May 15, 2024 Last Updated 11:59 PM, May 14, 2024

Escribe Daniel Báez

El 9 de junio fueron las elecciones provinciales. Con aulas llenas de boletas (por los acoples) y más de cincuenta fiscales por mesa, los tucumanos reeligieron masivamente a Manzur con el 50 % de los votos, seguido por la candidata de Macri, Silvia Elías, con 20,1 %. Bussi duplicó los votos de 2015, con 13,4% y Alfaro (candidato de Macri) retuvo la capital con 41,9%. Alperovich fue el gran perdedor, con 11,4%, sin embargo el 61,5 % de los votos fue al peronismo.

El clientelismo político de los partidos patronales, y mucho más de Manzur desde el aparato estatal (planes de 3.000 pesos por tres meses, colas para recibir bolsones, etcétera), fue el responsable de estos resultados. En medio de esta montaña de boletas el FIT sacó 1% a gobernador y 1,9 % en la intendencia de la capital, retrocediendo respecto de elecciones anteriores.

La campaña del FIT se centró en las necesidades de los trabajadores y los sectores populares proponiendo una salida obrera y popular a la crisis. Más allá de los resultados, con el triunfo de los candidatos del ajuste, desde Izquierda Socialista Tucumán nos seguimos preparando para enfrentarlos en la calle, junto a los trabajadores y al pueblo y para dar la pelea en las próximas elecciones nacionales contra el ajuste de Macri, el FMI y los gobernadores.

Testimonio de Daniel Vera, militante de Izquierda Socialista y delegado escolar

Tenía 17 años, en diciembre de 1986, cuando el cura Walter Avanzini abusó de mí en una misión juvenil. Había terminado la secundaria y había decidido estudiar para ser cura. Este tipo era quien había inspirado mi decisión, junto a la tradición religiosa de mi familia.

Recién a fines de 1989 pude contarlo por primera vez. Siempre me sentí, como toda víctima de abuso, culpable de lo que pasó. Luego de hablar ante otros curas, él continuó siendo párroco en Berrotarán dirigiendo un colegio parroquial. Para la mayoría no había pasado nada, pero todos los curas de la arquidiócesis de Córdoba conocían la situación. Cuando el caso se hizo público, por una cámara oculta de un programa televisivo, el entonces obispo de Río Cuarto dijo que estas cosas se solucionaban con “oración y ayuno”. Al cura Avanzini lo enviaron de “retiro”. Luego volvió a aparecer en el ámbito educativo, inclusive teniendo un puesto en la Dirección General de Institutos Privados de Enseñanza. Hace unos días realicé la denuncia formal junto a la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico de Argentina, la cual logró mucha repercusión en los medios de comunicación masivos.

Los abusos en la Iglesia no son hechos aislados o individuales, son una práctica normalizada por la doble moral de la Iglesia patriarcal y opresora, como quedó demostrado con el cardenal australiano Pell, asesor económico y número tres del Vaticano, los recurrentes dichos del Papa contra el aborto legal, o la protección que Bergoglio brindaba al padre Grassi, al cura Corradi de Mendoza, o al obispo de Orán Zanchetta.

Desde Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda impulsamos la lucha por la separación de la Iglesia del Estado para terminar con todos los privilegios económicos que le brindaron los milicos durante la dictadura y que hoy tiene la Iglesia Católica, que se lleva millones de pesos en subsidios y cuenta con la impunidad del sistema judicial y el amparo de todos los gobiernos.

Exigimos la creación del registro público de curas abusadores, así como que sea la justicia civil la que investigue los abusos de la iglesia y no la “justicia eclesiástica” y encubridora. Vamos por el inmediato levantamiento del secreto de confesión y la protección de niñas y niños en escuelas religiosas con la plena aplicación de la educación sexual integral. Por eso acompañamos las denuncias e impulsamos la más amplia movilización gritando bien fuerte con nuestros pañuelos naranjas “Iglesia y Estado, asuntos separados”.

