Escribe Juan Carlos Giordano, Diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad
10/6/22
¿Qué se puede esperar de una cumbre con el presidente del imperialismo norteamericano Joe Biden? Nada bueno. Estados Unidos es el símbolo de un capitalismo-imperialista en decadencia que sigue sembrando hambre y miseria en el mundo, con más desigualdad social y destrucción ambiental, mientras los ricos son cada vez más ricos. Parece un chiste escuchar a Biden hablar de “cooperación, democracia, políticas migratorias, feminismo y defensa del ambiente”. Estados Unidos estuvo detrás de todos los golpes de Estado latinoamericanos; de invasiones criminales como en Afganistán e Irak; mantiene el bloqueo criminal a Cuba y es el que maneja el Fondo Monetario Internacional. Excluyó a Venezuela, Cuba y Nicaragua y en simultáneo prepara una visita con la monarquía dictatorial de Arabia Saudita y financia al estado genocida de Israel contra el pueblo palestino.
Ahora, del otro lado, ¿qué plantean los gobiernos latinoamericanos mal llamados “progresistas”? La nota de la cumbre fue la no participación de algunos presidentes encabezados por López Obrador de México. Pero han enviado a sus cancilleres y representantes. López Obrador no fue pero se va a reunir el mes próximo con Biden en Washington. No hay ninguna ruptura con la Cumbre por parte de esos gobiernos. Son parte de sus consabidos dobles discursos. Como dijo un periodista: “son intentos de jugar con audiencias nacionales que a menudo son escépticas con respecto a Estados Unidos”.
Alberto Fernández habló como titular de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños). Algunos decían que llevaba la voz de Latinoamérica, con un discurso “duro”. Nada de eso pasó. “Más allá de las palabras la relación con Estados Unidos es excelente”, dijo el embajador argentino en Estados Unidos, Jorge Arguello.
El gobierno peronista del Frente de Todos es el que acaba de firmar un pacto de coloniaje con el FMI, que está trayendo más ajuste, pobreza, saqueo, sometimiento y dependencia. Alberto Fernández aprovechó la cumbre para facilitarle los negocios capitalistas al primer ministro de Canadá, país de la saqueadora minera Barrick Gold, mientras habla de “defensa del ambiente y transición ecológica”. También se reunirá con el Ceo de la multinacional General Motors, Microsoft, Google, y otros. Maduro, por su parte, está negociando con Estados Unidos la venta de petróleo para la Unión Europea y ha encarado un nuevo plan de privatizaciones de empresas estratégicas. Maduro fue quien le propuso a Alberto Fernández que convoque a la Celac -donde no está Estados Unidos- pero que sí o sí invite a Biden. Fernández lo hizo y el presidente yanqui agradeció: “Espero ansioso la invitación”. Por otro lado, los gobiernos excluidos de esta cumbre cuestionan las “políticas intervencionistas” norteamericanas pero apoyan la criminal invasión de Putin sobre Ucrania.
Hay que romper con el FMI y los lazos que nos atan al imperialismo
¿Los gobiernos mal llamados progresistas que han hecho críticas formales a la cumbre tienen un planteo de fondo para terminar con el hambre y la pobreza? Claro que no. Nunca lo hicieron. Fernández llamó a "trabajar unidos" con el jefe norteamericano. Una clara sumisión. Unidad que significa ganancias imperialistas para el Norte, y saqueo de nuestros países y recursos para el Sur.
Ya vinieron y vienen gobernando con planes de ajuste, salvando las ganancias capitalistas. Pasa con las largas décadas de gobierno chavista en Venezuela, pasó con los largos años de Lula en Brasil, Bolivia o los 12 años de gobierno peronista kirchnerista y sus dos actuales en Argentina. Son gobiernos que pagan las deudas externas y dejan que las multinacionales y bancos se sigan llevando nuestras riquezas, recursos naturales y bienes comunes. Alertamos sobre las falsas ilusiones que se tejen con la vuelta de Lula a Brasil, Petro en Colombia o como se dijo con Boric en Chile. Las nuevas experiencias de gobiernos como el peronismo en Argentina o Pedro Castillo en Perú indican que mientras hablan “contra la derecha” es para aplicar un ajuste, manteniendo los pilares de un capitalismo semicolonial atado a las multinacionales y bancos imperialistas.
Si no se toman medidas de fondo para enfrentar al imperialismo y al capitalismo no hay solución. El Unasur o el Alba nunca fueron salidas. Hace falta romper los lazos que nos someten al imperialismo y al FMI dejando de pagar las deudas externas usureras y fraudulentas. Hace falta un Frente de Países Latinoamericanos para dejar de pagar. Hay que expulsar a las multinacionales. Hay que nacionalizar la banca y el comercio exterior y reestatizar todas las empresas estratégicas privatizadas. Todo esto en camino de una segunda independencia, que se logrará definitivamente con un gobierno de las y los trabajadores y una Argentina Socialista. Tareas que abarcan a todo nuestro continente. Esto no se resolverá con gobiernos falsamente progresistas o “nacionales y populares”. Se logrará con una salida obrera y socialista como sostenemos desde Izquierda Socialista y el FIT Unidad. Las tibias críticas como se hacen de costumbre en todas estas costumbres proferidas en por parte de algunos gobiernos latinoamericanos y los llamados a trabajar en común con el imperialismo yanqui, confirman lo que estamos señalando.