Feb 18, 2025 Last Updated 2:36 PM, Feb 18, 2025

¿Qué es la ONU?


Escribe José Castillo

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) es el máximo organismo internacional, creado al final de la Segunda Guerra Mundial. Si bien todos los países reconocidos tienen un voto en la Asamblea General, las decisiones que toma dicho organismo se tornan meramente declarativas, ya que las políticas verdaderamente estratégicas (por ejemplo todas las que tienen que ver con conflictos bélicos) se deciden en el Consejo de Seguridad, organismo en el que los países imperialistas más importantes (Estados Unidos, China, Rusia, Gran Bretaña y Francia) tienen poder de veto.
Esto le ha permitido a la ONU transformarse en uno de los principales instrumentos políticos del imperialismo.

Milei en su discurso, dividió en dos partes su caracterización de las Naciones Unidas. Por un lado, la embelleció, afirmando que gracias a su existencia “se habían garantizado setenta años de paz”. ¿Dónde quedaron las sangrientas guerras que llevaron adelante Francia, Gran Bretaña y los Estados Unidos contra sus colonias y semicolonias? ¿Puede llamarse “paz” a las guerras de Argelia, Corea, Vietnam, a la constante masacre en Palestina, a las invasiones y bombardeos en Irak, Afganistán, y un larguísimo etcétera, que nos incluye con la guerra de Malvinas?
Luego, por otro lado, Milei acusó a la ONU de llevar adelante una agenda “socialista”. Se refería a que, muchas veces, la Asamblea General había votado declaraciones a favor de los pueblos, por el peso abrumador de los países semicoloniales y dependientes en su seno. Por citar dos casos: las ya tradicionales declaraciones a favor de la Argentina por Malvinas y las constantes condenas al Estado sionista de Israel por su genocidio contra el pueblo palestino.

No nos confundamos: la ONU es un organismo del imperialismo, y por eso no se puede confiar en sus resoluciones, sobre todo en  las que dependen del Consejo de Seguridad. Más allá de la utilización del foro de la Asamblea General como caja de resonancia de causas justas y denuncias, que por supuesto hay que seguir usando. Exactamente al revés de lo que plantea Javier Milei.

El Estado sionista de Israel ha escalado las agresiones militares genocidas sobre el Líbano. Esta escalada está marcada por las detonaciones masivas de “beepers” y radios entre el 16 y el 17 de septiembre, los bombardeos masivos sobre Beirut y otras ciudades que desde las jornadas del 23 asesinaron a más de mil personas, el desplazamiento masivo de cerca de un millón de habitantes y el asesinato del jefe máximo de Hezbollah, Nassan Nasrallah, y otros dirigentes.

La operación “Flechas del Norte” (como Israel denomina sus acciones militares sobre el Líbano) busca penetrar en el sur del país para extender la frontera norte de Israel, como mínimo, hasta el Río Litani con el objetivo de disponer de un espacio de seguridad entre Israel y el Líbano, zona que esté controlada un 100% por las fuerzas de ocupación sionistas e imperialistas, retrotrayendo la situación a antes del año 2000, cuando Israel tuvo que salir de esa región y devolverle los territorios al Líbano, luego de haberlos ocupado desde el año 1985.

Con ese objetivo, han instado al desalojo de veinte ciudades y aplicado fuego aéreo y de artillería que se ha intensificado durante el martes 1 de octubre. Israel ha notificado a su socio imperialista de los Estados Unidos de su intención de realizar una incursión terrestre disfrazada de “redadas limitadas, localizadas y selectivas” para destruir a Hezbollah. ¡Falso! Nada de localizado ni selectivo, Israel realiza bombardeos sobre áreas densamente pobladas y asesina sistemáticamente a la población civil para amedrantar al conjunto de los pueblos, el palestino y libanés. Israel no quiere proteger a la población del “terrorismo”. Israel es un estado genocida y terrorista que busca el desplazamiento masivo de la población original y la ocupación militar de las tierras en Palestina, y ahora también, nuevamente, en el Líbano.

