Apr 28, 2024 Last Updated 1:19 AM, Apr 28, 2024

Izquierda Socialista

Redacción de Izquierda Socialista y de El Socialista

Nuestra diputada nacional Mónica Schlotthauer presentó un proyecto en la Cámara de Diputados de la Nación para solidarizarse con los reclamos de las asambleas vecinales y el pueblo de la Provincia del Chubut que están movilizados contra la mega minería. A su vez, apoya el proyecto originario presentado como Ley por Iniciativa Popular que la prohíbe.

Chubut es una provincia de lucha contra la mega minería extractiva y contaminante. En 2003 un plebiscito en Esquel frenó a las transnacionales extractivas tras enormes jornadas de lucha (el 82% votó por “no a la mina”). A partir de este rotundo resultado y de la presión social, se promulgó la ley 5001 que prohíbe la minería, pero se le incorporó un artículo por el cual dejaron abierta la posibilidad de realizar una “zonificación” para habilitarla, algo que el proyecto de Schlotthauer repudia.

Al momento que se presentaba el proyecto en el Congreso eran reprimidos y encarcelados varios luchadores frente a la Legislatura de Chubut que se manifestaban alertas para que no pase ningún proyecto que introduzca la mega minería.

Schlotthauer señaló: “El lobby minero sigue actuando mientras los políticos patronales locales comienzan a presionar para fomentar el saqueo de las multinacionales”. Este proyecto va en línea con otro que interpusimos desde Izquierda Socialista en 2017 (Proyecto de ley 2830-D-2017) disponiendo la expulsión de la Barrick Gold de Argentina.

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Escribe Silvia Santos, miembro del Secretariado Internacional

A mediados de julio de 2020 se realizará el VII° Congreso de la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores Cuarta Internacional (UIT-CI).

Así lo resolvió la reunión de su Comité Ejecutivo Internacional (CEI) reunido en Buenos Aires los días 28, 29, 30 de noviembre y 1° de diciembre. Sesionó con representantes de las secciones de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Estado Español, Perú, México, Turquía y Venezuela. El congreso se llamará León Trotsky, recordándolo a los 80 años de su asesinato en México a manos del estalinismo. El congreso tendrá un carácter abierto con invitaciones a organizaciones, grupos y militantes revolucionarios de Latinoamérica, Europa, Norte de Africa, Medio Oriente y de los Estados Unidos que compartan con la UIT-CI la necesidad de unir a los revolucionarios, en base a un programa mínimo revolucionario, en la perspectiva de lograr gobiernos de las y los trabajadores en la lucha contra el imperialismo, el FMI y los gobiernos capitalistas.

En ese marco la reunión internacional destacó la oleada revolucionaria de luchas que cruza el mundo. Debatió en especial la rebelión popular de Chile y resolvió redoblar la campaña de solidaridad internacional por “Fuera Piñera” y por la libertad de los presos políticos. También la UIT-CI ratificó el apoyo a la huelga general de Francia, a las rebeliones populares del Líbano e Irak, a la movilización del pueblo catalán por su autodeterminación y por la libertad de sus presos políticos, a los jóvenes de Hong Kong por sus libertades o a la lucha en Bolivia contra el gobierno de facto de la derecha reaccionaria.

Estamos convencidos que la nueva oleada de luchas abre nuevas oportunidades para luchar por la superación de la crisis de dirección revolucionaria. Solución que no vendrá de una única organización. Rechazamos toda autoproclamación. Por esa razón la UIT-CI, en camino a su VII° congreso, se orienta a buscar acuerdos en base a puntos mínimos revolucionarios que puedan aproximarnos y unificarnos con corrientes, grupos y sectores revolucionarios que provengan de otras tradiciones y experiencias políticas.

El Socialista entrevistó a Joseph Lluis Alcázar, dirigente de Lucha Internacionalista y de la UIT-CI, para conocer la situación en el Estado Español después de las elecciones.

- El 10 de noviembre se realizaron elecciones en el Estado Español. ¿Cuál fue el resultado?

Son las cuartas elecciones en cuatro años, lo cual demuestra las dificultades que hay para conseguir un acuerdo de gobierno. Y el resultado agrava la situación. Era una elección que esperaba encajar un acuerdo entre el PSOE y Ciudadanos, sin embargo este partido de derecha se ha hundido y los socialistas han retrocedido. Las dos columnas sobre las que se iba a sentar el nuevo gobierno se han fragilizado y el PSOE ha tenido que salir a buscar un acuerdo de urgencia con Podemos, que vienen perdiendo apoyo popular. Será un acuerdo de crisis, que es lo que caracteriza la situación política actual.

- ¿Por qué sucede esto?

