué harán los bloques peronistas?
La conclusión a todas estas reflexiones es clara: ni en las políticas de ajuste que ha llevado adelante durante estos cuatro años el gobierno, ni en los planteos de políticas futuras hay nada que nos indique que un gobierno de Massa tomará medidas a favor del pueblo trabajador. Y, en caso de ser derrotado, tampoco hay ninguna garantía, más bien lo contrario, de que los gobernadores, diputados y senadores de Unión por la Patria, ni que hablar los burócratas sindicales, no comiencen inmediatamente a pactar con el nuevo gobierno.
Por eso decimos que la única alternativa es el Frente de Izquierda Unidad. Porque es la única lista que presenta un programa distinto, obrero y popular, que, partiendo de no pagar la deuda y romper con el FMI, plantea cómo resolver las más urgentes necesidades populares. Pero también porque es la única opción que siempre estará enfrentando cualquier política de ajuste o de intento de quitar derechos, vengan de donde vengan.