Escribe José Castillo
El presidente arrancó el año con una salida récord de dólares hacia los bolsillos del FMI y los buitres del mundo, sumando 4.341 millones, siendo el enero que más se pagó en las últimas décadas. Y también batió otro récord, ya que la deuda aumentó durante el 2024 en 96.042 millones y alcanzó un total de 466.866 millones de la moneda yanqui, según la propia secretaría de Finanzas del gobierno (y que supera los 520 mil millones si le agregamos las deudas de las provincias). A lo largo del año pagará en total 24.000 millones.
De esta manera, Javier Milei cumplió con los buitres privados y el FMI, que festejaron y le hicieron llegar sus felicitaciones. ¿Cómo consiguió el gobierno ultraderechista el dinero para pagar? ¿Cómo va a hacer para cumplir con los próximos vencimientos de deuda? La respuesta es una sola: con salarios de hambre, despidos, cierre de organismos públicos, tarifazos y entrega y saqueo de las riquezas del subsuelo. Su plan es tratar de avanzar con un ajuste aún más brutal que el que ya llevó adelante en 2024. Hasta ahora lo está logrando gracias al apoyo del PRO, los radicales y sectores del peronismo que con algunos gobernadores y diputados le dieron los votos para leyes claves y para el ataque a las y los jubilados y a la universidad pública. Al mismo tiempo, la burocracia sindical peronista hace el gran trabajo de pactar con el gobierno, abandonando a los que luchan, frenando los reclamos y firmando convenios a la baja en los gremios. Todos ellos son cómplices del ajuste y el pago de la deuda externa.
Cada vez nos hunde más
Desde la izquierda venimos denunciando la estafa del pago de la deuda. Explicando que acá está la razón profunda de nuestra decadencia como país, que a lo largo de los últimos cincuenta años pasó del 4% de pobreza a hoy que horrorosamente se acerca al 50%, y de un bajo desempleo y trabajo precarizado al actual drama de millones de trabajadoras y trabajadores bajo la línea de pobreza o directamente desempleados.
Dijimos, una y mil veces, que los tan anunciados “programas de ajuste” no sirvieron para “relanzar” la economía, solo sirvieron para pagar los vencimientos más cercanos de esa deuda, que por otro lado siguió creciendo cual bola de nieve.
Hoy, el gobierno ultraderechista de Milei es la expresión más profunda y violenta de lo mismo: pagar los vencimientos como sea, con mayor pobreza y saqueo.
¿Cómo sigue todo?
Lo decimos con todas las letras: no habrá recuperación de salarios ni empleos, porque este año vencen 24.000 millones de dólares de deuda externa. Por eso es mentira que “luego de los sacrificios, ahora vienen las buenas noticias”, como afirmó cínicamente Milei, apenas unos días antes de amenazar con echar trabajadoras y trabajadores de la salud y otros de los Espacios de la Memoria y otras instituciones vinculadas a la lucha contra la impunidad de los crímenes de la dictadura.
Hace décadas que obsesivamente explicamos que esta es una de las causas centrales de nuestros males. Así funciona el capitalismo imperialista dentro del cual no tenemos salida. Que, por pagar y pagar, todos los gobiernos, sin excepción terminaron en crisis y odiados por el pueblo trabajador. Por eso tuvimos crisis terribles, como la hiperinflación de 1989 o la de 2001.
Y también hace años que afirmamos que hay una única salida: dejar de pagar inmediatamente esta deuda externa ilegítima (por tener su origen en una dictadura genocida), ilegal (por estar probado judicialmente fue una estafa), inmoral (porque es la causante de la miseria y marginación de millones) e impagable (porque no hay ajuste, por grande que sea, que pueda impedir que siga creciendo hasta el infinito). Esta propuesta solo la sostenemos desde la izquierda, porque todos los gobiernos pagaron religiosamente la deuda externa, y ahora Milei redobla la apuesta y no solo seguirá pagando sino que la aumentó y se perfila a superar a la propia Cristina Fernández, que cuando fue presidenta, confesó que somos “pagadores seriales”.
Junto con esto hay que romper con el FMI y sus imposiciones, que justamente surgen de este endeudamiento. La deuda nos transformó en un país semicolonial. Volver a ser independientes, lograr nuestra segunda independencia, y poner en marcha un programa alternativo al actual y del peronismo, de emergencia, que priorice las más urgentes necesidades obreras y populares, es la tarea que se impone. Es lo que proponemos desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad. Porque plata hay, pero es necesario que no vaya a los pulpos acreedores y al FMI, sino a salario, empleo, educación, salud y vivienda.