May 19, 2024 Last Updated 6:07 PM, May 18, 2024

Izquierda Socialista

Estados Unidos. Asesinato de otro afroamericano

Cuando las protestas por la muerte de George Floyd siguen creciendo en el mundo, un nuevo caso de asesinato policial contra un afroamericano estremece otra vez a los Estados Unidos este fin de semana.

Un video de seguridad revelado este sábado muestra a un oficial de la policía de Atlanta que dispara contra un hombre negro, al que despiertan poco antes porque se encontraba durmiendo en un área de autoservicio que utilizan los restaurantes estadounidenses para entregar la comida en el carro. Rayshard Brooks, de 27 años, murió por el disparo.

Tras la difusión, miles de personas se lanzaron otra vez a las calles, principalmente en Atlanta, donde incluso bloquearon algunas carreteras para protestar contra el racismo y la brutalidad policial.


Estados Unidos. Declaran “zona autónoma” a un barrio de Seattle y expulsan a la policía

Tras las multitudinarias protestas por la muerte de George Floyd y luego de días de continuas batallas nocturnas con los manifestantes, los uniformados se retiraron por orden de las autoridades y clausuraron el edificio policial, lo que hizo posible el surgimiento de la “zona autónoma de Capitol Hill” (CHAZ, por sus siglas en inglés), un área de la ciudad libre de control policial. Trump amenazó con retomar el barrio con el ejército. Ver video: https://youtu.be/pMrmfl6qRBc


Estados Unidos. Trump y los demócratas se acusan mutuamente de preparar fraude electoral

El candidato presidencial demócrata, Joe Biden, afirmó el miércoles pasado que su mayor preocupación es que “este presidente va a tratar de robar esta elección” y consideró la posibilidad de que Trump se niegue a dejar la Casa Blanca si pierde.

Trump dijo por su parte que, por la votación por correo, que sería la forma de hacer elecciones “con distancia social” debido a la pandemia, “será la elección amañada más grande de la historia”.

Estas acusaciones mutuas de fraude y de no querer dejar el poder, que pueden ser comunes en Bolivia o Centroamérica, son totalmente extraordinarias en los Estados Unidos y muestran una enorme crisis política. Los dos partidos imperialistas, el republicano y el demócrata, se alternan en el poder desde el siglo XIX. Una democracia para ricos, tramposa con los trabajadores, pero con reglas electorales que se han respetado históricamente entre ellos.


Estado español. Protesta de trabajadores de la salud

Los trabajadores de sanitarios de Madrid protestan a las puertas de los hospitales para denunciar la “precariedad laboral” que sufren desde hace años y para pedir que se refuerce la plantilla con más personal en todo el sistema de sanidad pública. Como dijo un trabajador indignado: “Los que más han dejado la salud, y algunos hasta la vida, han sido todo el personal sanitario y de atención social, mal pagados, mal considerados, y lo único que ven son los aplausos y solidaridad del ciudadano de a pie”.


Venezuela. ¡Libertad a Rodney Alvarez!

Un 17 de junio, hace nueve años, fue llevado a una de las cárceles del país, en la que no se respetan los derechos humanos, las libertades democráticas y donde no existe justicia para los trabajadores, el compañero obrero de Ferrominera Orinoco, Rodney Álvarez, sin condena y con una acusación absurda.

Desde esa fecha (17/6/2011), los  gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro le impusieron un proceso de negación de justicia y violación del debido proceso. Lo acusan de un asesinato que fue cometido por un burócrata ligado al gobierno, que fue grabado por cámaras de la empresa y respaldado por el testimonio de cien trabajadores. Matones al servicio del gobierno dispararon sobre los trabajadores, hirieron a dos y asesinaron a otro. Lo culparon a Rodney Alvarez sin ninguna prueba, solo para sacárselo de encima y asegurarse el oficialismo el control del sindicato.


Líbano. Desplome económico y nuevas protestas populares

En los mercados y restaurantes de Líbano apenas queda carne. No hay más importaciones por falta de dólares. El precio de los alimentos subió 70 por ciento. En algunas ciudades se suprimió el servicio eléctrico que dejó paralizados aún a los hospitales. Líbano se va ahogando cada vez más en el desastre económico.

En esta situación, y superadas las restricciones por el coronavirus, el sábado 13 miles de personas desfilaron por las principales ciudades exigiendo que se vaya el gobierno. En Trípoli las protestas se tornaron violentas, con enfrentamientos nocturnos entre manifestantes y fuerzas de seguridad, que dejaron al menos 120 heridos. En Beirut transcurrieron de forma pacífica después de dos noches de tensas manifestaciones.


