Escribe Guido Poletti
Milei quiere copiar a Trump. Como digno discípulo, así como el presidente yanqui avanza con ataques a los extranjeros y deportaciones en el país del norte, nuestro facho criollo festeja la construcción de un alambrado en una parte de la frontera de Argentina con Bolivia, más exactamente en Salta.
Se trata de un vallado en la localidad de Aguas Blancas, financiado por la provincia gobernada por el massista Gustavo Sáenz. Medida festejada, aplaudida y puesta como ejemplo por Milei, Patricia Bullrich y toda la troupe ultraderechista y discriminadora que rodea al gobierno de La Libertad Avanza. Más aún, el gobernador Sáenz responde así a un pedido del Ministerio de Segurida de la Nación, en el marco del denominado “Plan Güemes”, el mismo que con la excusa de “asegurar las fronteras contra el narcotráfico y el delito”, provocó que la gendarmería recientemente asesinara al “bagayero” Fernando Gómez (así se conoce a los miles que sobreviven pasando diariamente mercaderías de un lado a otro de la frontera).
El alambrado en cuestión es meramente simbólico (cubre apenas 200 metros de los 742 kilómetros del total de la frontera argentino-boliviana). Es absolutamente falso que aportará a la lucha contra el narcotráfico, ya que ese negocio se nutre con lo ingresado ilegalmente vía avionetas. Más aún, fue en la propia Salta, más específicamente en Orán, donde el juez federal de esa ciudad procesó hace dos semanas a una banda atrapada con 35 kilos de cocaína y 995 pastillas de éxtasis trasladadas desde Salta a Mendoza. El detalle es que uno de los integrantes de la banda era el comandante mayor de Gendarmería Miguel Ángel Torres, destinado durante años a custodiar esa frontera, quien habría realizado más de 80 cruces a Bolivia (Clarín, 1/2/2025)
En síntesis, el repudiable alambrado salteño tiene como objetivo estigmatizar y perseguir a los sectores populares que de uno y otro lado de la frontera tratan de sobrevivir a los ajustes de los respectivos países, bien a la medida con el discurso xenófobo y racista del gobierno ultraderechista de Milei.










