May 17, 2024 Last Updated 1:34 AM, May 17, 2024

Izquierda Socialista

Editorial

El próximo domingo vence una nueva prórroga de la cuarentena. Está claro que, mientras el gobierno sigue diciendo “no hay que tirar lo hecho por la borda”, ha decidido hacerse cada vez más eco del reclamo de los empresarios de “flexibilizar la economía”. No porque a los grandes capitalistas les interese dar trabajo o aumentar los salarios, sino para hacer sus consabidas ganancias. Es cierto también que distintos sectores populares o pequeños comerciantes están obligados a romper la cuarentena para conseguir su sustento diario, precisamente porque el gobierno ya dejó de destinar partidas a atender la emergencia social, para tener como prioridad salvar a las grandes empresas y multinacionales de la crisis y seguir con la renegociación de la deuda para pagarle de manera “sustentable” a los usureros internacionales. Todo esto en vez de volcar fondos de las riquezas de los millonarios, las grandes empresas y los acreedores para enfrentar al Covid 19.

Denunciamos que en medio de la cuarentena y entre cuatro paredes (en reuniones en la Quinta de Olivos o hasta por Skype) la UIA y los burócratas sindicales, por supuesto sin consultar a sus bases, hayan acordado una rebaja del 25% del salario de millones de trabajadores que no están prestando servicios esenciales. Estamos hablando de la UIA, Techint, Magnetto y otros representantes de la crema de los empresarios. Por su parte, Héctor Daer de la CGT ha defendido públicamente el acuerdo diciendo que ha sido “una contribución para que no haya despidos”. Un caradura total, porque desde hace años vienen pactando salarios a la baja y dejando pasar los despidos y suspensiones. Otros, como Hugo Yasky (que posa de dirigente sindical “progre”) ha dicho que sobre el tema hubo un error de comunicación, ya que lo ideal hubiera sido transmitir que “se mantiene el 75% de los salarios” en vez de que se recorta el veinticinco. O sea, hablar en modo doble discurso como lo hace el gobierno, que también defiende el recorte, con un brutal ajuste, de los ya magros ingresos de la clase obrera en plena pandemia. Y avala esas rebajas desde el Ministerio de Trabajo. Es decir que hay en curso un pacto entre la UIA, burocracia sindical (CGT/CTA) y gobierno para atacar a millones de trabajadoras y trabajadores. Uno se podría preguntar, ¿dónde quedó entonces el (doble) discurso del gobierno de Alberto Fernández diciendo que venía a gobernar para los más vulnerables?

Otro tanto se acaba de hacer con el tema de la deuda externa. El gobierno se aseguró dos solicitadas de gobernadores e intendentes apoyando la actual renegociación de los pagos. Y este lunes se sacó la foto en Olivos con la UIA y los dirigentes sindicales para tal fin. Reunión de la que participaron el titular de la UIA, la Sociedad Rural, la Asociación de Bancos, la Bolsa de Comercio, la Cámara de Comercio y la Cámara de la Construcción. La delegación de la CGT estuvo encabezada por sus secretarios generales Héctor Daer y Carlos Acuña, y los integrantes de la mesa directiva Gerardo Martínez, Andrés Rodríguez, Armando Cavalieri, Víctor Santa María, José Luis Lingeri y Antonio Caló. La reunión tuvo “uniformidad en el respaldo, sin voces disonantes”, dijeron los medios. A tal punto que el titular de la Bolsa de Comercio Adelmo Gabbi sorprendió a todos señalando: “Nunca estuve de acuerdo con los gobiernos populistas pero le tengo que decir, señor ministro, que nadie hizo tanto en estos 45 días por el mercado de capitales como usted”, refiriéndose al titular de Economía Martín Guzmán. Más que un gesto, todo un reconocimiento. Esto vale para hacer reflexionar a aquellos que puedan creer que este gobierno está decidido a embestir contra los grandes capitales o que la reestructuración de la deuda va en desmedro de los bonistas y en beneficio del país. Sobre la oferta para pagarle a los pulpos acreedores el propio Guzmán, señaló: “No le pedimos a los bonistas que dejen de ganar sino que ganen menos”.

