Escribe Kaan Gündeş, dirigente del Partido de la Democracia Obrera (IDP) de Turquía, sección de la UIT-CI
4/12/2024. La opinión pública y los medios de comunicación pequeñoburgueses del mundo están conmocionados. Están buscando el supuesto «secreto» de cómo Donald Trump y su programa reaccionario ganaron las elecciones estadounidenses, con los clichés de los liberales como excusa. Ahora es el momento de escribir artículos sobre el auge del «populismo», la inclinación «natural» de los «blancos pobres» a la política de derechas, el «carisma» de Trump, las «tácticas electorales» equivocadas de Kamala Harris, cómo Rusia «interfirió» en las elecciones.
Pero estos clichés no pueden explicar la derrota de los demócratas. Casi todas las empresas de sondeos se equivocaron por un margen de error grande, y Trump ganó por más de un 3%. Trump ganó a la mayoría de los hombres jóvenes. Entre los votantes primerizos, Trump ganó por un 9% a Harris (en 2020, Trump perdió frente a Biden por un 30% en el mismo grupo sociológico). Trump ganó a la mayoría de los hispanos en Pensilvania, a los jóvenes en Michigan y a los hombres hispanos en Carolina del Norte. Dobló su voto negro en Wisconsin. En el bastión demócrata de Nueva York, el margen se redujo del 25% en 2020 a alrededor del 15% en estas elecciones (el margen más bajo entre demócratas y republicanos en esa ciudad desde 1988).
Los republicanos ganaron estados críticos como Virginia Occidental, Montana, Ohio, Pensilvania y Nevada, obteniendo el control absoluto del Senado. La Cámara de Representantes también está en manos republicanas, aunque por escaso margen.
Parece que las políticas de agresión imperialista, asalto a los derechos laborales, destrucción ecológica, complicidad en el genocidio e identitario liberal hipócrita del Partido Demócrata han preparado todas las condiciones para el triunfo del reaccionarismo que Trump representa. Trump no es el único responsable de su victoria: Esta victoria es también una expresión de cómo el reformismo liberal crea una ruina social propicia para el crecimiento del fascismo.
La «democracia burguesa» más antidemocrática del mundo
Wyoming, con una población de 580.000 habitantes, y California, con una población de 39,5 millones, tienen la misma representación en el Senado de EE. UU. En resumen, un voto de Wyoming equivale a 68 votos de California. Esta aritmética apunta simplemente a la siguiente realidad política: En la «democracia burguesa» estadounidense, ni siquiera se aplica el principio de «una persona, un voto».
El sistema electoral estadounidense mantiene la representación de las ciudades y los centros industriales en niveles extremadamente bajos, mientras que la representación de las zonas rurales se muestra varias veces mayor de lo que es en realidad. La razón principal de este método antidemocrático es garantizar que las orientaciones políticas de los trabajadores urbanos y de la clase obrera industrial se reflejen lo menos posible en las urnas.
Según el Cook Political Report, con sede en Washington, solo 43 de los 435 escaños de la Cámara de Representantes en estas elecciones pudieron cambiar entre partidos mediante elecciones porque el sistema electoral no permitía que los demás escaños cambiaran de manos. En las elecciones de 2016, el Partido Demócrata obtuvo 12 escaños en el Congreso con 51 millones de votos, mientras que el Partido Republicano obtuvo 22 escaños con 41 millones de votos.
La aristocracia financiera estadounidense ha establecido un régimen dictatorial sobre el sistema político, similar al que estableció sobre los recursos económicos y las relaciones de producción. En estas elecciones, 150 multimillonarios hicieron una «donación» total de 2.000 millones de dólares para las elecciones. Del mismo modo, se observa que el importe de las actividades de lobby de diversos grupos de capital se acerca a los 1.000 millones de dólares. Esto representa la mayor cantidad gastada por las clases capitalistas para las elecciones en la historia de EE. UU hasta la fecha.
La venganza triunfante de Palestina
Con los demócratas liderados por Kamala Harris perdiendo las elecciones y la desintegración de la coalición liberal-socialdemócrata en Alemania, ahora es posible decir lo siguiente: Desde la Inundación de Al-Aqsa el 7 de octubre de 2023, ningún gobierno o partido burgués que haya sido socio directo del Genocidio de Gaza en términos militares y económicos ha sido capaz de superar con éxito las elecciones y las pruebas a las que se ha presentado. Erdoğan en Turquía, el Partido Conservador en Inglaterra, Macron en Francia y los demócratas en EE.UU. han sido derrotados en las elecciones a las que se han presentado. El gobierno del sionista Scholz, socio del genocidio de Gaza en Alemania, se ha hundido. En todas estas elecciones, la cuestión de la lucha de Palestina por la libertad y ser socio del Genocidio de Gaza fue uno de los debates actuales entre los partidos.
