Escribe Angélica Lagunas, secretaria general ATEN Capital
Todas las corrientes que integraron el Frente hicieron colectas, desde las agrupaciones de nuestra corriente sindical A Luchar e Izquierda Socialista, y hasta los sindicatos en los que tenemos presencia. Desplegamos una fuerte campaña de apoyo a la lista Multicolor Bermellón e Independientes para que pudiera costear su campaña. Hicieron aportes gremios como Ademys, el combativo sindicato docente de CABA; Adosac con su nueva conducción docente en Santa Cruz; la seccional capital de UEPC, docentes de Córdoba; la Lista Roja de telefónicos. También los ferroviarios del Sarmiento; la Agrupación Nacional Docentes en Marcha; los Suteba combativos. También aportaron las diputadas de Izquierda Socialista/FIT Unidad Mercedes Trimarchi de CABA y Julieta Ocampo de Neuquén. Desde A Luchar, logramos sumar muchos aportes personales. Además, queremos destacar que muchos de ellos respondieron a nuestro llamado para fortalecer el Frente Multicolor Bermellón e Independientes.
Escribe Angélica Lagunas, secretaria general ATEN Capital
El TEP pudo retener la conducción provincial por una pequeña diferencia logrando 52% de los votos, contra 48% del FMBI. Para lograr ese resultado apelaron a todo tipo de prácticas, entrega de lotes, cargos, cursos todos los días, y un clientelismo propio del gobierno y los partidos patronales con los que hicieron unidad electoral. Así lograron sacar una gran diferencia en seccionales muy lejanas del interior como Chos Malal, y en otras junto a los intendentes como Cutral Có y Centenario.
Si comparamos los votos con las últimas elecciones del sindicato, en 2021 en toda la provincia, el TEP creció en 1.261 votos y el FMBI en 1.881. A raíz del crecimiento del padrón electoral, la burocracia bajó 5 % y nosotros crecimos 4%. Logramos mantener con una amplia y aplastante diferencia las seccionales que dirigimos, Capital, Plottier, Chañar y Picún. Resalta particularmente ATEN Capital en la que obtuvimos 2.793 votos contra 1.292 del TEP, o sea 1.501 votos de diferencia que expresan el acompañamiento y reconocimiento de estos cuatro años de conducción seccional que nos permitió postularnos como alternativa de dirección en estas elecciones y en los conflictos.
Dimos pelea quedando muy cerca de recuperar la seccional de Añelo que el TEP ganó por 20 votos, El Chocón por solo 7 votos, Zapala por 38 votos, e hicimos una excelente elección en Junín y San Martín de los Andes. Queremos destacar el triunfo de la Lila en Senillosa y saludar a la nueva conducción que claramente retomará el rol de oposición junto a nuestras seccionales para enfrentar la política de entrega del TEP.
Escribe Francisco Moreira
El 14 de junio de 1905, los marineros del buque Potemkin de la Armada Imperial rusa se rebelaron contra sus oficiales. Se sumaron así a la corriente revolucionaria que sacudía al imperio de los zares. La sublevación del Potemkin y la primera revolución rusa fueron derrotadas, pero representaron el ensayo general para la victoria de la Revolución de Octubre en 1917.
“¡Contramaestre: llame a la guardia y traiga una lona!”, ordenó Eugene Golikov, el capitán del acorazado Príncipe Potemkin, el buque más poderoso de la Armada Imperial rusa en el Mar Negro. Transportaba a 700 marineros y estaba equipado con el armamento más moderno de la época, capaz de lanzar hasta 50 toneladas de explosivos sobre sus objetivos. De inmediato, los marineros comprendieron el mensaje: la práctica naval establecía que, para terminar con un intento de sublevación, debía colocarse una lona sobre los amotinados antes de fusilarlos.
El conflicto había comenzado pocas horas antes, por las malas condiciones de la cocina y la carne podrida que recibían los marineros. Cuando la lona subió a cubierta, el capitán volvió a ordenar que comieran la carne que les habían servido. Ninguno lo hizo. Entonces, los oficiales comenzaron a seleccionar marineros al azar para taparlos con la lona. Fue en ese momento cuando el contramaestre de torpedos, Atanasio Matushenko (militante del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso -POSDR-), se abrió paso entre los marineros y reclamó al pelotón de fusilamiento: “¡No disparen a sus propios camaradas!”. Su voz corrió como reguero de pólvora, y los marineros se enfrentaron a la oficialidad con sus propios rifles. En el entrevero cayó muerto el marinero Gregory Vakulinchuk. El capitán Filip Golikov y varios oficiales fueron arrestados por la tripulación. El 14 de junio (de acuerdo con el calendario juliano utilizado entonces en Rusia) había comenzado el motín del acorazado Potemkin.