El gobierno y los empresarios usan la pandemia para justificar las rebajas salariales y los despidos. Hasta se permite a la patronal del Hospital Italiano rebajar el salario a los médicos. El gobierno de los Fernández no obligan a los de arriba, a los super ricos, a que aporten para fortalecer los servicios de salud y el apoyo económicos a los sectores populares. Todo esto va unido a la “demora” oficialista en presentar el proyecto de impuesto para gravar la riqueza como lo vino anunciando. Voceros del peronismo gobernante han dicho que lo presentaría en los próximos días y que el Congreso lo trataría en las próximas semanas. Pero mientras le roban un 25% del sueldo a millones de trabajadores con un pacto a espaldas del pueblo trabajador, el necesario impuesto a la riqueza duerme en los laureles. Justamente cuando es necesario que se aplique ya para destinar ese dinero a la emergencia. En los hechos, hoy el único proyecto concreto presentado para cobrarle impuestos a las grandes fortunas y empresas es el del Frente de Izquierda Unidad.

Desde Izquierda Socialista y el FIT Unidad rechazamos que el gobierno tenga como prioridad salvar las ganancias de las grandes empresas y el pago de la deuda externa. Seguimos apoyando los reclamos obreros, populares y de las mujeres junto al sindicalismo combativo (a diferencia de las traiciones de la CGT que pacta reducciones salariales y suspensiones y despidos). Llamamos a batallar para que en la cuarentena no se produzcan rebaja salarial, despidos ni suspensiones. Para que haya plata para los profesionales de la salud, a quienes todavía ni siquiera le dieron los miserables 5.000 pesos mensuales de plus, ni la protección e insumos que reclaman. Estamos por una cuarentena con comida, sin hambre, ni pobreza. Y que, para todo ello, como lo dijimos en el acto virtual del Frente de Izquierda Unidad este 1º de Mayo ante miles de luchadoras y luchadores, hay que imponer un Fondo de Emergencia con un impuesto especial y progresivo a las fortunas de los millonarios y las ganancias de bancos, grandes empresarios y multinacionales y así, junto al no pago de toda la deuda externa, se destinen los fondos suficientes para combatir la pandemia, la mayor crisis del coronavirus y la asistencia a los millones que lo necesitan.

 

 

 

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Ha transcurrido un 1° de Mayo atípico. En medio de la cuarentena por el coronavirus no tuvimos los actos multitudinarios que, año a año, recorren las plazas de todo el mundo. Si bien hubo en varios países algunas conmemoraciones que reflejamos en este periódico, lo que prevaleció fueron las declaraciones por medio de la web.

En ese marco, resultó muy importante el acto virtual que llevamos adelante desde el Frente de Izquierda Unidad. Miles de compañeros siguieron en directo los discursos y muchos más los vieron reproducidos en las redes sociales posteriormente, además de ser levantado por diversos medios masivos de comunicación. 

Una vez más se demostró la fuerza de la unidad de la izquierda. Nuestro compañero Juan Carlos Giordano, de Izquierda Socialista, junto con Romina Del Plá, del Partido Obrero; Nicolás del Caño, del PTS, y Celeste Fierro, del MST, explicaron en sendos discursos unitarios la coyuntura y los desafíos que enfrentamos los trabajadores, las mujeres y la juventud. Nos solidarizamos con todas las luchas en curso, reclamamos el fin de las suspensiones y despidos, denunciamos la rebaja salarial y exigimos un impuesto a las grandes fortunas y ganancias que, junto con la suspensión inmediata de los pagos de deuda externa, financien un fondo de emergencia para resolver las más urgentes necesidades populares agudizadas por la pandemia. 

Desde Izquierda Socialista le sumamos al acto los saludos internacionalistas de nuestros compañeros de la UIT-CI: Joao Batista Araujo “Baba” (CST-PSOL de Brasil), Jonathan Ríos (MST de Chile), José Luis Alcázar (Lucha Internacionalista del Estado Español), Roudy Joseph e Ingrid Luciano (MST de República Dominicana), Atacan Çiftçi (Partido de la Democracia Obrera, IDP de Turquía), Priscila Vázquez (Propuesta Socialista de Panamá), José Bodas (Partido Socialismo y Libertad de Venezuela), Angélica Mamani, Isabel Jiménez y Humberto Balderrama (ARPT de Bolivia), Enrique Fernández Chacón (UNIOS de Perú) y Leda Silva Victoria (MAS de México).