Documental sobre la vida de Hugo Blanco

En 1962 Hugo Blanco, dirigente campesino, que era parte de la corriente trotskista encabezada por Nahuel Moreno, condujo una rebelión campesina indígena armada contra los hacendados. Los terratenientes, que los trataban como siervos del feudalismo, sometiéndolos incluso a castigos físicos para obligarlos a trabajar la tierra del patrón, ordenaron una feroz represión policial.

La rebelión inició un proceso en todo el país que culminó con la ley de reforma agraria que promulgó el gobierno militar de Velazco Alvarado. 

Hugo Blanco fue encarcelado y condenado a muerte, acusado de “terrorismo y subversión”, aunque finalmente fue indultado y deportado.

La cineasta Malena Martínez Cabrera filmó un documental sobre la vida Hugo Blanco, que se puede ver en https://youtu.be/R7Xmb0345II

Como todos los años, para esta fecha, nuestro partido está en campaña financiera recolectando aportes económicos para poder seguir interviniendo y acompañando las luchas políticas y sindicales, las de las mujeres, los estudiantes y los jubilados. Al contrario de los políticos patronales, que son financiados por multinacionales y grandes empresarios a quienes representan, Izquierda Socialista se construye con la militancia y los aportes que hacemos cada uno de los militantes, nuestros amigos y simpatizantes.

Sabemos que en la actual coyuntura, en medio de la pandemia del Covid-19, muchos no están trabajando, a otros les están pagando el salario de manera parcial, y los que viven de changas tienen más dificultades. La situación nos toca a todos los que vivimos de nuestro trabajo. 

Sin embargo, te pedimos que hagas un esfuerzo. Cualquier aporte es más que importante para Izquierda Socialista, suma para que sigamos acompañando las luchas, para llegar a más lugares de trabajo, más escuelas, más barrios para que conozcan las propuestas de la izquierda y el Frente de Izquierda. 

Por eso estamos en las fábricas codo a codo, peleando por una dirección sindical combativa, democrática, que no termine transando con los patrones como lo hace la burocracia sindical traidora de la CGT, que firma la baja de salarios y la entrega de los convenios colectivos sin que le tiemble el pulso. Para fortalecer e impulsar el Plenario Sindical Combativo, donde buscamos coordinar las luchas en curso, integrando a los ferroviarios del Sarmiento del Pollo Sobrero, o los Suteba Multicolor, los docentes de Ademys o el Sutna, entre otras valiosas expresiones sindicales de base y democráticas, con sus luchadores a la cabeza. Y también, peleamos por una alternativa política de la unidad de la izquierda construyendo el Frente de Izquierda Unidad. 

Estamos en las escuelas y universidades defendiendo la educación pública y a los docentes. Con los médicos, los enfermeros y los trabajadores de la salud que están hace meses en la primera línea peleando contra el Covid-19 y los gobiernos que, gestión tras gestión, vacían los hospitales y las clínicas. Estamos en la lucha de las mujeres con nuestro espacio, Isadora, levantando el pañuelo verde por el aborto legal, seguro y gratuito y contra la violencia de género. Luchamos también por la defensa y el cuidado del ambiente, contra la megaminería de la Barrick Gold, la deforestación y la contaminación del planeta de la mano de empresas como Chevron o Monsanto. Porque como socialistas batallamos por un gobierno de los trabajadores en una pelea muy dura que damos contra el sistema capitalista. Pelea que debe ser mundial para poder emanciparnos. Para esto construimos la Unidad Internacional de las Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional, para unir a todos los trabajadores de todos los países y dar la pelea por un mundo socialista.

Apelamos nuevamente a tu aporte económico para sostener los enormes gastos que implican construir una salida política y sindical para millones de trabajadores. Los partidos patronales, como el peronismo, Cambiemos o cualquier otra variante, que solo te piden el voto y luego aplican los ajustes más salvajes contra los de abajo, reciben aportes de empresas y multinacionales.

Tu colaboración es fundamental para seguir creciendo y llegando cada día a más amigos y compañeros para construir una alternativa política socialista y de los trabajadores.





