Escribe Guido Poletti
Una de las noticias de los últimos días fueron las fuertes declaraciones del Papa Francisco contra el gobierno de Javier Milei. Se realizó en un simposio para recordar los diez años del primer encuentro de los Movimientos Populares en el Vaticano, donde se encontraba presente, entre otros, Juan Grabois. Una de las frases del Papa con más repercusión fue: “Me hicieron ver una represión, hace una semana o un poco menos. Obreros, gente que pedía por sus derechos en la calle. Y la Policía la rechazaba con una cosa que es lo más caro que hay, ese gas pimienta de primera calidad. El Gobierno se puso firme y en vez de pagar la justicia social pagó el gas pimienta. Es inadmisible que se utilice la fuerza contra aquellos que solo buscan una vida digna”
Las declaraciones fueron apenas días después de haber recibido a una delegación de la CGT. Y de una reunión, curiosamente sin foto, con la ministra Sandra Pettovello. Toda una señal “en clave vaticana” de a quién se levanta y a quién se baja.
¿Qué significan todos estos gestos? Tal como suele hacer históricamente la Iglesia Católica, se trata de todo un reacomodamiento ante la agudización de la crisis social y el crecimiento de la bronca. La Iglesia argentina sin duda tiene perfectamente informado al Papa de lo que sucede en estos días. Por eso las declaraciones no fueron casuales, sino cuidadosamente planificadas, como suele suceder en estos casos.
De ahí que en la voz del Sumo Pontífice se reubica colocándose discursivamente como “opositora” al gobierno, para desde ese lugar llamar al diálogo. Una posición coincidente de la que lleva adelante la burocracia de la CGT. De hecho, en la reunión con los dirigentes, Francisco había pedido defender “la dignificación del trabajo” por medio del mecanismo del “diálogo social tripartito” (o sea entre el gobierno, los sindicatos y los empresarios).
La lectura de todo esto es clarísima: el crecimiento de la bronca en el pueblo trabajador es tan visible que el propio Papa tuvo que dar cuenta de ello, dando toda una señal en particular hacia los partidos patronales (y al peronismo en primer lugar). Claro que, coincidiendo con el accionar de la burocracia de la CGT y las CTA y la propia dirigencia peronista, no es un llamado a la resistencia y a la lucha contra el plan de ajuste, sino al diálogo con el gobierno y los empresarios y a mantener la paz social para evitar cualquier estallido.
De nuestro lado creemos que, si se quiere ser consecuente con las denuncias que hizo públicas el propio Papa, la tarea es la movilización unitaria en las calles para derrotar esta política de hambre, entrega y marginación social, retomando con una nuevo paro general y un plan de lucha hasta lograrlo.
Escribe José Castillo
El proyecto de presupuesto nacional 2025 se apoya sobre un método que explicó el propio presidente Javier Milei en su discurso de presentación en el Congreso: de ahora en más el gasto público no podrá superar los ingresos por impuestos restando el pago de los intereses de la deuda. Esta es la famosa regla de “superávit fiscal financiero”. En concreto, el pago de la deuda tendrá prioridad sobre las jubilaciones, salarios y otras partidas que atienden las necesidades populares.
Por citar sólo algunos ejemplos, el Ministerio de Salud tendrá un recorte de entre el 17% y el 23%. El programa de “Acceso a medicamentos, insumos y tecnología médica” se recorta en 14%; Educación y Cultura se reduce casi un 2% y también se achican los presupuestos del sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación y el universitario.
Por contrapartida, casi el 10% del presupuesto se lo llevan los buitres usureros internacionales. Una comparación basta para ilustrar: se presupuestan 12 billones de pesos por pago de servicios de deuda pública, mientras que a Salud se destinan sólo 5 billones y a educación 7. O sea que la deuda externa se lleva un monto similar a todo lo que se destina a educación y salud sumados.
Por si todo esto fuera poco, el gobierno de Milei ha promulgado el DNU 846, que autoriza al gobierno a realizar nuevos canjes de deuda sin pasar por el Congreso ni cumplir con la ley de administración financiera. Así, el ministro Luis “Toto” Caputo podrá canjear los bonos de deuda que vencen en los próximos meses por otros con mayor tasa de interés sin ninguna exigencia de quita de capital. Con las cláusulas que quiera, sin rendirle cuentas a nadie. Un auténtico escándalo, que se transformará en un nuevo capítulo del ya infinito libro que explica por qué la deuda externa sigue creciendo cual bola de nieve.
Todo esto no hace más que reafirmarnos en lo que venimos sosteniendo desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad: no hay salida si no dejamos de pagar la deuda externa, rompemos con el FMI y ponemos todos esos recursos al servicio de las más urgentes necesidades del pueblo trabajador.
