May 12, 2024 Last Updated 3:37 PM, May 10, 2024

Izquierda Socialista

Con mucha participación en los talleres y con una nutrida columna, las mujeres del FIT (Izquierda Socialista, PO y PTS) participamos de la marcha de cierre con una bandera común de separación de la Iglesia del Estado. Reproducimos parte del comunicado y pliego de reivindicaciones que levantó el Frente de Izquierda:
“Decimos aborto legal, seguro y gratuito ya. Exigimos la separación efectiva de la Iglesia y el Estado. Por una ESI laica, científica y con perspectiva de género. Por todos los derechos de las mujeres trabajadoras. Mientras la burocracia sindical llama a ir a rezar a Luján el 20 de octubre, desde el Frente de Izquierda exigimos paro general y llamamos a movilizarnos el 24 de octubre contra el presupuesto de ajuste del FMI, Macri y los gobernadores. El 20 de octubre llamamos a acompañar la lucha del movimiento de mujeres de Brasil contra Bolsonaro y gritamos #EleNão. Que el próximo Encuentro Nacional de Mujeres sea en ciudad de Buenos Aires.

Cientos de compañeras de Isadora viajamos hasta la ciudad de Trelew a participar del Encuentro. Muchas lo hicieron por primera vez, y otras con varios encuentros de experiencia. Pero todas, con mucho esfuerzo, fuimos juntando el dinero para poder viajar. Con bonos, haciendo fiestas, pines, pañuelos y comida para vender, logramos que todas las compañeras pudieran financiar su viaje, porque Isadora es una agrupación de mujeres trabajadoras y estudiantes que nos autofinanciamos y no recibimos dinero del gobierno, de empresarios ni de partidos patronales.

En nuestra delegación fueron trabajadoras del ferrocarril Sarmiento que vienen de conquistar que Silvia Bogado sea la primera mujer mecánica de trenes de la historia de nuestro país. Docentes, que son parte del sindicalismo combativo que luchan por aumento salarial y en defensa de la educación pública junto a las estudiantes secundarias, terciarias y universitarias que pelean por una educación sexual laica, científica y con perspectiva de género. Trabajadoras estatales, bancarias y del Astillero Río Santiago que luchan día a día contra el ajuste de Macri, el FMI y los gobernadores. Por eso uno de los debates que dimos en los talleres fue la necesidad de movilizarnos el próximo 24 de octubre contra el presupuesto 2019.

Somos parte del movimiento mundial de mujeres que lucha en todo el planeta contra las violencias de género y en este 33º Encuentro de Mujeres nos solidarizamos con las brasileras y repudiamos al neofascista, derechista y misógino Bolsonaro. Desde Isadora vamos a participar de la concentración en la embajada de Brasil junto al Frente de Izquierda el sábado 20 para gritar bien fuerte #EleNão.
Todas estas peleas que fuimos a dar a Trelew son las mismas que damos cotidianamente en nuestros lugares de trabajo y estudio convencidas de que sólo con la movilización lograremos conquistar nuestros derechos, porque ningún gobierno ni ningún Congreso jamás nos regaló nada. Por eso, debemos seguir luchando por todos nuestros derechos y por el aborto legal hasta #QueSeaLey. Te invitamos a ser parte de Isadora y de Izquierda Socialista y dar juntas estas peleas con mucha más fuerza.

 


5Pañuelazo

Desde Isadora e Izquierda Socialista, como parte de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, participamos del pañuelazo frente a la laguna Chiquichano en la ciudad de Trelew. Con los pañuelos en alto cientos de mujeres cantamos“¡aborto legal ya y que los curas se vayan a laburar!”

Escribe Guido Poletti

Desde hace décadas los grandes negociados pasan por los sobreprecios, los contratos truchos, las inversiones prometidas y nunca realizadas, y otras mil y una “avivadas” que hacen al negocio de la obra pública. Ahora quieren “despegarlas” de los escándalos de la corrupción.

