Apr 19, 2024 Last Updated 10:50 PM, Apr 18, 2024

Escribe Juan Carlos Giordano, Candidato a Diputado Nacional Provincia Buenos Aires

Sectores kirchneristas están diciendo que el FIT-Unidad “divide el voto contra Macri”. Intentan hacer creer que el voto a Alberto Fernández va a terminar con el desastre macrista. Veamos lo que dicen los propios candidatos del Frente de Todos.

El domingo pasado, Axel Kicillof respondió un extensísimo reportaje en el diario Perfil. Le preguntan sobre la posibilidad de reestatizar Edelap después del apagón de días pasados. Kicillof fue categórico: “No, nunca dije eso. Los medios dicen “la quiere estatizar” como para generar un fantasma. Pero si no lo hice cuando fui ministro de Economía, ¿por qué lo haría ahora?”. Kicillof continúa: “no creo que la mejor forma de propiedad o de gestión de las empresas sea la estatal. No lo creo y no lo hice. En el caso de YPF se hizo lo mínimo, el 51% […] se recuperó Vaca Muerta, no YPF.”

Kicillof avanza más, dejando entrever que en un futuro gobierno peronista kirchnerista se puede privatizar lo ya estatizado. Refiriéndose a Aerolíneas, responde: “La propiedad no necesita ser estatal. Pueden ser mixtas o privadas.”

La semana anterior, en el mismo diario Perfil, fue entrevistado Guillermo Nielsen, economista de Alberto Fernández. Nielsen llegó a elogiar a economistas ultraliberales como Javier Milei, que corre a Macri por derecha reclamando un mega-ajuste, privatizando todo y echando a millones de trabajadores estatales.

Está claro. Si votás a la “unidad” Alberto-Cristina Massa seguirán el saqueo de las privatizadas y los apagones. Si votás por la unidad de la izquierda del FIT-Unidad, votás para terminar con este robo.

El Socialista entrevistó a Rubén Pollo Sobrero. Es candidato a primer diputado provincial por la primera Sección Electoral de la Provincia de Buenos Aires. Fanático de River y Morón (“Soy pollo, gallo y gallina”, dice), tiene 57 años, 4 hijos, está en pareja con Andrea y vive en el barrio Envión, Haedo, desde hace décadas. El “Pollo” es secretario general de la Unión Ferroviaria Seccional Gran Buenos Aires Oeste, opositor a la burocracia de la lista Verde y referente nacional del sindicalismo combativo. Integra la Mesa Nacional del Plenario del Sindicalismo Combativo de Lanús y es dirigente nacional de Izquierda Socialista.

-¿Estás contento de ser candidato?
Un orgullo. Por mi partido, que me eligió para encabezar a diputado, y de todo el Frente de Izquierda que estuvo de acuerdo. Es algo muy importante porque en estas elecciones votar por el FIT-Unidad es votar en defensa propia. Mientras la CGT traidora va con Alberto, el sindicalismo combativo integra las listas de la unidad de la izquierda. Eso cualquier trabajador lo tiene que reconocer.

-De la pelea sindical pasas ahora a la pelea electoral
Es que las peleas sindicales tienen que tener una resolución política. En el Sarmiento venimos peleando por “un sindicato para los trabajadores y un ferrocarril para el pueblo”. Y esto de un ferrocarril para el pueblo, significa lograr la reestatización de todo el sistema ferroviario poniendo a los trenes bajo control de trabajadores y usuarios. Solo la izquierda lo dice y presentó un proyecto por esto. Es una pelea política, no solo sindical.

-¿Qué significa reestatizar?
Que hay que anular la privatización que viene del peronismo menemista, volver a tender las vías que nos robaron y poner el ferrocarril al servicio de un proyecto de país, no para las ganancias capitalistas. Y para que no haya corrupción, los trabajadores junto a los usuarios lo tenemos que controlar.

-Es una pelea contra todos los gobiernos
Contra todos los gobiernos, claro. Ahora contra Macri, pero la venimos dando con los Kirchner. Hay que recordarles a quienes creen que con Alberto y Cristina puede haber una solución que en los doce años de gobierno kirchnerista subsidiaron millonariamente a las patronales y nos llevaron a la masacre de Once a pesar de las 300 denuncias que hicimos por fallas de seguridad y mantenimiento. O los negociados del soterramiento que vienen del gobierno anterior en beneficio de la corrupta Odebretch.

