Hay una gran tradición de luchas en defensa del sistema público de salud sostenida por enfermeras, profesionales y demás integrantes de la comunidad hospitalaria que enfrentan los intentos privatizadores. Es en la provincia de Buenos Aires donde los gobiernos se han estrellado con más fuerza contra la resistencia de los trabajadores y la comunidad. Podemos recordar las luchas triunfantes en defensa del hospital de Morón y del hospital de San Miguel. En ellas la firmeza de los trabajadores hospitalarios sin distinción de categorías laborales, impactó a la opinión pública que se puso abiertamente de su lado y derrotaron los intentos de privatización conducidos por los respectivos intendentes de entonces, Juan Carlos Rousselot y el “carapintada” Aldo Rico.
Derrotados estos intentos de privatización, los sucesivos gobiernos de la provincia han optado por el ahogo presupuestario de la salud dejándola caer en un deterioro imparable para que emerja el clamor popular por un “cambio”. Este “cambio” sería obviamente la privatización. Ya hay algunos movimientos sociales que piden, equivocadamente, una “obra social para los desocupados” que facilitaría aún más la privatización de la salud. La salida es, en cambio, defender el sistema público pero dotándolo de los recursos necesarios para que pueda brindar una atención gratuita, de excelencia e igual para todos. Algo que sólo será posible con la lucha de los trabajadores hospitalarios y los sectores populares.