En el distrito de South Dearborn de Michigan, que cuenta con una densa población árabe-musulmana, Biden obtuvo una aplastante victoria por un margen del 88% sobre su oponente en las elecciones de 2020. Harris perdió este distrito frente a Trump en estas elecciones. Una de las respuestas más contundentes a la defensa de Harris de continuar con los envíos de armas a Israel fue esta impactante derrota del Partido Demócrata.
La clase trabajadora ha abandonado al Partido Demócrata
En las elecciones presidenciales de 2020, en las que competían Biden y Trump, el 54% de los que ganaban menos de 30.000 dólares al año votaron a Biden y el 46% a Trump. De los que ganan entre 30.000 y 50.000 dólares al año, el 56% votó a Biden y el 43% a Trump, y de los que ganan entre 50.000 y 100.000 dólares al año, el 57% votó a Biden y el 42% a Trump. Debido a la influencia de las burocracias sindicales controladas por el aparato del Partido Demócrata, la clase trabajadora tenía falsas expectativas democráticas y económicas a favor de Biden durante las elecciones de 2020.
En las elecciones presidenciales de 2024, en las que compitieron Harris y Trump, este panorama se invirtió. Entre los que ganan entre 30.000 y 50.000 dólares al año, el 53% votó a Trump y el 45% a Harris, mientras que entre los que ganan entre 50.000 y 100.000 dólares al año, el 51% votó a Trump y el 46% a Harris. El voto al Partido Demócrata cayó un 4% entre los que ganan menos de 30.000 dólares al año. Entre los que ganan más de 100.000 dólares al año, el voto del Partido Demócrata aumentó un 10%.
El brutal asalto económico de Biden a la clase trabajadora ha provocado un desplome de los índices de voto al Partido Demócrata en los barrios obreros y los centros industriales. Fall River, Massachusetts, es un distrito que los demócratas han ganado desde 1924 y en estas elecciones Trump ganó este distrito de clase trabajadora por un 3%. En otro centro industrial, el condado de Hidalgo, Texas, Biden ganó por un 17% en 2020.Pero en 2024, Trump venció a su oponente por 16% en ese distrito. Trump ganó por un 2% en el condado de San Joaquín, California, y por un 11% en el condado de Mahoning, Ohio (ambos distritos son de clase trabajadora).
Durante las elecciones de 2020, las encuestas mostraron que el 16% del país estaba experimentando «dificultades económicas severas» y el 39% estaba experimentando «dificultades económicas moderadas.» Biden recibió votos del 69% y el 59% de esos grupos, respectivamente. Sin embargo, en las elecciones de 2024, los que dijeron estar experimentando «dificultades económicas severas» subieron al 22% y los que dijeron estar experimentando «dificultades económicas moderadas» subieron al 53%. Trump recibió los votos del 74% y el 51% de esos grupos, respectivamente.
Razones de la derrota del Partido Demócrata: Prohibición de huelgas, genocidio, tutela de Wall Street
El Partido Demócrata creó las condiciones sociales detrás de su vergonzosa derrota.
En diciembre de 2022, la Casa Blanca dirigida por Biden prohibió una huelga ferroviaria en la que participaban 115.000 trabajadores. Biden organizó la imposición de un convenio colectivo a los trabajadores que los sindicatos rechazaron porque no incluía días de vacaciones pagadas. Bajo la administración Biden, la participación de los trabajadores en la renta nacional ha caído a su nivel más bajo en la historia de Estados Unidos. En 2021, los salarios debían aumentar al menos un 4,7% a nivel nacional debido a la elevada inflación, pero cayeron un 2,4%. Ese mismo año, los beneficios de las empresas del S&P 500 aumentaron un 17,6% y los salarios de los CEO, un 18,2%. General Motors vendió menos vehículos en 2021 y 2022 que, en 2019, pero sus beneficios aumentaron un 50% en ambos años. Biden, que anunció durante su campaña de 2022 que lucharía por volver a legalizar el aborto, que Trump prohibió, se ha negado a arrendar tierras federales a proveedores de abortos y a derogar la ley antiabortista Comstock. En junio de 2023, Biden hizo la siguiente declaración: “Soy un católico devoto. No me gusta mucho el aborto”. Bajo el gobierno de Biden, el precio de los alimentos más básicos ha seguido subiendo debido a la inflación. Las papas se han encarecido un 65%, la carne un 50%, los alimentos infantiles un 45%, el agua un 41%, el pollo un 40%, el pan un 40% y los pañales un 38%.
