Apr 29, 2024 Last Updated 1:19 AM, Apr 28, 2024

Izquierda Socialista

Estados Unidos. Bayer acuerda indemnizar a enfermos de cáncer provocado por el glifosato

El gigante farmacéutico y agroquímico alemán Bayer anunció el 24 de junio que acordó pagar hasta 10.900 millones de dólares en un acuerdo con 125.000 demandantes estadounidenses que dicen que el herbicida Roundup, que contiene glifosato, fabricado por la unidad Monsanto, es el causante del cáncer que padecen. El acuerdo “permitirá cerrar aproximadamente el 75% de los actuales casos de litigación relacionados con Roundup”, informó la compañía con sede en Alemania.

El mismo herbicida cancerígeno se utiliza en otros países, como Brasil, Argentina y Bolivia. En la Argentina hubo fuertes movimientos de pueblos fumigados (afectados por la multiplicación de casos de cáncer) y se lograron algunas limitaciones, aunque se sigue empleando.

El Roundup-glifosato extermina todo lo que hay alrededor del cultivo de soja transgénica –que es resistente a este herbicida– que “molesta” su crecimiento. Pero además afecta a las personas que desarrollan esta actividad, a las que viven cerca de los terrenos fumigados y a los alimentos.    


Brasil. Huelgas de trabajadores del metro y de repartidores

Los trabajadores del metro (subterráneo) de San Pablo anunciaron una huelga el 1º de junio contra un ajuste a sus condiciones de trabajo que dictó João Doria, gobernador del estado, del PMDB (partido patronal que gobernó hasta 2016 junto al PT y ahora es supuesto opositor de Bolsonaro). Se está desconociendo el acuerdo colectivo en un momento en el que hay un número importante de contagiados y un dirigente del sindicato fallecido por Covid-19 porque no se cumplió la cuarentena.

Entretanto, los repartidores van a realizar un paro nacional por aumento de sus remuneraciones y mejores condiciones de trabajo. Como ellos lo explican, trabajan con hambre entregando comida y están realizando un servicio esencial en medio de la pandemia. Denunciaron también que si un trabajador se enferma de Covid-19, tiene un accidente o se golpea en su bicicleta es despedido.

Estas huelgas se dan en medio del desastre de la salud en Brasil, que ocupa el segundo puesto en el mundo por la cantidad de víctimas del Covid-19, con 58.000 muertos y 1.350.000 infectados (cifras oficiales, probablemente la realidad sea mucho peor) hasta este fin de semana.

La CST/PSOL, sección oficial de la UIT-CI, llamó a apoyar estas huelgas y a unificar las luchas en un marco en que toda la clase trabajadora “está en la mira de la contaminación y las muertes” y exige a las direcciones de las centrales sindicales CUT, CTB, Força Sindical y UGT que apoyen las luchas y convoquen a un día nacional de lucha en defensa del salario, el empleo y por medidas de seguridad estrictas para los que trabajan.


Alemania. Huelga de trabajadores de Amazon por contagios

Cerca de cuarenta empleados de Amazon tienen coronavirus. Por este motivo iniciaron una huelga este lunes exigiendo mayores normas de seguridad. La medida, de cuarenta y ocho horas, cuyo lema es “trabajo bueno y saludable”, es para denunciar lo que han llamado falta de transparencia por parte de la empresa estadounidense ante la ola de contagios de Covid-19 entre sus trabajadores. Los paros se realizan en las sucursales de Leipzig, Bad Hersfeld, Rheinberg, Werne y Koblenz. La compañía tiene aproximadamente 13.000 empleados en Alemania.

Cabe destacar que Amazon, especializada en entregas a domicilio, aumentó sus ganancias a nivel mundial durante la pandemia.

En los últimos meses, los trabajadores de los almacenes de Amazon en los Estados Unidos realizaron protestas también en contra de las condiciones laborales insalubres, denunciando que la compañía no notifica cuando sus compañeros dan resultado positivo en el test de coronavirus.