Así, aunque no pudimos desplegar nuestras banderas rojas en la Plaza de Mayo, cumplimos en conmemorar la jornada de lucha del Día Internacional de las Trabajadoras y los Trabajadores, culminando con una emocionante entonación conjunta de La Internacional por parte de los artistas del FIT Unidad. 

Escribe Adolfo Santos

Estados Unidos

Trabajadoras y trabajadores de los Estados Unidos conmemoraron el Día del Trabajador con una serie de huelgas en defensa de sus condiciones de trabajo y en protesta por la falta de elementos de seguridad sanitaria que tendrían que ser provistos para afrontar sus actividades.

Empleados de la salud, de empresas de servicios comerciales como Amazon, Whole Foods, Instacart, FedEx, Target, Walmart y de otros rubros organizaron la medida de fuerza que se valió de la ausencia de personal en sus puestos con movilización y protesta en sus lugares de trabajo.

La iniciativa por parte de las y los trabajadores de Amazon arrastró a otras del rubro de comercio y servicios, como la cadena Walmart, o FedEx. Otras ramas gremiales también efectuaron movilizaciones con demandas que incluyeron el aumento de salarios, el reconocimiento remunerativo de su labor en tanto actividad esencial y el pago de horas extras. (Fuente ANRed)

Alemania

A pesar del enorme operativo policial organizado por el gobierno, miles de manifestantes desafiaron en Berlín la prohibición de las marchas del 1° de Mayo en medio de las restricciones impuestas por el Covid-19.

El llamado 1° de Mayo Revolucionario del multiétnico barrio de Kreuzberg, no autorizado este año, puso en jaque al operativo antidisturbios, que bloqueó varias calles del distrito mientras grupos de manifestantes izquierdistas llevaban a cabo sus protestas aunque de forma reducida y diversificada.

En toda Alemania rige la prohibición de grandes actos y solo se autorizaron pequeñas concentraciones de entre veinte y cincuenta asistentes. Una de ellas, en forma de caravana de coches con pancartas, cruzó la capital alemana reclamando el derecho a la manifestación.

Portugal

Autorizado por el gobierno, el 1° de Mayo fue celebrado en la plaza Alameda, en pleno centro de Lisboa, con una novedosa manifestación de trabajadores. La Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP) reunió a cientos de personas para defender los derechos de los trabajadores”. Siguiendo el protocolo impuesto por la pandemia, la manifestación se organizó respetando el criterio de mantener la distancia social. Algunos manifestantes llevaban mascarillas, especialmente diseñadas para la ocasión, con referencias a la lucha de los trabajadores.

Una semana antes los portugueses habían sido forzados a conmemorar el 46º aniversario de la Revolución de los Claveles enclaustrados en sus casas por efecto de la pandemia. Que este pequeño acto en el Día del Trabajador sirva para calentar los motores de las luchas que están por venir en Portugal.

Grecia/Turquía

En medio de la crisis, agravada por la pandemia, en diversos países los trabajadores se manifestaron de diferentes formas. En Atenas decenas de personas se dieron cita en las afueras del parlamento griego y, desafiando las prohibiciones del gobierno, se organizaron en filas utilizando marcadores en el piso para conservar la distancia. A diferencia de la manifestación pacífica en la capital griega, en Turquía la policía detuvo en Estambul a veintiséis miembros de uno de los mayores sindicatos del país por incumplir la prohibición de manifestar en la calle a causa de la crisis sanitaria.