No es algo nuevo. Ya en la época de la dictadura surgieron grandes grupos económicos, como Perez Companc, Roggio, Techint, Macri o Fortabat, que se aprovecharon de las obras faraónicas de entonces (los estadios del Mundial ´78, las autopistas y los grandes contratos de recolección de residuos). Esto siguió en la década siguiente, con Alfonsín, la mayoría de ellos ganaron como contratistas de las entonces empresas del Estado. Siguieron con Menem, muchos de ellos metiéndose como socios menores en las privatizadas y, coimas mediante, entrando en cuanta contratación existía.

La corrupción no es un fenómeno “propio” de los años kirchneristas. Los grandes grupos económicos juegan a esto desde hace mucho. En cada gobierno tienen que compartir el botín con los empresarios “nuevos” que cada gobierno les pone al lado para favorecer. Así, Menem tuvo su Yabrán, los Kirchner sus Cristóbal López, Lázaro Báez y Gerardo Ferreyra. A ello le tenemos que agregar un dato novedoso: la “internacionalización” de la corrupción de la obra pública, con la aparición de transnacionales como la brasileña Odebrecht.
El escándalo de los “cuadernos” volvió a poner sobre el tapete el desmadre de la corrupción kirchnerista. Frente a las denuncias y las revelaciones que surgen día a día, nosotros no tenemos ninguna duda: que todos los culpables vayan presos y sean obligados a devolver lo robado.
Es evidente que el gobierno y la Justicia hacen las mil y una maniobras para “despegar” a la familia del presidente Macri y sus empresas, cuando el Grupo Macri, a lo largo de toda su historia, participó plenamente de estas prácticas. Así sucedió cuando estatizaron su deuda, o cuando se aprovecharon de la mayoría automática de la Corte Suprema menemista para zafar de una causa de contrabando de autos. O cuando, más cerca en el tiempo, quieren evitar pagar las deudas del Corrreo Argentino. Actualmente hacen malabares para evitar que quede involucrada Iecsa, ex empresa de la familia presidencial, en los escándalos vinculados al soterramiento del Sarmiento.
Pero tanto el gobierno como la Justicia no pueden escapar ante la flagrante evidencia de coimas, de tener que investigar, junto con el coimero, al “coimeador”. Y ahí es donde queda pegada parte importante de la elite de los grupos económicos locales, pasando por Carlos Wagner (dueño de Esuco y titular de la Cámara Argentina de la Construcción), Angelo Calcaterra (ex titular de Iecsa), Luis Betnaza (director corporativo de Techint), Armando Loson (Grupo Albanesi), Juan Chediak (también ex titular de la Cámara de la Construcción), Aldo Roggio (de su propio grupo), Héctor Zabaleta (ex director de Administración de Techint), Javier Sánchez Caballero (ex gerente de Iecsa), Jorge Guillermo Neira (gerente de Electroingeniería), Juan Carlos de Goycoechea (Isolux Argentina), Claudio Glazman (Sociedad Latinoamericana de Inversiones) y Gabriel Romero (Grupo Emepa).

El gobierno de Macri, los jueces y las cámaras empresarias han puesto en juego entonces una justificación: que el límite de investigación de la corrupción es no poner en riesgo las futuras “inversiones”. En particular se refieren a los contratos de “participación público-privada” (PPP), la nueva forma que ha encontrado para que la obra pública pueda seguir generando negociados, con las propias empresas buscando financiamiento que luego será abonado por el Estado. Un sistema que fomenta incluso más que antes los sobreprecios y la corrupción en todo el entramado de la obra pública. Para que estos negociados puedan seguir realizándose plantean que no se debe confundir a un “directivo corrupto” de una empresa con la propia compañía. Así, Paolo Rocca de Techint, por ejemplo, podría “entregar” a su directivo Luis Betnaza, aduciendo que “la empresa no sabía nada”. En síntesis, se trata de salvar a las empresas y a sus verdaderos dueños, para que sigan robando.
Este mecanismo no es novedoso. Es tan viejo que, al final de la Segunda Guerra Mundial, se dijo que el hecho de que Mercedes Benz, Volkswagen o Bayer hubieran usado mano de obra esclava de los campos de concentración no afectaba “a las compañías”, sino a lo sumo a un pequeño núcleo de gerentes. Se trata del mismo razonamiento: ahora Techint, Roggio, el Grupo Macri y los otros dueños del negocio de la obra pública seguirán lucrando con el presupuesto de los argentinos y llevándose el dinero que debería ir a educación, salud o vivienda.
Desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda afirmamos que los corruptos son todos, incluyendo a los empresarios y las propias empresas. Si una firma estuvo involucrada en un acto de corrupción debe ser expropiada, estatizada y puesta a funcionar gestionada por sus propios trabajadores. Y la obra pública debe ser realizada acorde con un plan que priorice las más urgentes necesidades populares y no, como hasta ahora, los negocios de un puñado de grandes empresas.

