Escribe Mercedes Trimarchi, legisladora CABA por Izquierda Socialista/FIT Unidad
Con estas palabras Dolores Reyes resumió un hecho inédito de la historia cultural de nuestro país. El sábado 23 de noviembre más de cien escritoras y escritores se reunieron en un mismo lugar (teatro Picadero) a leer colectivamente una misma obra (Cometierra). La invitación fue a hacer lo que la ultraderecha no hace: leer. Así se expresaron contra la censura y la prohibición de libros que el gobierno de Javier Milei y Victoria Villarruel llevan adelante.
Las voces de Liliana Heker, Luisa Valenzuela, Juan Sasturain, Martín Kohan, Andrea Ferrari, Cristián Alarcón, Carlos Gamerro, Alejandra Kamiya, Inés Garland, Paula Bombara, Enzo Maqueira, Santiago Loza, Mario Méndez, Sonia Budassi, Mariana Travacio, Marcelo Figueras, Tamara Tenenbaum, Gloria Peirano, Silvia Hopenhayn, Federico Jeanmaire, Fabián Casas, Guillermo Martínez, María O’Donnell y Sergio Olguín, entre otras, leyeron 25 capítulos de los 53 que tiene la novela.
Claudia Piñeiro leyó las primeras páginas de Las primas de Aurora Venturini, Gabriela Cabezón Cámara un extracto de Las aventuras de la China Iron y Sol Fantin compartió un fragmento de su ensayo autobiográfico Si no fueras tan niña.
Al final del evento, el escritor y profesor Julián López leyó el comunicado que firmaron más de 2.400 escritores, editores, periodistas, traductores y libreros de Hispanoamérica, entre ellos, el Premio Cervantes Sergio Ramírez y Gioconda Belli, entre otros en defensa “de los libros, de los planes de lectura y de las bibliotecas.”
Los aplausos explotaron cuando Reyes leyó un fragmento de su propia obra. Fue un abrazo colectivo y solidario a una de las escritoras jóvenes más leídas de nuestro país. Fue una respuesta política conmovedora tan grande como lo es el ataque del gobierno.