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Editorial

Muchos compañeros vieron con simpatía la medida del gobierno de Alberto Fernández de la intervención y el envío al Congreso del proyecto de expropiación de la gran empresa agroexportadora Vicentin. Mucho más cuando, casi simultáneamente, apareció el coro de la Sociedad Rural y otras patronales oponiéndose bajo el planteo de que se estaría “violando la propiedad privada”. Sin dudas, la empresa debe ser expropiada y estatizada al 100%, bajo control de sus trabajadores. Pero, al mismo tiempo, el tema expuso todos los abusos, robos que circulan en el llamado “agronegocio”. Lo de Vicentin puso sobre la mesa cuál es la salida de fondo: echar a todas las multinacionales del agronegocio y nacionalizar el comercio exterior.

Mientras tanto, sigue avanzando la negociación de la deuda externa con los pulpos acreedores. Independientemente del día en que se produzca “el cierre final” del acuerdo, el gobierno se sigue “acercando” a la propuesta de pulpos como BlackRock, lo que quiere decir que se terminará aceptando pagar mucho más que lo que se propuso originalmente. En síntesis, no solo se siguieron pagando vencimientos de deuda durante la cuarentena, sino que se avanza con un panorama donde se pagará más a futuro. Mucho más si contamos que todavía faltan “renegociar” las deudas bajo legislación local, las de las provincias y, la más grande, la del FMI, que vendrá unida a las exigencias de ajuste estructural. Sigue estando planteada, y más aún en medio de la pandemia, que la única salida es la que propusimos desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad, dejar ya mismo de pagar la deuda externa, romper con el FMI y cobrarle un impuesto a las grandes fortunas y ganancias, tal como expone nuestro proyecto, para poner todos esos recursos al servicio un fondo de emergencia que atienda las más urgentes necesidades populares.

Mientras estas son las discusiones “por arriba”, por abajo, en el conjunto del pueblo trabajador, crece el malestar en el marco de la pandemia del coronavirus. Cada día más trabajadores están preocupados porque las patronales los obligan a volver a sus puestos sin garantizarles las medidas sanitarias, o por el riesgo al viajar en el transporte público, mientras siguen subiendo los contagios y aún no se llegó al pico en el AMBA. Millones le suman a esto que el dinero no les alcanza mientras se extiende la reducción de 25% a los salarios en blanco. A eso se le agrega que ahora quieren pagar el aguinaldo en cuotas. Otros suman la desesperación por haber sido despedidos. Y están, además, los que no tienen ingresos y, obviamente, no pueden vivir con los 10.000 pesos de la IFE. Se autorizó además que las suspensiones sean por más de 75 días, violando la propia Ley de Contrato de Trabajo. Según un estudio de la Universidad Católica, entre los que trabajan en blanco, en negro y los  monotributistas se han perdido 900.000 puestos de trabajo. Los jubilados continúan ajustados y el gobierno extendió los “aumentos por decreto” hasta fin de año. La miseria y la falta de comida son cosas de todos los días, y va en aumento.

Todo esto se sostiene a partir del pacto entre el gobierno, las patronales y la burocracia sindical. La cúpula de la CGT cumple su rol traidor en todo esto. Avala las bajas salariales, acuerda, e incluso le hace eco a los planteos de las patronales de abrir nuevas actividades, se reúne con el FMI, deja que pasen los meses sin que se reabran paritarias. Y, sobre todo, deja aislados a los trabajadores que, en medio de todo esto, salen a pelear. Y no fueron pocos. Con la movilización demostraron que se puede ganar, como sucedió con los mineros de Andacollo. O los que siguen peleando, como en Córdoba, en Penta, etcétera.

Por eso resulta tan importante que el Plenario Sindical Combativo haya realizado una convocatoria virtual masiva como la del 27 de mayo, con muchos compañeros que se sumaron sin haber participado previamente. El Plenario Sindical Combativo, convocando y apoyando a las nuevas direcciones que van surgiendo para que se fortalezcan, rodeando de solidaridad a las luchas y buscando coordinarlas para que ganen, planteó la gran tarea pendiente: barrer a la burocracia sindical traidora y construir una nueva dirección para la clase trabajadora, democrática y combativa. En este marco, el próximo 16 realizaremos una gran jornada nacional de lucha por un salario igual a la canasta familiar, la reapertura de las paritarias, contra las rebajas salariales, las suspensiones  y los despidos. Lo haremos en Buenos Aires, movilizándonos a Plaza de Mayo, y también en las principales ciudades del país, por supuesto manteniendo todos los recaudos y distancias sanitarias. Será una gran jornada a la que debemos invitar a todos los compañeros, mostrando que, frente a la tregua, la traición y la parálisis de la burocracia de la CGT y las CTA, el Plenario Sindical Combativo se postula para encabezar esta gran tarea. 



