Durante el juicio, el ex titular de Inteligencia del Ejército, Paulino Enrique Furió, condenado a perpetua, expresó: “No estoy arrepentido; volvería a hacerlo”.
Es un precedente histórico en Mendoza, no sólo por la magnitud de la causa, los enjuiciados y las condenas, sino porque el fallo establece la complicidad civil de quienes detentaban cargos judiciales con torturadores y asesinos, durante la última dictadura. El fallo es fruto de la incansable movilización popular y fue recibido con algarabía por centenares de compañeros que festejaron las condenas en la puerta del juzgado.


Los ex jueces mendocinos Otilio Ireneo Roque Romano, Luis Francisco Miret Clapés, Guillermo Max Petra Recabarren y Rolando Evaristo Carrizo Elst fueron condenados a cadena perpetua por su accionar durante la pasada dictadura militar. En el mismo juicio fueron condenados ex militares, policías y agentes penitenciarios con condenas de hasta 20 años por detenciones, secuestros, torturas, asesinatos, desapariciones forzadas, abusos sexuales y apropiación de una menor.