La revolución rusa de 1905
La sublevación de los marineros no fue un hecho aislado. En 1905 en el inmenso imperio de los zares estalló la revolución provocada por los sufrimientos que imponía al pueblo la dictadura de la familia Romanov, agravados por la guerra entre Rusia y Japón, iniciada un año antes.
El 9 de enero de 1905 tuvo lugar el “Domingo Sangriento”. Una enorme manifestación de obreros con sus familias, encabezada por el cura Georgy Gapón, se dirigía pacíficamente desde distintos barrios obreros hacia el Palacio de Invierno, residencia de la monarquía en San Petersburgo, portando retratos del zar Nicolás II, a quien rogaban “justicia y protección”. Pedían amnistía, libertades públicas, separación de la Iglesia y el Estado, la jornada de ocho horas, aumento de salarios, cesión progresiva de la tierra al pueblo y, fundamentalmente, una Asamblea Constituyente elegida por sufragio universal.
La movilización había sido precedida por la huelga en una de las más grandes fábricas metalúrgicas (Putilov) y 140 mil huelguistas en San Petersburgo. Sin embargo, el Zar no tuvo ninguna contemplación y ordenó masacrar a los manifestantes. Hubo centenares de muertos y miles de heridos. Como respuesta, una oleada de huelgas sacudió al imperio. En 122 ciudades y localidades, varias minas del Donetz y diez compañías ferroviarias, hubo huelgas durante dos meses. En marzo comenzó el movimiento de los campesinos.
En junio se iniciaron los levantamientos en la marina y el ejército, agotados por el esfuerzo de guerra en el Pacífico. El motín del acorazado Potemkin fue una expresión de la desmoralización general que dominaba a las fuerzas armadas. Evidenció el rechazo creciente al abusivo régimen de los cuarteles que sufrían marineros y soldados a manos de oficiales de origen noble, promovido por un incipiente trabajo de propaganda socialista revolucionaria del POSDR.
Cuando la tripulación amotinada encerró a la mayoría de los oficiales, decidió fusilar al capitán Golikov y ancló en el puerto de Odessa (Ucrania) el mismo 14 de junio ondeando la bandera roja fue recibida con gran algarabía por la población. Es que por aquellos días la ciudad de Odessa también se había sumado a la corriente revolucionaria. Sus trabajadoras y trabajadores habían declarado la huelga general y venían protagonizando feroces enfrentamientos callejeros con las autoridades.
El funeral de Vakulinchuk dos días después se convirtió en una manifestación que las autoridades reprimieron a sangre y fuego. En la refriega decenas de personas fueron asesinadas. El hecho quedó inmortalizado en la escena de la escalinata de Odessa en la película El acorazado Potemkin (1925) de Serguéi Eisenstein.1 Como represalia, el acorazado disparó dos proyectiles contra el teatro en el que iban a celebrar una reunión militares zaristas. Los barcos de los escuadrones navales enviados por el gobierno para forzar la rendición del Potemkin se negaron a abrir fuego.
El final del motín y la primera revolución rusa
En los primeros días de julio los sublevados lograron zarpar bajo la persecución de dos nuevos escuadrones que tenían la orden de obligarlos a rendirse o hundir el acorazado. El 7 de julio, tras varios intentos de evasión, Matushenko y los amotinados llegaron al puerto de Constanza (Rumania) donde se rindieron.
Sin embargo el espíritu de rebelión aún no había muerto. La revolución continuó durante los meses siguientes. En octubre, al calor de una nueva huelga general, surgieron soviets (consejos democráticos) de obreros, campesinos y soldados, primero en San Petersburgo y luego en Moscú y otras ciudades. León Trotsky, destacado dirigente del POSDR, fue su principal animador, llegando a ser elegido presidente del soviet de San Petersburgo.
En la obra en la que balanceó la experiencia de la revolución de 1905, Trotsky señalaría que “el 14 de junio, con la revuelta del Potemkin, la revolución demostraba que podía transformarse en una fuerza material; con la huelga de octubre probó que era capaz de desorganizar al enemigo, de paralizar su voluntad y reducirlo al último grado de humillación. Por último, organizando por todas partes soviets obreros, la revolución dejaba bien claro que sabía constituir un poder”.2
Pero el pico revolucionario final se produjo a finales de año. El 3 de diciembre fueron detenidos Trotsky y demás dirigentes del soviet de San Petersburgo. Del 9 al 17 se produjo la insurrección de Moscú. Miles de obreros armados desafiaron al gobierno. No actuó la guarnición local y solo los doblegaron con un regimiento de élite de San Petersburgo. Así la revolución comenzó a declinar.
