Escribe Graciela Calderón Secretaria adjunta del Suteba La Matanza
La ida de Finocchiaro como ministro de Educación de Vidal a la Nación no pudo ser más ejemplar. ¡Se fue con el rabo entre las patas! Desde su llegada a la provincia desde la Ciudad de Buenos Aires, persiguió y reprimió los derechos laborales y sindicales docentes. Fue paladín al intentar implementar el Operativo Aprender, prohibir derechos gremiales y atacar a docentes culpándonos de la crisis educativa. Impulsó el “voluntariado”, para que padres actúen de carneros ante los paros docentes y la declaración de “servicio esencial” para prohibir el derecho de huelga. Últimamente salió a los medios junto con Vidal anunciando el descuento de los paros y que, con el decreto 1.131, se suspendería el receso invernal para “recuperar contenidos”. Una mentira que buscaba disciplinarnos y amedrentarnos para que no hiciéramos más paros y agachemos la cabeza ante la crisis educativa y los ataques al salario y los derechos laborales.
La burocracia de Suteba y la FEB de Baradel y Petroccini “se olvidaron” de exigir la devolución de los días descontados y la anulación del decreto 1.131, cuando firmaron su acta paritaria entreguista. Pero desde las seccionales multicolores, con Suteba La Matanza a la cabeza, decidimos ponernos al frente del reclamo y rechazo masivo de la base docente y además de impulsar actos y movilizaciones, tomamos la jefatura de educación para exigir la derogación de la 1.131. Inmediatamente las demás seccionales multicolores tomaron las jefaturas de sus regionales, Tigre, Bahía Blanca, Escobar, Ensenada, Marcos Paz y no nos fuimos hasta que la 1.131 se cayó, por orden judicial. Así, con ese triunfo de la movilización, despedimos a Finocchiaro y le mostramos lo que deberá afrontar como ministro nacional cuando le dé continuidad al ajuste antieducativo y antidocente de Bullrich y Macri.