Curazao. Violentas protestas contra rebaja salarial y despidos

El recorte salarial de 12,5%  y el despido de más de cuatrocientos trabajadores públicos provocaron fuertes protestas. Fueron incendiados vehículos policiales durante las manifestaciones. La isla caribeña está convulsionada por los injustificados despidos que afectan a los empleados portuarios. Y, aunque el gobierno implantó el toque de queda, las protestas continuaron.

Llegó la época del año en la que nuestro partido realiza su campaña financiera. Solicitamos tu aporte económico para poder sostener todas nuestras actividades, siempre al servicio de las luchas del pueblo trabajador y de los sectores populares, acompañando los reclamos sindicales, de las mujeres, de la juventud y de los jubilados.

Somos un partido de trabajadores. Izquierda Socialista se construye sobre la base del esfuerzo cotidiano de sus integrantes y los aportes que realizamos los militantes, simpatizantes y amigos. Todo lo contrario de lo que hacen el Frente de Todos, la UCR y Juntos por el Cambio, partidos patronales que son financiados por grandes capitalistas y multinacionales.

El momento que estamos atravesando es complicado, lo sabemos. En medio de la pandemia muchos compañeros perdieron su trabajo y viven de changas. El que tiene la suerte de mantenerlo cobra un salario rebajado y devaluado. Es lo que nos toca vivir a todos los trabajadores en esta profunda crisis.

Comprendemos la situación, pero a su vez insistimos en que hagas un esfuerzo para ayudarnos. Tu aporte, sea cual fuere, es importante para Izquierda Socialista. Nos permitirá hacer llegar nuestras propuestas a más escuelas, barrios y fábricas. Nos posibilitará continuar exigiendo, junto a los trabajadores de la salud, más presupuesto para los hospitales y que no falten los elementos de seguridad, los insumos y las camas con el devenir de los contagios.

Podremos continuar peleando, junto al sindicalismo combativo, por una nueva dirección sindical combativa y democrática que le ponga el punto final a la vieja burocracia traidora de la CGT, la que firma con la UIA la rebaja salarial y la entrega de los convenios colectivos.

Tu esfuerzo fortalecerá nuestra lucha por impulsar y desarrollar el Plenario del Sindicalismo Combativo, que busca la coordinación de todas las luchas en curso y las que vendrán. En este sentido, alentamos la integración de los nuevos luchadores con los ferroviarios del Sarmiento, con el Sutna y los Suteba Multicolor que, junto con los docentes de Ademys, batallan por una educación pública gratuita y de calidad.

Con tu colaboración nuestras compañeras de Isadora continuarán levantando el pañuelo verde por el aborto legal, seguro y gratuito y contra la violencia de género.

También podremos seguir dando la pelea por la defensa del medioambiente, contra la megaminería contaminante de Barrick Gold, la deforestación y la contaminación de nuestro país y el planeta de la mano de empresas como Chevron y Monsanto.

Y también tu ayuda servirá para que sigamos construyendo la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores (UIT-CI), para apoyar las luchas de todo el mundo.

Tu aporte hará posible que continuemos con la construcción de este partido que, en nuestro país y en el mundo, luche en cada lugar de trabajo y en las calles por un gobierno de los trabajadores y el socialismo. 

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Editorial

En estas semanas se estará llegando al pico de la pandemia en la llamada Área Metropolitana Buenos Aires (capital y conurbano). En algunas provincias aparecieron rebrotes que obligaron a retroceder en las fases de la cuarentena. Crecen los contagios, dándose algunos resonantes, incluso entre políticos patronales, como los casos de Martín Insaurralde y María Eugenia Vidal. Todos sabemos que el sistema de salud puede colapsar en semanas, agravado por la saturación de las camas de terapia intensiva. 