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Escribe Atilio Salusso

La debacle a la que está llevando al país el gobierno de Macri y el FMI, las constantes crisis políticas y el descontrol de la economía, han generado una legítima preocupación entre los trabajadores y luchadores. ¿Macri llega a 2019? ¿Quién lo tendría que reemplazar? El peronismo dice que es la única salida ante Macri. ¿Hay que apostar a variantes del PJ como Massa, Pichetto o Cristina, o por una salida distinta?

Desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda venimos peleando por una salida de fondo para que al país lo gobiernen los trabajadores y la izquierda. Postulamos un gobierno de los trabajadores y el pueblo con un programa de fondo, teniendo en cuenta que todos los gobiernos patronales que nos vinieron gobernando lo han hecho para beneficiar a los grandes empresarios, los bancos y las multinacionales.

La crisis política de Macri no hace más que ratificar que su gobierno, igual que los anteriores, por gobernar para los de arriba, aplican planes de ajuste y entrega contra el pueblo trabajador para salvar a un grupo privilegiado de bancos, especuladores y oligarcas del campo que han venido esquilmando al país desde hace décadas.
En la Argentina nunca gobernaron los trabajadores y la izquierda. Sería algo completamente distinto. Un gobierno donde las riendas de la economía las debatan, discutan y decidan quienes producen la riqueza, los trabajadores, no las grandes patronales. Con un gobierno de los trabajadores, por ejemplo, la educación sería decidida por los docentes y la comunidad educativa, no por gobiernos mafiosos como el actual que está con el negocio privado en la educación. Igual pasaría con la salud, donde serían los propios médicos, enfermeros y demás profesionales los que desarrollen y fomenten los hospitales públicos. Si los trabajadores del Astillero luchan por defender la empresa y la quieren desarrollar, ¿acaso esto no demuestra que los trabajadores deben tomar las riendas del país?

Hoy Macri nos lleva al caos. Y en los doce años de kirchnerismo, aunque con otro discurso, también continuaron los males capitalistas. No hubo ninguna medida de fondo en el gobierno anterior contra los grandes empresarios, las multinacionales o los bancos, se pagó la deuda externa a más no poder. Sean gobiernos de centroderecha o de los denominados “progresistas”, los trabajadores la pasan mal.
Macri, los radicales y el peronismo, en sus distintas variantes, ya nos gobernaron. Beneficiaron a los de arriba y perjudicaron a los trabajadores y jubilados. La Argentina, culpa de estos gobiernos, sigue siendo una semicolonia dependiente del imperialismo.
Tienen que gobernar los trabajadores para liberar al país de los dictados de las potencias extranjeras, el FMI y el Banco Mundial que aplican sus socios locales, es decir, los grandes empresarios, banqueros y especuladores a través de los gobiernos de turno. Hace falta imponer un plan económico alternativo anticapitalista y socialista, como postulamos desde el Frente de Izquierda, la única manera para poder atacar los problemas estructurales de raíz y empezar a combatir la pobreza, el trabajo en negro y reactivar la economía en beneficio del pueblo trabajador.
Ante la cruda realidad proponemos un plan de lucha nacional para derrotar el ajuste ahora, no esperar a 2019 como dicen el peronismo y la burocracia sindical. Y contra el gobierno de Macri, además del no pago de la deuda y otras medidas alternativas, llamamos a pelear por una salida estratégica, por un gobierno de los que nunca gobernaron: un gobierno de los trabajadores y la izquierda.