-Cuando escuchas que bajo el gobierno anterior se respetaba a los trabajadores ¿qué decís?
Que tuvimos que hacer varios paros generales al gobierno anterior y Cristina nos tildaba de “golpistas”. Y nunca me voy a olvidar cuando me fueron a buscar a mi casa con un operativo al estilo Triple A y me metieron en una celda acusándome de “quemar trenes”.

-¿Qué opinas cuando sectores supuestamente “duros” del kirchnerismo te dicen que no se luchó tanto contra Macri como se hizo contra Cristina?
Mienten. Los ferroviarios del Sarmiento de entrada le hicimos un parazo a Macri. Dicen eso para salvar a la burocracia sindical peronista que fue cómplice de este gobierno.

-¿Cómo lo demostrás?
Muy fácil. En las jornadas del 14 y 18 de diciembre contra el robo jubilatorio hubo cien mil personas frente al Congreso acompañadas por el sindicalismo combativo y la izquierda. La CGT carnereó, Camioneros se borró (después Moyano llamó a una misa a Luján) y el peronismo votó con Macri. Ahora dicen que son alternativa. Pero si Macri llegó a tanto con el ajuste fue por esa complicidad. La izquierda estuvo desde el primer momento contra Macri y su ajuste. Daer, Moyano, Pignanelli apoyan a Alberto Fernández, nosotros estamos con el Frente de Izquierda-Unidad. No hay que dejarse engañar. O estás con la burocracia sindical o con el sindicalismo combativo que lucha contra el ajuste. No hay otra.

-Decías al principio que la pelea es política…
Tenemos un movimiento obrero excepcional. Tuvimos un Cordobazo, la dictadura cayó por la movilización, Alfonsín se tuvo que ir por el rosariazo, a De la Rúa con el Argentinazo… pero siguen gobernando los políticos patronales.

-¿Qué nos está pasando entonces?
Tenemos que fortalecer una alternativa política opuesta a las que nos vinieron gobernando. Hay que pelear por un gobierno de los trabajadores. Yo tuve un origen peronista, pero el PJ es la herramienta que vino gobernando para las ganancias capitalistas.
Cuando se comprenda que hay que superar al peronismo por una herramienta política superior, de izquierda, estaremos más cerca para conquistar los cambios de fondo que necesita el pueblo trabajador.

-¿Se ve a la izquierda?
La izquierda está creciendo, estamos más fuertes en las fábricas, en los colegios, entre el movimiento de mujeres, logramos superar el millón de votos en elecciones pasadas, tenemos un reconocimiento enorme y vamos a seguir por ese camino.

-¿Alguna reflexión final?
Felicitar a toda nuestra militancia que gana las calles, las plazas, volantea, pinta, por la unidad dela izquierda que logramos.
Vamos con Nicolás del Caño y Romina del Plá y todas las luchadoras y luchadores que van en nuestras listas. Estamos por otro modelo sindical y por la independencia política de los trabajadores.

Entrevistamos a Laura Marrone, candidata a Diputada Nacional en CABA y dirigente nacional de Izquierda Socialista. Laura siendo estudiante secundaria fue impactada en 1969 por el “cordobazo”. Comenzó su militancia en el PST en 1971, como docente impulsó la formación de Ctera en 1973 y luego fue presa política durante tres años bajo la dictadura de Videla. En el exilio integró el sindicato metalúrgico de Comisiones Obreras en España y participó en Francia de la lucha de los “inmigrantes africanos y árabes” por sus derechos. En 1988 fue dirigente del “maestrazo” contra el gobierno de Alfonsín. Tiene 66 años, 2 hijos y está ejerciendo su segundo mandato como Legisladora porteña.

-¿Laura luego de tantos años de militancia política y lucha docente, contanos tu experiencia como Legisladora?
La tarea legislativa que desarrollamos la hacemos como representantes de los trabajadores, siendo la voz de todos los oprimidos y presentando proyectos de ley, de resoluciones y pedidos de informes con las propuestas de fondo que tenemos en el programa del FIT. Por ejemplo en la ciudad hay una gran falta de vacantes en las escuelas públicas, bajo el macrismo avanzó la privatización, y hoy la matrícula estudiantil en las escuelas privadas y religiosas ya superó a la pública. Nosotros presentamos decenas de proyectos para construir escuelas y jardines de infantes públicos. También presentamos proyectos de ley por la reestatización bajo control de trabajadores y usuarios del Subte, de Edenor y Edesur, y para declarar la emergencia en violencia de género, entre otros. Estuvimos en las luchas, como la de las enfermeras para que sean reconocidas como profesionales de la salud, las movilizaciones en defensa de los 29 profesorados, contra la Unicaba y contra el cierre de las escuelas nocturnas. El FIT se ha fortalecido contra el gobierno de Macri y Larreta, porque no tranzamos como el peronismo y la burocracia sindical.

