Por la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI)
Nicaragua enfrenta una agobiante crisis social y económica, en cuyo marco la lucha por la liberación de los presos políticos y la denuncia del continuo hostigamiento a los luchadores sociales y sus familiares es de enorme importancia. Al 5 de agosto se contabilizaban noventa y nueve presos políticos, de los cuales diez se encuentran encarcelados desde antes de la rebelión de 2018.
A pesar de que en junio de 2019 se emitió una amnistía, que redujo el número de presos políticos… las agrupaciones de defensa de los presos políticos describen la continuidad de la persecución. La amnistía también tuvo un gran repudio popular por estar diseñada para dejar en la impunidad los crímenes represivos del propio orteguismo, que asesinó a más de cuatrocientas personas. La persecución contra toda forma de disidencia obrera, estudiantil y popular ha continuado con expulsiones masivas de estudiantes en las universidades públicas y la realización de numerosos montajes judiciales.
Entre los presos hay personas que no han sido acusadas, o que han sido absueltas de los falsos crímenes imputados, pero se las retiene arbitrariamente. Uno de los métodos preferidos por los policías orteguistas es fabricar acusaciones de posesión de drogas para encarcelar a activistas opositores y luchadores sociales e imponerles largas condenas de prisión. El estudiante Kevin Solís fue condenado a diez años de prisión, sometido a confinamiento solitario y torturas luego de que un simpatizante de Ortega lo acusara de haberle robado el equivalente a 15 dólares.
La salud de decenas de presos se ha deteriorado como consecuencia de las pésimas condiciones sanitarias de las cárceles. Más de cuarenta detenidos denunciaron haberse contagiado de Covid-19.
Varios presos políticos y sus familiares acusan a los partidos de la oposición tradicional y el empresariado, que han pactado en numerosas ocasiones con Ortega desde que volvió al poder en 2007, porque hacen muy poco por lograr su libertad.
Apoyamos los intentos de sectores de la juventud y el pueblo trabajador nicaragüense para constituir una alternativa política para luchar consecuentemente por las libertades democráticas y contra el capitalismo explotador y saqueador en Nicaragua. Llamamos a las organizaciones obreras y populares latinoamericanas y del mundo a solidarizarse con la exigencia de libertad para todas las personas presas por razones políticas en Nicaragua.
Petitorio para sumar firmas a esta campaña
Nosotros y nosotras, activistas e integrantes de organizaciones políticas, sindicales, campesinas, de mujeres, estudiantiles y populares, exigimos al gobierno de Nicaragua la inmediata e incondicional liberación de todas las presas y los presos políticos.
Firmas:
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El lunes 17 de agosto, la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional realizó, en simultáneo para varios países y traducido en cuatro idiomas, un homenaje a León Trotsky en el 80° aniversario de su asesinato. El homenaje promovió un repaso por su vida, sus enseñanzas y la vigencia de sus planteos revolucionarios. Miguel Ángel Hernández, del PSL de Venezuela, reivindicó su rol dirigente en la Revolución Rusa junto a Lenin, ante las falsificaciones estalinistas. Atakan Ciftci, del IDP de Turquía, resaltó su lucha contra la burocracia estalinista y la importancia de la fundación de la Cuarta Internacional. Josep Lluís Alcázar, de LI del Estado español, explicó el significado político de la persecución a los trotskistas y del asesinato de Trotsky por parte del estalinismo que, en su rol contrarrevolucionario, buscó cortar la continuidad revolucionaria. Leda Victoria, del MAS de México, relató la actividad revolucionaria de Trotsky en su exilio en ese país, quien aún, bajo las difíciles condiciones que vivía, siguió fiel a sus concepciones revolucionarias y su optimismo respecto de la clase trabajadora. Finalmente, Juan Carlos Giordano, de Izquierda Socialista de la Argentina, relató las peleas que dio el dirigente argentino Nahuel Moreno en la defensa de los principios y la política trotskista frente al revisionismo oportunista que hegemonizó la dirección del movimiento trotskista de posguerra, encabezado por los dirigentes Michel Pablo y Ernest Mandel, y a los grupos sectarios que surgieron como respuesta equivocada a ellos. Destacó que la UIT-CI impulsa la continuidad de los planteos revolucionarios de Trotsky y, al calor de las luchas en todo el mundo, donde surgen nuevas luchadoras y luchadores, postula una alternativa política de trabajadores y trabajadoras que pelee contra los aparatos contrarrevolucionarios que desvían las luchas y las llevan a la derrota, llamando a unir a los revolucionarios en la tarea por reconstruir la Cuarta Internacional.