El racismo institucionalizado ha seguido intensificándose bajo el mandato de Biden. Hoy, la renta media anual de una familia blanca es de 188.000 dólares, mientras que la renta media anual de una familia negra es de 24.000 dólares. Esta brecha en la distribución de los ingresos entre blancos y negros es un crudo reflejo de la naturaleza racista del capitalismo estadounidense, que se construyó sobre la mano de obra esclava negra.
Si bien era difícil ser propietario de una vivienda en las condiciones normales del capitalismo estadounidense, se ha vuelto casi imposible bajo la administración Biden. El tipo de interés fijo a 30 años ha alcanzado el 8%, el tipo más alto desde 2000.
Las políticas medioambientales de Biden han provocado un aumento de la destrucción ecológica en todo Estados Unidos. Según un estudio publicado por Lancet, solo en 2021 se perdieron 2.500 millones de horas de trabajo debido a un clima inusualmente caluroso. La sequía que ha abrasado el suroeste de Estados Unidos sigue agravándose. Tormentas, inundaciones e incendios forestales han causado la muerte de cientos de pobres y trabajadores urbanos, mientras que cientos de miles de trabajadores han perdido sus hogares y ahorros. El desastre del tren en Palestina Oriental en febrero de 2023 fue la máxima expresión de las políticas de destrucción ecológica de la administración Biden. Las políticas de Biden de apoyo a los patrones de la minería, la construcción, la energía, la bioquímica y la agricultura han sido eficaces para aumentar los fenómenos meteorológicos extremos y profundizar su poder destructivo.
¿Ganó Trump? ¿Está el fascismo en el poder en Estados Unidos?
Vemos que Trump, que recibió 74,2 millones de votos en las elecciones de 2020, recibió 77,1 millones de votos en estas elecciones, es decir, en realidad no aumentó sus votos a nivel cualitativo. Sin embargo, parece que la clase obrera, las clases trabajadoras, los negros, las mujeres, los jóvenes y los pobres urbanos han castigado duramente la política de saqueo liberal del Partido Demócrata en casa y su línea de «genocidio democrático» en el extranjero. Después de todo, el Partido Demócrata, que recibió 81,3 millones de votos en las elecciones de 2020, perdió más de 6,5 millones de votos y recibió 74,8 millones de votos en estas elecciones. La política hipócrita y colaboracionista del Partido Demócrata hacia el trumpismo aumentó el porcentaje de votos de Trump del 46,8% en 2020 al 49,9% en estas elecciones. En definitiva, Trump no ganó, pero el reformismo liberal representado en el Partido Demócrata sufrió una dura derrota.
Las encuestas realizadas a los electores tras el proceso de votación muestran que los votos otorgados a Trump no lo fueron por su programa antidemocrático, su misoginia y sus políticas económicas nacionalistas destinadas a profundizar la explotación laboral. Según estos sondeos, el 84% de los votantes apoya la ampliación de la seguridad social sanitaria, el 82% la imposición de un impuesto sobre el patrimonio a los ricos, el 75% frenar la subida del precio de los alquileres, el 70% construir viviendas sociales para los pobres, el 61% aumentar el salario mínimo a 17 dólares la hora, el 64% condonar toda la deuda médica, el 59% eliminar las tasas universitarias y el 57% eliminar las barreras legales a la afiliación sindical.
Estas demandas, que cuentan con el apoyo masivo de las clases trabajadoras, anuncian el surgimiento de importantes luchas sociales y políticas bajo el régimen de Trump. La única manera de derrotar al gobierno anti obrero, anti derechos de las mujeres, reaccionario y capitalista de Trump es a través de la lucha de las clases trabajadoras que se movilizarán en torno a estas demandas en masa, no el Partido Demócrata. El primer mandato de Trump en el poder fue sacudido por movilizaciones masivas de mujeres, huelgas combativas y el levantamiento por el asesinato de George Floyd. A menos que estas luchas sociales sean aplastadas, Trump no tendrá ninguna posibilidad de establecer un régimen fascista en EE.UU. Por lo tanto, es políticamente incorrecto decir que el fascismo ha llegado a los EE.UU. con la victoria electoral de Trump, porque los que dicen esto también están diciendo que el movimiento obrero, el movimiento de las mujeres y el movimiento antirracista han sido derrotados. Sin embargo, estos movimientos no han sido derrotados; por el contrario, se están fortaleciendo, como se puede ver en la continua organización de huelgas masivas por parte del movimiento de clase. Sin embargo, todos estos hechos no pueden ser una excusa para subestimar la amenaza que representa Trump.