Los detenidos, que forman parte de la Confederación de Sindicatos Progresistas de Turquía (DISK), iniciaron una marcha hacia la plaza Taksim, epicentro de grandes manifestaciones y símbolo de la lucha obrera. La presidenta de la DISK, Arzu Çerkezoglu, quien también fue detenida, expresó: “¡Estamos detenidos! Hay camaradas en toda Turquía trabajando hoy, pero esto no interrumpe la vida social. En cambio, la celebración del 1° de Mayo sí la interrumpe. ¡No pueden prohibir el 1º de Mayo!”.

En todo el mundo los gobiernos capitalistas aprovechan la cuarentena para aprobar proyectos contra los trabajadores y para reprimir a los que se manifiestan y protestan contra los planes de ajuste. Confiamos plenamente en que la fuerza de nuestra clase logrará revertir esta situación, comenzando a manifestarse con toda su potencialidad.




Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad

A cinco meses de la asunción de Alberto Fernández queremos compartir sus dichos y los hechos. El peronismo del Frente de Todos viene enarbolando un discurso que no se condice con la realidad. Mejor dicho, dice una cosa y hace otra. Es decir, doble discurso. Veamos.

“Entre los bancos y los jubilados me quedo con los jubilados”. Eso dijo Alberto Fernández en campaña. Sin embargo, mediante la ley de emergencia votada a fines de 2019 se les quitó la ley de movilidad provocando un recorte de 100.000 millones de pesos. Luego habló de “cuidar a los abuelos” y los empujó a romper la cuarentena para poder cobrar y no hace nada ante el descontrol y los negociados de los geriátricos.

“Vamos a gobernar para los más vulnerables”. El gobierno dispuso sumas fijas para la asignación por hijo por 3.100 y 10.000 pesos para quienes hacen changas, entre otros anuncios. Una miseria que no alcanza, empujando a miles a romper la cuarentena para conseguir el sustento diario. Se destinaron 89.000 millones de pesos para el bono de 10.000 pesos que es mucho menos de los 132.000 millones que fueron para ayudar a los empresarios a pagar el 50% de los salarios. Además, el gobierno acaba de avalar el pacto de la UIA y la CGT recortando el 25% del salario a millones de trabajadores, reprimió a los obreros de Penta (y ahora un intendente cordobés hace lo mismo con los municipales de Jesús María) y destina solo 11 pesos por mujer por año para combatir la violencia de género. ¿Dónde están las políticas para los más vulnerables?

“Hay que combatir a los vivos que especulan”. Sin embargo, no hay ningún preso entre los empresarios, dueños de supermercados, laboratorios, formadores de precios y especuladores que se benefician con los aumentazos. Lejos de hacer cumplir los precios máximos, el gobierno hizo una compra millonaria de comida a valores exorbitantes desde el Ministerio de Desarrollo Social, con grandes sospechas de corrupción.

“La deuda es con el pueblo”. Pero Alberto Fernández retomó las negociaciones de la mano del Fondo Monetario para pagar una deuda usurera y fraudulenta. Tenía la oportunidad histórica de desconocer toda la deuda contraída por Macri y mostrar que en una pandemia la prioridad no puede ser una deuda fraudulenta sino la deuda con el pueblo. El gobierno pagó desde que asumió 4.500 millones de dólares, el equivalente a 3,2 veces más que el presupuesto de salud.

“Seré duro con quienes despidan”. Viendo la ola de despidos el gobierno impuso por decreto la prohibición. Pero en el mismo decreto se permitió despedir personal mediante un “acuerdo de partes” entre empresarios y burócratas sindicales. A tal punto que hoy hay miles de despidos desde que salió el decreto, con el caso emblemático de los 1.450 de Techint homologados por el Ministerio de Trabajo.

“La prioridad es la salud por encima de la economía”. Pero los profesionales y trabajadores de la salud que están en la primera línea y ya cuentan con centenares de infectados piden insumos, protección, testeos y que se los incluya en los comités de crisis para enfrentar mejor la pandemia y no se les da respuesta.

“Vamos a declarar de interés público las clínicas privadas y todos los recursos sanitarios”. Esta medida sería un gran paso para poder centralizar todo el sistema de salud para enfrentar a la pandemia como lo hizo Irlanda. Pero al otro día el gobierno desmintió la noticia. Y no solo eso, sino que empezó a subsidiar y a otorgar amplios beneficios para los mercaderes de la salud privada.

