Apr 29, 2024 Last Updated 1:19 AM, Apr 28, 2024

Ninguna de las medidas del gobierno va a parar la astronómica suba de precios, que se está comiendo el bolsillo de los trabajadores. Se trata del zorro cuidando el gallinero. Su prioridad es garantizarle las superganancias a las grandes empresas monopólicas y a las cadenas de híper y supermercados (una de las cuales, La Anónima, es propiedad de la familia del viceministro de Hacienda Miguel Braun). Si se quisiera realmente parar la inflación se deberían implementar las siguientes medidas:

Precios máximos a todos los productos de la canasta familiar
Lo contrario de “precios cuidados” o la actual payasada que propone el gobierno. Se trata de implementar precios teniendo en cuenta el real poder adquisitivo de los trabajadores y sus necesidades, y no “negociados” garantizando la rentabilidad empresaria. Con exigencia y control de que aparezcan en las góndolas. Y sanciones de verdad a quien viole estos precios, desabastezca o los venda en el mercado negro, con fuertes multas, clausuras y hasta expropiaciones a los infractores.

Eliminación del IVA y su reemplazo por impuestos a los ricos y a las grandes empresas
De un plumazo bajaríamos el 21% a la inmensa mayoría de los productos de la canasta familiar, que se trasladaría a un aumento del poder de compra.

Anular los tarifazos y reestatizar las privatizadas
A nadie se le escapa que una de las causas de la inflación son los feroces tarifazos de los servicios públicos, así como el aumento constante del precio “liberado” de los combustibles. Además de anularlos, hay que reestatizar estas empresas, incluyendo las de todo el complejo gasífero y petrolero, lo que permitiría tener tarifas populares para quien las necesite y un valor de la nafta y el gasoil que no dependa de las superganancias de los monopolios del sector, sino de los reales costos de extracción argentinos, infinitamente inferiores.
Nacionalización del comercio exterior
Muchos productos esenciales de la mesa del trabajador, como el pan y los fideos, se hacen con insumos que se exportan (como el trigo). Lo mismo pasa con la carne. Los monopolios exportadores priorizan colocar esos bienes a precios internacionales en el exterior. Por eso aumentan a precio dólar. Así, este año el pan aumentó 80%, la harina 164% y los fideos 90%. La creación de un ente estatal de comercio exterior que decida cuánto se exporta y cuánto se destina al mercado interno permitiría “desenganchar” los precios de los alimentos de los vaivenes del dólar.

Aumento de emergencia de salarios y jubilaciones
Por supuesto que no podemos confiar en el gobierno de Macri ni en ningún otro gobierno patronal para la implementación de estas medidas. Ya tenemos el ejemplo de lo que hizo el kirchnerismo, que hasta intervino el Indec para “esconder” la inflación. Lo que nos queda es defender con uñas y dientes el poder adquisitivo de los trabajadores, exigiendo aumentos para que nadie gane menos que la canasta familiar, y la indexación mensual de los salarios, jubilaciones y planes sociales de acuerdo a la inflación. Luchando es posible alcanzarlo: los docentes neuquinos lo lograron el año pasado, tras una feroz pelea, gracias a la conducción combativa de Aten Capital que dirigió ese conflicto.

Escribe José Castillo

El peronismo kirchnerista viene insistiendo que se podría realizar una política distinta de la del ajuste de Cambiemos, de “redistribución de la riqueza” o “nacional y popular”. Para ello solo bastaría, afirman, sentarse a renegociar el acuerdo con el FMI y “reestructurar” los pagos de deuda externa. Axel Kicillof, Agustín Rossi y otros dirigentes kirchneristas insisten que esto se podría hacer sin romper con el Fondo. Existen ejemplos, argumentan, como el de Portugal.

Se trata de una falsedad absoluta. Portugal, al igual que los otros países más “pobres” de la Unión Europea, se vio fuertemente afectado por la crisis mundial abierta en 2007. Portugal fue violentamente endeudado para salvar a los bancos en quiebra, como también Grecia, Irlanda, España e Italia. E inmediatamente se le exigió un salvaje plan de ajuste, monitoreado por el FMI.
Este ajuste comenzó en 2011, primero bajo el gobierno de José Sócrates Carvalho Pinto de Sousa (del Partido Socialista) y luego bajo el de Pedro Passos Coelho (Partido Social Demócrata). Se cumplieron a rajatabla todas las exigencias del FMI: se redujo el gasto social, se bajaron 12,5% los sueldos de los empleados públicos, se extendió su jornada de trabajo de 35 a 40 horas, se congeló el salario mínimo, se aumentó el IVA de 10% a 23%, se aumentó la edad jubilatoria y se inició un agresivo programa de privatizaciones. Se puso en marcha, además, una terrible reforma laboral donde se redujeron las indemnizaciones por despido y se facilitaron los mecanismos para que las empresas echen trabajadores, se redujeran los pagos de horas extras, se achicaran las vacaciones y disminuyó el subsidio al desempleo.

