Foto de portada: Desde Villa Ramallo vinieron al hospital. José María Azorín (trabajador rural) y Luana Campos junto a su bebé Samira.
Escribe Atilio Salusso
“Salió redondo”, dijo la jefa de Neonatología del primer centro de salud público que, sin apoyo del sector privado, realizó esta cirugía. Profesionales intachables, que el gobierno de Javier Milei ataca mientras les paga salarios miserables.
En la semana 27 de embarazo, lograron corregir una malformación en la columna vertebral: espina bífida, un defecto congénito en el que los huesos de la columna no se cierran del todo y dejan expuesta la médula espinal y las meninges. La beba nació saludable y deberá seguir en tratamiento hasta los 18 años.
Desde 2015 este tipo de intervención solo se hacía en el sector privado, donde la cirugía cuesta unos 15 millones de pesos, y con la internación, el monto total asciende a cerca de 50 millones. En cambio, el Hospital Garrahan la realiza de forma gratuita para pacientes sin cobertura médica.
José María Azorín, padre de la beba expresó: “Estamos eternamente agradecidos, a cualquiera que pase por lo mismo, le digo que no lo dude, que se acerque al Garrahan. Es un hospital público, nos ayudaron, nos contuvieron y salvaron a nuestra hija”.
“Lo que tiene el Garrahan es que siempre responde. Nunca deja a un paciente tirado, más allá del momento crítico en el que estamos. Jamás se dejó de atender a nadie y se garantiza la atención médica en todo momento, con esta cirugía se achica la brecha entre pacientes que sí tienen dinero y cobertura con las que no”, relató con orgullo la ginecóloga Analizia Astudillo (Página/12, 18/06). El equipo que llevó adelante la intervención estuvo integrado por cirujanos, neurocirujanos, obstetras, anestesistas, instrumentadoras y enfermeras. Un orgullo nacional e internacional, y una razón más (por si faltara alguna) para seguir apoyando la lucha de las y los profesionales y trabajadores del Garrahan.