Salió Correspondencia Internacional N° 45, la revista de la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI). En esta edición se desarrollan diversos aspectos de la coyuntura mundial y, principalmente, las consecuencias de la pandemia del coronavirus.
En la Argentina se puede conseguir a través de cualquier compañera o compañero de Izquierda Socialista, o en el Whatsapp 11-6258-8523.
Ver más en uit-ci.org
Brasil se está convirtiendo en “campeón mundial” del coronavirus. Según epidemiólogos, superaría pronto a los Estados Unidos. Este fin de semana pasó los 830.000 contagiados y 43.000 muertos. Este desastre es producto directo de la política del gobierno de Bolsonaro de negar la existencia de la pandemia y oponerse a hacer la cuarentena.
Ante este atentado a la vida, en las últimas semanas las hinchadas de fútbol, la juventud negra y los movimientos antifascistas realizaron protestas callejeras en repudio al gobierno de Bolsonaro y a la violencia policial en las favelas.
A continuación publicamos un extracto del editorial de Combate Socialista del 9 de junio, periódico digital de la Corriente Socialista de los Trabajadores (CST/PSOL), sección oficial de la UIT-CI.
La juventud negra se levanta para no morir “de virus, de bala o de hambre”, como lo expresan en las favelas de Río de Janeiro. Las protestas son porque en los barrios periféricos no hay saneamiento básico y los niños son asesinados por la Policía Militar. Las hinchadas de fútbol antifascistas decidieron decir basta a los actos de la extrema derecha, que pide una nueva dictadura militar y el fin de las medidas de aislamiento social.
Ampliar la movilización es el camino para salvar vidas del pueblo
Desde marzo los gobernantes saben que es necesario garantizar el aislamiento social. Pero hasta ahora el presidente Bolsonaro niega la existencia de la pandemia y esconde los datos de la contaminación y de los muertos (las cifras oficiales son menores que las reales). Los gobernadores y prefectos (intendentes municipales) comenzaron a suspender las pocas medidas de aislamiento social que había en los estados y ciudades en pleno crecimiento de los contagios de Covid-19 en el país. Los empresarios mantuvieron en funcionamiento locales de trabajo de sectores no esenciales. Y en los esenciales, como salud y limpieza, faltan los elementos de bioseguridad. O sea, las autoridades y los empresarios no hacen nada para salvar las vidas del pueblo trabajador y se niegan a garantizar medidas sanitarias básicas que recomiendan científicos y médicos.
Es necesario ampliar la movilización de protesta incorporando todas las reivindicaciones populares. Solo así seremos escuchados. En medio de la actual pandemia tenemos que respetar el distanciamiento físico de las manifestaciones y dejar en las casas a los que son del grupo de riesgo para que hagan solidaridad virtual.
Un ejemplo que demuestra que las manifestaciones logran resultados es que el Supremo Tribunal Federal tuvo que ordenar el fin de las operaciones policiales en las favelas, lo que es positivo (aunque no podamos confiar en la Justicia).
Unificar con la clase trabajadora
Las manifestaciones, que se van a repetir en las próximas semanas, muestran el camino para la clase trabajadora. Hoy la amplísima mayoría de los trabajadores no pueden realizar la cuarentena porque son obligados por los patrones o por las autoridades públicas a continuar en servicios no esenciales. En muchos casos, la continuidad del servicio ocurre en medio de la imposición de reducción salarial o de suspensión de contratos. Tenemos que organizar reuniones y movilizaciones para conquistar medidas de bioseguridad (…) exigir testeos masivos de Covid-19 y contra toda reducción salarial o violación de contratos.
En la protesta de São Gonçalo (Río de Janeiro), la juventud cantaba “la favela organizó, el estudiante junto con el trabajador”, mostrando esa necesaria unidad. El sindicato del Metro de San Pablo convocó a la protesta antifascista y antirracista del domingo 7 de junio. En Río de Janeiro, el Sintuff (trabajadores de la Universidad Federal Fluminense) ayuda a organizar la unidad de los foros de lucha de Niterói. Son ejemplos que necesitamos ampliar ya mismo para enfrentar la represión lanzada sobre la juventud que está protestando en las calles en este momento.