Por la construcción de un movimiento obrero de masas socialista contra el gobierno de Trump
Trump actúa como representante de una poderosa oligarquía imperialista y de la élite política estadounidense. Durante la carrera electoral, Trump recibió grandes «donaciones» de las familias capitalistas más ricas. Mellón, Uihlein, Adelson, Griffin y Yass son solo algunas de estas familias oligarcas. El multimillonario tecnológico Elon Musk participó directamente en la campaña de Trump. Otro oligarca, Jeff Bezos, negociaba con Trump la continuidad de los subsidios estatales que recibiría su empresa en 2025, mientras declaraba su «neutralidad» a través del periódico Washington Post, de su propiedad. Peter Thiel y Larry Ellison también se han unido al grupo de ultrarricos alineados detrás de Trump.
En el próximo período, la superestructura política estadounidense corre el riesgo de sufrir una reacción política. Estos oligarcas abogan por la reorganización de la sociedad y la política estadounidenses sobre una base reaccionaria, paralela a sus privilegios económicos. El principal objetivo del gobierno de Trump será profundizar los intereses económicos de los banqueros, la aristocracia de Wall Street, los oligarcas de la energía y la tecnología, y realizar cambios arquitectónicos despóticos en la superestructura política estadounidense de acuerdo con estos intereses económicos. Para lograr este objetivo, Trump tiene que librar una guerra mortal contra la clase obrera.
Trump ya había declarado esto durante su campaña electoral. En sus polémicas con sus hermanos burgueses del Partido Demócrata, dijo a menudo las siguientes palabras: “En lugar de la amenaza de Rusia y China, me gustaría llamar la atención sobre lo siguiente. El verdadero enemigo está dentro: los lunáticos de izquierdas». Trump ha señalado repetidamente que la verdadera amenaza para el imperialismo estadounidense no está fuera, sino dentro. Por enemigo interior, Trump se refiere sin duda al movimiento obrero estadounidense, especialmente al movimiento obrero político. Debemos recordar que, así como las clases imperialistas estadounidenses son el bastón de mando de la contrarrevolución mundial, el proletariado industrial estadounidense es la vanguardia y el centro de la revolución mundial.
En este contexto, la defensa del movimiento obrero estadounidense contra el gobierno de Trump y la reacción política oligárquica no es solo un deber internacionalista, sino también nacional. Por eso abogamos por la construcción de un partido de trabajadores independiente, cuyo primer núcleo surgirá de la unión de movimientos sindicales independientes y de izquierda. Este será un paso de gigante en la construcción de la dirección socialista revolucionaria del movimiento obrero estadounidense.
Escribe Prensa UIT-CI
4/12/2024. Casi cien mil trabajadores y trabajadoras de la gigantesca empresa automotriz han declarado la huelga nacional inédita. Desde el lunes 2 de diciembre, se realizan importantes paros de dos horas por turno para rechazar el ajuste patronal con el que buscan recortar un 10% el salario, despedir trabajadores y cerrar algunas plantas industriales por primera vez en su historia. Esta es la primera gran huelga nacional de gran envergadura que sacude a VW desde la posguerra.
La ciudad de Wolfsburgo, es el epicentro del conflicto. En esta ciudad más de 60.000 personas trabajan de manera directa y más de 30.000 en forma indirecta. ¡La mayoría de sus 128.000 habitantes! Allí se vivió la huelga y también grandes movilizaciones y actos callejeros de los huelguistas y del sindicato IG Metal (sindicato de trabajadores metalúrgicos). Las medidas de fuerza ya comenzaron a paralizar la producción de unidades, entre ellas el auto emblema de la marca, el VW Golf, que se comenzó a fabricar en 1974 en dicha ciudad.
En la ciudad de Zwickau, al este de Alemania, donde en 1904 se instaló la primera planta de la marca, cientos de trabajadores salieron a la calle en las dos horas de huelga mientras gritaban a viva voz “¡Estamos hartos!”. Y no es para menos, la planta de esa ciudad fue la primera en producir un 100% de autos eléctricos en el 2020. Cuatro años después, los planes empresariales fracasaron y la caída de las ventas de autos eléctricos cercana al 70% hicieron caer un 64% las ganancias empresariales en el tercer trimestre del año y buscan ahora que sean los trabajadores quienes paguen la crisis.
La huelga de dos horas por turno, junto a las movilizaciones, son las primeras medidas. El negociador de IG Metal adelantó que “Si es necesario, este será uno de los conflictos más duros que Volkswagen haya visto nunca”. En el mismo sentido se manifestó el encargado de las negociaciones en Wolfsburg: “Cualquiera que ignore a los trabajadores está jugando con fuego, ¡y nosotros sabemos cómo convertir las chispas en llamas!”. En perspectiva, el conflicto parece comenzar recientemente y estar lejos de resolverse en las próximas negociaciones, más bien todo lo contrario.
