Escribe Mercedes de Mendieta, candidata a legisladora por la Ciudad de Buenos Aires
Las mujeres representamos el 70% de los pobres a nivel mundial. Es que el capitalismo patriarcal nos utiliza como una variable más de ajuste para que los empresarios obtengan mayores ganancias, lo que se conoce como feminización de la pobreza.
En nuestro país el ajuste de Macri, los gobernadores y el FMI viene produciendo especiales efectos sobre las mujeres. Más allá de que las y los políticos patronales se sacan fotos con la consigna #NiUnaMenos, con el ajuste sobre el presupuesto nacional 2019 se destina solo el 0,13% para políticas hacia las mujeres y sólo 11,36 pesos por mujer contra la violencia de género, mientras millones van a pagar la deuda externa. En la ciudad de Buenos Aires, Larreta otorgó sólo 250 millones de pesos para la Dirección de la Mujer pero 2.300 millones de pesos para arreglar veredas.
Entre la clase trabajadora las mujeres recibimos los peores salarios y somos la mayoría de las empleadas en el sector informal, siendo las jefas de los hogares más pobres. Estamos en los trabajos peores pagos como salud, educación y limpieza, ligado a la división sexual del trabajo y los estereotipos de “ser mujeres”. Hoy una enfermera gana en ciudad de Buenos Aires 21000 pesos muy por debajo de la canasta básica (sin alquiler) que llega a 30.000 pesos. El 97% de quienes se dedican al servicio doméstico son mujeres y representa el 20% de total de las trabajadoras en el país, siendo una de los empleos más precarizados y totalmente en negro. En Argentina más del 35% de los trabajadores están en negro, número que sube entre las trabajadoras asalariadas a más del 37%, mientras que en los varones es del 32,1%. En las mujeres jóvenes el desempleo subió al 23%.
La brecha salarial del género asciende al 27,5%, número que crece entre los empleos más precarios y peores pagos. Además, las mujeres somos el 62% entre las jubiladas y pensionadas del país, la mayoría que reciben la jubilación mínima de miseria. Además, realizamos el 75% del trabajo doméstico no remunerado en los hogares.
Ante esta situación, desde el FIT-Unidad decimos que no hay salida para mejorar la situación de las mujeres trabajadoras de la mano del FMI como plantea Macri-Pichetto ni “renegociando” como plantean Fernández.-Fernández. El FMI buscará aplicar las reformas jubilatorias y laborales, como ya está ocurriendo en Brasil, con el misógino de Bolsonaro. Todas estas reformas sólo se aplicaran con mayor crudeza sobre las mujeres. Llamamos al movimiento feminista a votar por el FIT-Unidad para romper con el FMI y que ese dinero vaya a políticas contra la violencia de género, salud y educación.