El pasado jueves 6 estuvo en el país el ultrarreaccionario presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. En su visita se reunió con Mauricio Macri, con quien tuvo coincidencias políticas. El Frente de Izquierda junto con otras organizaciones se movilizó para repudiar su presencia en nuestro país, realizando una marcha con las consignas “ Fuera Bolsonaro de Argentina”, “Fuera Trump y el imperialismo de América latina”, “Derrotemos al FMI, Macri y los gobernadores”. Se culminó con un acto en Plaza de Mayo. Allí hablaron distintos referentes de la izquierda, como Gabriel Solano (PO),  Cele Fierro (MST), Nathalia González Seligra (PTS) y nuestra compañera Mónica Schlotthauer, de Izquierda Socialista.

Nuestra diputada nacional expresó: “Vamos a repudiarlo por derechista, ajustador, racista y corrupto. Bolsonaro es el enemigo número uno de los trabajadores y las mujeres en Brasil. Por eso fue repudiado en las calles por más de un millón de estudiantes contra los recortes educativos el pasado 15M y se prepara una huelga general para el próximo 14 de junio contra la reforma jubilatoria y el ajuste.
Bolsonaro viene a apoyar a Macri en su caída electoral. Ambos gobiernos estrechan relaciones de la mano del imperialismo y de Donald Trump para seguir con el ajuste, los pagos de la deuda, el sometimiento del FMI y la política represiva con el gatillo fácil dando licencia para matar.”

“Este jueves marchamos a Plaza de Mayo e hicimos un acto desde el Frente de Izquierda para repudiar a Bolsonaro, la injerencia imperialista en Venezuela (llamando a imponer una salida obrera y popular en ese país) y a insistir en que la salida para los pueblos de la región no es el retorno a gobiernos de doble discurso, como el PT o el peronismo kirchnerista, que aplicaron el ajuste y la corrupción gobernando para los de arriba, sino una salida de fondo, por fuera el FMI y el no pago de la deuda y otras medidas obreras y populares como planteamos desde la izquierda”.

Editorial

Fueron dos jornadas donde millones dijeron presente. El martes 28 volvió a moverse la ola verde con una gigantesca movilización acompañando la octava presentación del proyecto por el aborto legal, seguro y gratuito. Al día siguiente, un auténtico parazo le dio un nuevo cachetazo al gobierno, mostrando la bronca del pueblo trabajador ante el ajuste y el saqueo del FMI.

Todo esto sucede mientras el gobierno de Macri sigue cuesta abajo. Busca desesperadamente que alguna consultora amiga pueda mostrar al menos una encuesta que lo favorezca. Esta semana tuvo un triunfo pírrico, logró que la Unión Cívica Radical permanezca en Cambiemos, claro que a cambio de aguantarse por televisión el cántico “Mauricio Macri LPQTP” gritado a voz en cuello en la propia convención radical. Es que, de fondo, lo que explica esto es que millones, día a día, están cada vez más convencidos de que el gobierno de Cambiemos no va más, ya que lo único que tiene para ofrecer a los trabajadores y el pueblo es más ajuste. En estos días, a costa de regalarles a los pulpos especuladores 10.000 millones de dólares de las reservas, lograron muy precariamente “tener quieto al dólar”. Pero igual siguieron subiendo los precios en las góndolas. Y ahora se viene un nuevo aumento de los combustibles que después repercutirá en todo, dándole otro mazazo al bolsillo popular.

Mientras tanto, la oposición patronal peronista está con todos los cañones apuntados al proceso electoral. El kirchnerismo, luego de que Cristina anunciara que irá de vice en una fórmula encabezada por Alberto Fernández, aparece “acelerando”, tratando de ganar el escenario con nuevas iniciativas. Ya anunció que Kicillof-Magario será la fórmula para la gobernación de la provincia de Buenos Aires. Pero lo más importante del kirchnerismo es cómo va buscando mostrar un “nuevo perfil”, más “moderado” y aceptable para el establishment económico. Ya no bastan las declaraciones de los economistas y políticos kirchneristas dando garantías de que no van a romper el acuerdo con el Fondo. Ahora se agregan los del propio Alberto Fernández llamando a no pelearse con nadie, o la salida a la palestra de Guillermo Nielsen –economista muy cercano al mundo financiero local e internacional– como asesor de cabecera de Alberto, señalando que necesitaremos “ocho años más de FMI”.

