May 14, 2024 Last Updated 8:28 PM, May 13, 2024

Escribe Mariano Barba

El Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) fue creado en 2008 por Néstor Kirchner para pagar la deuda de los juicios cuando se estatizaron las AFJP, que eran las jubilaciones privadas. Es administrado por la Anses. Su capital asciende a más de 50.000 millones de dólares y está compuesto por activos financieros de diversa índole tales como títulos públicos, acciones de sociedades anónimas, plazos fijos, fondos comunes de inversión, fideicomisos financieros, cédulas hipotecarias, préstamos a provincias, etcétera.

Milei quiere sacarlo de la Anses, que quedaría vaciada, y enviarlo al Tesoro nacional para manejarlo desde la Casa Rosada junto al ministro Luis Caputo, que podría vender las acciones que tienen grandes empresas en el FGS y que ascienden a 13.100 millones de dólares. La maniobra de Milei constituye otro gran robo a los jubilados para pagar al FMI.

Escribe Mariano Barba

Entre finales de febrero y marzo se viene el supertarifazo en los servicios públicos. A la cabeza estará el aumento de las facturas de luz y gas. Pero también aumentarán, con altos porcentajes, el transporte, la telefonía por encima de 30%, las prepagas de salud 27%, y la educación privada con porcentaje dejado a la libre determinación de los dueños de los colegios, como las naftas que ya subieron 109 % en 45 días.

El golpe al bolsillo de las familias viene con el incremento de la luz y el gas. Son, junto con el agua, los servicios imprescindibles. Ya pasaron algunas audiencias que son totalmente truchas porque el porcentaje de aumento ya estaba acordado previamente entre el gobierno y las grandes firmas productoras, transportadoras y distribuidoras. Las empresas están solicitando un incremento que oscila entre 500 y 700%, aduciendo que tienen costos muy elevados. Una verdadera mentira, ya que los valores fijados por Milei para las generadoras de gas les garantiza un precio de 3.98 dólares por millón de BTU (unidad de medida), cuando a nivel internacional está en una tercera parte de ese precio, siendo las mismas empresas las que no invierten en mejorar la calidad del servicio ni en extender las redes para los millones de argentinos que aún no tienen ni luz ni gas por redes.

Los incrementos oscilarán, tanto en luz como en gas, entre 180 y 350% según el nivel de consumo. Un verdadero saqueo que hará crecer la pobreza y el sufrimiento de los trabajadores y los sectores más empobrecidos, que serán los que pagarán la quita de los subsidios y las gigantescas ganancias de las empresas. Solo podemos frenar este robo enfrentando el ajustazo de Milei y peleando por una salida de fondo, que es la reestatización de las empresas de luz y gas, desde la producción hasta la distribución, bajo control de sus trabajadores, técnicos y usuarios.

Escribe José Castillo

Venimos diciendo que el super-ajuste de Milei, un auténtico plan de guerra contra el pueblo trabajador, no pasa sin represión. Por eso hay una íntima unión entre el plan “motosierra” y el protocolo anti-piquete, anti-manifestación y anti-derechos de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich.

Ya desde el primer día del gobierno del ultraderechista Milei, Bullrich se postuló como la que iba a “liberar las calles”, sosteniendo que, a contramano de como sucede en todo el mundo, las protestas de ahora en más sólo podrían realizarse “en la vereda”. Le sumaba a esto toda una serie de amenazas (al que marcha, si tiene algún beneficio social, se le quitaría; los colectivos que se usen para trasladar manifestantes serían confiscados; etcétera).

Bullrich debutó con su protocolo el 20 de diciembre, en la marcha aniversario del Argentinazo. Saturó de policías y gendarmes el centro porteño, las estaciones de trenes y los accesos a la Ciudad de Buenos Aires. Pero no pudo impedir la marcha y el acto en Plaza de Mayo. Más aún, esa misma noche miles de vecinos en los barrios salieron a cacerolear, cortaron las principales esquinas de los barrios y muchos de ellos marcharon al Congreso.

