Escribe Nicolás Núñez, referente de Ambiente en Lucha (Izquierda Socialista e independientes)
“Más de 220 personas han perdido su vida en mi país. Por ellas estoy aquí. El cambio climático mata”, así introdujo el martes 12 noviembre su presentación en la Conferencia sobre cambio climático de la ONU (COP29) el presidente del Estado Español, Pedro Sánchez. En efecto, las inundaciones y destrozos provocados por la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) de los últimos días de octubre, tuvieron ese enorme saldo de muertes. Pero se trata de una catástrofe que lejos está de ser un “fenómeno natural”. Veamos.
En primer lugar, por los motores del evento extremo. La DANA es un fenómeno meteorológico que tiene una cierta regularidad a la salida del verano y llegada del otoño en la zona mediterránea, y que estalla con el choque de corrientes aire frío (corriente “en chorro” del frente polar o “Jet Stream”) con otras marítimas más cálidas. Pero la violencia del episodio de 2024 ha superado con creces los antecedentes de 1957 (desborde del río Turia) y 1982 (“pantanada de Tous”). Fruto del calentamiento global, y en particular de las elevadas temperaturas del Mediterráneo, las DANA han pasado a ser un 15% más húmedas que en el pasado, y eso se traduce en el volumen de las precipitaciones que desbordaron toda la infraestructura de la región.
Al caos climático generado por la destrucción ambiental del capitalismo a nivel global, hay que sumarle las definiciones políticas de los gobiernos patronales de todos los signos políticos. Por un lado las de largo aliento: la zona de Valencia llevaba veinte años sin que se realicen obras hidráulicas para hacer frente a la nueva realidad. A lo que se agregan políticas masivas de deforestación y de construcción de viviendas en zonas inundables. Y por otro, las criminales decisiones del gobierno derechista del Partido Popular, que conformó gobierno con la ultraderecha negacionista de VOX y al mejor estilo Milei había cerrado la unidad que hacía frente a emergencias de este calibre. A lo que se sumó que pese a contar con las debidas advertencias de todo el sistema meteorológico, el gobierno de Carlos Mazon, se negó a frenar la actividad laboral o si quiera suspender las clases. La inmensa mayoría de los fallecidos son trabajadoras y trabajadores que estaban en o huían de sus lugares de trabajo.
El sábado 9 una enorme movilización de la que participaron nuestros compañeros de Lucha Internacionalista (UIT-CI) exigió la dimisión de Mazón y los recursos económicos y materiales que el gobierno de Pedro Sánchez viene demorando. Lamentablemente, en estas horas el servicio meteorológico advierte la posibilidad de una nueva DANA en la región. La catástrofe de Valencia nos muestra a dónde nos lleva la acumulación de ganancias del capitalismo y lo peligroso que es tener gobiernos negacionistas del cambio climático.
Escribe Nicolás Núñez, referente de Ambiente en Lucha (Izquierda Socialista e independientes)
Imaginate que mirás el pronóstico antes de salir de tu casa para ir a laburar, y todos los canales dicen que te va a tocar apenas una garúa. Pero a la hora, cuando ya estás por bajar del tren, se transformó en el granizo más potente que viste en tu vida. Bueno, ahora pensá eso, pero con un huracán. Algo así pasó con “Miltón”, que azotó en los últimos días las costas de Estados Unidos provocando todo tipo de destrozos. En unas pocas horas, uno de los servicios meteorológicos mejor pertrechados del mundo pasó de registrar a Miltón como un fenómeno mar adentro de la escala más leve (1), para que en cuestión de minutos los mapas de intensidad se pintaran de rojo, escalando a nivel 5 (el máximo posible).
Múltiples ciudades fueron evacuadas frente a un nuevo fenómeno de una temporada de huracanes (aproximadamente entre junio y noviembre) que fue antecedido por “Helene”, otro huracán que causó más de doscientas muertes y decenas de miles de desplazados. Los científicos señalan que se espera contabilizar este año una cantidad de eventos de este tipo un 60% mayor que el promedio de los últimos treinta años. La World Weather Attribution, organismo dedicado al estudio de la incidencia del calentamiento global sobre los fenómenos extremos señala que se ha multiplicado por 2,5 la posibilidad de que registren huracanes de la violencia registrada por Milton, siendo que uno de sus principales motores es la temperatura de los océanos, que se ubicó en estos meses 2º por encima de la media de las décadas precedentes. La destrucción ambiental del capitalismo está transformando al Atlántico en una máquina de catástrofes constantes.