Las direcciones de la CUT, CTB, UNE y UBES deben convocar a las protestas
Hasta ahora las direcciones de las mayores centrales, principalmente la CUT (Central Única de Trabajadores) y la CTB (Central Brasileña de Trabajadores), no convocaron a sus bases para las manifestaciones y no jugaron su peso en este movimiento. En el sindicato del Metro (subte), los representantes de esas centrales votaron contra la convocatoria a los actos. Y lo peor es que esas direcciones sindicales aceptan que les quiten los derechos laborales a muchos sectores. Lo mismo ocurre con la cúpula de la UNE (Unión Nacional Estudiantil) y UBES (Unión Brasileña de Estudiantes Secundarios), que se han negado a convocar de verdad a las protestas de los domingos (…) Es fundamental exigir en cada sindicato, entidad estudiantil, movimiento social que las mayores centrales y organizaciones convoquen las protestas, con toda su fuerza y por todos los medios posibles. Tenemos que exigir que la CUT y la UNE convoquen a una jornada nacional de lucha, paralizando las actividades no esenciales.
Además de la lucha unificada necesitamos un frente de izquierda y socialista
El PDT (Partido Demócrata Laborista), el PSB (Partido Socialista Brasileño), y la REDE (Red de Sostenibilidad, partido ecologista), orientaron a sus afiliados a no ir a las protestas. Las direcciones del PT (Partido de los Trabajadores) y del PCdoB (Partido Comunista de Brasil) no divulgan los actos y no convocan a sus afiliados, se limitaron a decir burocráticamente que “apoyan”. El gobernador Camilo Santana, del PT del estado de Ceará, ordenó reprimir a los manifestantes. Es evidente que con esas direcciones no podemos vencer los actuales desafíos. Esos partidos de oposición deberían convocar a sus afiliados poniendo a sus parlamentarios al frente de los actos de protesta para evitar la represión a los manifestantes.
Lamentablemente, la dirección mayoritaria del PSOL se colocó en ese mismo campo y no se postula como alternativa de izquierda en la organización de las luchas en la calle. Algunos dirigentes del sector mayoritario del partido participaron en algunas protestas, pero sin una convocatoria colectiva y organizada a la militancia. Aún estamos a tiempo para cambiar ese rumbo. Para eso necesitamos construir una alternativa con sectores de izquierda, como el PCB (Partido Comunista Brasileño), la UP y el PSTU (Partido Socialista de los Trabajadores Unificado). Un frente de izquierda que defienda las manifestaciones y muestre que es posible resolver los problemas populares y hacer que la crisis la paguen los millonarios, los banqueros, las multinacionales y el agronegocio.
Continuar en las calles y organizar nuestro movimiento
En el plano inmediato, nuestra tarea es unirnos en las calles contra Bolsonaro y Mourão, en defensa de las vidas negras, por la cuarentena general inmediata. Para garantizar que se suspenda el pago de la deuda a los banqueros y se apliquen impuestos a las grandes fortunas destinando recursos a la salud pública y a la renta básica para los desocupados.
Por eso, cada movimiento y cada organización debe seguir el ejemplo de las hinchadas de fútbol y de los movimientos negros, tomando el impulso de las luchas internacionales. La unidad de las hinchadas, el movimiento negro y el Frente Pueblo Sin Miedo y sectores de izquierda del domingo 7 de junio fue muy positiva.
Es necesario que continúen convocando manifestaciones semanales los domingos y que las organizaciones sindicales, populares y estudiantiles planifiquen una jornada nacional con paralización de las actividades de la clase trabajadora.
Debemos organizarnos en nuestros sindicatos, universidades, oposiciones sindicales y luchar por la construcción de los actos, impulsar plenarios y foros de lucha que ayuden a organizar la unidad de las protestas en curso.
La reunión de la Secretaría Ejecutiva de la CSP-Conlutas (ala minoritaria combativa dirigida por organizaciones de izquierda) del 4 de junio aprobó el apoyo a las movilizaciones, y la corriente sindical Combate propuso la necesidad de que la central convoque a los actos. Seguiremos luchando para que esa sea la política de CSP-Conlutas.