Los partidos tradicionales han perdido credibilidad y existe una gran fragmentación. Se ha fortalecido el independientismo, pero el retroceso de Ciudadanos ha dado espacio para el crecimiento de Vox, un partido de extrema derecha. Son parte del proceso de transición del franquismo. La monarquía española no surge de una ruptura con el franquismo, sino de la continuidad del mismo a través del pacto de la Moncloa. Por eso no ha habido ningún tipo de juicio a los responsables de los crímenes del franquismo. El tema de la impunidad del franquismo, de sus crímenes, es un tema que no se ha resuelto 40 años después. Los jueces, la policía y el ejército del franquismo pasaron a ser los jueces, la policía y el ejército de la monarquía.

- Las perspectivas del régimen no son de las mejores, el próximo gobierno va a tener muchas dificultades.

Claro, es un gobierno que para aprobar sus proyectos va a tener que ponerse de acuerdo con unas 10 fuerzas políticas diferentes. Solo con PSOE y Podemos no llegan, son muchas más piezas para encajar. Será un gobierno débil que va a tener que afrontar dos temas cruciales. Tiene que encarar el proceso en Catalunya con una resistencia popular que continúa en medio de miles de procesos judiciales que provocan mas rebelión y con un estado que no está dispuesto a ceder. De otro lado llega un reflujo económico que profundiza la crisis. La economía europea está parada y los acreedores empiezan a exigir que se pague la deuda pública que ya supera 1 billón de euros y no se podrá cobrar sin aplicar duros ajustes. Eso es lo que va a tener que afrontar un gobierno sumamente débil.

- ¿En ese marco, la lucha independientista tiene mejores posibilidades?

En Catalunya sigue ganando espacio político. Globalmente creció, no solo en Catalunya. Bildu, una agrupación política del independientismo en el país Vasco creció, en Navarra consiguieron un diputado más. El bloque nacionalista gallego, que no es una expresión idéntica, también creció y sacó un diputado más. Hay una tendencia centrífuga en relación a los partidos tradicionales, a la búsqueda de una salida que no sea bajo el estado opresor monárquico. Pero lo nuevo de estas elecciones es que surgió una candidatura independientista, pero con un componente anticapitalista. Eso fue lo que presentó la CUP, Candidaturas de Unidad Popular, que sacó dos diputados, donde participó nuestra corriente, Lucha Internacionalista. Se incorporó el componente anticapitalista. No tiene sentido la lucha independientista de ruptura con el estado que no tenga un proyecto social de ruptura con el capitalismo. Hay que encarar la lucha republicana, antimonárquica, desde el punto de vista de la clase obrera, con una perspectiva socialista.

- ¿Cuáles son las perspectivas?

El acuerdo en la CUP es que los diputados electos lleven al congreso en Madrid el mensaje de construir un frente de los trabajadores. En relación a la lucha, la burguesía apuesta a que con la represión la lucha decaiga y volver a una autonomía limitada como estábamos hace cinco años. Yo creo que eso está descartado porque el movimiento continúa resistiendo y el régimen va cada vez más duro con la represión. En los últimos meses ha surgido con mucha fuerza la juventud, que ha tenido un gran protagonismo en los choques con la policía. Si esto se extiende en el tiempo, va a ir agregando otros sectores a nivel nacional lo que va a ser determinante en la lucha contra la monarquía. O sea no se va a limitar a la ruptura de Catalunya, sino a la derrota de la monarquía, lo que significaría un gran triunfo.

Entrevista a Carlos Enrique Fernández Chacón, dirigente trotskista peruano de larga trayectoria y de UNIOS, sección de la UIT-CI. Actualmente es candidato a diputado nacional por Lima en el Frente Amplio.

-¿Cuál es la situación política en Perú, después de la disolución del Congreso por parte del presidente Vizcarra?

Somos parte de un continente que siente agotado el programa económico, que muestra cifras macroeconómicas espectaculares pero no ofrece servicios sociales, los salarios son de hambre y se aplica una brutal flexibilización de derechos laborales que producen informalidad y pésimos servicios. Por otro lado, hay un movimiento espectacular de las masas que enfrentan esta situación. En el último año se registraron en Perú aproximadamente 250 conflictos laborales, fundamentalmente originados por la mega minería y cuestiones ambientales. También hay un descrédito de los políticos tradicionales, porque para entregar todas estas concesiones ha habido una agresiva corrupción. En Perú los últimos cinco presidentes fueron presos. Eso llevó a que la propia gente apoye no solamente que cierren el Congreso sino que se vaya el gobierno, que acabó cediendo a la presión de la gente para que haya elecciones legislativas en el próximo mes de enero.