La crisis de VW es parte de la crisis económica mundial. La locomotora de la “economía europea” se encuentra gravemente dañada y sumergida en una grave recesión que afecta también a otras automotrices europeas. Esta grave crisis también tiene su impacto político haciendo colapsar al gobierno de Olaf Scholz, quien se vio obligado a adelantar las elecciones para febrero de este año. Esta combinación de crisis económica, política y social configuran una “tormenta perfecta” que hacen estallar los periodos de “paz laboral”. Ante esta situación los trabajadores de Alemania y el conjunto de Europa buscan una salida, en la que la huelga, la movilización y la independencia política de las y los que luchan, serán decisivas para triunfar contra los gobiernos, los grandes capitalistas y sus planes de ajuste.
Por Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional
2/12/2024. El pasado 29 de noviembre se conmemoró el día internacional de solidaridad con palestina. En las principales ciudades ondearon las banderas de palestina junto a nutridas movilizaciones que expresan la simpatía mundial con la resistencia. El genocidio perpetrado por Israel ya no puede ocultarse y Netanyahu sufre un creciente aislamiento mundial con una mayor crisis política en su propio país. Al punto que un ex Jefe del Estado Mayor durante la segunda Intifada y ex ministro de Guerra de Netanyahu acusa a Netanyahu de estar haciendo una limpieza étnica. Hecho inédito y muy grave que muestra la crisis interna del sionismo dentro de Israel. Además, la Corte Penal Internacional (CPI) dicta orden de arresto contra Netanyahu y ex funcionarios sionistas reconocen la política genocida de una limpieza étnica en curso.
Esto, sumando al fracaso político para derrotar a la resistencia del pueblo libanés, obligó al gobierno de Netanyahu a aceptar un alto el fuego con el Hezbollah en el Líbano. Profundizar la solidaridad mundial en apoyo a la resistencia palestina es la tarea central de los pueblos del mundo.
El 29 de noviembre y las movilizaciones masivas
El 29 de noviembre, se conmemoró un nuevo aniversario de la aprobación resolución 181 de la ONU, también conocida como la “resolución de la partición”, en la cual se estipulaba la creación de un “Estado judío” y un “Estado árabe” en Palestina, con Jerusalén como capital. Esta resolución tramposa de la ONU solo sirvió para crear al Estado genocida sionista en territorio despojado a los palestinos y jamás formó un Estado palestino.
Sin embargo, el actual escenario internacional marcado por el genocidio sionista que ya asesinó a cerca de 45 mil palestinos y a 4 mil personas en el Líbano transformó esta conmemoración en un inconfundible día de lucha mundial.
En diversas ciudades del mundo, las movilizaciones, actos y diversas acciones manifestaron el apoyo a la resistencia palestina. En América Latina se destacó la gran movilización convocada por la comunidad palestina en Santiago de Chile, donde vive una de las más numerosas comunidades palestinas en el exilio. También se desarrollaron importantes acciones en Brasil, Bolivia, Venezuela y otros países. En Europa, las movilizaciones también se hicieron sentir en Estado Español, con fuertes concentraciones en Madrid. También se desarrollaron movilizaciones en Francia, y otros países.
Las movilizaciones realizadas en diversas ciudades de los Estados Unidos fueron contundentes y desde los acampes estudiantiles, se exige al gobierno de Biden el embargo de armas a Israel mientras el gobierno continúa blindando al genocida Netanyahu y garantizando el envío de armamento y su fundamental apoyo económico, militar, diplomático y político.
El aislamiento de Israel ha llegado a un punto inédito.
Las movilizaciones mundiales profundizan en creciente aislamiento político de Netanyahu. Su plan criminal, genocida y de limpieza étnica no puede ser ocultado por el régimen sionista. A más de un año de la contraofensiva, Netanyahu no logra derrotar a la resistencia palestina; que, a pesar de los golpes recibidos, se rearma y reorganiza para continuar resistiendo, provocando un empantanamiento militar y un fracaso político que golpea a Netanyahu resquebrajando su gabinete de guerra, como sucedió con el despido del ex ministro de guerra Yoav Gallant. A pesar de enviar a miles de soldados de uno de los ejércitos más grandes del mundo, el visible fracaso político y su incapacidad para garantizar el retorno con vida de los rehenes, incrementa el descontento de la población israelí y fogonea la crisis política.