La ministra de Seguridad volvió con su protocolo en el acto de la CGT en Tribunales, el 27 de diciembre. Ese día, montó una provocación con represión y detenidos durante la desconcentración sobre la avenida Corrientes. Luego en enero, aunque lo intentó, no pudo hacer funcionar el protocolo debido a los cientos de miles movilizados en el acto de la CGT en Congreso, el día del paro general.

Pero Patricia Bullrich, volvió con todo su protocolo y acciones represivas durante los días en que se debatió la Ley Ómnibus. Movilizó miles de policías federales, incluyendo cuerpos de guardia de infantería, centenares de gendarmes y hasta escuadrones de Prefectura Naval Argentina. Todos provocando a los manifestantes, reprimiendo lanzando gases pimienta prohibidos por organismos internacionales, balas de goma (lanzadas incluso hacia la cara de los que se manifestaban), gases lacrimógenos. Escuadrones de motos se lanzaban sobre jubilados, vecinos y todo el que osara “pisar la calle”. Cuando esto no sucedía, agredían incluso a los que se manifestaban sobre las veredas o la plaza. También se dieron “cacerías” de manifestantes, que eran arrastrados y detenidos ilegalmente (un caso que tuvo repercusión mediática fue el de militantes radicales detenidas por sentarse en el piso a cantar el himno). Decenas de periodistas denunciaron agresiones, varios de ellos inconfundibles por sus cámaras y micrófonos de los principales medios. El operativo represivo fue tan violento que incluso llegó a agredir a las diputadas y diputados que salieron varias veces a la calle a tratar de evitar que continuara.


Pablo Almeida, delegado del Ministerio de Economía-ATE, Sara Gómez, estudiante de la UNLZ, integra la asamblea barrial de Monte Grande, Esteban Echeverría y Mariana Scayola, secretaria general de Ademys - docentes Caba, integrantes de Izquierda Socialista/FIT Unidad

 


Las “facultades especiales” para reprimir en la ley Ómnibus y los cambios en el Código Penal

Dentro de lo que se aprobó en general de la Ley Ómnibus permanece la delegación de facultades en materia de seguridad. Hay un artículo donde dice expresamente que una reunión de más de 30 personas deberá pedir autorización para realizarse (que podrá ser denegada) y, además, endurece las penas por “desobediencia a la autoridad”, lo que hace que alguien detenido en una movilización puede ser condenado a penas de cárcel con tiempos superiores incluso a los culpable de abuso sexual.

Patricia Bullrich y su currículum represivo

La ministra de Seguridad aplaudió el operativo represivo de estos días, dijo que “de ninguna manera fue desmesurado”, que lo va a continuar todo lo que sea necesario. Más aún, dobló la apuesta, afirmando que”el miedo a un muerto no puede paralizar la acción policial”, dando un guiño y vía libre en esa dirección. No nos extraña: se trata de la misma ministra que, años atrás, ordenó el operativo que terminó con el asesinato de Santiago Maldonado, y luego con el de Rafael Nahuel, ambos a manos de la Gendarmería Nacional.

Denunciamos a Patricia Bullrich y su protocolo represivo, totalmente anti-constitucional. Vamos a seguir movilizándonos, haciendo responsable a la ministra de las consecuencias de los operativos que está llevando adelante. Porque el objetivo de Milei es hacer pasar el ajuste y someter al pueblo trabajador, a palazos si es necesario. No lo vamos a permitir y no lo lograrán.

Millones de trabajadoras y trabajadores pararon el país. Centenares de miles nos movilizamos en las principales ciudades de todas las provincias. La jornada cumplió un gran objetivo: fue una contundente muestra del rechazo obrero y popular al plan de ajuste y represión de Milei y el FMI. Fortaleció a la clase trabajadora y a todas y todos los que venimos enfrentando el Protocolo, el DNU y la Ley Ómnibus de Milei. Centenares de miles nos movilizamos en Plaza Congreso y con actos multitudinarios en otras ciudades como Córdoba, Rosario, Neuquén o Bariloche, por citar sólo algunas. La jornada reflejó la bronca acumulada. Que fue la que obligó a la CGT a convocar al paro general, después del acto de Tribunales a fines de diciembre. El hecho de que se le haya arrancado este paro a la burocracia sindical y que fuera contundente, demuestra que hay condiciones para seguirla, con las distintas luchas y movilizaciones que se den, impulsando asambleas y exigiéndole a la CGT que le dé continuidad con un plan de lucha para derrotar el plan motosierra.