El diagnóstico es claro. Lo repiten los epidemiólogos hasta el cansancio. Sin embargo, cualquiera que circule por los barrios de la Ciudad de Buenos Aires o el conurbano encuentra cada día más gente en las calles. Es obvio que esto pone en riesgo a millones. Es urgente que podamos cumplir una cuarentena como corresponde. Pero la pregunta es ¿por qué sucede esto? El gobierno de Alberto Fernández responsabiliza a la gente cuando dice “querían correr, ahí tienen; podemos tirar todo el esfuerzo que hicimos”, aprovechando para “tirarle un palo” así al jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta. La realidad es bien distinta, decenas de miles salen de sus casas poniéndose en en riesgo de contagio por algo muy simple, están obligados a ir a trabajar porque los gobiernos, el nacional de los Fernández, el de la provincia de Buenos Aires de Axel Kicillof, o el de CABA de Larreta, autorizaron a las patronales a abrir el 85% de las fábricas y un número importantísimo de comercios mucho más allá de lo que es realmente “esencial”. Otros, trabajadores precarizados y vendedores, se ven obligados a romper la cuarentena porque necesitan urgentemente llevar algún peso a su casa, ya que es imposible que una familia pueda sobrevivir con los 10.000 pesos del IFE, más aún cuando muchos recién lograron cobrarlo en las últimas semanas, a tres meses de iniciada la cuarentena. Entonces seamos claros, el auténtico responsable de que se esté rompiendo la cuarentena es el propio gobierno. 

Alberto Fernández asumió declamando que no iba a pagar la deuda a costa del hambre popular. Sin embargo, pasados apenas seis meses, ya salieron 4.500 millones de dólares hacia los bolsillos de los pulpos acreedores y el ministro Guzmán está en plena renegociación de la deuda, donde lo concreto es que semana a semana se le cede más a los buitres, con miles de millones de dólares, que en vez de ir a resolver la urgencia de la pandemia van a engordar sus bolsillos. Luego, ya comenzada la cuarentena, “prohibió” por decreto suspensiones y despidos, para inmediatamente aceptar que sucedan de hecho y, peor aún, junto con la burocracia de la CGT y la UIA pactaron reducir nuestros salarios. Y ahora se agrega el pago en cuotas del aguinaldo. El presidente también fijó por decreto el congelamiento de precios de dos mil productos de la canasta familiar, pero luego se dedicó a hacer la vista gorda mientras las grandes empresas y las cadenas de hipermercados los aumentaban astronómicamente pulverizando los salarios. Hace más de noventa días anunció un impuesto a las grandes fortunas, pero el proyecto ni siquiera fue presentado en el Congreso. Todo este recuento nos muestra la realidad del doble discurso del gobierno, palabras “lindas” por un lado, por el otro una realidad donde las únicas privilegiadas siguen siendo las grandes patronales.

Es fundamental continuar, fortalecer más aún la cuarentena. Pero la única cuarentena posible es sin hambre. Hay que prohibir de verdad los despidos y las suspensiones y retrotraer los que ya se han dado. Esta semana tuvimos el hecho impactante de los más de 1.700 compañeros de Latam que pretenden despedir mientras el gobierno y la CGT miran para otro lado. Es necesario que todos los que lo necesiten cobren un IFE de 30.000 pesos. Que se destine más comida a los barrios populares. En particular, tenemos que pelear por más presupuesto para salud para que existan los insumos y medidas de protección para sus trabajadores y por el más estricto cumplimiento de los protocolos en los lugares de trabajo. 

Lo que está en discusión, entonces, es de dónde puede salir la plata para financiar todo esto. Desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad lo decimos con todas las letras, de un impuesto a las grandes fortunas y ganancias, como lo establece el proyecto que ya hemos presentado en el Congreso Nacional. Con un impuesto a esas patronales (Techint, Citibank, HSBC, Perez Companc, Volkswagen, Chevron, Shell, Walmart,  los dueños de las grandes cadenas de supermercados, etcétera) podríamos recaudar 20.000 millones de dólares que, sumados a los que se podrían obtener con la inmediata suspensión de todo pago en concepto de deuda externa, serían más que suficientes para implementar un fondo de emergencia dedicado a resolver las más urgentes necesidades populares que ha generado la pandemia. Solo así podremos garantizar una cuarentena sin hambre, despidos ni rebaja salarial. 