Todo este aislamiento a precipitado que la Corte Penal Internacional (CPI) ha librado por primera vez una orden de captura contra el Primer Ministro Israel y su ex ministro de Guerra por ser encontrado responsable político de ejecutar crímenes de guerra y acciones políticas y militares de carácter genocida. Esto fue sorprendentemente confirmado por Moshe Yaalon. Yaalon fue Jefe del Estado Mayor durante la segunda Intifada y ministro de Guerra de Netanyahu en 2014 hasta su salida en 2016 y manifestó en la radio y el canal 12 de la TV israelí que “El camino por el que nos arrastran es el de la ocupación, la anexión y la limpieza étnica” y que la dirección política de Israel estaba “corrompiendo al ejército” manifestando que la crisis la crisis política impacta de lleno en el ejército israelí y afirmó que “Hablo en nombre de los comandantes de las FDI que operan en la franja norte. Se pusieron en contacto conmigo expresando su temor por lo que está ocurriendo allí”. De esta manera, sectores militares y políticos del sionismo comienzan a considerar las acciones militares de Israel como crímenes de guerra o, como afirmó Ami Ayalon, exdirector de la agencia de inteligencia nacional Shin Bet, quien calificó las ordenes de Netanyahu como “inmorales e injustas”, diciendo que podrían exponer a los comandantes y soldados a ser procesados por la Corte Penal Internacional. El ministro de Comunicaciones de Israel, Shlomo Karhi, dijo que Yaalon “cruzó todas las líneas rojas”, mientras que Tally Gotliv, una aguerrida legisladora del Likud, lo calificó de “peor que nuestros mayores enemigos”.
La movilización mundial, el creciente aislamiento y la incapacidad de derrotar a la resistencia a forzando a Netanyahu a aceptar un alto el fuego con Hezbollah en el sur del Líbano que fue celebrada por el pueblo libanés que regresaba a sus hogares luego de dos meses de sistemáticos ataques y una invasión fracasada de Israel; que, a pesar de su superioridad aérea y bombardeos fue totalmente incapaz de controlar el territorio invadido y fue obligado a retirarse.
Tanto el pedido de captura por parte de la CPI, las inéditas y graves declaraciones de Moshe Yaalon y el alto el fuego, son un golpe político para Israel y demuestra su fracaso político y militar. Sin embargo, las negociaciones diplomáticas capitalistas son impotentes para parar el genocidio y el conjunto del imperialismo busca evitar la detención de Netanyahu. Este fracaso de la diplomacia es parte del fracaso de la política de los dos estados impulsada por el imperialismo, política que colisiona con la estrategia colonialista, genocida y criminal con la que Netanyahu busca evitar su caída, sostenerse en el poder y avanzar en la conquista del plan nazi del “Gran Israel”.
¡Profundicemos la solidaridad internacional con la resistencia palestina!
Mientras la inquebrantable solidaridad entre el imperialismo e Israel le permiten sostener el genocidio sobre palestina, las trabajadoras y trabajadores junto a los pueblos del mundo sostenemos la movilización y la solidaridad internacional con el pueblo palestino y la resistencia.
Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI), fuimos parte de las acciones este 29 de noviembre y seguiremos impulsando la exigencia de que los gobiernos rompan de manera inmediata las relaciones militares, políticas, económicas, culturales, comerciales y diplomáticas con el genocida Israel. ¡No más complicidad con el genocidio! ¡Basta de enviar armas! ¡Basta de financiar el genocidio! ¡Basta de muertos por hambre y enfermedades! ¡Apertura ya de las fronteras para el ingreso de la ayuda humanitaria! ¡Fuera Israel de Gaza, Cisjordania, de toda Palestina y del Líbano! ¡Por una Palestina única, laica, democrática y no racista! ¡Viva Palestina libre del río al mar!
Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI)
2 de noviembre 2024
Escribe Prensa UIT-CI
El viernes 29 de noviembre, las calles de las principales ciudades de Italia se llenaron de luchadoras y luchadores y una importante huelga nacional paralizó el 70% de los lugares de trabajo del país. Las movilizaciones fueron contundentes, más de medio millón de trabajadores y trabajadoras, pensionistas y jubilados, trabajadores precarios y estudiantes, se manifestaron en 40 plazas de toda Italia.
La huelga se realizó contra la política de austeridad y recortes que impulsa el gobierno de la ultraderechista Georgia Meloni, quien busca ejecutar recortes al financiamiento de la salud, educación, la salud pública y las pensiones, golpeando aún más las precarias condiciones de vida de los trabajadores que viven con bajos salarios y más de 5 millones de trabajadores públicos no tienen contratos fijos y viven en la precarización.