-¿Qué desafíos tenemos en las PASO del 11 de agosto?
Hay un intento de Macri y los Fernández de polarizar la elección, como si ya estuviéramos en un balotaje, para intentar achicar al máximo a las otras propuestas que se presentan. Esto representa un desafío enorme para la izquierda, porque tenemos que romper la polarización, que impulsa todo el aparato mediático, para pelear y ganar el voto de los trabajadores, las mujeres y la juventud. Nuestra campaña militante y a pulmón, sin financiamiento empresarial, se abre paso en los lugares de trabajo, de estudio y en los barrios populares. Nuestra propuesta de romper con el FMI y dejar de pagar la deuda externa genera un gran debate, que es muy profundo, ya que discutimos si debemos resignarnos a sobrevivir bajo el capitalismo, como una semicolonia con una enorme pobreza, o si realmente podemos fortalecer otra alternativa desde la izquierda, que para nosotros es el camino del gobierno de los trabajadores y la necesidad del socialismo para lograr todos nuestros derechos.

-¿Cómo ves la elección en la Ciudad de Buenos Aires?
Larreta arrancó con una gran ventaja. Gobiernan hace doce años, con una oposición completamente cómplice del ajuste. Tanto es así que Lousteau, que casi le gana el balotaje en 2015, ahora va con el macrismo como candidato a senador y hasta Roy Cortina, en nombre del Partido Socialista, va en las listas de Larreta. El kirchnerismo lleva a Lammens, que es otro panqueque, un candidato que no se lo ha visto en ninguno de los innumerables reclamos de los trabajadores, las mujeres y la juventud contra el ajuste. Es justamente en esas luchas donde el FIT estuvo siempre y por eso somos reconocidos y pedimos el voto para el 11 de agosto. Confío en que la unidad y la coherencia de la izquierda va a dar sus frutos.

Escribe Mercedes de Mendieta, Legisladora electa de Izquierda Socialista/FIT y candidata a legisladora porteña

La candidata presidencial del Nuevo MAS, Manuela Castañeira declaró: “Del Caño nunca respondió el llamado a unirse porque es machista” en varios medios de comunicación (FM La Patriada 12/07, El Destape 13/07, Sección Ciudad 15/07, La Voz del Interior 16/07, Radio Continental 18/07). Estas bochornosas declaraciones de Manuela Castañeira contienen dos mentiras al servicio de seguir intentando dividir a la izquierda.

La primera mentira es que desde el FIT no los convocamos al diálogo para buscar constituir listas comunes. Repasemos la carta firmada por PTS, PO e Izquierda Socialista: “El día jueves 30 de mayo nos comunicamos con los compañeros y las compañeras del Nuevo MAS para proponerles una reunión con la mesa nacional del FIT para evaluar la posibilidad de conformar listas comunes hacia las próximas elecciones nacionales. Hasta el momento no hemos tenido una respuesta afirmativa a nuestro pedido”. Lamentablemente el Nuevo MAS se viene negando desde que se constituyó el FIT en 2011 a sumarse a la unidad de la izquierda y en 2019 ni siquiera aceptó una reunión. Por si a algún luchador o luchadora le quedaban dudas de nuestra voluntad unitaria, solo dos semanas después los tres partidos del FIT logramos sumar al MST y constituir el FIT-Unidad que se presenta en 23 provincias junto a Poder Popular, PSTU, Convergencia Socialista y otros sectores  de izquierda.

La otra mentira es que Del Caño y el FIT son machistas, cuando somos miles las mujeres que integramos la listas del FIT-Unidad y nuestra coalición no solo tiene en su programa el derecho al aborto legal, seguro y gratuito y todas las reivindicaciones feministas, sino que el FIT es reconocido por ser el único frente con representación parlamentaria que votó unánimemente por el aborto y todos sus diputados son firmantes del proyecto en el Congreso, frente a la división que recorrió a todos los partidos patronales. 