 

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Escribe Claudio Funes

Patricia es una enfermera despedida hace un año de un conocido centro médico de la CABA. Sin indemnización y sin subsidio alguno, vive con sus dos hijos y su marido, vigilador privado, en una modesta vivienda de la ciudad. La mamá de Patricia está internada en el hospital Penna, intubada; su papá, aislado en una habitación de su pequeña vivienda; su hermano, también intubado, está internado en un sanatorio de su obra social. Cuando su marido tuvo fiebre fue testado el grupo conviviente. El resultado fue Patricia y sus hijos dieron positivo y, afortunadamente, el hombre, no. Consecuencia, mujer e hijos fueron recluidos en un hotel preparado para pobres mientras el marido tiene que atender a todo el grupo familiar en distintas situaciones de tratamiento.

Este drama, que lo viven miles de trabajadores, no es captado por las cifras oficiales que, aun siendo exactas, disuelven en una estadística el tratamiento y los cuidados exquisitos que recibe, por ejemplo, el intendente Insaurralde, con el tratamiento que reciben Patricia, su papá y sus hijos. Hay otro problema que amenaza a los trabajadores, la saturación de camas en hospitales y obras sociales empieza a ser una realidad. En Florencio Varela, cuando aún no se alcanzó el pico de contagios del coronavirus, el 76,8% de las camas de terapia intensiva se encuentran ocupadas. En Esteban Echeverría la ocupación llega a 75 por ciento. Las obras sociales, saturados sus prestadores habituales, derivan sus pacientes a remotas y rudimentarias clínicas privadas.

La epidemia se está agravando

Mientras escribimos estas líneas, el ministerio de Salud informa que hubo 2.285 casos nuevos en la fecha, 23 de junio, llegando el total de casos comprobados a 47.216 de los cuales fallecieron 1.078. Del total de infectados informados, el 93% corresponde al área metropolitana de Buenos Aires.

Mientras desde el gobierno se alzan voces alertando sobre el agravamiento, se está discutiendo la necesidad de anunciar el jueves 25 un reforzamiento del aislamiento social obligatorio. Algunos funcionarios, como el viceministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, han llegado a decir “hay posibilidades concretas de que colapse el sistema de salud”, ya que todavía no se llegó al pico de contagios de coronavirus. 

En los medios se desarrolla una batalla entre comunicadores y distintos políticos patronales. Están quienes culpan a una presunta irresponsabilidad del pueblo trabajador como los del Frente de Todos y, del otro lado, la oposición patronal de Cambiemos responsabiliza a la cuarentena.

¿Por qué llegamos a esta situación?

Tenemos que ser claros. No se le puede echar la culpa a la gente. La responsabilidad es del gobierno de Fernández, que permitió abrir el 85% de la industria a favor de las grandes patronales y multinacionales, y que somete a decenas de miles a romper la cuarentena porque no pueden sobrevivir con los 10.000 pesos de la IFE. 

Los gobiernos, nacional y provinciales, tampoco cuidaron a los trabajadores de la salud. Mientras se acusan entre Kicillof y Larreta de Cambiemos, esta semana fallecieron dos enfermeros en CABA y un médico en el Chaco. Estas terribles pérdidas dan la razón a los reclamos del personal de salud que los gobiernos y las patronales sanatoriales desconocen. En muchos casos ni siquiera recibieron los 5.000 pesos mensuales ofrecidos meses atrás.

La salud pública no está en condiciones porque en las últimas décadas los distintos gobernantes de todo tipo la han sometido al ahogo presupuestario, falta de tecnología y de recursos humanos. Ni la pandemia ha logrado un significativo aumento de su presupuesto después de casi cien días de cuarentena.

El gobierno del Frente de Todos es el principal responsable, pero no hay que olvidar la voracidad de las patronales que no aplican los protocolos ni brindan seguridad a sus trabajadores. Hay casos de contagios en Firestone, Coca-Cola (que tiene el 10% de la planta infectada) y la multinacional Procter&Gamble en el parque industrial de Pilar, para dar algunos ejemplos.