La huelga de 8 horas en todos los lugares de trabajo y de 4 horas en los gremios de transporte fue convocada por, la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIT) y la Unión Italiana del Trabajo (UIL), mientras la Confederación Italiana de Sindicatos de Trabajadores (CISL) no convocó a la huelga.
Las compañeras y compañeros de la Liga Marxista Revolucionaria, sección italiana de la UIT-CI, vienen denunciando la situación de la clase trabajadora y los planes ajustadores y represivos del gobierno de Meloni: “El poder adquisitivo de las familias en los primeros 9 meses de 2023 disminuyó un 1,2%, se prevén recortes de 15.000 millones para el gasto en desarrollo en el sur de Italia, recortes de 14.000 millones para la sanidad pública, ningún recurso para la financiación de los niveles esenciales de los servicios públicos, en la prevista y devastadora ley de autonomía diferenciada; la inflación de los alimentos ha aumentado alcanzando el 9,8%, y se han vendido importantes acciones públicas de Correos, ENI –industria petrolera nacional- y Ferrocarriles”.
La huelga y movilización, expresó la bronca del pueblo trabajador y su disposición a luchar contra el gobierno, como se manifestó en la importante huelga y movilización en apoyo a la resistencia del pueblo palestino que se realizó el 23 de febrero, promovida entre otros sindicatos de base por la Unión Sindical de Base (USB) y SI-Cobas o la importante movilización del pasado 5 de octubre que desafió la prohibición impuesta por el gobierno. Las luchas también se expresan en el creciente rechazo al policiaco Decreto Ley (DL) 1660. Con este DL el gobierno busca declarar delito el corte de rutas e imponer 15 años de prisión por resistencia activa durante las manifestaciones, pues el gobierno sabe que la resistencia cobra fuerza y se prepara para reprimir y recortar las libertades democráticas.
La exitosa huelga y movilización del viernes 29 de noviembre no puede ser un hecho aislado. Es por eso que la Liga Marxista Revolucionaria (UIT-CI), manifestó en un volante difundido en las movilizaciones que “se unifiquen las luchas en una gran disputa prolongada, que se endurezca la conducción de las huelgas por parte de las direcciones sindicales en proporción al endurecimiento de las condiciones para manifestarse debido al liberticida DL 1660 y que se construya realmente la revuelta social que habla Maurizio Landini”, el secretario general de la CGIL, central sindical que el pasado mes de octubre recibió un ataque por parte de los grupos fascistas como Forza Nuova. Por todo esto, las acciones del 29 de noviembre deben ser el primer paso para derrotar a la ultraderecha y la política ajustadora del gobierno de Meloni con los métodos históricos de la clase obrera: la organización, la movilización y la huelga consecuente.
Escribe Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores, Cuarta Internacional (UIT-CI)
Las tensiones entre Rusia y Ucrania, escalaron luego de que el ejército ucraniano realizara por primera vez, en casi tres años de la criminal invasión rusa, un ataque con misiles norteamericanos de largo alcance Atacms a la región rusa de Briansk. Ante ello Vladimir Putin firmó un decreto ampliando las posibilidades de recurrir al arma nuclear.
El riesgo de un mayor escalamiento de las confrontaciones no lo podemos descartar. Es parte de los peligros que encierra la decadencia creciente del sistema capitalista-imperialista. Por eso, como socialistas revolucionarios, decimos que nos oponemos a toda forma de armamentismo imperialista, sea de los Estados Unidos, de Rusia o China. El dilema sigue siendo “Socialismo o catástrofe”.
Esta guerra es producto de la invasión genocida del imperialismo ruso, con el autócrata Putin a la cabeza, para intentar colonizar Ucrania y a su pueblo. Se cumplieron mil días de la invasión rusa de Ucrania iniciada el 24 de febrero de 2022. Putin calculaba que en pocas semanas tomaba la capital Kiev y triunfaba la invasión. Pero se encontró con la heroica resistencia del pueblo ucraniano que hizo retroceder a las tropas rusas. Ha sido esa resistencia popular-militar la que ha hecho que el asesino de Putin no haya podido adueñarse del país.
El choque bélico ha creado lógicas confusiones y debates. Por eso es importante ratificar que, ante una invasión militar de una potencia imperialista a una nación oprimida, los socialistas revolucionarios siempre hemos estado del lado de la nación explotada. No somos neutrales en este tipo de guerras. Las dudas surgen por el hecho que aparecen Biden y el imperialismo europeo y la OTAN del lado de Ucrania. Por supuesto que estos imperialistas tienen roces y choques de intereses económicos con Rusia y los negocios de sus multinacionales. Pero si hilamos fino veremos que la política del imperialismo norteamericano y europeo ha sido desde el inicio de la invasión, y lo sigue siendo, evitar un triunfo contundente de Ucrania y también una derrota contundente de Putin y Rusia.