Lamentablemente Manuela Castañeira recorre los medios de comunicación, no para hablar centralmente contra Macri-Pichetto y Alberto-Cristina, sino para criticar a Del Caño y al FIT-Unidad. Llamamos a las luchadoras y a los luchadores que están realmente por la unidad de la izquierda a rechazar el divisionismo sectario del Nuevo MAS y a votar al FIT-Unidad. 

Se acercan las PASO y muchos trabajadores y jóvenes tal vez no recuerdan todo lo que pasó en los doce años de gobierno anterior. Comparan el actual desastre de Macri y dicen “no podemos estar peor”. Compartimos el repudio a Macri, pero alertamos que votar a Alberto Fernández y a Cristina no será ninguna solución para el pueblo trabajador. Para aquellos que dicen “los trabajadores estábamos bien con Cristina”, es bueno recordar algunas cosas.

Escribe Juan Carlos Giordano, Candidato a Diputado Nacional por Provincia de Buenos Aires

“Con cualquiera que gane vamos a estar mejor”, “por lo menos antes teníamos algo para comer”, “robaban pero algo hacían”, son algunos de los argumentos que esgrimen miles ante el brutal ajuste de Macri y el FMI. Tienen la ilusión de que con Alberto y Cristina algo va a mejorar.

Desde hace tiempo venimos señalando que si se reconoce el pacto con el FMI y van a pagar la deuda, como dice la fórmula kirchnerista, no habrá margen para “estar bien”. Aunque cruda, esta es la pura verdad.

No hay país en el mundo que de la mano del FMI y pagando una deuda que el pueblo no eligió, los trabajadores hayan mejorado su nivel de vida. A este argumento, le agregamos que no es salida volver a votar por quienes nos gobernaron durante doce años para los de arriba, donde el pueblo trabajador no la pasó bien.

Un gobierno de doble discurso

Néstor y Cristina Kirchner intentaron hacer creer que con ellos Argentina tenía el mejor gobierno de los últimos 200 años. Dijeron que en Argentina se redistribuía la riqueza, se combatía a las corporaciones y nos estábamos liberando del imperialismo y los organismos financieros de crédito. Pero ese mismo gobierno terminó repudiado por un sector de las masas. Millones de trabajadores y sectores populares le dieron la espalda y votaron a Macri, hubo huelgas generales, paros docentes y el #NiUnaMenos del movimiento de mujeres. ¿A qué se debió?

El kirchnerismo, lejos de lo que predicaba, aplicó un “modelo” económico al servicio de las multinacionales, bancos y usureros internacionales. En el medio dio algunas concesiones (asignación por hijo, jubilación para las amas de casa), aconsejadas por el Banco Mundial para evitar estallidos sociales y ganar apoyo para un gobierno que solo había ganado con el 20% de los votos.

Cristina, a pesar de que hubo crecimiento económico, dejó un país con un 33% de trabajadores tercerizados y casi un 40% en negro, dándose la escandalosa situación que el Estado fuera uno de los principales precarizadores. Y la pobreza llegó al 30% después de doce años de gobierno (Aníbal Fernández decía que teníamos menos pobres que Alemania). Un millón de trabajadores siguieron pagando el impuesto a las ganancias y solo con el fruto de grandes luchas, en algunos gremios, los salarios alcanzaron a la inflación.

¿Dónde fue la plata que generaron millones de trabajadores? A subsidiar millonariamente a las privatizadas y empresarios mafiosos. El caso extremo fue la patronal Cirigliano-TBA, que por no invertir un peso en el ferrocarril llevó a la masacre de Once.

También la plata fue para pagar la deuda externa (200.000 millones de dólares), bajo la excusa de que nos estábamos desendeudando. El Fondo de Garantía de Sustentabilidad de los jubilados se utilizó para pagar vencimientos de deuda, por eso Cristina vetó el 82% móvil con la excusa de que “no había fondos suficientes”.

Ganadores y perdedores

Los grandes ganadores bajo el gobierno anterior fueron los empresarios amigos del gobierno (Lázaro Báez y compañía), los bancos y las multinacionales (Barrick Gold, Odebrecht, Repsol, Benetton y Chevron, con un pacto secreto incluido).
Por eso hubo huelgas generales durante el kirchnerismo y grandes paros docentes (entre otros).

Hoy saltó que con Vidal hay escuelas sin gas. ¿Y con Scioli? Los maestros no cobraban los sueldos, había 163 villas y 463 asentamientos precarios en la provincia de Buenos Aires, y 700.000 adolescentes no estudiaban ni trabajaban. Por eso no es cierto que bajo los gobiernos kirchneristas “no hubo ajuste”.