En el acto central, una auténtica marea humana copó Plaza Congreso, la avenida de Mayo hasta la 9 de Julio y las calles aledañas. Hubo importantes columnas de gremios de la CGT y las CTA. Pero también se destacó la presencia de miles y miles de autoconvocados, organizados o no, del ámbito de la cultura, del deporte, de los movimientos de derechos humanos, defensa del ambiente, del movimiento de mujeres y disidencias, asambleas vecinales de CABA y del conurbano. A pesar de que nos encontramos en vacaciones, docentes, investigadores, científicos y estudiantes también dijeron presente. Y gran parte de la plaza estuvo ocupada por la columna independiente que reunió al Plenario del Sindicalismo Combativo (PSC) junto con el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, Unidos por la Cultura, movimientos sociales combativos, la coordinadora ambiental Basta de Falsas Soluciones y los partidos que integramos el Frente de Izquierda, que fuimos a exigir a la CGT la continuidad del paro, con un plan de lucha nacional. Fue importante la columna del Plenario del Sindicalismo Combativo, con los ferroviarios del Sarmiento, Ademys, el Sutna y otros gremios y agrupaciones sindicales opositoras a la burocracia sindical. En el caso de los ferroviarios de la Unión Ferroviaria de Haedo y la Bordó, con el “Pollo” Sobrero a la cabeza, conformaron una impresionante columna de varias cuadras, compuesta por las y los trabajadores del Sarmiento junto con asambleas barriales de la zona Oeste del conurbano que, a partir de un “trenazo” que partió de Moreno, marchó desde la estación Once hacia el acto de Congreso.

El paro tuvo, además, una importante solidaridad internacional de centrales obreras, partidos de izquierda y comunidades en el exterior, que incluso se movilizaron a las puertas de embajadas y consulados argentinos en decenas de ciudades.

El paro y movilización fue una respuesta contundente ante el súper ajuste que está llevando adelante el gobierno ultraderechista de Milei, que está pulverizando salarios, jubilaciones, planes sociales y todo tipo de ingreso popular, permitiendo vía la devaluación y una inflación galopante que miles de millones de dólares pasen de los bolsillos populares a los de los ricos, las grandes empresas, los banqueros y el FMI.

También fue un repudio al DNU y la ley ómnibus, que intentan liquidar de un plumazo más de un siglo de conquistas y derechos sociales, democráticos y de la clase trabajadora. Y que profundiza el saqueo más absoluto a nuestras riquezas y la privatización de todas las empresas públicas del país.

Del mismo modo, las multitudinarias manifestaciones respondieron también al protocolo ultra represivo de Patricia Bullrich: muy rápidamente, en la misma mañana apenas se vio la masividad de las primeras columnas, quedó en la nada el “caminar por la vereda” y las provocaciones montadas por la ministra de Seguridad. La jornada de hoy fue también, sin duda, una victoria contra el protocolo represivo del gobierno.

¿Cómo la seguimos?

El gobierno de Milei, pese al golpe recibido con el paro y la movilización, va a intentar continuar adelante y prepara la sesión en el Congreso para la semana próxima con el objetivo de aprobar la ley ómnibus, el DNU y el Protocolo represivo. Cuenta para ello con el apoyo del PRO, del bloque comandado por Pichetto de Hacemos Coalición Federal y de la UCR (más allá de las “disidencias parciales” que algunos dicen tener con el proyecto oficial) y con el apoyo de gobernadores, entre ellos los peronistas Llaryora de Córdoba o Jaldo de Tucumán que darán los votos de sus diputados.

Desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad somos parte de la oposición más absoluta a la ley ómnibus y al DNU, tanto en el Congreso como en las calles, tal como lo demostramos en el paro y movilización. Decimos, como lo expresó el Plenario del Sindicalismo Combativo, que esta enorme demostración de fuerzas no puede quedar en un hecho aislado, como lamentablemente nos tiene acostumbrados la burocracia de la CGT y las CTA. Al plan motosierra solo podemos pararlo en las calles. Por eso hay que darle continuidad al paro y movilización del 24 con un nuevo paro nacional y un plan de lucha. Y convocar a movilizar el día que se trate la ley en el Congreso para exigir su rechazo.