La bronca popular hizo que en 2015 el gobierno perdiera las elecciones y fuera reemplazado por una coalición entre el Partido Socialista, el Partido Comunista y el Bloque de Izquierda conducido por Antonio Costa. Las luchas populares, que hoy continúan, hicieron que algunas pocas medidas se revirtieran (como la semana de 35 horas o algunos aumentos del salario mínimo). Pero lo sustancial del ajuste estructural fue mantenido por el actual gobierno. Portugal hoy es un país con una de las legislaciones laborales más flexibilizadas de Europa. Una terrible reforma inmobiliaria prácticamente echó de sus casas a centenas de miles de inquilinos. Lisboa y Porto son ejemplos del drama de vivienda que viven los trabajadores portugueses, con sus miles de casas cerradas y ofrecidas a la especulación de las cadenas de hotelería internacional. Los jóvenes sobreviven con empleos ultraflexibilizados, miles de ellos enganchándose como pueden al boom del turismo, haciendo de mozos o guías turísticos por monedas. El deterioro de la infraestructura física, producto del recorte del gasto, es visible por todos lados.

Los tibios números de crecimiento económico de Portugal que, como vimos, en nada mejoraron la vida de los sectores populares, quieren ser utilizados por el kirchnerismo para mostrarnos que “se puede” implementar otro programa sin romper con el FMI. Pasan por alto que primero el Fondo exigió, y logró, las famosas reformas estructurales, previsional y laboral, que ahora reclama en la Argentina. También que Portugal no tenía el cúmulo de vencimientos de deuda que nosotros tenemos acumulados para los próximos tres años (150.000 millones de dólares). Desde este punto de vista, la economía argentina está en una situación más parecida a la griega que a la portuguesa. Y en Grecia, bajo el gobierno de Tsipras, las “renegociaciones” con el Fondo también se llevaron adelante, y varias veces. Costándole al pueblo griego ¡14 reducciones de la jubilación!, flexibilizaciones laborales, privatizaciones y una caída sin precedentes de su calidad de vida.
El “caso portugués” es una falacia. Sin romper con el Fondo y dejar de pagar la deuda, recorreremos el camino de ese país, de Grecia, o de tantos otros que se sometieron a los innumerables planes del FMI. No hay renegociación “progresiva” posible. Eso es lo que venimos pregonando incansablemente desde el Frente de Izquierda.

Escribe Martín Fú

El actual fiscal general de Mar del Plata, Fabián Uriel Fernández Garello, fue procesado por la justicia federal por su participación en la última dictadura militar como agente de la Dirección de Inteligencia de la siniestra Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA) del genocida Ramón Camps.

La jueza Alicia Vence, del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional de San Martín N° 2, decretó su procesamiento por considerar que existen pruebas suficientes que lo vinculan como “partícipe necesario penalmente responsable de la comisión de los delitos de privación ilegal de la libertad e imposición de tormentos, agravado dado que se trataba de perseguidos políticos”, en el caso de varios militantes comunistas.

Desde la Comisión Ana María Martínez venimos denunciándolo como partícipe del secuestro y posterior asesinato de nuestra compañera Ana María al figurar su nombre y firma en un informe de infiltración del PST (partido antecesor a Izquierda Socialista).

Garello está sindicado también en causas de secuestros, torturas y desapariciones. Hemos realizado pedidos de juicio político que fueron acompañados desde nuestras bancas legislativas, como el caso del jury de 2017 presentado por la legisladora provincial de entonces y ahora diputada nacional Mónica Schlotthauer, desestimado por Cambiemos, Unidad Ciudadana y el Frente Renovador, o la audiencia pública en el Congreso Nacional durante el mandato del diputado Juan Carlos Giordano.

Esta noticia llega a días de un nuevo pedido de jury de enjuiciamiento presentado por la Comisión Provincial de la Memoria, el Serpaj y la Comisión Ana María Martínez, entre otros. Fabián Uriel Fernández Garello es actualmente fiscal general de Mar del Plata y hasta el momento goza del respaldo político del procurador general de la provincia, Augusto Conte Grand y gran parte de la Suprema Corte bonaerense. Garello tiene una aceitada relación con la política, llegó a formar parte de las listas del Partido Justicialista en 1995.

Desde Izquierda Socialista celebramos este procesamiento fruto de años de movilización y seguiremos exigiendo el pedido de destitución del fiscal para que pueda ser juzgado y encarcelado por crímenes de lesa humanidad.

