Escribe Adolfo Santos
Cuando desde Izquierda Socialista y el FIT Unidad destacamos la necesidad de poner en pie un impuesto a las grandes riquezas y superganancias de los multimillonarios, lo hacemos por casos como el del magnate Eduardo Elsztain, dueño de Inversión y Representación SA (IRSA), y flamante accionista mayoritario de la de la minera australiana Challenger Gold, firma a la que llegó recientemente mediante una inversión de 6.6 millones de dólares.
Es que mientras que el gobierno ultraderechista repite como mantra que no hay plata para resolver los acuciantes problemas de la clase trabajadora y los sectores populares, los multimillonarios que se la llevan “en pala” demuestran que el dinero está.
Así justifica los bajos salarios y jubilaciones, el desmantelamiento de la salud y la educación pública, la eliminación de proyectos sociales o la falta de inversión en obra pública. Todo mientras una selecta minoría hace gala del crecimiento de su riqueza.
Elsztain, hombre relacionado estrechamente con el gobierno de Javier Milei, viene de consolidar una nueva división de negocios en su emporio, con la incorporación de la firma australiana, la cual se encargará de desarrollar el proyecto Hualilán, una mina de explotación de oro y plata en San Juan, que se llevará el oro y le dejará a la provincia menos de 3% en regalías, además del tremendo pasivo ambiental que estas acciones acarrean.
Sin duda que “plata hay”(y mucha), pero súper concentrada en pocas manos. Un dinero amasado al calor de las relaciones con los gobiernos de turno, como durante tantos mandatos demostró Elsztain.
El megaempresario, tuvo además el rol protagónico de que, en uno de sus hoteles, El Libertador, se hospedó el actual presidente durante más de dos meses antes de asumir. Dicen que no pagó. Será una cuenta que ahora pagaremos todos “con la nuestra”.
Además, es una de las figuras más ricas del país. Dueño de quince shoppings, tres hoteles, entidades financieras, empresas agrícolas, mineras e inmobiliarias como IRSA, el mayor emprendimiento inmobiliario del país, con el que logró hacerse de los shoppings Alto Palermo, Abasto, DOT y Patio Bullrich.
Entre sus compañías también están el Banco Hipotecario; la empresa agrícola ganadera Crecimiento Sudamericano (Cresud) con campos en Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay; BrasilAgro Companhia Brasileira de Propiedades Agrícolas; Austral Gold Ltd.; Hotel Llao Llao, entre otras. Una concentración de riqueza obscena.