Escribe Mercedes Trimarchi, legisladora electa CABA por Izquierda Socialista/FIT Unidad
De acuerdo al informe realizado por el Observatorio Lucía Perez, hubo 138 femicidios en 2023. Calculado en horas, tenemos uno cada 26. Pero, ¿Por qué sucede esto? ¿Por qué en el país del #NiUnaMenos seguimos contando un femicidio/trans-travesticidio por día? ¿Por qué los gobiernos son responsables frente a la violencia de género?
El 3 de junio de 2015 marcó un hito en la historia del movimiento feminista de nuestro país. La plaza del Congreso se colmó con un grito colectivo: Ni una menos. Una frase que refleja el hartazgo frente a la violencia de género y su expresión más extrema como es el femicidio o trans/travesticidio. Desde entonces han pasado ocho años, tres presidentes y varias leyes sancionadas, pero el reclamo sigue más vigente que nunca porque las políticas llevadas adelante por los distintos gobiernos tanto del Frente de Todos (peronistas y kirchneristas) como de Juntos por el Cambio (radicales y macristas) son completamente insuficientes. La falta de presupuesto para llevar adelante esas políticas es una constante y la falta de perspectiva de género también. Esto es responsabilidad de los gobiernos.
No se cumple el patrocinio legal gratuito ni el acompañamiento terapéutico para las víctimas. No se entregan los dispositivos como las tobilleras o los botones antipánico. Las perimetrales no se renuevan automáticamente son los agresores quienes se aprovechan de esta situación. Las denuncias son desestimadas y son las propias víctimas quienes tienen que huir de su hogar para salvar su vida. Todo un mecanismo bien articulado que opera para proteger al victimario y no a la víctima que pide ayuda como puede.
El caso de María Isabel Esperati Aquino, oriunda de Cañuelas, víctima número 67 de este año, lo demuestra. María había tenido un intento de femicidio en julio de 2021, pero pese a haber realizado la denuncia no fue escuchada. Ella hizo todo lo que le dicen a las víctimas que deben hacer y sin embargo el femicida Gabriel Alejandro Nuñez logró matarla. Nuñez, estaba libre y sin tobillera, María sin custodia y con una perimetral “vencida”. Él la amenazaba constantemente y nunca estuvo detenido porque su equipo de abogados logró que fuera internado en un neuropsiquiátrico por algunas semanas para evitar la cárcel. María se lamentaba de no poder costear un abogado penalista mientras que el Estado le brindaba la defensa a su agresor. Así funciona la justicia patriarcal, la misma que nunca ponderó el riesgo al que María estaba expuesta, que no la escuchó, ni leyó los alertas. María somos todas. Por ella y por nosotras mismas, este 3 de junio marchamos a Plaza de Mayo junto a la Asamblea nacional de familias víctimas de femicidios y desapariciones. Una vez más nos movilizamos al grito de Ni Una Menos.
Frenemos la reacción patriarcal
En estos ocho años, con la movilización de las mujeres y disidencias hemos logrado cada vez más visibilizar situaciones violentas que antes eran naturalizadas o quedaban dentro del ámbito privado. Este señalamiento es un avance importante y progresivo de la lucha feminista que por supuesto encontró resistencia en el sector más atrasado de la sociedad. Es allí donde discursos como los del liberfacho de Milei penetran y desde donde se organiza la reacción patriarcal. No es casualidad que la plataforma programática de La Libertad Avanza tenga como puntos centrales la derogación de las leyes de educación sexual en las escuelas y terminar con el derecho al aborto. Ambas conquistas son fruto de la movilización feminista, de las pibas y pibis estudiantes y de la marea verde. Por eso, en el marco del año electoral que estamos transitando, desde Isadora y Disidencias en Lucha vamos a dar la pelea contra estos sectores reaccionarios, conservadores y anti derechos que pretenden arrebatar nuestras conquistas. Te invitamos a dar esta pelea junto a Izquierda Socialista/FITU. En las calles conquistamos nuestros derechos, en las calles los defendemos, sumate.