- Se han producido varios choques entre los proyectos de la mega minería y las comunidades…

Exacto. En esa política entreguista entra el proyecto Tía María, en Arequipa. Es una explotación minera a cielo abierto de 1,3 millones de hectáreas. Sacar el mineral significa que el valle que rodea la zona desaparecerá. Es un valle de tierras muy ricas, por eso hay tanta protesta de las comunidades. Son campesinos que tienen años trabajando ahí y abastecen de frutas y verduras. Ese proyecto es simbólico para las multinacionales, si se aprueba Tía María va a pasar el resto de las concesiones que están esperando. Las comunidades han comprendido eso y entonces salen a pelear con dientes y uñas. Es un conflicto que viene de 2008, es decir, tiene 10 años con un balance de 10 o 15 muertos. Se ha convertido en el símbolo de la resistencia contra el saqueo de las imperialistas. En esa lucha está metido el Frente Amplio.

- Vas como primer candidato a diputado en Lima por el Frente Amplio. ¿Cómo está la campaña?

Desde Uníos, mi organización, participamos en el Frente Amplio. Mi candidatura está al servicio de las luchas de los trabajadores, de la juventud y de las comunidades. Las personas me dicen: “yo lo apoyo a usted porque es un dirigente consecuente y honrado, porque nunca robó, ni se vendió a la patronal, se ha mantenido consecuentemente luchando a nuestro lado”. Ese es un diferencial en momentos de tanta entrega, retirada de derechos y corrupción. Me identifican como uno de ellos. Soy pensionista, mi pensión es miserable, no llega a los 150 dólares que es lo que ganan cientos de miles de trabajadores. Esa pensión está por menos de la mitad de un salario mínimo de trabajadores en actividad mientras que las grandes empresas gozan de excepciones tributarias nosotros estamos sobreviviendo con eso. Así como antes luché para formar sindicatos, para conquistar mejores salarios, ahora soy un obrero jubilado que sigue peleando con su clase. Mi banca, como ya lo hice antes*, va a estar al servicio de los intereses de los trabajadores, de los jóvenes y de las comunidades y de sus luchas.

* Fue diputado constituyente en 1978, junto a Hugo Blanco, y diputado nacional en 1980/81

Escribe Virginia de la Siega, integrante del Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) de Francia*

El sueño de Emanuel Macron es “transformar” a Francia en un país neoliberal “normal”, doblegando a la clase obrera francesa.

Es por eso que para él es crucial imponer la reforma de la ley de jubilaciones que abre la ruta a la privatización. Sin la aparición de los gilets jaunes (chalecos amarillos) y sin su determinación y su negativa a negociar, que mostraron que se podía derrotar a Macron, tal vez lo hubiera logrado.

La huelga del 5 de diciembre fue precedida por una serie de movilizaciones y protestas sindicales y sociales que indicaban que había una bronca generalizada contra el gobierno. Pero Macron las ignoró y pensó que el 5 de diciembre sería una huelga más, y que pasado ese día, la gente retomaría el trabajo como de costumbre. 

Sólo que esta vez la burocracia sindical, presionada por las bases se vio obligada a llamar a la huelga y movilización el 5, pero también el 10 de diciembre. Apenas salió el llamado de los trabajadores ferroviarios y del transporte, se les sumaron los de los hospitales, la educación nacional, los transportistas ruteros, el transporte aéreo, EDF-GDF (la empresa de electricidad y gas), y hasta la policía y los bomberos, junto con los estudiantes universitarios y secundarios. En varios lugares los gilets jaunes participaron en las asambleas de base que votaron la huelga.

El 5 de diciembre despertó grandes expectativas. ¿Se parecería a la de 1995 que desató la huelga masiva de tres semanas que hizo retroceder al gobierno de turno?

La mañana del 5, el paro de transporte era total. En París sólo funcionaban las dos líneas de subte que no tienen conductor. En el ferrocarril paró entre el 60 y el 90% de los trabajadores, según las categorías. Air France tuvo que interrumpir 70% sus vuelos interiores. Pararon alrededor del 70% de los docentes primarios y secundarios. Marcharon en el país 806.000 personas según los cálculos del gobierno. Las primeras movilizaciones de 1995 habían reunido 500.000 personas. Esa misma noche, se realizaron asambleas interprofesionales concurridas por centenas de huelguistas y de giletsjaunes que votaron la continuación de la huelga hasta el lunes a la noche, para enganchar con el llamado a la huelga con movilización de las centrales sindicales del martes 10 de diciembre.

¿Y ahora qué?

Es difícil hacer predicciones. Para Macron ganar es de vida o muerte. Si pierde se le acaba toda perspectiva de reforma de cualquier tipo. Pero si gana, pasará a la historia como el presidente que derrotó al movimiento obrero francés. Frente a él, la resistencia del movimiento obrero es desigual. Las direcciones sindicales hacen poco por organizar la huelga, así que todo está en manos de los trabajadores. La lucha es por organizar asambleas inter-sindicales que agrupen a los representantes de todos los sindicatos y asambleas de cada zona para organizar la huelga, la solidaridad y el apoyo de la población. Los ferroviarios y los trabajadores del transporte están a la cabeza del proceso. Y todas las expectativas están centradas en el 10 de diciembre.

FOTO CARTA FRANCIA

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