Pero esto recién empieza, por eso, fortalecidos por esta jornada de lucha, llamamos a impulsar asambleas en los lugares de trabajo, pronunciamientos de cuerpos de delegados y profundizar todas las formas de la protesta social que se vienen dando: asambleas de vecinos, de artistas e intelectuales, del movimiento ambiental, de las mujeres y disidencias, con cacerolazos en los barrios y todas las auto convocatorias que surgen cotidianamente.

El objetivo es derrotar todo el plan de Milei y el FMI. Para esto necesitamos la más amplia unidad de acción. Pero, al mismo tiempo, debemos señalar la responsabilidad del peronismo, que fue quien gobernando nos llevó a este desastre, con sus propios planes de ajuste, entrega y sometimiento al FMI, llevando a que el repudio popular a su gobierno terminara, lamentablemente, en el gobierno del ultraderechista de Milei.

Por eso, decimos, desde Izquierda Socialista/FIT Unidad, que hay otra salida. Que la crisis, debe ser pagada por quienes la provocaron, los ricos, los grandes empresarios y los banqueros. Oponiendo al programa de super ajuste de la ultraderecha de Milei un plan alternativo, obrero y popular, arrancando por un aumento inmediato y de emergencia de salarios y jubilaciones ante la infernal inflación. Planteando dejar de pagar la usuraria deuda externa y romper con el FMI. Defendiendo nuestras riquezas, nuestras empresas públicas, ¡que no se vendan!, así como el Banco Nación no se vende, los trenes no se venden. Al contrario, reestatizando las empresas privatizadas de servicios públicos; como en el gas, la electricidad o el sistema ferroviario (carga y pasajeros); recuperando 100% a YPF y sacándole a las multinacionales la explotación y el saqueo de todos nuestros recursos naturales. También hay que ponerles fuertes impuestos a los grandes empresarios y multinacionales, para así, con todos esos recursos, volcarlos a resolver las más urgentes necesidades populares, de salarios y jubilaciones dignas, trabajo genuino, salud, educación y vivienda para todas y todos. Este programa y la salida que postulamos a la falsa “libertad” del capitalismo explotador que embellece Milei, sólo podrá ser llevado adelante por un gobierno de las y los trabajadores y la izquierda, en el camino a una Argentina socialista.

Declaración de Izquierda Socialista/FIT Unidad
25 de enero 2023

Escribe Nicolás Núñez, dirigente de Izquierda Socialista/FIT Unidad

Es innegable que el primer discurso de Javier Milei como presidente de la Argentina ante el Foro Económico de Davos fue un impacto. Milei no dijo “creo que occidente está en peligro”, como quien introduce una opinión para abrir un debate. Sino que, en cambio, postulándose de mesías salvador afirmó: “está en peligro porque aquellos, que supuestamente deben defender los valores de occidente, se encuentran cooptados por una visión del mundo que – inexorablemente – conduce al socialismo”. Para estupefacción de su auditorio, el “primer presidente libertario de la historia” (así se autodefine) fue a decirle a algunos de los gobiernos patronales más poderosos del planeta que estaban “por errores en su marco teórico o por ambición de poder” capitulando al socialismo internacional. Cosa de la que nadie, absolutamente nadie, estaba al tanto. 

Abordaremos su discurso desde la base de comenzar por sintetizar que, más allá de dislates varios, su esencia es un llamado a los principales burgueses del mundo a unirse para aplastar las luchas de la clase trabajadora y los movimientos de luchas democráticas. Detrás de la definición de rechazar a los movimientos de mujeres y socioambiental, y con ello a los consensos científicos sobre el calentamiento global de paso, y de tratar de hacer pasar por “socialismo” todo tipo de acción estatal, está la convocatoria a generalizar a nivel mundial lo que pretende hacer (y que apostamos a que no lo logrará) en nuestro país: un plan a todo o nada y represión mediante en defensa de las superganancias capitalistas. 

¿Qué es el Foro Davos?

