Norberto Bianco, mayor médico del Ejército, fue uno de los máximos responsables de la maternidad clandestina que funcionó en Campo de Mayo, por donde pasaron desde 1977 decenas de detenidas embarazadas, aceitándose la maquinaria del robo de bebés como una práctica sistemática.
La maternidad clandestina de Campo de Mayo funcionó en el pabellón de Epidemiología del Hospital Militar, articulando en forma conjunta con el ex centro de detención El Campito, por donde pasaron más de 5.000 detenidos/desaparecidos. Dos habitaciones especiales, enrejadas, con cerrojos en las puertas y sin iluminación, eran las instalaciones que los genocidas habían dispuesto para que las parturientas detenidas dieran a luz. Luego del parto los bebés eran separados de sus madres, a quienes les esperaban más torturas o directamente eran “trasladadas”, lo que en la jerga significaba la muerte. En algunos casos Bianco se encargaba personalmente de ubicar a los bebés apropiados con nuevas familias.
Bianco estuvo fugado en Paraguay por muchos años, y una vez extraditado fue juzgado junto a otros genocidas (Riveros y Bignone) por la apropiación de bebés, siendo condenado a 13 años de prisión. En enero fue beneficiado, junto al ex comisario Miguel Etchecolatz, con la prisión domiciliaria en Mar de Ajó.
Como lo hicimos en Mar de Ajó con Bianco, continuaremos exigiendo cárcel común para todos los genocidas.