May 21, 2024 Last Updated 3:23 PM, May 21, 2024

Escribe Martín Fú

El actual fiscal general de Mar del Plata, Fabián Uriel Fernández Garello, fue procesado por la justicia federal por su participación en la última dictadura militar como agente de la Dirección de Inteligencia de la siniestra Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA) del genocida Ramón Camps.

La jueza Alicia Vence, del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional de San Martín N° 2, decretó su procesamiento por considerar que existen pruebas suficientes que lo vinculan como “partícipe necesario penalmente responsable de la comisión de los delitos de privación ilegal de la libertad e imposición de tormentos, agravado dado que se trataba de perseguidos políticos”, en el caso de varios militantes comunistas.

Desde la Comisión Ana María Martínez venimos denunciándolo como partícipe del secuestro y posterior asesinato de nuestra compañera Ana María al figurar su nombre y firma en un informe de infiltración del PST (partido antecesor a Izquierda Socialista).

Garello está sindicado también en causas de secuestros, torturas y desapariciones. Hemos realizado pedidos de juicio político que fueron acompañados desde nuestras bancas legislativas, como el caso del jury de 2017 presentado por la legisladora provincial de entonces y ahora diputada nacional Mónica Schlotthauer, desestimado por Cambiemos, Unidad Ciudadana y el Frente Renovador, o la audiencia pública en el Congreso Nacional durante el mandato del diputado Juan Carlos Giordano.

Esta noticia llega a días de un nuevo pedido de jury de enjuiciamiento presentado por la Comisión Provincial de la Memoria, el Serpaj y la Comisión Ana María Martínez, entre otros. Fabián Uriel Fernández Garello es actualmente fiscal general de Mar del Plata y hasta el momento goza del respaldo político del procurador general de la provincia, Augusto Conte Grand y gran parte de la Suprema Corte bonaerense. Garello tiene una aceitada relación con la política, llegó a formar parte de las listas del Partido Justicialista en 1995.

Desde Izquierda Socialista celebramos este procesamiento fruto de años de movilización y seguiremos exigiendo el pedido de destitución del fiscal para que pueda ser juzgado y encarcelado por crímenes de lesa humanidad.

El gobierno de Macri se sigue hundiendo. La bronca popular creciente contra el gobierno va dejando sus marcas en las elecciones provinciales. Hace unas pocas semanas salieron terceros, y lejos, en Neuquén. Ahora el papelón lo hicieron en Río Negro, donde la lista de Cambiemos apenas sacó el 5,67% de los votos. En su desesperación intentan reacomodarse con una batería de medidas truchas, supuestamente “populares”, creadas al mejor estilo Durán Barba. Así se habla de ampliar la lista de productos con Precios Cuidados, o incluso de congelar algunos de los bienes básicos de la canasta familiar. ¡El problema no es un producto más o un producto menos en esa lista, sino que esas mercaderías brillan por su ausencia en los supermercados!

Cosa obvia: nunca nadie controló que se respetaran ni, mucho menos, se sancionó a nadie (ni a las empresas ni a los supermercados) por hacerlos desaparecer de las góndolas. Tampoco tendrá nada de “popular” la medida de ampliar los préstamos para los jubilados, o los que cobran asignaciones familiares o por hijo. Solo terminará endeudando más a quienes los reciban, que al poco tiempo se darán cuenta de la trampa cuando deban devolver esos préstamos. Se trata, en todos los casos, de anuncios “para la tribuna”, con los que Macri busca desesperadamente ganar algo de espacio, cuando la realidad es que la inflación sigue comiéndose los salarios y las jubilaciones, hay más despidos, se dan nuevos tarifazos (ahora volvió a subir el subte porteño y un viaje cuesta 19 pesos), todos hechos de la realidad que siguen realimentando la bronca y el repudio hacia el gobierno.

Mientras tanto, esta semana se realiza la reunión semestral del Fondo Monetario Internacional y sus funcionarios volvieron a hablar sobre la Argentina e hicieron una declaración muy importante y reveladora: por primera vez dijeron que existe una forma de “renegociar” la deuda argentina con el organismo (más de 50.000 millones de dólares), que ellos mismos saben que es impagable en los próximos años. Sostuvieron que si alguien plantea la famosa “renegociación”, se hará a cambio de lo que ellos llaman “reformas estructurales”. En concreto, nuestro país deberá garantizar el pago religioso de todos los vencimientos con los acreedores privados (100.000 millones de dólares en los próximos tres años) más la implementación de la flexibilización laboral, liquidando las conquistas de los trabajadores y abaratándole a las patronales los despidos, y la reforma jubilatoria, aumentando la edad para acceder al sistema, liquidando los regímenes especiales como el docente, bajando los haberes y, en última instancia, apuntando a la liquidación y privatización del sistema.