Mientras todo esto pasaba, se conoció un dato que también es todo un signo de época. Una de las principales petroleras del mundo, “Beyond Petroleum”, la ex “British Petroleum” cuyo nuevo nombre podría traducirse marketineramente como “Más allá del petróleo”, resolvió que en realidad tan lejos no quería ir, y desestimó su compromiso previo de reducir la producción de petróleo para 2030. Anunciaron, en cambio, profundizar su inversión off shore en México, y también en medio oriente. Más particularmente, son parte de quienes están detrás de los combustibles fósiles que se encuentran frente a las plazas de la bombardeada Gaza.
El capitalismo imperialista sólo nos depara más eventos climáticos extremos, guerras y hambre. Otra vez, toca decir frente a los negacionistas, y a quienes quieren hacer plata con la “transición energética”, que la única alternativa es socialismo o catástrofe.
Escribe Noelia Agüero, legisladora electa por Córdoba Izquierda Socialsta/FIT Unidad
A dos semanas del inicio de los devastadores incendios en las sierras de Córdoba todavía quedan focos activos y el estado del clima no es alentador. Las consecuencias son dramáticas, cuarenta y cuatro viviendas quemadas, cientos de animales muertos y alrededor de 50 mil hectáreas arrasadas por el fuego. ¿Por qué hay tantos incendios?
El peronismo gobierna Córdoba desde hace veinticinco años; en ese lapso se han quemado más de un millón de hectáreas y casi otras 80.000 en lo que va de 2024. Los especialistas aseguran que solo queda entre un 3 y un 5% de bosque nativo.
En un 95% estos incendios son intencionales y al servicio de la destrucción del bosque para luego cambiar el uso del suelo permitiendo la ampliación de la frontera agrícola y el negocio inmobiliario.
El gobernador Martín Llaryora lo niega, porque “la Ley de Bosques impide cambiar el uso del suelo”. Pero han sido su gobierno y los anteriores los encargados de violar sistemáticamente esa legislación. ¿O cómo explica la aparición de barrios cerrados sobre zonas rojas incendiadas en Candonga, La Calera, Falda del Carmen, Falda del Cañete, entre otras? Organizaciones de Punilla denuncian que zonas incendiadas coinciden con parte de la traza de la Autovía Bioceánica de la Ruta 38 diseñada para el saqueo de nuestros bienes comunes.
Achican el monte nativo y el presupuesto para ambiente
Llaryora, aliado de Milei, un declarado negacionista del cambio climático, se muestra preocupado y pide endurecer las penas a los responsables de los incendios. Ellos serían los primeros, porque lo que hoy sucede es consecuencia de la reducción del presupuesto ambiental. El Plan de Manejo del Fuego sufrió un recorte del 40%. La Ley Bases eliminó el fideicomiso del Fondo Nacional de Manejo del Fuego con el voto de los legisladores del peronismo cordobés.
Llaryora también aplica este ajuste en la provincia, porque al Ministerio de Ambiente le corresponden 9.404.385.000 pesos y utilizó menos de la mitad, a pesar de que vemos a vecinos, brigadistas y bomberos voluntarios extenuados, combatiendo las llamas con recursos insuficientes. Claramente defiende los intereses de los grupos económicos que están detrás de los incendios. Por eso coincide con el plan extractivista de Milei y el plan de saqueo del RIGI que quiere aprobar en la legislatura cordobesa.
En estos días recibió al presidente Milei disfrazado de Rambo para sobrevolar el siniestro, pero dejaron plantados a bomberos y a la población afectada, ya que no resolvieron nada que paliara la crítica situación.
¿Cuál es la salida?
En lo inmediato, lograr, con la movilización de las asambleas ambientales y la población trabajadora, que se implemente la Emergencia Nacional que votó el Congreso pero otorgando los recursos necesarios para apagar el fuego y resarcir el 100% de los bienes que perdieron las familias. Pero además, no podemos seguir corriendo detrás de los incendios. Hay que implementar en forma inmediata un plan de detección y alerta temprana del fuego. Esto implica destinar recursos técnicos, científicos y presupuesto, para contar con una red de guardaparques, guarda ambientes y pobladores brigadistas debidamente equipados, alertar y actuar inmediatamente. El dinero necesario debe salir de un fuerte impuesto a las grandes fortunas y los empresarios, en especial a los complejos inmobiliarios, terratenientes y pools de siembra que lucran con estos incendios. Y dejar de pagar la fraudulenta deuda externa para concretar un plan nacional de prevención de incendios. La situación es dramática, las medidas a tomar tienen que ser drásticas.
