Escribe Guido Poletti
En una gravísima violación a las libertades democráticas (que repudiamos), la Corte Suprema ratificó el fallo que proscribe a Cristina Fernández. El peronismo convocó un acto multitudinario en respuesta, pero en los hechos se convirtió en una reivindicación del propio peronismo. La tarea sigue siendo sostener y profundizar el apoyo a las luchas contra el brutal plan de ajuste de Javier Milei y el FMI.
El fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que inhabilita a Cristina Fernández para presentarse a elecciones y ocupar cargos públicos, es un ataque a los derechos democráticos más básicos. Le niega a un sector de la población la posibilidad de votar a quien considera su candidata y líder política. Por eso, desde el mismo momento en que se conoció el fallo, desde Izquierda Socialista nos pronunciamos en contra, más allá de las diferencias políticas que podamos tener.
Repudiamos esta justicia patronal, que da un nuevo paso en el cercenamiento de las libertades democráticas. Mientras tanto la ministra de Seguridad Patricia Bullrich aporta lo suyo con la reforma del estatuto de la Policía Federal, que amplia sus facultades represivas a niveles que no se veían desde la última dictadura.
La marcha a Plaza de Mayo
Las idas y vueltas de los días siguientes, con las especulaciones sobre si se le concedería la prisión domiciliaria y si se aceptaría su domicilio en San José 1111; los intentos de restringir aún más sus derechos políticos, (como impedirle salir al balcón o limitar a quién puede recibir) generaron una creciente indignación en muchos sectores populares, en su mayoría simpatizantes peronistas. Esa bronca se sumó a la que ya existe por el aumento del hambre y la marginación social producto del ajuste.
Luego de que comenzara a circular la idea de una marcha a Comodoro Py, al confirmarse que la notificación de prisión domiciliaria no requería que se presentara en esos tribunales, lo que finalmente se organizó fue una manifestación a la Plaza de Mayo.
Se trató de una convocatoria masiva que concitó la atención política y movilizó a decenas de miles que, de forma genuina, salieron en defensa de Cristina Fernández. Sin embargo, como ya se intuía en la convocatoria previa, no fue un acto centrado en el reclamo contra el avasallamiento de las libertades democráticas por su proscripción. Por el contrario, fue un acto del peronismo, sin matices. La consigna que encabezaba el llamado a participar lo dejaba claro: “Argentina con Cristina”. Es decir, un acto de apoyo político a su figura, más que una expresión de repudio a la proscripción.
El acto movilizó a todo el peronismo, en sus distintas alas y sectores. Estuvieron presentes desde el gobernador Axel Kicillof hasta el Frente Renovador de Sergio Massa, pasando por Guillermo Moreno, Juan Grabois, legisladores de Unión por la Patria, el gobernador riojano Ricardo Quintela, el ex secretario de Seguridad Sergio Berni, intendentes del conurbano y diversas corrientes de la burocracia sindical. El eje, casi de forma excluyente, fue el apoyo político a la figura de Cristina, a sus gobiernos y al peronismo en su conjunto. Las consignas de las columnas (principalmente las de La Cámpora), las declaraciones de los dirigentes y su propio discurso, no dejaron lugar a dudas: “Los he escuchado cantar consignas, la marcha, el himno, pero lo que más me gustó fue escucharlos gritar otra vez ‘vamos a volver’”.
Nosotros fuimos claros desde el primer momento: repudiamos el fallo de la Corte Suprema que proscribe a Cristina e impide que sea candidata. Nos oponemos a cualquier decisión, sea de origen judicial o político, que limite el ejercicio de libertades democráticas básicas, como el derecho de cualquier persona a postularse y que el pueblo decida libremente si la vota o no.
Respetamos a quienes se movilizaron en apoyo a su dirigenta política y consideran que también se vulneran sus derechos democráticos al no poder votarla en las próximas elecciones. El peronismo tiene todo el derecho a realizar un acto propio, y no cuestionamos eso. Pero justamente esas características son las que nos llevaron, desde Izquierda Socialista, a no participar. Hacerlo nos habría ubicado en un lugar de apoyo político al peronismo que no compartimos.
Contra la proscripción de Cristina y contra el plan motosierra
Seguiremos repudiando la proscripción y acompañando, en unidad de acción, a quienes la denuncian. Al mismo tiempo, creemos que la gran tarea es retomar y profundizar las luchas contra el plan motosierra de Milei, los gobernadores y el FMI: contra los salarios de hambre, las jubilaciones de indigencia, los recortes y cierres de organismos. En defensa de la salud, las universidades y la educación pública en general, así como de la investigación científica y técnica. También frente al aumento de la represión impulsada por Bullrich. Por eso decimos ¡basta de Milei! y llamamos a transformar la bronca en luchas más grandes, coordinadas y sostenidas por la solidaridad hasta lograr que triunfen.