Estados Unidos y el imperialismo europeo nunca han querido la derrota de Putin sino una salida negociada
Por eso, desde un primer momento, retacearon la ayuda militar a Ucrania y han intentado de todas formas presionar a Zelensky para que abriera una negociación en la cual cediera parte de su territorio. Esto fue público en el Davos 2022 con lo dicho por el fallecido Henry Kissinger y se manifestó de distintas formas a través de Macron y del Vaticano. Tal es así que al momento de la invasión Biden y Macron le ofrecieron a Zelensky un avión para sacarlo al exilio y darle seguridad. O sea, le aconsejaban rendirse. La invasión del imperialismo ruso solo fue detenida por el heroísmo de la resistencia popular-militar ucraniana. El mismo Zelensky lleva tiempo declarando que no reciben el armamento y las municiones prometidas. Sólo a fines del 2023, enviaron algunos tanques modernos y Biden se sigue negando, por ejemplo, a dar apoyo de aviación de combate de la cual carece Ucrania.
Recién ahora, luego de mil días de guerra, Biden autorizó a que se usen los misiles de largo alcance Atacms sobre algunos territorios rusos. Hasta este momento directamente Ucrania tenía “prohibido” usarlos. Mientras tanto Rusia lleva años bombardeando a Ucrania, ya sea a la población civil, como las represas y los centros de energía. Incluso se dice que la “autorización” quedaría circunscripta a la región de Kursk, tomada parcialmente por el ejército ucraniano. Y que ahora trata de recuperar Rusia con el apoyo de diez mil soldados norcoreanos.
Es también importante precisar que, aunque es limitado el apoyo militar a Ucrania, igual los gobiernos patronales de Alemania, Francia y otros de la Unión Europea (UE), usan el argumento del “peligro de guerra” con Rusia, para aumentar los presupuestos militares para favorecer a sus empresas de armas. Mientras, por otro lado, siguen con los recortes sociales y ajustando a la clase trabajadora europea.
Que el centro del imperialismo norteamericano es la negociación y no la derrota militar de Putin, lo mostraría también los anuncios que ha hecho Trump en ese sentido, para cuando asuma el 20 de enero del 2025. Y la negociación es presionar a Zelensky que ceda el territorio que ya ocupó Putin, así de sencillo.
Apoyamos la resistencia popular-militar ucraniana sin dar apoyo político al gobierno de Zelensky y diciendo No a la OTAN
También denunciamos que tampoco ayuda a la resistencia ucraniana las medidas antiobreras que el gobierno de Zelensky ha aplicado y que protegen los intereses de la patronal y la oligarquía, que fueron contestadas con protestas por los sindicatos. No son los oligarcas quienes defienden en el frente militar, sino el pueblo trabajador. Tampoco ayuda el proyecto capitalista de “optimización” de Zelensky, con la privatización de los principales servicios públicos como la sanidad y la educación y también de otras importantes empresas.
Para contentar a los poderosos Zelensky se aleja de los pueblos. Y los poderosos en cualquier momento le darán la espalda, si creen que llega el momento de entenderse con Putin o si algún otro conflicto (como el genocidio de Israel contra el heroico pueblo de Palestina) es más prioritario para sus intereses.
Defendemos a las y los trabajadores y los pueblos ante la opresión y las agresiones militares de las grandes potencias, vengan de donde vengan y contra todo imperialismo, sea de los Estados Unidos y la OTAN o como de Rusia o China. Estamos con los pueblos oprimidos contra los opresores. Estamos con los pueblos que se sublevan contra los regímenes reaccionarios. Por eso estamos con Palestina, con los pueblos y las mujeres de Irán contra el régimen teocrático y represivo. Por eso hoy estamos con el pueblo ucraniano que se niega a quedar bajo la bota del imperialismo ruso.
Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores, Cuarta Internacional (UIT-CI), hemos trabajado con la izquierda antiautoritaria ucraniana y hemos hecho varios convoyes de ayuda a los sindicatos independientes del metal, minería, ferroviarios, docentes que están en la primera línea del frente en Krivyi Rih, Dobropillya, Zaporíjia, Korosten y Mikolaiv. Llamamos a los pueblos del mundo y a las luchadoras y luchadores antiimperialistas y de izquierda a seguir solidarizándose con la resistencia popular-militar ucraniana sin dar apoyo político al gobierno de Zelensky, diciendo No a la OTAN y reclamando el desmantelamiento del armamento nuclear de la OTAN y Rusia.
21 de Noviembre 2024