Además de un trabajador fallecido en el ferrocarril Mitre, hay contagios en las otras líneas ferroviarias. Esta semana la Línea Sarmiento fue interrumpida al habilitarse el protocolo por Covid-19 porque dos guardas, que habían estado en contacto estrecho con un portador positivo, manifestaron síntomas. Unos 37 trabajadores, que habían estado en contacto fueron desafectados lo que llevó a la paralización del servicio.

Con fortalecer la cuarentena no alcanza

La pandemia se combate sosteniendo la cuarentena sin hambre, despidos ni rebaja salarial. El gobierno debe hacer que sea posible el aislamiento. Para ello es necesario que la familia de cada trabajador debe recibir un ingreso que cubra sus necesidades y, entonces sí, pueda quedarse en cuarentena en su casa.

Tenemos que pelear por medidas de fondo, por nacionalizar la totalidad de las instalaciones privadas, sanatorios y laboratorios y ponerlas a trabajar bajo control de sus trabajadores. Este mismo tratamiento debe darse a todas las obras sociales, nido de corrupción de la burocracia sindical. La producción y la distribución de insumos, el testeo, reactivos, medicamentos, vacunas y todo otro elemento necesario para combatir la pandemia debe pasar a manos del Estado bajo control de sus trabajadores.

Todo este esfuerzo será financiado con un impuesto especial a la riqueza a las grandes patronales y   multinacionales junto al no pago de la deuda externa. Para lograrlo, será necesaria la movilización de los trabajadores en defensa de la salud del pueblo.

 

 

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Bolivia. “Desnudos ante la pandemia”

Médicos y trabajadores del sistema de salud público denunciaron que durante la pandemia de Covid-19  recibieron escasos equipos de protección personal (EPP) e indicaron que luchan contra esta enfermedad con equipos donados “por caridad” y con insumos elaborados con bolsas de basura por ellos mismos. Ante esta situación comenzaron las protestas y amenazan con bloqueos.

Denunciaron que, por la falta de esos equipos de protección, registran en sus filas médicos y enfermeras que dieron positivo.


Túnez. Huelga general de trabajadores de la salud

El gobierno de Túnez (norte de África) proclamó el lunes 15 su “victoria” frente a la pandemia, ya que no se registraron casos en los últimos días. Pero los principales responsables de esta victoria, los trabajadores de la salud, iniciaron una huelga en todo el país exigiendo mejoras en el sistema de salud pública y sus condiciones de trabajo.


Estado Español. Manifestaciones en cuarenta ciudades por la sanidad pública

Fueron convocadas por la Coordinadora Antiprivatización de la Sanidad para exigir que no se olvide la situación vivida con el coronavirus y “reforzar y blindar la sanidad pública”. Reclama más inversión para afrontar posibles rebrotes, que no se cierren camas ni se despida personal, que se financie más la sanidad pública que la privada y que se acabe la precariedad laboral. Y denuncia la falta de personal sanitario en todas las áreas, desde atención primaria hasta los hospitales.


Francia. Huelga de salud pública y repudio a la represión

El presidente Emmanuel Macron aseguró que les corresponde una medalla a todos los trabajadores de la salud por el riesgo y el trabajo durante la pandemia del Covid-19. Este anuncio provocó indignación entre los trabajadores de la salud. Muchos se enfermaron de Covid-19. En el momento del pico de la epidemia faltaban mascarillas y equipos de protección individual. Los trabajadores de la salud tuvieron que vestirse hasta con bolsas de basura para poder atender a los enfermos.

El 16 de junio miles de manifestantes quisieron llegar hasta la Asamblea Nacional, pero la policía los reprimió violentamente con gases y balas de goma. El arresto de una enfermera de 55 años que sufre asma, que fue golpeada en el piso por la policía, fue filmado por las redes sociales causando una gran indignación popular.

 

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