Escribe Atilio Salusso
Mario Montoto, el ex montonero ligado a Mario Firmenich, avanza en conseguir, con el ultraderechista Javier Milei y su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, jugosos contratos para prestar el servicio de monitoreo de presos, agresores y víctimas de violencia de género con prisión domiciliaria, como principal proveedor estatal de videovigilancia.
Desde 2017, su empresa es la única que se presenta en las licitaciones del Ministerio de Justicia (ahora a cargo de Mariano Cúneo Libarona) y del Ministerio de Seguridad. La ganadora será entonces Surely S.A., compañía del propio Montoto, una firma en expansión que tiene como cara visible a un ex capitán de navío, otrora jefe de inteligencia del Ejército en Puerto Belgrano, condenado en 2012 por espionaje.
Los precios por cada tobillera, por día, se estiman en 16 dólares, dando un total de 155 millones de dólares (La Nación, 20/4). Montoto también es proveedor estatal en servicios de reconocimiento facial (algo declarado inconstitucional), presidiendo un gran negocio monopólico con la videovigilancia, las tobilleras electrónicas y el cibercrimen, de la mano de Estados Unidos e Israel. Un ajedrecista de partidas simultáneas. Un mascarón de proa del paradigma israelí en la región.
El ex montonero es presidente de la Cámara de Comercio Argentino-Israelí (CCAI), donde en noviembre del año pasado se realizó un encuentro organizado por la embajada del Estado de Israel, siendo invitado de honor Javier Milei. La CCAI cuenta entre sus integrantes con poderosos hombres de negocios, entre ellos Adrián Werthein, Marcelo Mindlin, Eduardo Elsztain y Martín Brom, siendo dicha organización la anfitriona de la visita a la Argentina, en 2017, del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu (responsable de crímenes contra el pueblo palestino), visita que repudiamos desde el Frente de Izquierda.
Logró que las provincias de San Juan y Mendoza firmaran un convenio con la empresa estatal israelí Mekorot para el manejo del agua, la misma que se la niega al pueblo palestino. Este personaje también fue uno de los promotores de los indultos otorgados por Carlos Menem en 1989, junto a los hijos de Emilio Eduardo Massera, y está vinculado a los sectores más conservadores de la Iglesia. Siempre es oficialista del gobierno de turno, vendiendo sus servicios a Carlos Menem, Néstor Kirchner, Daniel Scioli, Alberto Fernández, Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta, Axel Kicillof y ahora a Milei.
También es amigo de la ministra Bullrich desde los años ’80. No es casualidad, entonces, que hoy se quede con el nuevo contrato de las tobilleras y con tantos otros negocios turbios, de la mano de Israel y de Estados Unidos con Donald Trump. Recordatorio: cuando el gobierno te habla de “seguridad”, además de la represión, detrás hay un gran negocio capitalista.