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Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad

El gobierno emitió un decreto de necesidad y urgencia disponiendo la intervención de la empresa Vicentin S.A.I.C. Sus activos estarán a cargo de un fondo fiduciario manejado por YPF Agro y enviará un proyecto al Congreso para declararla de utilidad pública sujeta a expropiación.

La medida generó un revuelo enorme y provocó un debate alrededor de qué se debería hacer ante estos casos y cuál es la salida de fondo con estos empresarios que vienen manejando una de las principales empresas agroindustriales del país y la más importante de capitales nacionales que luego de ser beneficiada por un crédito de 18.182 millones de pesos por el Banco Nación en el gobierno de Macri, entró sorpresivamente en cesación de pagos después de ser líder en exportación por varios años, con empresas de acopio y puerto propio.

Desde ya, en primer lugar, repudiamos al PRO y a los políticos de Cambiemos que ante el anuncio salieron a decir que la medida era “ilegal, inconstitucional y viola la propiedad privada”, los mismos que cuando fueron gobierno le dieron créditos ilegales e irregulares violando las propias disposiciones del Banco Central para el otorgamiento de préstamos a grandes empresas. A tal punto que su ex presidente González Fraga está imputado por ello. Los que dicen que se violaría “la propiedad privada” usaron al Banco Nación con fondos públicos para salvar la “propiedad privada” de este grupo empresario que hasta llegó a tener una productora de cine que hizo una película sobre el Papa.

Estatización al 100% bajo control de trabajadores y pequeños productores

Nos preguntamos: ¿la salida es la intervención y/o solo la expropiación? ¿O hay que ir a fondo con la estatización sin indemnización poniendo a Vicentin bajo control de sus trabajadores? Esta es la cuestión.

Por ahora lo único cierto es que la empresa ha sido intervenida. La expropiación se verá, ya que el gobierno envió un proyecto al Congreso que podrá salir o no.

Alertamos sobre un posible “rescate” con el objetivo de que el Estado se haga cargo de las pérdidas y salve a los acreedores mediante el pago de una suma que asciende a 1.300 millones de dólares. Muchos acreedores son bancos ligados al Banco Mundial y al Banco de Fomento Europeo. El propio diario Clarín que hace campaña contra la expropiación lo admite: “Es cierto que la iniciativa oficial trae cierto alivio a una gran masa de acreedores y en particular a la banca internacional” (Héctor Huergo, 9/6).

Desde Izquierda Socialista estamos de acuerdo en la necesidad de expropiar a Vicentin pero se debe ir a fondo. En primer lugar, no se debe pagar ninguna indemnización ni perdonar la deuda. No puede haber ningún rescate para estos empresarios, entre ellos la multinacional suiza Glencore, que siendo parte de la empresa fue socia de esos créditos fraudulentos. En segundo lugar, hay que avanzar en una completa estatización para que en un ciento por ciento la empresa siga produciendo bajo estricto control de sus trabajadores y pequeños chacareros, no a través de una empresa mixta que como ya sabemos siempre termina beneficiando al sector privado y no a los trabajadores y al país. El famoso sistema de “empresas mixtas” tanto acá como en el mundo es para que el Estado se haga cargo de las pérdidas y el capital privado se lleve las ganancias.

Las mal llamadas “estatizaciones” kirchneristas de YPF, Aerolíneas y otras terminaron en eso. No fueron nacionalizaciones sino compras accionarias, incluso con indemnizaciones millonarias como se hizo con Repsol. Tampoco estuvieron al servicio de un plan económico dirigido en recuperar el patrimonio nacional, como por ejemplo reestatizar las privatizadas, empresas estratégicas, los puertos o nacionalizar el petróleo y el gas.

¿Y la soberanía alimentaria?

El gobierno dice que esta medida va a garantizar la soberanía alimentaria. “Le permitirá al Estado tener una empresa testigo en el mercado de cereales para una planificación estratégica y a partir de allí poder referenciar al mercado alimentario”, dijo Alberto Fernández. También va a ser “un caso testigo en el mercado de cambios” agregó el ministro Kulfas. Un argumento que cae bien en medio del crecimiento del hambre, la pobreza y la suba de los precios de los productos básicos. Pero señalamos que la soberanía alimentaria se va a lograr cuando los alimentos que se producen en el país vayan a las mesas populares y tengan un costo accesible para millones, no que sigan en manos de multinacionales del agronegocio como Cargill, Dreyfus, Bunge, Aceitera General Deheza y otras grandes corporaciones.