El gobierno de Macri se sigue hundiendo. La bronca popular creciente contra el gobierno va dejando sus marcas en las elecciones provinciales. Hace unas pocas semanas salieron terceros, y lejos, en Neuquén. Ahora el papelón lo hicieron en Río Negro, donde la lista de Cambiemos apenas sacó el 5,67% de los votos. En su desesperación intentan reacomodarse con una batería de medidas truchas, supuestamente “populares”, creadas al mejor estilo Durán Barba. Así se habla de ampliar la lista de productos con Precios Cuidados, o incluso de congelar algunos de los bienes básicos de la canasta familiar. ¡El problema no es un producto más o un producto menos en esa lista, sino que esas mercaderías brillan por su ausencia en los supermercados!

Cosa obvia: nunca nadie controló que se respetaran ni, mucho menos, se sancionó a nadie (ni a las empresas ni a los supermercados) por hacerlos desaparecer de las góndolas. Tampoco tendrá nada de “popular” la medida de ampliar los préstamos para los jubilados, o los que cobran asignaciones familiares o por hijo. Solo terminará endeudando más a quienes los reciban, que al poco tiempo se darán cuenta de la trampa cuando deban devolver esos préstamos. Se trata, en todos los casos, de anuncios “para la tribuna”, con los que Macri busca desesperadamente ganar algo de espacio, cuando la realidad es que la inflación sigue comiéndose los salarios y las jubilaciones, hay más despidos, se dan nuevos tarifazos (ahora volvió a subir el subte porteño y un viaje cuesta 19 pesos), todos hechos de la realidad que siguen realimentando la bronca y el repudio hacia el gobierno.

Mientras tanto, esta semana se realiza la reunión semestral del Fondo Monetario Internacional y sus funcionarios volvieron a hablar sobre la Argentina e hicieron una declaración muy importante y reveladora: por primera vez dijeron que existe una forma de “renegociar” la deuda argentina con el organismo (más de 50.000 millones de dólares), que ellos mismos saben que es impagable en los próximos años. Sostuvieron que si alguien plantea la famosa “renegociación”, se hará a cambio de lo que ellos llaman “reformas estructurales”. En concreto, nuestro país deberá garantizar el pago religioso de todos los vencimientos con los acreedores privados (100.000 millones de dólares en los próximos tres años) más la implementación de la flexibilización laboral, liquidando las conquistas de los trabajadores y abaratándole a las patronales los despidos, y la reforma jubilatoria, aumentando la edad para acceder al sistema, liquidando los regímenes especiales como el docente, bajando los haberes y, en última instancia, apuntando a la liquidación y privatización del sistema.

Estas declaraciones de los funcionarios del FMI ponen blanco sobre negro lo que venimos denunciando desde hace meses. El peronismo en todas sus variantes, tanto el kirchnerismo, como Lavagna, Massa o las otras figuras del peronismo federal no son salida frente al ajuste de Macri. Todos ellos mienten porque se han comprometido públicamente a sostener el programa del Fondo Monetario y a cumplir con los pagos de la deuda, pero dicen que igual podrán realizar un plan económico “distinto” del Macri, de “redistribución de la riqueza” o “nacional y popular”. Solo bastaría, sostienen, renegociar con el FMI. Ahora los funcionarios del Fondo han aclarado en qué consistiría esa renegociación. No nos debe llamar la atención. De hecho fue lo que sucedió en Grecia donde hubo varias “renegociaciones” con el FMI, en todos los casos a cambio de más ajustes. Así, se llegaron a reducir ¡14 veces! las jubilaciones. Y la economía griega se hundió, sumiendo a sus trabajadores en salarios de miseria y desocupación creciente, cosa que se mantiene aún hasta hoy.

Por eso, justamente, decimos que la oposición patronal peronista no es una salida válida para los trabajadores frente al ajuste. Tenemos que romper con el FMI y suspender los pagos de deuda. Y esto solo lo plantea la izquierda. Es el prerrequisito para así tener la plata para destinarla a resolver las más urgentes necesidades populares. Es lo central del programa alternativo que levantamos desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda. Es lo que hacemos valer todos los días, en las calles, apoyando cada lucha y también planteándolo en cada una de las provincias donde ya se ha comenzado a dar la disputa electoral.

El 4 de abril pasado nuestra legisladora Laura Marrone y compañeros de Izquierda Socialista asistimos a la convocatoria del Comité argentino de amistad con el pueblo palestino frente a la embajada israelí en Buenos Aires para reclamar el cese de ataques a la Franja de Gaza por parte del Estado sionista de Israel.

Nuestro semanario. En el que te acercamos el reflejo de las luchas del movimiento obrero, las mujeres y la juventud, además un análisis de los principales hechos de la realidad nacional e internacional.

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