Además, la corrupción capitalista fue una constante en el gobierno kirchnerista. Esto mismo pasó con Lula en Brasil, el chavismo en Venezuela y otros gobiernos del doble discurso. El caso de corrupción explícita de José López no fue ninguna “manzana podrida”. Era el número dos de De Vido (ambos presos), quienes adjudicaban obras millonarias a cambio de coimas en beneficio de “empresarios nacionales” como Lázaro Báez, constructoras como Oderbretch -cuyos directivos están presos-, Cristóbal López, etcétera.

Con el peronismo seguirá el FMI

Con Alberto Fernández van a volver al gobierno los Aníbal Fernández, Sergio Massa, Scioli, los Guillermo Moreno, DElía, con el apoyo de burócratas como Daer de la CGT, o los Moyano. ¿Cuál es la utilidad de darles el voto? Lo mismo les decimos al movimiento de mujeres, ¿qué utilidad tiene votar a los Fernández si están negando el aborto legal?

Desde hace décadas el PJ no es ninguna herramienta de transformación para los desposeídos. El peronismo no es ningún “salvador”. En los ‘90 Menem privatizó todo y la deuda creció el doble. Y durante los doce años kirchneristas, después de la crisis de 2001, lo único que hizo fue recomponer las ganancias capitalistas y terminó entregándole el poder a Macri.

Con la lógica de Cristina (“nosotros practicamos el verdadero capitalismo, el que consume”) y la premisa de que “si a los empresarios les va bien también les va a ir bien a los trabajadores”, no tocó ninguno de los males estructurales. Mantuvo las privatizadas, pagó puntualmente la deuda, dejó intacta la ley de inversiones extranjeras de la dictadura, la tierra siguió en manos de Benetton (con casi un millón de hectáreas y los pooles de siembra), de las diez primeras empresas de mejor rentabilidad, cinco fueron bancos, las multinacionales petroleras y gasíferas se siguieron llevando los recursos naturales. Es decir, Argentina sigue siendo una semi colonia dominada por el imperialismo y las multinacionales.

Esta es la razón profunda de por qué en los doce años de gobierno kirchnerista ganaron los de arriba. Y por que, si gana Alberto Fernández, no habrá “heladera llena”, como se cree. Su prioridad es pagar la deuda que deja Macri. De esa manera, no habrá salario, trabajo, salud ni educación. Por todo esto decimos que el voto útil es al Frente de Izquierda-Unidad.


Cristina y las mineras

En el año 2006 la participación de filiales de transnacionales en el total de la producción minera era del 100%, estando Argentina en una situación similar a países como Gabón, Ghana, Guinea, Malí y algún país asiático periférico. En Brasil, la participación extranjera en la gran minería es poco más del 10%.

Recordemos también que Cristina vetó la ley de glaciares a pedido de la Barrick y que el pacto que celebró Menem y Monsanto, se mantuvo en los años K.


Nielsen, Vaca Muerta y la flexibilización

“Los de facilidades extendidas vienen acompañados de una cantidad de requisitos sobre reformas estructurales. Vos hablabas de la reforma previsional en Brasil, el Fondo también la pedirá para Argentina. Y seguramente haya una reforma laboral. Todos sabemos que hay leyes obsoletas. El mundo no funciona más así” (Guillermo Nielsen, quien está en la lista de posibles ministros de Economía de Fernández, en una entrevista en Perfil, 14/07).

Sobre Vaca Muerta, Nielsen agregó: “Cristina, con el acuerdo con Chevron, abrió la puerta política a lo que está sucediendo en Vaca Muerta. Hoy, el pozo más productivo de YPF viene de estos acuerdos con Chevron” (Idem). Recordemos que el pacto secreto YPF-Chevron contiene cláusulas secretas de saqueo, y la ley fue votada por el kirchnerismo y el MPN en Neuquén, con una fuerte represión.


El verso de la “redistribución de la riqueza”

La mejor distribución de la riqueza en la Argentina se alcanzó durante el primer gobierno peronista. Fue del 56% en 1950, el 46% en 1973 y del 31% en el 2003. En 2011 la participación de los trabajadores en el reparto de la torta fue del 37,6% (contradiciendo el casi 50% proclamado por Cristina), un nivel similar al del año 1998 (36,7%) y muy por detrás del 48,5% de 1974 o del 42,8% de 1993.

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