Hace cincuenta años que los empresarios más poderosos del planeta se dan cita junto a sus gobiernos patronales cómplices, para construir un “Foro Económico Mundial” que sirva de tanque ideológico para justificar todos los planes de ajuste y ataques a la clase trabajadora a nivel mundial. Allí por estas horas estuvieron los Rockefeller, Bill Gates, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, Pedro Sánchez, del Estado Español, y representantes de todas las potencias mundiales. 

¿Cuál es el origen de la amenaza que señala Milei? Resulta que en las últimas décadas, el crecimiento de las luchas obreras y populares, y en particular de movimientos como el ambiental, de mujeres y pueblos originarios y las nacionalidades oprimidas, han logrado tanto conquistas como instalar demandas, y los dueños del mundo, incluso desde las cabezas de Estado de algunas de las potencias imperialistas, han tenido que tener un doble discurso frente a ellas como parte de su política para sostener la dominación y la explotación. Entonces, por ejemplo, las Naciones Unidas aprobaron una “Agenda 2030 para el desarrollo sostenible” con algunos objetivos a los que se comprometen los gobiernos patronales en abstracto en el combate a la desigualdad, la pobreza y el cambio climático que hacen que derechistas extremos como Milei se alteren, dado que podrían representar algún tipo de intervención por sobre la búsqueda de ganancias de las grandes empresas. 

El autoproclamado “salvador” Javier, entonces, viajó a Davos para exigirle al Foro que no se desvíe por una agenda que, supuestamente preocupándose por algunos derechos de las mujeres y el cambio climático, le abriría las puertas al socialismo. Pero también fue más allá: “no se dejen amedrentar”, le dijo a los empresarios más poderosos del mundo de los cuales dijo que nuestro país iba a ser un aliado. “Que las grandes multinacionales del mundo hagan y deshagan lo que quieran”, eso que ya vimos cómo se expresa en el DNU y la Ley Ómnibus en nuestro país, esa es la máxima libertad por la que pelea el “libertarianismo” de Milei. 

¿Pero están amedrentados los participantes de Davos? Pareciera que no, y que de hecho ni la pandemia los conmovió. Un estudio de la ONG, Oxfam, dedicada a la investigación sobre desigualdad en el mundo, que fue publicado al comienzo del Foro señaló que la riqueza de los cinco hombres más ricos del mundo se duplicó desde 2020 a la fecha, mientras al mismo tiempo se achicaba la del 60% más pobre del mundo (5 mil millones de personas). De hecho, las 148 empresas más grandes del mundo tuvieron beneficios récord en los doce meses previos a junio de 2023, que representaron un 52% más que lo que habían ganando entre 2018 y esa fecha. A su vez, en el mundo supuestamente amenazado por los “estados” y el “socialismo, el valor de mercado de las diez empresas más grandes del planeta supera la suma del Producto Bruto Interno de todos los países de África y América Latina combinados. Como veremos, la amenaza, no del “mundo occidental”, sino del conjunto de la humanidad y el planeta entero, no es el socialismo que hoy no existe, sino el capitalismo que nos está atacando.

¿El mundo nunca estuvo mejor?

Hay que decir que la capacidad de inventar cifras del presidente es sorprendente. Comencemos porque Milei dijo sin sonrojarse tener certeza de cuál era el PBI per cápita (la totalidad del valor agregado generado en la economía dividido por su cantidad de habitantes, generalmente medido en torno al año de actividad) del mundo en el año cero, y que dicho monto habría estado relativamente estable hasta el 1800. Dado que no tenemos forma de saber cómo hizo para compatibilizar el sistema de contaduría del Imperio Romano con el de los pueblos originarios y tribus de América y África, y la dinastía china de hace dos milenios, optamos por pensar simplemente que utiliza el método clásico de revolear números para mentir simulando estar diciendo algo inteligente. 

Si de lo que se trata es de plantear que en el siglo XIX con el auge del capitalismo la humanidad desarrolló sus fuerzas productivas (la vinculación entre lo que produce la humanidad y la naturaleza a través de la técnica) como nunca antes lo había hecho en su historia, eso es algo que hasta está escrito en el “Manifiesto Comunista” por Marx y Engels sin tener que andar ni inventando estadísticas, ni embelleciendo un sistema de explotación. El tema es que el capitalismo demostró que se podía producir más riqueza y que al mismo tiempo crezca la miseria. 