Estas declaraciones de los funcionarios del FMI ponen blanco sobre negro lo que venimos denunciando desde hace meses. El peronismo en todas sus variantes, tanto el kirchnerismo, como Lavagna, Massa o las otras figuras del peronismo federal no son salida frente al ajuste de Macri. Todos ellos mienten porque se han comprometido públicamente a sostener el programa del Fondo Monetario y a cumplir con los pagos de la deuda, pero dicen que igual podrán realizar un plan económico “distinto” del Macri, de “redistribución de la riqueza” o “nacional y popular”. Solo bastaría, sostienen, renegociar con el FMI. Ahora los funcionarios del Fondo han aclarado en qué consistiría esa renegociación. No nos debe llamar la atención. De hecho fue lo que sucedió en Grecia donde hubo varias “renegociaciones” con el FMI, en todos los casos a cambio de más ajustes. Así, se llegaron a reducir ¡14 veces! las jubilaciones. Y la economía griega se hundió, sumiendo a sus trabajadores en salarios de miseria y desocupación creciente, cosa que se mantiene aún hasta hoy.

Por eso, justamente, decimos que la oposición patronal peronista no es una salida válida para los trabajadores frente al ajuste. Tenemos que romper con el FMI y suspender los pagos de deuda. Y esto solo lo plantea la izquierda. Es el prerrequisito para así tener la plata para destinarla a resolver las más urgentes necesidades populares. Es lo central del programa alternativo que levantamos desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda. Es lo que hacemos valer todos los días, en las calles, apoyando cada lucha y también planteándolo en cada una de las provincias donde ya se ha comenzado a dar la disputa electoral.

El 4 de abril pasado nuestra legisladora Laura Marrone y compañeros de Izquierda Socialista asistimos a la convocatoria del Comité argentino de amistad con el pueblo palestino frente a la embajada israelí en Buenos Aires para reclamar el cese de ataques a la Franja de Gaza por parte del Estado sionista de Israel.

Tres docentes murieron en un accidente de tránsito ocurrido el lunes pasado en la ruta nacional 34, en la localidad de La Banda. La tragedia habría sido consecuencia de una densa humareda que tapaba la visibilidad en la ruta, por lo que se produjo un choque en cadena.

Pero esto, que aparentemente parece una noticia policial, desnuda algo mucho más profundo: las precarias condiciones de trabajo de los docentes de la provincia. Diariamente, son muchísimos los maestros y profesores que tienen que recorrer distancias como las que hacían todos los días estas docentes: 120 kilómetros o más. Para ello tenían que recurrir a cualquier método para abaratar costos. Lo común es juntarse tres o cuatro y alquilar un remís trucho que les cobraba por el viaje alrededor de 300 pesos. Esta vez les costó la vida.

Así trabajan los docentes que cobran uno de los salarios más bajos del país. Una auténtica vergüenza.

La inmensa bronca y ruptura con el gobierno de millones de trabajadores por el brutal ajuste que está llevando adelante Macri bajo las órdenes del FMI ya está extendiéndose también a amplios sectores populares y de clase media. Y esto a su vez tiene fuerte impacto en sectores políticos, incluso entre integrantes de Cambiemos.

En la última semana un grueso sector del radicalismo encabezado por Ricardo Alfonsín, el hijo del ex presidente, empezó a hablar de romper con Cambiemos y unirse a Lavagna. Y otro sector, aparentemente mayoritario, encabezado por el dirigente Enrique Nosiglia, exigió cambios en la política económica para no perder su base electoral en la clase media. También hay entre los radicales quienes exigen más participación en la dirección del gobierno. E incluso reclaman que un radical, como Lousteau, sea candidato a vice junto a Macri en las próximas elecciones
Frente a esta situación, el jefe de Gabinete Marcos Peña intentó minimizar la crisis, diciendo: “Cualquier hombre o mujer del radicalismo, o la Coalición Cívica, puede ser la persona que acompañe a Macri como candidato a vice […] El radicalismo es parte del gobierno”.

En el mismo momento comenzaron a correr rumores de que dentro de Cambiemos algunos proponen que, ante la caída del presidente en las encuestas, el lugar lo ocupe la gobernadora Vidal, que tiene mejor imagen que Macri. Vidal, por otra parte, está enojada porque el gobierno nacional le mandó menos dinero que el prometido a la provincia de Buenos Aires.

La gobernadora bonaerense y Horacio Rodríguez Larreta –el jefe de Gobierno de la Ciudad– no están tan mal como Macri en las encuestas, aunque tampoco les da garantías de poder ganar. Pero como las elecciones en la Capital y la provincia se van a dar en forma simultánea con las nacionales, la caída de los votos de Macri los afectaría a ellos también. Y ese es otro factor de tensiones y desacuerdos en Cambiemos.
Hay que agregar a este cuadro la bancarrota de los candidatos del gobierno en las elecciones provinciales de Neuquén y Río Negro.
Por más que Peña y Dujovne traten de minimizar la crisis, está golpeando fuerte sobre Macri y sus aliados.

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