Para concretar esta agresión militar y la posible invasión terrestre sobre el sur del Líbano, Netanyahu cuenta con el criminal apoyo de los Estados Unidos, quienes (a pesar de pedir junto a Francia un alto el fuego de veintiún días) garantizan la impunidad mundial y el apoyo económico, político y material a Israel. Solo para dar un ejemplo, se estima que gran parte de las bombas de 900 kilogramos utilizadas en los ataques sobre Beirut fueron provistas por los Estados Unidos y lanzadas por sus aviones F-35. En ese sentido, el Secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin afirmó que “Estuvimos de acuerdo en la necesidad de desmantelar la infraestructura de ataque a lo largo de la frontera para garantizar que Hezbollah no pueda perpetrar ataques similares a los del 7 de octubre”. Además, Estados Unidos planea el refuerzo de soldados y más aviones cazas para fortalecer al portaaviones Abraham Lincoln, instalado en el golfo de Omán. Mientras esto sucede, Joe Biden, en medio de la campaña electoral junto a la demócrata Kamala Harris, busca hacer malabares y despegarse con abstractas propuestas de alto el fuego que cada vez están más lejos de cumplirse.
Las nuevas agresiones militares y la amenaza de una invasión terrestre por parte del ejército israelí sobre el Líbano son una nueva acción criminal de Netanyahu y su régimen nazi-sionista y ultra religioso, para evitar su caída. Netanyahu requiere sostener la guerra para permanecer en el poder mientras fracasa en su objetivo de destruir a Hamas y al conjunto de la resistencia palestina, y ahora, a Hezbollah. Parte de esta política guerrerista son también los bombardeos ejecutados contra los rebeldes hutíes en Yemen.

Mientras buscan extender las agresiones al Líbano, continúa el genocidio sobre Gaza y Cisjordania. A poco de cumplirse un año de la nueva fase del genocidio comenzado en 1948, más de 40.000 personas fueron asesinadas, entre ellos miles de mujeres y niños. Israel busca la limpieza étnica en Gaza y Cisjordania, busca ocupar todo el territorio histórico, con su política de echar a los palestinos y palestinas e instalar el “Gran Israel”. Israel desconoce todos los acuerdos diplomáticos y Netanyahu se paseó por la ONU afirmando que “no hay rincón de Medio Oriente al que Israel no pueda llegar”, ante la mirada cómplice de las autoridades y fracasados expertos diplomáticos y la pasividad de los países árabes. Israel busca la guerra permanente y el exterminio, demostrando una vez más, sobre miles de muertos, desplazados y refugiados, el fracaso histórico de la falsa política de los “Dos Estados” sostenido por el imperialismo.

A un año de la invasión a Gaza, las movilizaciones y acciones de solidaridad con la resistencia y el pueblo palestino han comenzado a recuperar iniciativa. El pasado 27 de septiembre se realizó una huelga general y grandes movilizaciones en el Estado Español y se preparan importantes acciones de solidaridad en diversas ciudades del mundo. Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores - Cuarta Internacional (UIT-CI) llamamos a sostener la movilización mundial en solidaridad con el pueblo palestino y exigimos a los gobiernos del mundo que rompan relaciones diplomáticas, políticas, económicas, militares y culturales con Israel ¡Basta de enviar armas! ¡Basta de financiar el genocidio! ¡Basta de muertos por hambre y enfermedades! ¡Apertura ya de las fronteras para el ingreso de la ayuda humanitaria! ¡Fuera Israel de Gaza, Cisjordania, de toda Palestina y del Líbano! ¡Por una Palestina única, laica, democrática y no racista! ¡Viva Palestina libre del río al mar!

Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores
Cuarta Internacional (UIT-CI)
1 de octubre de 2024

 

Gran concentración en Plaza de Mayo

7 de octubre 17hs

76 años de genocidio

solo desde octubre van 365 días de exterminio, 8784 horas de limpieza étnica

invita Comité Argentino de Solidaridad con el Pueblo Palestino


Escribe Miguel Lamas, dirigente de la UIT-CI

24/09/2024. El pueblo trabajador reclama cambios de fondo

En las elecciones presidenciales de Sri Lanka, del 22 de septiembre, fue electo Anura Kumara Dissanayake, quien se define como marxista, como nuevo presidente. Representa a la alianza Poder Popular Nacional, que incluye a su partido de izquierda, del cual es presidente desde el 2014, Frente de Liberación del Pueblo (JVP). Obtuvo el 42,3% de los votos contra el 32,8% de un candidato de centroderecha y un 17% del actual presidente que pretendía reelegirse.

Miles de personas, muchas muy jóvenes, trabajadoras y trabajadores, salieron a festejar este triunfo electoral con banderas rojas y retratos de Marx y Lenin. Una sorpresa internacional. Las columnas masivas con sus banderas y pancartas, mostraron las expectativas por cambios de fondo en Sri Lanka.

La rebelión popular del 2022

Esta expresión electoral está directamente conectada con la insurrección del pueblo trabajador de hace dos años, de julio del 2022, cuando después de tres meses de grandes movilizaciones, centenares de miles de personas tomaron la casa de gobierno y el anterior presidente hasta ese momento tuvo que escaparse del país.

Esa insurrección del 2022 fue una reacción popular ante el desastre económico. La crisis capitalista internacional encareció los alimentos y el combustible, la deuda externa con China, Europa y Estados Unidos se hizo impagable, y los capitalistas, que ganan con las exportaciones, se llevan sus dólares fuera del país, el Estado quedó sin divisas. Y estuvieron meses sin comprar combustibles ni otros productos de importación, dejaron de funcionar transportes, y se cortaba la electricidad y el gas, y se dejó de importar medicamentos básicos. Decenas de miles de trabajadores fueron despedidos o suspendidos sin salario.

Continúa la crisis y brutal explotación de las y los trabajadores

Sri Lanka es una isla, de 65.610 km2, ubicada al sur de la India, con 22 millones de habitantes. Además de sus tradicionales exportaciones agrarias de te, coco, aceite de coco y arroz, se convirtió en últimos 20 años, como otros países asiáticos, en un gran exportador de textiles, con empresas asociadas a las multinacionales japonesas, chinas, yanquis y europeas, con mano de obra baratísima. Hoy le llaman “la fábrica mundial de corpiños”. Antes de la crisis e inflación aguda y devaluación de la rupia (moneda local), las obreras y obreros textiles ganaban 62 dólares mensuales. Ahora es mucho menos, los textiles 44 dólares de mínimo, pero con enorme aumento en el costo de vida incluso medido en dólares. Pero además son esclavizados, tienen que trabajar entre 14 y 16 horas por día, los siete días de la semana. Se calcula que es el salario más bajo de la región de Asia Pacífico. El sector textil emplea directamente 400 mil trabajadores e indirectamente otros dos millones, la mayor parte son principalmente mujeres que provienen de zonas rurales.

En julio del 2022, después de la insurrección y huida de anterior presidente, Ranil Wickremesinghe prestó juramento como nuevo presidente. Logró nuevos acuerdos de préstamos con el FMI aumentando la deuda estatal que hoy es una de las mayores del mundo en relación a su PBI (la deuda supera al PIB anual). Y con eso una relativa estabilidad, pero aumentando impuestos y con eso el costo de la vida, y bajando salarios reales.

Lo que sucede en Sri Lanka, también ocurre en otros países asiáticos cercanos, también productores de textiles baratos, como Bangla Desh que también tuvo una reciente rebelión popular exigiendo un cambio de fondo.