Como cada año, miles participamos del Encuentro. Un evento único en el mundo que reúne al activismo feminista de Argentina y que a través de los años supo entusiasmar a mujeres y disidencias de otros países. Este año tenemos un gran desafío, porque es el primer Encuentro bajo un gobierno de ultraderecha, machista y misógino que busca quitarnos las conquistas obtenidas con la movilización.
Javier Milei está aplicando un ajuste feroz que nos afecta más a mujeres y disidencias trabajadoras y de los sectores populares. Vetó el aumento a las jubilaciones sabiendo que siete de cada diez (mayoría mujeres) ganan la mínima de 300 mil pesos, y hasta reprimió a una niña de diez años. Del 53% de personas bajo la línea de pobreza en nuestro país la mayoría somos mujeres y disidencias. El Ministro de Justicia, Cúneo Libarona, negó en el Congreso la violencia patriarcal y la identidad de género y recortaron drásticamente las políticas para combatir la violencia de género. Por eso, nuestra organización como mujeres y disidencias, ante semejante ataque, en este 37° Encuentro tenemos que resolver un plan de lucha feminista contra los ataques a nuestros derechos.
Mientras Milei encabeza la reacción patriarcal y nos ataca, las centrales sindicales, que deberían estar llamando a luchar, están negociando con el gobierno. Es necesario que convoquen un paro general y un plan de lucha para derrotar todo el plan de ajuste de Milei, los gobernadores y el FMI, y que las luchas que se dan no queden aisladas.
Desde Isadora y Disidencias en Lucha, seguimos sosteniendo que el camino para defender nuestros derechos y pelear contra el plan motosierra es el mismo que para conquistarlos: la lucha callejera. Por eso, lejos de amedrentarnos como pretende el gobierno, debemos seguir impulsando ampliamente la movilización, y en unidad, defender nuestras conquistas. Así lo aprendimos con la #MareaVerde y con #NiUnaMenos. No hay otro camino, y debemos hacerlo ahora; esperar hasta las elecciones, como propone el peronismo, es inviable, porque las pérdidas las estamos sufriendo hoy y son durísimas.
Desde nuestro feminismo socialista también peleamos contra todos los planes de ajuste de los gobiernos y sus políticas de hambre y miseria que nos empobrecen cada día más. Las mujeres y disidencias estamos a cargo de los hogares más humildes, tenemos los trabajos más precarizados y sufrimos la violencia machista de este sistema capitalista patriarcal. Por eso impulsamos las movilizaciones por nuestras reivindicaciones contra el patriarcado, y como parte de la clase trabajadora, luchamos junto a nuestros compañeros contra los despidos, las privatizaciones y por nuestros derechos laborales. Por eso sostenemos que la lucha antipatriarcal debe unirse a la lucha anticapitalista en la pelea por un gobierno de la clase trabajadora en perspectiva de una sociedad sin opresión ni explotación.
El Socialista entrevistó a Diego Saavedra delegado de la junta interna de ATE en el Hospital Garrahan quien nos contó sobre el plan de lucha que vienen realizando por el salario.
El Socialista.- ¿Cuál fue el desencadenante del conflicto?
Diego Saavedra: Los conflictos por aumento del salario no son algo nuevo en el Hospital Garrahan, hace décadas que se viene luchando con sucesivos gobiernos que de la mano de las conducciones burocráticas de UPCN y Sutecba vienen firmando paritarias a la baja. El gobierno de Javier Milei ha profundizado esto, desde los primeros meses el salario se licuó tanto que provocó que a mitad de año tengamos un conflicto. Es común que escuchemos de las y los compañeros, que nos dicen que no se aguanta más. Los tarifazos, los aumentos de transporte, de los alquileres, de la comida. Tenemos profesionales de varias especialidades que están por debajo de la canasta familiar y otros miles que directamente están más cerca de la línea de pobreza.
A finales de agosto hemos tenido un nuevo episodio de estas grandes traiciones, con las paritarias estatales. UPCN acordó un “aumento” de 2% para septiembre y 1% para octubre. A esto se suma un presupuesto 2025 que es un clarísimo ajuste sobre áreas claves como salud, educación y ciencia. Una alarma sobre una problemática que va por encima de lo salarial, que tiene que ver con el rol del hospital público y con la defensa de la salud pública de calidad. Como trabajadores de la salud, vamos a defender al Hospital a capa y espada. La salud y la educación no son un servicio, son un derecho.
ES.- ¿Cuáles son los reclamos?
