Los partidos patronales ofrecieron un espectáculo bochornoso en el cierre de listas, de cara a las elecciones legislativas bonaerenses del próximo 7 de septiembre.
El gobierno de Javier Milei eligió como primer diputado provincial por la Tercera Sección Electoral a un símbolo claro de cómo piensa ejecutar el ajuste de la motosierra: con palos y represión. Se trata de Maximiliano Bondarenko, ex comisario de la “maldita” Policía Bonaerense, conocida por regentear el juego clandestino, la droga, la prostitución, los desarmaderos de autos robados y las zonas liberadas para los piratas del asfalto.
Este ex comisario no es nuevo en la política bonaerense, es un típico tránsfuga que pasó por el PRO, luego se incorporó al radicalismo en el sector de Facundo Manes, y finalmente dio otro salto para aterrizar en La Libertad Avanza (LLA).
El reparto dentro de esta lista, que hace un par de años se mostraba como “lo nuevo”, diferente a la vieja “casta política”, fue una pelea de todos contra todos por los puestos, incluyendo repartos de ñoquis dentro del PAMI. En esa negociación, La Libertad Avanza prácticamente se fagocitó al PRO (el reparto fue 75% para los libertarios y apenas 25% para los amarillos). Quienes se quedaron afuera fueron los de “las fuerzas del cielo” del Gordo Dan y sus tuiteros. Jugaban amparados en Santiago Caputo, quien perdió espacios en el triángulo del poder ante Karina Milei, ahora aliada al clan Menem (Eduardo y Martín).
El peronismo, principal fuerza de oposición patronal, no salió mucho mejor parado en su cierre. En una guerra por el reparto entre Máximo Kirchner y La Cámpora por un lado; Axel Kicillof y los intendentes por otro, y Sergio Massa con su Frente Renovador, todo estuvo a punto de volar por el aire a minutos del cierre. Se salvaron por dos “sorpresivos” cortes de luz que fueron aprovechados por la Justicia Electoral para posponer la presentación hasta el lunes, dándoles así tiempo de cerrar sus listas.
Finalmente, la lista terminó siendo una repartija: en la Tercera Sección Electoral, Verónica Magario (del sector de Kicillof, actual vicegobernadora y, al parecer, candidata testimonial que no asumiría su banca) encabeza la nómina, seguida por dos referentes kirchneristas. En la Primera Sección, la lista está encabezada por Gabriel Katopodis, también alineado con Kicillof, y secundado por Malena Galmarini, del Frente Renovador.
Varios intendentes figuran como cabezas de lista de concejales de manera testimonial. Entre ellos, Fernando Espinoza, el intendente de La Matanza acusado de abuso sexual y con un juicio oral en puerta.
El peronismo es responsable de que hoy gobierne un ultraderechista como Milei. El ajuste aplicado por el gobierno de Alberto Fernández, Cristina y Massa empujó a miles de personas a votar equivocadamente por LLA. Es falso, como intenta sostener Kicillof en su discurso, que la provincia de Buenos Aires esté “blindada” frente al ajuste nacional. Es el propio gobierno provincial el que ajusta a sus docentes y permite despidos como los de Georgalos, Morvillo, Secco o Molinos.
Por supuesto, la crisis en ambas fuerzas patronales dejó heridos que fueron recogidos por la “ambulancia” de la tercera fuerza patronal en disputa. Somos Buenos Aires es un rejunte de lo que quedó de la decrépita UCR, intendentes del PRO que quedaron fuera del acuerdo principal, y sectores del peronismo también marginados, que ahora se cobijan bajo el ala de Juan Schiaretti y Florencio Randazzo. A esa lista se suman también Margarita Stolbizer y Elisa Carrió.
Estas listas patronales están unidas por un punto: aceptan el acuerdo con el FMI y no dicen una palabra de los pagos de deuda que desangran al país. El contraste con la lista del Frente de Izquierda Unidad es total. Es la única que puede decir con orgullo que ha estado, está y estará presente y de forma incondicional en todas las luchas. La única que, en el Congreso Nacional, en la Legislatura bonaerense y en cada lugar donde tuvo representación, se opuso a todas las medidas de ajuste.
Mientras los candidatos patronales arrastran prontuarios, manejan negocios y están rodeados de corrupción, los del FIT Unidad son luchadores y luchadoras genuinos, de la clase trabajadora, la juventud, las disidencias, el ambientalismo y la organización barrial. Por eso es necesario que haya más bancas en la Legislatura bonaerense y en los concejos deliberantes. Ese es el desafío.
También porque el FIT Unidad es la única fuerza que propone un verdadero programa alternativo frente a la crisis: romper con el FMI, dejar de pagar la deuda externa y destinar esos recursos a salarios y jubilaciones dignas, trabajo genuino, educación, salud y vivienda. Sobran los motivos para apoyarla. Difundí sus propuestas, convencé a tus compañeras y compañeros de trabajo, estudio, barrio y familia. Acercate a nuestros locales, participá, anotate para fiscalizar y ayudanos a hacer más grande el Frente de Izquierda Unidad.