Vladimir Lenin, uno de los principales dirigentes del POSDR, diría que el proceso revolucionario de 1905, incluyendo el motín de marineros del Potemkin, fue un “ensayo general” de la revolución y una lección histórica sobre cómo conducir la lucha por el poder político para el partido revolucionario.3 Doce años después, luego de un período de reacción y en medio de los sufrimientos de la Primera Guerra Mundial, finalmente en febrero de 1917, otra insurrección, esta vez triunfante, acabó con el zarismo. Y a los pocos meses triunfó el primer gobierno obrero y campesino de la historia, encabezado por los soviets de obreros, campesinos y soldados, y el Partido Bolchevique de Lenin y Trotsky.
1. “El acorazado Potemkin” (1925) de S. Eisenstein. La versión original de la película, antes de la censura realizada por la burocracia de José Stalin, comenzaba con la frase de Trotsky: “El espíritu de la revolución planeó sobre la revolución rusa. Un misterioso proceso estaba ocurriendo en multitud de corazones. La personalidad individual, sin apenas tiempo de tomar conciencia de sí misma, se disuelve en el grupo y éste se disuelve en el movimiento revolucionario”. Disponible en Youtube.
2. León Trotsky. “1905. Resultados y perspectivas”. Ruedo Ibérico, París, 1971. Disponible en www.marxists.org
3. V. Lenin. “El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo” (1920) Editorial Anteo, Buenos Aires, 1973. Disponible en www.marxists.org
Desde hace meses el pueblo panameño viene protagonizando masivas movilizaciones contra el brutal ajuste y ataque a los derechos conquistados por el pueblo trabajador por parte del gobierno pro imperialista de José Raúl Mulino y los intentos de Donald Trump de tomar el control del canal de Panamá para hacer un uso preferencial con sus buques militares y comerciales.
Mulino busca privatizar la Caja del Seguro Social (CSS), base de la atención de la salud al pueblo a través de la Ley 462 y la reapertura de la mina de cobre, cerrada desde 2023 luego que se declaró inconstitucional ante una masiva movilización en defensa del ambiente. También busca imponer la construcción de un embalse en el cauce del Río Indio para entregar millones de litros de agua dulce para el canal en épocas de sequía; así, se inundarían amplias regiones y desalojarían a las comunidades que allí habitan, con la consecuente destrucción del ambiente en la región.
Contra esas medidas, hay huelgas masivas que se mantienen desde hace más de un mes, de los trabajadores bananeros de Bocas del Toro, huelga nacional de las y los docentes y de los trabajadores de la construcción. Recientemente se realizaron masivas movilizaciones de mujeres y de trabajadoras y trabajadores de la salud. En un ampliado de organizaciones realizado la semana pasada se resolvió un paro nacional para el 5 de junio y una gran marcha nacional el 6 de junio.
Para quebrar estas huelgas y movilizaciones el gobierno panameño desató una feroz represión. Encarcela a las mujeres en lucha de las comunidades de Darién, sanciona a estudiantes universitarios, declara ilegal las huelgas, reprime brutalmente a trabajadoras y trabajadores que bloquean rutas y caminos y persigue a los dirigentes del poderoso Sindicato Único de Trabajadores de la Construcción y Similares (Suntracs), una de las organizaciones que encabeza la lucha del pueblo panameño. Contra esos dirigentes hay juicios infundados desde el 2022 y tienen “prisión preventiva” Jaime Caballero y Genaro López, mientras que Saúl Méndez se encuentra esperando asilo político en la embajada de Bolivia y buscan como “prófugo” a Erasmo Cerrud. A su vez, se declaró ilegal la huelga bananera en Bocas del Toro y la multinacional Chiquita ha despedido a cerca de 5.000 trabajadores.
Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores–Cuarta Internacional junto a nuestra compañera Priscilla Vásquez y Propuesta Socialista (sección de la UIT-CI en Panamá), repudiamos el encarcelamiento, represión y persecución judicial a dirigentes obreros, populares y sindicales que encabezan la resistencia del pueblo humilde y trabajador de Panamá. Llamamos a las organizaciones obreras, populares, democráticas, de derechos humanos, organizaciones de mujeres, a la juventud y pueblos originarios a poner en pie una firme campaña de solidaridad internacional para exigir la libertad de los dirigentes del Suntracs detenidos y perseguidos y manifestar nuestro apoyo a las luchas y demandas del pueblo panameño contra el represor y pro imperialista gobierno de José Raúl Mulino.