Ni el gobierno nacional del “no hay plata” ni Llaryora estarán dispuestos a hacerlo, por eso hay que implementar una campaña permanente y un plan de lucha para conseguir esos recursos. Desde Izquierda Socialista y Ambiente en Lucha llamamos a todas las organizaciones socioambientales de Córdoba a conformar y replicar la experiencia de la Coordinadora Basta de Falsas Soluciones en la provincia para unificar las luchas en defensa del ambiente y contra el plan ecocida de estos gobiernos capitalistas que nos llevan a la catástrofe.
Esto dijo nuestra diputada Mónica Schlotthauer de Izquierda Socialista/FIT Unidad en la sesión de la Cámara de Diputados al tratarse la emergencia por los incendios en Córdoba. Mónica desafió la negativa a que hiciera uso de la palabra, igual que se le impidió tanto a todo el Frente de Izquierda como a los diputados por Córdoba. El objetivo era fundamentar su voto favorable pero crítico al proyecto que venía del Senado, ya que el Frente de Izquierda presentó su proyecto propio.
Schlotthauer señaló: “Acompañamos el pedido de emergencia nacional en Córdoba, pero alertamos que puede ser más humo si no se destinan los fondos suficientes. Se aprobó una “partida extraordinaria” sin especificar el monto, ni de dónde va a salir el dinero. Por eso criticamos que los créditos para los afectados se hagan con impuestos que paga el pueblo y no de un impuesto especial a la riqueza, grandes fortunas, agronegocio y mineras como propusimos con nuestro proyecto”.
“Repudiamos el cinismo de La Libertad Avanza que se abstuvo en el Senado y ahora posó de “sensible”. Ante un Milei negacionista del cambio climático que solo ejecutó el 40% de las partidas para combatir el fuego y en el Presupuesto 2025 dispone cuarenta veces menos que lo que estipula la ley para el fondo de la Ley de Bosques. Mientras por su parte, el gobernador Llaryora mentía diciendo que estaba todo controlado, cuando hay 70 mil hectáreas incendiadas, encubriendo claramente a los negocios capitalistas que destruyen el monte nativo”.
Escribe Nicolás Núñez, referente de Ambiente en Lucha (Izquierda Socialista e independientes)
La noticia de los incendios en Bolivia, Brasil y Paraguay y el humo y posibilidad de “lluvia negra” llegó a los medios locales. Las imágenes de las llamas que devastaron millones de hectáreas resultaron realmente dantescas. Su origen se encuentra en la expansión de la frontera del agronegocio de la soja y los “biocombustibles”, a los cuales se les abre paso mediante el fuego. La búsqueda de ganancia de las oligarquías locales y los pulpos exportadores se complementa con el empeoramiento de las condiciones climáticas fruto del calentamiento global, en un proceso que se retroalimenta: los propios incendios terminan generando una mayor emisión de gases de efecto invernadero.
En los últimos días, sin embargo, los eventos extremos se multiplicaron en todo el planeta. Al norte, la temporada de incendios otoñales en California, Estados Unidos, se adelantó, y en estas horas dieciséis focos activos ya habían consumido centenares de casas generando miles de evacuados. Del otro lado del Atlántico, cuarenta y ocho focos activos azotan Portugal, provocando destrozos de todo tipo y la muerte de tres bomberos que combatían las llamas. En este caso, nuestros compañeros del Movimiento Alternativa Socialista (MAS) denuncian el lucro detrás de la instalación de eucaliptos por sobre la vegetación autóctona y la falta de ordenamientos territoriales racionales.
Así y todo, algunas de las imágenes más atemorizantes no las brindó el fuego, sino el agua y el viento. Hacia el este, en Europa, la tormenta “Boris” generó inundaciones masivas en Polonia, República Checa, Eslovaquia, Alemania, Austria y Hungría. Los fallecidos y desaparecidos se cuentan ya por decenas, y la infraestructura destruida de carreteras, puentes, represas y barrios enteros alcanza volúmenes históricos. Más al este aún, en China, el tifón Bebinca que sacudió ayer Shangai fue considerado el más fuerte en setenta y cinco años.
“Boris” y “Bebinca” hace algunas décadas hubiesen sido denominados como “tormentas del siglo”. La realidad hoy es que tenemos “Boris”, “Bebincas” e incendios monstruosos de forma cada vez más violenta y frecuente año a año.
La crisis climática se lleva puesta las mentiras de los negacionistas como Trump, Milei y Bolsonaro, pero también los falsos dobles discursos de las conferencias globales, donde todo el mundo posa preocupado mientras se sigue dejando que las grandes multinacionales y los intereses económicos empujen el planeta hacia convivir con la catástrofe en tiempo presente y de forma permanente. Nuestra consigna de “socialismo o catástrofe” se actualiza día a día.