Luego Milei volvió con la reiterada mentira de que Argentina entró al siglo XX siendo el país más rico del mundo, cosa que no resiste análisis alguno, y que en todo caso, la relativa opulencia de la oligarquía terrateniente no debería ocultar que inmensas porciones de la población trabajadora rondaban la desnutrición, tal como lo demostró el informe de Bialet Massé sobre “El estado de las clases obreras en el interior de la república” de 1904. Milei relata una farsa para decir que como Argentina habría tomado desde todo el siglo XX el camino del “colectivismo”, nos habríamos alejado de la riqueza que sí se expandió (para él) en la mayor parte del mundo. 

Porque resulta que según el presidente argentino: “el mundo de hoy es más libre, más rico, más pacifico y más próspero que en cualquier otro momento de nuestra historia”. Vamos por partes.

Ya dijimos que esto de andar comparando épocas históricas con niveles completamente distintos tanto de desarrollo de las fuerzas productivas como de las demandas sociales, resulta un ejercicio un tanto anacrónico. Pero, al margen de eso, en las horas previas a este discurso donde Milei habla de “paz”, el Estado genocida de Israel estaba bombardeando el barrio del Hospital Nasser, lás ultimas salas de urgencia operativas abordando las centenas de víctimas gazatíes diarias de los bombardeos y disparos del ejército de ocupación. Mientras no tan lejos de Davos, Suiza, Ucrania continúa resistiendo la invasión de Putín. Y tanta confianza en este espíritu pacifista del capitalismo no debe haber, porque los propios gobiernos imperialistas centrales están aumentando año a año sus presupuestos en armamento. 

Por otro lado, la dichosa “riqueza” ya vimos cómo está distribuída. Retomemos un dato más del informe de Oxfam: de 2019 a la fecha, 4.800 mil millones de personas se han empobrecido, mientras que los poseedores de un patrimonio de más de mil millones de dólares, han aumentado un 34% su riqueza, triplicando el nivel de la inflación mundial. ¿Te imaginás que tu salario triplique la inflación? Bueno, no. Bajo este sistema, eso solo le pasa a los tipos que Milei quiere “proteger del socialismo”. 

Si se trata de hablar de “libertad”, hoy buena parte de la población mundial vive bajo regímenes que ni siquiera se condicen con las consideraciones de la libertades democráticos burguesas que Milei dice defender: tenemos monarquías petroleras; dictaduras capitalistas vestidas de rojo como la China; regímenes semi-dictatoriales con persecusión total a la oposición por doquier; o, por todo el mundo tenemos gobiernos patronales títeres o muy débiles, manejados por las potencias imperialistas y las multinacionales, sin soberanía y por ende sin verdadera libertad política. Y digamos al pasar, que el libertario quiere prohibir las protestas y clausurar el congreso en su país.

“Prosperidad”, dice Milei aventurando que si al capitalismo se lo dejara “libre”, “bienaventurado” sería el futuro. De nuevo, la realidad: el 1% más rico del mundo posee el 43% de los activos financieros globales, y es responsable de emisiones de gases de efecto invernadero equivalente a las que generan los dos tercios más pobres de la humanidad. Esas emisiones de gases de efecto invernadero (hay un consenso científico abrumador al respecto) están amenazando la habitabilidad del planeta entero fruto del calentamiento global. Ya se cuentan por cientas de millones las personas que han tenido que abandonar su lugar de vida debido a los efectos del aumento de la temperatura, y eso irá en aumento. No hay prosperidad alguna en un planeta muerto.

