Durante el juicio, el ex titular de Inteligencia del Ejército, Paulino Enrique Furió, condenado a perpetua, expresó: “No estoy arrepentido; volvería a hacerlo”.
Es un precedente histórico en Mendoza, no sólo por la magnitud de la causa, los enjuiciados y las condenas, sino porque el fallo establece la complicidad civil de quienes detentaban cargos judiciales con torturadores y asesinos, durante la última dictadura. El fallo es fruto de la incansable movilización popular y fue recibido con algarabía por centenares de compañeros que festejaron las condenas en la puerta del juzgado.