Escribe Mercedes de Mendieta, Diputada Nacional electa Izquierda Socialista/FIT-Unidad
Semanas atrás nos conmovimos con la foto del fotoperiodista Pablo Grillo desde la terraza del hospital Ramos Mejía, dónde se encuentra internado desde el 12 de marzo, cuando fue herido gravemente por la criminal represión durante la masiva movilización de jubiladas y jubiladas acompañadas por hinchas, jóvenes y sectores de trabajadores. Esta semana, Pablo tuvo que ser operado nuevamente, debido a un cuadro de hidrocefalia, consecuencia del traumatismo craneal. Mientras aspiramos por su pronta recuperación y enviamos toda la fuerza a Pablo y a su familia, exigimos juicio y castigo a los culpables materiales, intelectuales y políticos.
Lo de Pablo no es casual. La ministra Bullrich ha tenido especial cizaña en reprimir al periodismo como una forma de ataque al derecho a la información y a la libertad de expresión. La Asociación de Reporteros Gráficos de Argentina (ARGRA) denunció que los reporteros son "objetivos a reprimir". A la represión, se suma el ataque a la prensa impulsado por Milei, quién levanta una campaña de odio contra periodistas que critican al gobierno, a quienes llamó una y otra vez “basura mentirosa”, “ensobrados”, entre otras barbaridades. Durante 2024 Fopea (Foro de Periodismo Argentina) registró una agresión cada dos días de parte del facho de Milei.
Basta de impunidad, castigo a los culpables
A pesar de contar con pruebas que identifican al cabo Héctor Jesús Guerrero como el autor del disparo, hasta la fecha, el gendarme no ha sido ni siquiera llamado a declarar, lo cual muestra las maniobras de una justicia funcional a Bullrich y a la represión criminal. No olvidemos que un día después del ataque a Pablo, un material que se subió a una cuenta de X del sitio Mapa de la Policía, muestra la reconstrucción que dos peritos hicieron del disparo revelando cómo el gas se tiró como si fuera una bala directo a la cabeza. Todo lo contrario a los dichos de Bullrich, cuando mintió diciendo que “el disparo lo hizo como dicen los manuales” y que el cartucho “habría rebotado en el piso”. Todas falsedades en función de intentar garantizar la impunidad, cuando las pruebas son contundentes.
La familia de Pablo y la querella a cargo del CELS y la Liga Argentina por los Derechos Humanos denunciaron inconsistencias y vacíos en los videos proporcionados por Gendarmería Nacional y en las comunicaciones de la Policía Federal, investigación que está a cargo de la jueza federal María Servini y el fiscal Taiano. Estos materiales presentan omisiones en momentos clave del operativo, tendientes a que este hecho gravísimo quede en la impunidad y salve a los represores y a la ministra. Entre las omisiones, destacaron que no se presentó el material captado por una cámara GoPro incorporada al casco de un gendarme que se encontraba junto al cabo Guerrero, identificado como el autor del disparo que hirió a Grillo. Según las imágenes analizadas, tras lanzar el proyectil en línea recta y en dirección al rostro del fotoperiodista, otro policía le toca el hombro en señal de aprobación. Pero el registro de esa cámara no fue entregado. También denunciaron que el audio entregado por la PFA tiene una duración menor al rango horario consignado en el título del archivo, sin explicación sobre el recorte ni transcripción o referencia horaria precisa.
Desde Izquierda Socialista en el FIT-Unidad exigimos junto la familia de Pablo y organismos de derechos humanos el fin de la impunidad, reclamando el castigo a los responsables de mando, materiales y políticos, empezando por el gendarme Guerrero, autor material del ataque que ya debería estar preso. Mientras seguimos acompañando el reclamo popular por la renuncia de la ministra Bullrich por ser la máxima responsable política del accionar criminal de las fuerzas represivas.