De la amenaza a la esperanza del Socialismo

Retomando lo recién señalado: la concentración de la riqueza, el aumento de la desigualdad, del hambre, de que sean cada vez más quienes no llegan a fin de mes, el crecimiento de los conflictos bélicos, y la destrucción de los ecosistemas y la habitabilidad del planeta, todo eso va de la mano del sistema mundial capitalista de explotación hoy vigente que Milei quiere proteger a cómo dé lugar. Por eso, hay una pizca de verdad en su preocupación. Porque, efectivamente, para combatir al cambio climático hay que combatir al capitalismo, para erradicar con toda forma de opresión hay que combatir al capitalismo, y para terminar con la explotación y desigualdad social hay que combatir al capitalismo. Pero eso no lo va a hacer ninguna “Agenda 2030”, ni mucho menos el “Foro de Davos”. Sino que a esa tarea peleamos desde el socialismo revolucionario, al calor de las luchas obreras y populares de millones, que en nuestro país y el mundo rechazan los planes de ajuste y las políticas de los gobiernos capitalistas. 

En este marco, resulta clave la pelea política por explicar la manipulación que realiza Milei tratando de ensuciar al socialismo por los problemas que tenemos, cuando el socialismo es un sistema que aún nunca existió. Ha habido revoluciones, y países donde se le logró temporalmente arrancar los medios de producción a la clase capitalista, pero el socialismo sólo puede existir a escala mundial después de acabar con el poder de las multinacionales y la burguesía en su conjunto. Desde la Revolución Rusa hasta acá, llevamos más de un siglo en el que las y los trabajadores dieron peleas monumentales contra el poder político de la burguesía, pero hasta el momento sin lograr triunfar. Es el capitalismo el que tiene que hacerse cargo de las aberraciones del presente. 

Milei recopila todas las mentiras que se han escrito sobre las experiencias revolucionarias del siglo pasado y trata de mancharlas todas detrás de los crímenes del stalinismo, o más recientemente con las experiencias de Hugo Chávez y Nicolás Maduro Venezuela o de Daniel Ortega en Nicaragua. Cuando en realidad ha sido desde la propia izquierda revolucionaria, y la corriente trotskista en particular (que también fue perseguida y el propio Trotsky asesinado por el stalinismo) que se dio y se sigue dando una tremenda batalla política contra esos aparatos burocráticos y pro-capitalistas. Pero, además de eso, Milei oculta que fue únicamente gracias a haber atentado contra el capitalismo, y expropiado a la burguesía, que países extremadamente pobres, con escaso desarrollo tecnológico y productivo, famélicos y de población con un alto nivel de analfabetismo, pudieron sacarse de encima al imperialismo y garantizar un mejor nivel de vida a su población. 

Pensemos en Rusia (luego del logro de ganar la guerra civil e incluso tras la muerte de Lenin y la expulsión de Trotsky), China o Cuba por ejemplo. En todos esos países, quedó planteada, y sin resolver, la tarea de terminar con la casta burocrática stalinista, maoísta, castrista, y los regímenes de partido único que oprimieron a las y los trabajadores y vehiculizaron que termine regresando el capitalismo y se pierdan los avances obtenidos.

Por todo esto, y en definitiva, es que hoy seguimos desde Izquierda Socialista/FIT Unidad, peleando en todo el mundo por gobiernos de las y los trabajadores que vayan avanzando hacia el socialismo con plena democracia para el pueblo trabajador, planificando democráticamente la economía, tomando en su control los principales medios de producción, rompiendo con los organismos de endeudamiento permanente que nos saquean, y terminando con el poder de todas las multinacionales que se codean en Davos, para poder tener las herramientas necesarias para garantizar que toda la riqueza que se genere esté al servicio del desarrollo de la humanidad, para que realmente haya paz entre los pueblos, y para que exista un futuro de verdadera libertad que valga la pena ser vivido.

Esa pelea empieza en nuestro país hoy por impulsar con todo la movilización contra el Plan Motosierra, el DNU, la Ley Ómnibus y el Protocolo de prohibición de la protesta. Le arrancamos un paro a la CGT y ahora tenemos que pelear por la continuidad del plan de lucha hasta que caigan todas las reformas reaccionarias. Impulsando la máxima unidad entre las y los que luchan desde sus lugares de trabajo, la cultura, el movimiento de mujeres y disidencias, el movimiento ambiental, de derechos humanos, de la educación y la ciencia, podemos frenar a este gobierno. Y de esa manera, además, demostrar que, al revés de lo que señala Milei, Argentina no va a ser ningún país aliado de los empresarios de Davos, sino por el contrario, un país solidario con las luchas que en todo el mundo los enfrentan.   

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