D.S.: Hemos convocado a asambleas que paulatinamente se fueron haciendo cada vez más grandes y fuimos sacando la conclusión de poner en pie un plan de lucha por una verdadera recomposición salarial. En este caso planteamos un 100% de aumento y que nadie gane menos de la canasta familiar, que según miden los compañeros de ATE Indec es de 1.450.000 pesos. También vamos contra el impuesto a la ganancia, porque hay un sector profesional con muchos años de antigüedad que pasa a tener que pagar impuesto al salario. Se suman reclamos relacionados al régimen laboral: por reducción horaria, licencias por estrés, requisitos jubilatorios. Estamos todos convencidos de que la dirección del hospital no puede negar que la alta complejidad es sostenida por trabajadores y trabajadoras con salarios de pobreza.
ES.- ¿Qué medidas vienen tomando?
D.S.: Después de varias asambleas, el 4 de septiembre fuimos al primer paro, que fue muy poderoso con un abrazo multitudinario al hospital. Para el 19 se votó un nuevo paro. Fue creciendo la fortaleza de entender que es el momento de pelear por un aumento de salario. En la última asamblea general hemos votado parar este miércoles 2 de octubre movilizar empalmando con la gran Marcha Federal Educativa convocando desde el Hospital para formar una nutrida columna de salud junto residentes de Nación y de CABA.
ES.- ¿Cómo reciben el bono a raíz del cual el Ministro de Salud echó al Directorio?
D.S.: El Consejo de Administración tuvo que reconocer el valor de la lucha. El 30 de septiembre tuvo que anunciar un bono especial de 500.000 pesos. Hasta hace un par de días nos venían diciendo que no había dinero para los trabajadores del Garrahan y de un momento para el otro apareció dos días antes del paro para tratar de descomprimir. Ahora el gobierno nacional a través del ministro de Salud sale con un comunicado a decir que van a echar al actual directorio por haber otorgado el bono. Si bien aseguran que el mismo se abonará a los trabajadores, no bajamos la guardia y estamos alertas y movilizados ante cualquier intento de arrebatarnos esta primer conquista del plan de lucha. Y seguiremos peleando, porque lo que necesitamos es recomponer el salario en forma permanente y no por única vez.
ES.- ¿Cómo la siguen?
D.S.: Hemos votado que iremos a un nuevo paro en forma inmediata el jueves 3 si no se paga el bono y a una nueva jornada de paro para el 8, con movilización hasta el Ministerio de Economía y a Plaza de Mayo. Estamos haciendo asambleas en los diferentes turnos, para fortalecer y continuar el plan de lucha. Ahora lo más importante es que después del paro del miércoles 2 y la movilización, continuaremos exigiendo a ATE que unifique las luchas de todos los estatales en un gran paro nacional.
Escribe Rubén “Pollo” Sobrero, secretario general Unión Ferroviaria Oeste y referente de A Luchar
Dos días antes de la multitudinaria marcha en defensa de la universidad y la educación pública, una delegación con los principales dirigentes de la CGT, encabezados por Héctor Daer (Sanidad), Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (Uocra) y Roberto Fernández (UTA), se reunieron con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y con el “asesor estrella” Santiago Caputo. Lo hicieron en medio del brutal ajuste de Javier Milei y los gobernadores, del veto al aumento de las jubilaciones, los tarifazos en la luz, el gas, el agua, el transporte, del índice de pobreza más alta de la historia, los despidos, suspensiones y cierres de empresas, los paros de Aerolíneas, docentes, salud, estatales, de la reglamentación de la reforma laboral y los ataques a las obras sociales, los intentos de privatizaciones y más despidos. Sí, en medio de esta tremenda crisis social, la burocracia sindical de la CGT fue a acordar con el gobierno de Milei seguir la tregua que iniciaron después del último paro nacional del 9 de mayo. Trascendió que hablaron de cómo “regular” los bloqueos en conflictos obreros, cómo evitar el paro de transporte el 17 de octubre, el ingreso al “Consejo de Mayo” y seguir la tregua mientras no lleven al Congreso el proyecto de la UCR y el PRO de reforma sindical. Sobre el robo salarial, los despidos y el ajuste, ni una palabra, ¡Estos burócratas son una vergüenza!
Desde nuestra corriente sindical A Luchar llamamos a apoyar y rodear de solidaridad todas las luchas en curso de los trabajadores, para que puedan ganar. Tenemos que exigir a la CGT que rompan la tregua y llamen a un nuevo paro nacional y plan de lucha. Es fundamental la coordinación de los sectores en lucha para romper la atomización de los conflictos que impone la burocracia sindical.
Volvemos a llamar a las y los integrantes del Plenario del Sindicalismo Combativo (PSC) a que reunamos su Mesa de Coordinación para apoyar los conflictos y romper la tregua de la CGT. Sumate a la corriente sindical A Luchar, para avanzar en estas tareas.