El nuevo gobierno de izquierda

El presidente electo Anura Kumara Dissanayake, quien era parlamentario desde el año 2000 y fue Ministro de Agricultura durante un año en el 2004 bajo el gobierno capitalista de Chandrika Kumaratunga, ha dicho en sus primeras declaraciones que no romperá el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Si afirmó que va a haber rebaja de impuestos (que están afectando directamente a las importaciones de productos que consume el pueblo) y que va a renegociar el pago de deuda de 25.000 millones con el FMI.

Esto indica que el nuevo presidente no se propone un cambio económico de fondo que necesita y reclama el pueblo trabajador para salir de su brutal miseria y explotación.

La alianza Poder Popular Nacional podríamos definirla como de centroizquierda, integrada por sectores de la izquierda reformista, que no se propone romper con el FMI y el capitalismo. Lo interesante ha sido que las masas, que se rebelaron en 2022, canalizaron sus reclamos pendientes votando a la izquierda, a una alianza que se dice marxista.

En Sri Lanka los cambios de fondo deberían comenzar por el no pago de la deuda, la nacionalización con control de sus trabajadores de la industria textil y la protección de la producción agraria de pequeños campesinos. Por supuesto que este cambio de fondo que hoy no plantea el nuevo presidente, y que jamás aprobaría el actual parlamento dominado por la derecha empresarial, solo podrá realizarse con la movilización masiva del pueblo trabajador, como ya se dio hace dos años.

Desde la UIT-CI saludamos y nos solidarizamos totalmente con esta lucha del pueblo trabajador de Sri Lanka por un cambio de fondo, por un verdadero gobierno de la izquierda, de la clase trabajadora y los campesinos que abra el camino del socialismo, como lo mostraron en sus marchas de festejo, que termine con la miseria y la explotación laboral.




Escribe Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional

01/09/2024. El Estado sionista de Israel ha escalado las agresiones militares genocidas sobre el Líbano. Esta escalada está marcada por las detonaciones masivas de “beeperes” y radios entre el 16 y el 17 de septiembre, los bombardeos masivos sobre Beirut y otras ciudades que desde las jornadas del 23 asesinaron a más de 1000 personas, el desplazamiento masivo de cerca de un millón de habitantes y el asesinato del jefe máximo de Hezbollah, Nassan Nasrallah y otros dirigentes. 

La operación “Flechas del Norte” –como Israel denomina sus acciones militares sobre el Líbano- busca penetrar en el sur del país para extender la frontera norte de Israel, como mínimo, hasta el Río Litani con el objetivo de disponer de un espacio de seguridad entre Israel y el Líbano, zona que esté controlada un 100% por las fuerzas de ocupación sionistas e imperialistas, retrotrayendo la situación a antes del año 2000, cuando Israel tuvo que salir de esa región y devolverle los territorios al Líbano, luego de haberlos ocupado desde el año 1985.

Con ese objetivo, han instado al desalojo de 20 ciudades y aplicado fuego aéreo y de artillería que se ha intensificado durante el martes 1 de octubre. Israel ha notificado a su socio imperialista de los Estados Unidos de su intención de realizar una incursión terrestre disfrazada de “redadas limitadas, localizadas y selectivas” para destruir a Hezbollah. ¡Falso! Nada de localizado ni selectivo, Israel realiza bombardeos sobre áreas densamente pobladas y asesina sistemáticamente a la población civil para amedrantar al conjunto de los pueblos, el palestino y libanés. Israel no quiere proteger la población del “terrorismo”. Israel es un estado genocida y terrorista que busca el desplazamiento masivo de la población original y la ocupación militar de las tierras en Palestina y ahora también, nuevamente, en el Líbano.

