No se trata de un fallo aislado. Ya en 2011, Piombo había decidido la libertad de un pastor protestante condenado en primera instancia por el abuso sexual de dos niñas de 14 y 16 años a las que había dejado embarazadas. El argumento que utilizó fue que en el medio social de las menores se “aceptan relaciones a edades muy bajas”. El carácter machista y homofóbico de sus fallos se combina con su orientación antiobrera y antipopular. El mismo Piombo fue quien en 2002 votó en disidencia cuando se confirmó la condena a prisión perpetua para el comisario Alfredo Fanchiotti por el asesinato de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán.
En el caso del niño violado, el hecho generó una enorme indignación y repudio. Los dos jueces eran a la vez docentes en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de La Plata. Por eso los estudiantes de la FULP se movilizaron exigiendo su destitución, obligándolo a reunciar. Idéntico reclamo se produjo en la UBA, donde ambos magistrados tienen a su cargo asignaturas de grado y posgrado. Y en Mar del Plata.
Exigimos la destitución inmediata de ambos jueces, Piombo y Sal Llargués, de sus puestos en la Cámara de Casación Penal y de todos sus cargos académicos. Y, para terminar con esta casta que da vida a una justicia retrógrada, al servicio de los ricos, machista y homofóbica, hay que elegir a los jueces por el voto popular, con cargos revocables.