
Escribe José Castillo
La semana pasada, JP Morgan, uno de los principales bancos de especulación financiera del mundo, el mismo que hace apenas un par de meses había formado parte del pool de bancos que le prestaron al gobierno ultraderechista de Javier Milei dos mil millones de dólares, pasó a recomendar “irse” de la Argentina, en concreto llevárselos. Todo un llamado internacional a la fuga de capitales.
Bajo el eufemístico título “tomarse un respiro”, el banco yanqui dijo “preferimos dar un paso atrás y esperar mejores niveles de entrada para volver a posicionarnos”. Sugiere desarmar las posiciones de carry trade (bicicleta financiera) es decir, tomar ganancias y pasarse de pesos a dólares. Por supuesto, el JP Morgan aclara “mantenemos una visión constructiva sobre las perspectivas de mediano plazo de Argentina, dada la desinflación y el progreso fiscal, pero preferimos reducir el riesgo por ahora”.
Los buitres financieros imperialistas (de los cuales JP Morgan es una de sus cabezas emblemáticas) siguen aplaudiendo la motosierra y el súper ajuste. Pero como tienen dudas de que pueda seguir llevándolo adelante (tanto porque ven un dólar artificialmente alto, como también por la capacidad o no del gobierno de La Libertad Avanza para derrotar al pueblo trabajador e imponer sus medidas), prefieren llevarse los dólares y ver el desenlace “por televisión”, sin arriesgar un centavo.
No es la primera vez que pasa esto, con los mismos personajes. Ya sucedió en abril de 2018, durante el gobierno de Mauricio Macri. El 25 de abril de ese año, el mismo JP Morgan vendió Lebac (los papeles de deuda en pesos “de moda” en ese momento) y al mismo tiempo compró 800 millones de dólares. Fue la señal de largada para que todos los fondos especulativos que desde diciembre de 2016 le venían prestando al macrismo a cambio de entrar a una bicicleta financiera en pesos, pasaran a fugar esos capitales, dejando de regalo un enorme incremento de deuda externa. En pocos días, el voló por los aires, Macri se quedó sin un dólar de financiamiento y terminó recurriendo unas semanas más adelante al FMI, que le agregó a la deuda externa argentina más de 40 mil millones de dólares. El aprendiz de brujo que venía llevando adelante todo ese endeudamiento era el actual ministro de Economía, Luis Caputo.
Hoy la historia se repite. El mismo JP Morgan “traiciona” a sus socios, con el guiño de ellos mismos, de su amigo Caputo, de sus ex empleados, el secretario de Finanzas Pablo Quirno y el viceministro de Economía José Luis Daza.
La historia de siempre, “prestar”, endeudar al país, valorizar con bicicleta financiera y después fugarse, dejando un mayor endeudamiento. Todo con la complicidad de los actores locales, los funcionarios de turno. Se trata de un nuevo capítulo de la historia sin fin de nuestro endeudamiento externo. Por eso, una vez más, insistimos, no hay salida sino dejamos de pagar esa deuda inmoral, ilegal e ilegítima, y así en vez de engordar a estos buitres, ponemos todos los recursos para resolver las más urgentes necesidades populares.