Escribe Miguel Lamas (UIT-CI)
Hace tres meses, el gobierno genocida de Israel, junto con el apoyo de Donald Trump, rompió el breve cese al fuego en Gaza. Además de continuar asesinando a miles de personas, sigue restringiendo el ingreso de alimentos, agua, medicinas y combustible, y también la energía eléctrica. Después de provocar la hambruna del pueblo gazatí, por el enorme repudio mundial, ha dejado entrar algo de comida y agua, pero es mucho menos de lo necesario.
En Gaza, después de casi 60 mil asesinados desde hace veinte meses por los invasores de Israel, el peligro de una hambruna generalizada se acrecienta. Según la ONU 14 mil bebés podrían morir de hambre y medio millón de personas (un 25% de la población) está en riesgo de la inanición. El objetivo es expulsar al pueblo palestino de Gaza, instalar colonos sionistas y convertir a la Franja en un “lugar turístico”, como lo había anunciado Trump.
La movilización mundial y repercusiones
En todo el mundo hay protestas que repudian esta catástrofe humanitaria. El 31 de mayo, cientos de aficionados del Paris Saint-Germain se hicieron sentir en Munich, antes y durante la gran final de la UEFA Champions League, para manifestar su solidaridad con banderas palestinas.
En mayo, durante el 77° aniversario de la Nakba, miles se movilizaron en todo el mundo contra sus gobiernos y en apoyo al pueblo palestino, exigiendo que se deje de enviar armas a Israel. El 10 de mayo, en Madrid salieron a las calles más de 80 mil personas; en Países Bajos el pasado 18 de mayo marcharon 100 mil; en Londres casi medio millón se movilizó el 17 de mayo.
Esta fuerte presión del movimiento de masas provocó que gobiernos capitalistas europeos y de otras regiones ahora critiquen a Israel. Francia, Canadá y Reino Unido. En un comunicado del 19 de mayo, rechazaron la nueva ofensiva militar sionista, pidieron un alto el fuego, e hipócritamente, después de su apoyo incluso con armas a Israel, dijeron que “el nivel de sufrimiento humano en Gaza es intolerable” y que “si Israel no detiene la ofensiva militar tomaremos más medidas concretas en respuesta”. Otros 18 países exigieron la inmediata reanudación de la ayuda en la Franja de Gaza.
Mientras tanto en Israel continúan las protestas, que ahora son diarias y exigen el fin de la guerra y el regreso de los rehenes. Importantes dirigentes políticos opositores, aunque son sionistas y anti palestinos, ahora critican. El ex primer ministro Ehud Olmert dijo en una entrevista “lo que Israel está haciendo actualmente en Gaza está muy cerca de un crimen de guerra”.
Profundizar la movilización internacional en apoyo a la resistencia
Desde la UIT-CI estamos por el inmediato alto al fuego, el retiro de todas las tropas israelíes de Gaza, Cisjordania, Siria y el Líbano. Rechazamos la limpieza étnica promovida por Trump y Benjamin Netanyahu, así como los bombardeos de Estados Unidos e Israel contra Yemen. Rechazamos este plan de militarizar y privatizar la entrega de ayuda humanitaria. Por una Palestina única, laica, democrática y no racista. ¡Palestina libre del río al mar!
Para derrotar el intento de limpieza étnica y ocupación en Gaza hay que seguir movilizados en todo el mundo respaldando al pueblo palestino y a la resistencia. Para el 15 de junio está prevista la “Marcha a Gaza”, promovida por organizaciones de más de veinte países. Será una marcha hacia la frontera entre Egipto y Gaza, en el paso de Rafah, para reclamar que se rompa el cerco y se abra la frontera para que ingrese libremente la ayuda humanitaria y toda expresión de apoyo al pueblo palestino.
La UIT-CI se suma a la convocatoria de esa movilización y llama a realizar acciones unitarias en todo el mundo de apoyo ese mismo día y del 12 al 15 de junio. En tal sentido estamos por la inmediata apertura de los pasos fronterizos para garantizar el ingreso de alimentos, medicamentos, combustibles y agua, y el restablecimiento de la energía eléctrica. Como parte de esa solidaridad internacional, cabe destacar que la Flotilla de la Libertad encabezada por Greta Thunberg, partió hacia hacia Gaza desde el puerto de Catania (Italia), llevando ayuda humanitaria y reclamando que Israel deje el camino libre para ello.
Exigimos al gobierno egipcio, que nada dice hasta ahora a pesar de la solidaridad popular con Palestina en el país, que autorice la marcha desde Egipto hasta Gaza. A todos los gobiernos del mundo, en especial a los gobiernos árabes y de Medio Oriente, que rompan relaciones políticas, diplomáticas, comerciales, culturales y académicas con Israel. Y en el caso de los gobiernos árabes, que apoyen con armas y recursos a la resistencia palestina en Gaza y Cisjordania.