Decir que “Vicentin expropiada” va a servir para disciplinar a estas corporaciones es solo una utopía discursiva. Lo mismo hacer creer que Vicentin va a aportar los dólares necesarios de las exportaciones para el país.

Si no se toman medidas de fondo para que eso ocurra con todo el negocio agroexportador nada de lo que dice el gobierno se va a lograr. Porque las multinacionales se quedan con la mejor tajada de las exportaciones argentinas. Nuestro país es agroexportador y produce alimentos para 400 millones de personas. Lo soberano sería que esas ganancias se usen para el desarrollo del país, no para un puñado de empresas que luego encima especulan, no liquidan los dólares y se los llevan para sus casas matrices.

Todo esto se va a lograr cuando se nacionalice el comercio exterior y se restituya la Junta Nacional de Granos y de Carne. Hace falta que la compra y venta de granos esté bajo el monopolio del Estado quitándole el negocio capitalista a estas multinacionales, a las cuales hay que expulsar porque son las que producen un verdadero saqueo para el país. Medidas que deben ser parte de un nuevo plan económico al servicio de los trabajadores y el pueblo, para que todas las riquezas que produce el pueblo trabajador estén destinadas a satisfacer las urgentes necesidades populares y se empiecen a combatir los males capitalistas que nos llevaron a la postración.

 

Escribe José Castillo

Hasta que se declaró en cesación de pagos en diciembre pasado, y en concurso de acreedores en febrero de este año, Vicentin era el principal exportador de aceite (23,1% del total) y harina de soja (19,2%) del país. 

Se trata de un gran grupo económico nacional. Es parte de una red corporativa que incluye dieciséis firmas en el país y empresas en el exterior (Uruguay, Paraguay, Brasil y España). Además de sus dos plantas cerealeras en San Lorenzo y Ricardone, también es propietaria del frigorífico Friar (que incluía corrales propios y planta de empaquetamiento de carne), de Algodonera Avellaneda (algodón “Estrella”), Arsa (dueña de marcas de yogures y postres que le compró a SanCor), bodega Vicentin Family Wines, la acopiadora y exportadora de miel Promiel y hasta de una terminal en el puerto de Rosario, además de empresas menores ajenas a estos rubros, como la productora de cine que realizó la película El padre Jorge, sobre el papa Francisco. En su actividad principal, la agroexportación, es un grupo económico “integrado”, ya que tiene empresas de acopio de granos hasta puerto propio para la salida de sus productos. 

A todo esto hay que sumar que es dueña, junto con la multinacional suiza Glencore, de Renova, la principal empresa de biodiésel del país. 

La influencia del Grupo Vicentin es tan grande que actualmente le compra la producción a 2.600 pequeños productores de la provincia de Santa Fe. Tiene 5.488 trabajadores: 2.135 en la industria aceitera (1.283 en la propia Vicentin, 806  en Renova, 58 en Renopack y 48 en Patagonia Bioenergía), 920 en la algodonera, 376 en la vitivinícola y 2.057 en la industria frigorífica.

Subió su facturación de 3.535 millones de dólares en 2017 hasta 4.200 millones el año pasado. En esos años su participación en el agronegocio aumentó en todos los rubros: 18% en molienda de soja, 21% en molienda de girasol, 69% en exportación de granos, 4% en producción de biodiésel y 25% en la de bioetanol.

Los actuales dueños de Vicentin son Alberto Padoán y Gustavo Nardelli. Padoán fue presidente de la Bolsa de Rosario hasta el 13 de diciembre pasado. Antes había estado entre los procesados por la causa de los “cuadernos” (coimas de la época del kirchnerismo). El año pasado fue el principal aportante de la campaña de Juntos por el Cambio, al que donó 13,5 millones de pesos. Gustavo Nardelli, nieto del fundador de la empresa, fue una de las figuras que PRO “midió” para ser candidato a gobernador de Santa Fe.