“Vamos a terminar con los privilegios”. Esto lo dijo el gobierno cuando simuló el recorte de prebendas a los jueces. Pero como denunciamos desde el Frente de Izquierda, la ley aprobada en el Congreso mantiene sus elevados sueldos y el 82% móvil, igual que todos los privilegios de los que gozan diputados, senadores, la Corte Suprema y obispos de la Iglesia Católica.

“Llegó la hora de que los empresarios ganen menos”. Los grandes capitalistas nunca dejaron de ganar, a tal punto que, según la revista Forbes (que publica las fortunas de los más ricos del mundo) cincuenta millonarios argentinos acumulan 70.000 millones de dólares, encabezados por Paolo Rocca, de Techint, seguido por renombrados dueños de petroleras, bancos, cadenas de supermercados, laboratorios y terratenientes. A ellos hay que tocar, pero el gobierno demora el anunciado impuesto a la riqueza mientras desde el FIT decimos que tiene que ser implementado ya y de tal manera que permita recaudar 20.000 millones de dólares para destinar a la emergencia.

Decimos, como conclusión, que la frase privilegiada del gobierno “Vamos a poner dinero en el bolsillo de la gente” es parte de su doble discurso. 

 

Escribe Adolfo Santos

Muchos compañeros de trabajo, de estudio, vecinos o familiares con los que conversamos, nos han manifestado su esperanza de que, con el alardeado “impuesto a los ricos” impulsado por sectores del gobierno se avance en relación con la propuesta de proteger a los más vulnerables, tal como había anunciado el presidente. Sin embargo, pasa el tiempo y la famosa “bala de plata” con que el gobierno haría justicia va quedando cada vez más relegada a segundo plano y probablemente nunca será disparada.

Originalmente, Máximo Kirchner y Carlos Heller elaboraron uno de esos proyectos. Proponían un impuesto de entre 1,25% y 1,75% sobre los cincuenta mayores patrimonios para recaudar alrededor de 1.000 millones de dólares. Otro, presentado por la diputada Fernanda Vallejos, podría elevar esa recaudación a 3.800 millones de dólares. Después se planteó que había que consensuar y unificar ambos proyectos y “otros” del oficialismo, que nunca se conocieron. 

Pasaron las semanas. El gobierno explicó que, como era una cuestión “impositiva”, no podía sacarlo por decreto y que requería que se reuniera el Congreso. Luego se enfrascó en la discusión de si se podía sesionar virtualmente. En las idas y venidas estuvo la “consulta” de Cristina Fernández de Kirchner a la Corte Suprema y la espera de la respuesta. Finalmente, recién esta semana se hará la reunión (mitad presencial, mitad virtual) de la Cámara de Diputados. Senado demorará una semana más todavía. Pero, lo “sorpresivo” (o no tanto) es que en esas sesiones no se tratará el tan mentado impuesto. 

La realidad es que el proyecto oficialista ni siquiera ha sido presentado. El fin de semana hubo trascendidos periodísticos que afirman que Sergio Massa le garantizó a la oposición de Juntos por el Cambio y a los empresarios que el proyecto nunca se aprobaría. “Alberto está en contra”, habría dicho. 

¿En qué quedamos? La realidad es una sola. A la fecha el único proyecto presentado para cobrarle a las grandes fortunas y empresas es el del Frente de Izquierda Unidad. Con su aprobación se podrían recaudar 20.000 millones de dólares y destinarlos inmediatamente a un fondo de emergencia para atender la pandemia. Como venimos diciendo desde hace semanas, nuestro proyecto va más a fondo contra los grandes capitalistas y sus empresas y propone recaudar mucho más que todos los proyectos oficialistas  que trascendieron. Pero no queremos hacer una discusión de números. Nuestra exigencia es bien concreta: si de verdad se proponen presentar un impuesto a los ricos, que lo hagan inmediatamente. ¡Que no se transforme en otra expresión más del doble discurso del gobierno! Las necesidades sanitarias y para enfrentar la miseria no pueden esperar. 

 

 

 

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