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El próximo 24 de octubre está fijada la fecha para que se trate en Diputados el presupuesto 2019. El Frente de Izquierda llama a marchar ese día para repudiarlo. También lo hará el sindicalismo combativo. Hay gremios que ya han votado paro para ese día y otras organizaciones sindicales y sociales llaman a movilizar. ¡Llamamos desde la izquierda a rodear el Congreso el 24! Esto no va más. Decimos ¡abajo el presupuesto de ajuste de Macri, el FMI y los gobernadores!

El nuevo pacto con el FMI es más ajuste, entrega y sometimiento del país a manos de las multinacionales, los bancos y el imperialismo. El presupuesto dispone centralmente pagar de manera puntual la deuda externa (un millón de pesos por minuto sólo para el pago de los intereses), en desmedro de una baja de las partidas en educación, salud trabajo y vivienda. Los 400.000 millones de pesos de ajuste que le van a recortar al pueblo trabajador ya están acordados con los gobernadores, quienes a su vez aplican el ajuste en sus respectivas provincias.
El gobierno avanza con el ajuste de la mano de la complicidad de la CGT y la burocracia sindical y de la oposición patronal del peronismo, que llama a esperar a 2019. Massa, Pichetto, Schiaretti y Urtubey le vienen votando todas las leyes en el Congreso. Y el kirchnerismo, si bien critica al gobierno, aplica el ajuste donde gobierna (tal el caso de Santa Cruz) y no propone, por ejemplo, dejar de pagar la deuda externa. Uno de sus candidatos, Agustín Rossi, ha dicho que en caso de ser gobierno no van a desconocer el pacto con el FMI.

La CGT sólo ha sacado un comunicado en contra del tarifazo en el gas, “amenaza” con un paro… ¡antes de fin de año! y dijo que “llamaría a marchar” cuando se trate el presupuesto. Pero viene dejando solos a los que luchan y no le da continuidad al parazo del pasado 25 de septiembre. Por su parte, el espacio sindical de Moyano y compañía (el Frente Sindical para el Modelo Nacional que comparte con el burócrata Pignanelli del Smata y Sergio Palazzo de la Asociación Bancaria, entre otros) convoca a una marcha a Luján para el 20 de este mes para “rezarle a la Virgen María”, en vez de llamar a un paro general y exigírselo a la CGT.

Nosotros decimos que el 24 tiene que ser una jornada multitudinaria. Llamamos a organizarnos para concurrir. A que se realicen asambleas en todos los lugares de trabajo, a sacar pronunciamientos de los cuerpos de delegados y comisiones internas, a prepararnos desde cada fábrica, oficina y escuela para asistir. A que se sume el movimiento estudiantil, los jubilados y el movimiento de mujeres. A promover, a la vez, actos simultáneos en el interior del país. ¡Digamos no al presupuesto de Macri, los gobernadores y el FMI! Vayamos a reclamar un aumento salarial y jubilatorio de emergencia; que se anulen los tarifazos; que se prohíban los despidos, y que la plata vaya para salario, trabajo, educación, salud y vivienda, no para la deuda y el FMI. Y exijamos que, de esa jornada, salga la convocatoria a un paro de 48 horas de la CGT y las CTA, con movilización y un plan de lucha contra el ajuste.

 

¡Esto es lo que exige el FMI!

  • 8% de aumento salarial en 2019, con una inflación proyectada de 34%.
  • Despidos de miles de trabajadores del Estado, empezando por los contratados.
  • Más trabajadores pagarán “impuesto a las ganancias” y por montos mayores.
  • Los jubilados patagónicos perderán 50% del plus por zona austral y quienes cobran dos salarios directamente pierden 100%.
  • Más tarifazos, junto con la eliminación de la tarifa social.
  • Reducción de 15% del presupuesto educativo y congelamiento
    del incentivo docente.
  • Recorte de 17,9% del presupuesto de salud.
  • Achicamiento de 31% del presupuesto para infraestructura.
  • Suba de 15% de la AUH (Asignación Universal por Hijo) y los planes sociales.
  • Aumento de 50% de los pagos de intereses de deuda externa (pasa de 400.000 a 600.000 millones de pesos).
  • Incremento de 160% en los subsidios a las petroleras que operan en Vaca Muerta.
  • Autorización para renegociar la deuda e incrementarla.

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