La deuda de Vicentin, quién debe cobrar y quién no

Si bien la empresa tiene 90 años, y ya hace más de dos  décadas que está entre las principales del sector, tuvo un crecimiento aún mayor durante el gobierno de Macri. Sin embargo, “extrañamente”, su deuda trepó hasta 99.345 millones de pesos (1.350 millones de dólares). Los principales acreedores de Vicentin son: Banco Nación, 18.182 millones (la deuda de Vicentin con este banco creció 264% en dos años); Banco Provincia de Buenos Aires, 1.814 millones; Banco Hipotecario, 752 millones; Banco Macro, 653 millones; Banco de Entre Ríos, 508 millones; Itaú, 374 millones; Banco de Santa Fe, 372 millones; Banco Ciudad de Buenos Aires, 318 millones, y BICE, 313 millones de pesos. 

Una parte importante de la deuda de Vicentin (30.153 millones de pesos) es, además, con entidades extranjeras. Así, le debe a la International Finance Corporation (Banco Mundial) 16.504 millones de pesos, al Netherlandese Financering 9.228 millones de pesos y al ING Bank NV-Tokyo Branch 4.420 millones.

No cabe duda de que este endeudamiento, y la posterior cesación de pagos de la empresa en diciembre pasado, se trató de una maniobra delictiva. El accionar de los dueños de Vicentin salta por todos los poros. La AFIP detectó sobreestimación de costos y subdeclaración de exportaciones para esconder ganancias y así presentar declaraciones juradas donde tenía que pagar menos impuestos, que después ni siquiera abonó, quedando en mora.

Un tema particular que se abre es sobre el futuro de Renova, una de las empresas más importantes del grupo. Luego de entrar en cesación de pagos, en diciembre pasado, Vicentin le cedió la mayoría accionaria de la empresa a Glencore Agriculture. La multinacional suiza, que obviamente también se benefició con los préstamos ilegales obtenidos, ahora es “socio mayoritario”.

Con la expropiación de la empresa se abre el interrogante de qué pasa con la deuda de la empresa. Un primer tema es que los responsables de este endeudamiento trucho vayan presos y paguen con sus patrimonios particulares. Esto incluye a la propia multinacional Glencore. Obviamente, la expropiación del grupo debe incluir también el de esta empresa, y Glencore debe ser expulsada sin indemnización alguna (es más, se le debería exigir la devolución proporcional a su participación accionaria de los préstamos recibidos). Sin duda, la prioridad para cobrar cualquier deuda la deben tener los propios trabajadores, los pequeños productores y los bancos estatales perjudicados. El resto de la deuda, con otros bancos o con entidades extranjeras (que, como vimos, incluye al propio Banco Mundial) deberá ser desconocida, por fraudulenta.

Un gigante… pero hay otros

Vicentin es la mayor exportadora de capitales argentinos, muy por delante de Molinos Agro (Grupo Perez Companc), Aceitera General Deheza (AGD) y la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA).

En los últimos años se movió entre el cuarto y el sexto lugar de la tabla de posiciones de exportadores de granos, soja y derivados del país. Sin embargo, no debemos confundirnos. Hay “jugadores” más grandes. Los otros gigantes son las multinacionales yanquis ADM, Bunge y Cargill (Estados Unidos), la francesa Dreyfus (Francia) y Cofco (China). Vicentin representa apenas el 9% del total de exportaciones del sector de agronegocios.  

Sí es cierto que, ante su situación de virtual vaciamiento financiero y quiebra, los monopolios extranjeros se postulaban para comprarla y concentrar más aún el negocio. Por eso, las patronales del sector (Sociedad Rural, CRA, Coninagro) y los dirigentes de Juntos por el Cambio salieron a oponerse a la expropiación denunciando “violación de la propiedad privada”. 

Frente a todo esto, es básico plantear la expropiación de la empresa. Por supuesto que no alcanza, debe ser gestionada por sus propios trabajadores y por los pequeños productores involucrados en su operatoria. Y, como señalamos antes, debe ser sin indemnización y con una muy fuerte diferenciación de a quién se le paga lo adeudado y a quién no. 

Pero además, lo insuficiente de la medida salta a la vista frente a los discursos de que esta expropiación sería la garantía para la “soberanía alimentaria”, para definir y controlar precios de alimentos, o para fijar cuánto se les paga a los pequeños productores o, más aún, en el real acceso a los dólares que ingresan por las exportaciones del agronegocio. Ninguna de estas cosas se alcanzará solamente  con Vicentin, incluso si se la estatiza al ciento por ciento. Los otros pulpos seguirán con las maniobras, subfacturando exportaciones, acopiando especulativamente sin vender, para así presionar la suba del dólar o, directamente, fugando divisas. Para terminar con todo esto es necesario sacar del negocio a todos los pulpos monopólicos exportadores nacionalizando el comercio exterior. 

 

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