Del otro lado tenemos a Alternativa Federal, que se encamina finalmente a las PASO con varios candidatos (Urtubey, Massa y Pichetto). Lavagna quedó por fuera, por ahora en otro espacio junto con el PS, Stolbizer y probablemente un sector del radicalismo. La foto de la semana fue la presencia constante, día tras día, de los distintos referentes de Alternativa Federal con Macri en visitas “de diálogo político”. Es que ellos fueron los más cercanos al macrismo en estos tres años, votándole todas las leyes que Cambiemos necesitó para hacer pasar el ajuste. Nada bueno puede salir de acá para el pueblo trabajador. Como lo han reconocido, acuerdan incluso con varios de los diez puntos de coincidencias que redactó el macrismo en consonancia con las exigencias del FMI, en particular la reforma laboral y la jubilatoria.

Todo este panorama nos dejó una postal. Solo la izquierda estuvo claramente, sin dobleces, junto a los millones que hicieron oír su voz esta semana. En la presentación del proyecto por el aborto legal, seguro y gratuito, nuestra diputada nacional Mónica Schlotthauer, una de las firmantes, denunció con claridad a Alberto Fernández que había afirmado que “no era oportuno tratarlo este año”, ya que “divide”. El Frente de Izquierda es el único bloque que unánimemente está por la aprobación del proyecto y así lo demostró también en las calles aportando a la convocatoria multitudinaria. Asimismo, el sindicalismo combativo y la izquierda fueron quienes estuvieron en las calles en la jornada del miércoles 29 denunciando al gobierno y exigiendo al mismo tiempo la continuidad con otro paro de 36 horas con movilización y plan de lucha.
La diferencia entre la izquierda y el resto de la oposición patronal se expresa en dos cuestiones. Nosotros somos los que decimos que hay que pelear ahora, no subordinando reclamos ni derechos a “los tiempos electorales”. Estamos en contra de los que nos dicen que “hay que esperar a después de las elecciones”. Por eso planteamos luchar ya contra el ajuste y que se trate y apruebe este año la legalización del aborto.

Pero también la izquierda se diferencia de la oposición patronal peronista por ser absolutamente la única que dice que una salida favorable para los trabajadores a esta crisis solo se podrá llevar adelante si se desconoce el pacto con el FMI y dejamos de pagar la deuda externa. Todos los demás levantan la falsa promesa de que será posible una renegociación “progresista con el FMI”. Desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda señalamos que renegociar con el Fondo significará más ajuste, flexibilización laboral y reventar el sistema jubilatorio. A eso nos llevan Cristina y Alberto Fernández, así como Massa, Urtubey y Pichetto. Porque van a seguir con el FMI y pagando la deuda externa. Y eso es, justamente, lo que no va más.

El martes 30 de abril la Sala 4 de la Cámara de Casación Penal resolvió confirmar la condena perpetua para Carlos Ernesto “Indio” Castillo y revocar la absolución de Juan José “Pipi” Pomares, ambos miembros de la Concentración Nacionalista Universitaria (CNU), una banda fascista que actuó bajo el amparo del gobierno peronista de Isabel en La Plata y Mar del Plata, previo y durante los primeros meses del golpe de 1976.

En el año 2017 habían sido juzgados por homicidios calificados, secuestros y allanamientos de morada. Pero Pomares había recibido el “beneficio de la duda”. Ahora, gracias a la lucha coordinada de familiares de sus víctimas y organismos de derechos humanos, en donde participó la Comisión por Memoria y Justicia de la Masacre de La Plata, la cámara exige a los jueces que reconsideren las pruebas. Es un primer triunfo de la lucha que continuará hasta enjuiciar a todos los miembros de la CNU y sus cómplices civiles y militares.


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