Para concretar esta agresión militar y la posible invasión terrestre sobre el sur del Líbano, Netanyahu cuenta con el criminal apoyo de los Estados Unidos, quienes –a pesar de pedir junto a Francia un alto el fuego de 21 días- garantizan la impunidad mundial y el apoyo económico, político y material a Israel. Solo para dar un ejemplo, se estima que gran parte de las bombas de 900 Kg utilizadas en los ataques sobre Beirut fueron provistas por los Estados Unidos y lanzadas por sus aviones F-35. En ese sentido, el Secretario de Defensa de EE UU, Lloyd Austin afirmó que “Estuvimos de acuerdo en la necesidad de desmantelar la infraestructura de ataque a lo largo de la frontera para garantizar que Hezbollah no pueda perpetrar ataques similares a los del 7 de octubre”. Además, Estados Unidos planea el refuerzo de soldados y más aviones cazas para fortalecer al portaaviones Abraham Lincoln, instalado en el golfo de Omán. Mientras esto sucede, Joe Biden, en medio de la campaña electoral junto a la demócrata Kamala Harris, buscan hacer malabares y despegarse con abstractas propuestas de alto el fuego que cada vez están más lejos de cumplirse.

Las nuevas agresiones militares y la amenaza de una invasión terrestre por parte del ejército israelí sobre el Líbano son una nueva acción criminal de Netanyahu y su régimen nazi-sionista y ultra religioso, para evitar su caída. Netanyahu requiere sostener la guerra para permanecer en el poder, mientras fracasa en su objetivo de destruir a Hamas y al conjunto de la resistencia palestina, y ahora, a Hezbollah.  Parte de esta política guerrerista son también los bombardeos ejecutados contra los rebeldes hutíes en Yemen.

Mientras busca extender las agresiones al Líbano, continúan el genocidio sobre Gaza y Cisjordania. A poco de cumplirse un año de la nueva fase del genocidio comenzado en 1948, más de 40.000 personas fueron asesinadas, entre ellos miles de mujeres y niños. Israel busca la limpieza étnica en Gaza y Cisjordania, busca ocupar todo el territorio histórico, con su política de echar a los palestinos y palestinas e instalar el “Gran Israel”. Israel desconoce todos los acuerdos diplomáticos y Netanyahu se paseó por la ONU afirmando que “no hay rincón de medio oriente al que Israel no pueda llegar”, ante la mirada cómplice de las autoridades y fracasados expertos diplomáticos y la pasividad de los países árabes. Israel busca la guerra permanente y el exterminio, demostrando una vez más, sobre miles de muertos, desplazados y refugiados; el fracaso histórico de la falsa política de los “Dos Estados” sostenido por el imperialismo.

A un año de la invasión a Gaza, las movilizaciones y acciones de solidaridad con la resistencia y el pueblo palestino han comenzado a recuperar iniciativa. El pasado 27 de septiembre se realizó una huelga general y grandes movilizaciones en el Estado Español y se preparan importantes acciones de solidaridad en diversas ciudades del mundo. Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI) llamamos a sostener la movilización mundial en solidaridad con el pueblo palestino y exigimos a los gobiernos del mundo que rompan relaciones diplomáticas, políticas, económicas, militares y culturales con Israel ¡Basta de enviar armas! ¡Basta de financiar el genocidio! ¡Basta de muertos por hambre y enfermedades! ¡Apertura ya de las fronteras para el ingreso de la ayuda humanitaria! ¡Fuera Israel de Gaza, Cisjordania, toda Palestina y del Líbano! ¡Por una Palestina única, laica, democrática y no racista! ¡Viva Palestina libre del río al mar!


Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI)
1 de octubre de 2024

Nuestro semanario. En el que te acercamos el reflejo de las luchas del movimiento obrero, las mujeres y la juventud, además un análisis de los principales hechos de la realidad nacional e internacional.

Es una herramienta fundamental para fortalecer a Izquierda Socialista y al Frente de Izquierda.

La suscripción del periódico impreso nos permite también seguir editándolo, ya que nos financiamos con nuestros propios aportes y del de los suscriptos.

 

Suscribite a la versión Impresa

Más Leídos

El masivo 1F marca el camino

El masivo 1F marca el camino

05 Feb 2025 El Socialista N° 598

Patagonia / Los incendios tienen responsables

Patagonia / Los incendios tienen re…

05 Feb 2025 El Socialista N° 598