
Escribe Miguel Lamas
Con el apoyo unánime de varios gobiernos europeos y de regímenes árabes y de Turquía, el pasado 29 de septiembre Donald Trump y Benjamín Netanyahu lanzaron un ultimátum exigiendo el desarme de Hamas. Con el hambre y la destrucción como crimen de guerra, buscan la rendición incondicional de la resistencia palestina. Dicen que es un plan de paz: implicaría una retirada parcial de las tropas israelíes, pero con el control de Gaza por tropas extranjeras, aparentemente incluyendo fuerzas de países árabes aliados de Estados Unidos. Ese plan (al que ellos llaman de “paz”) surge en un momento de creciente aislamiento de Israel por la presión de la movilización popular mundial y porque, pese a los bombardeos, la heroica resistencia palestina impidió que Netanyahu tomara la ciudad de Gaza.
Por otra parte, gobiernos imperialistas de Europa como los de Gran Bretaña y Francia dicen ahora reconocer al Estado palestino; China hizo lo mismo, y la propuesta obtuvo una amplia mayoría en la Asamblea de la ONU. Pero esto también es tramposo, porque vuelve a poner en el centro la teoría de los “dos Estados”, dejando al Estado sionista de Israel con la mayor parte del territorio de la antigua Palestina y con las armas que posibilitan el genocidio.
Por eso denunciamos este falso plan de paz que, aún si cesara temporalmente el fuego (y eso sería, por supuesto, un alivio para el pueblo de Gaza sometido a bombardeos y hambre por los bloqueos israelíes) pretende mantener al Estado genocida de Israel que, desde su fundación en 1948, viene asesinando palestinos y a pueblos árabes para asegurar un control imperialista en Medio Oriente. Israel no es un país en sentido igualitario, sino un enclave imperialista creado desde 1948 por colonos venidos de distintas partes del mundo para colonizar a los países árabes y apropiarse de sus riquezas, en primer lugar los hidrocarburos.
Este lunes 6 de octubre se iniciaron negociaciones en Egipto entre delegaciones de Hamas, Israel y Estados Unidos, en base a esa propuesta de Trump. Pero, más allá de algún acuerdo temporario que podría concretarse, la lucha del pueblo palestino va a continuar contra el Estado genocida de Israel, como sucede desde hace 77 años. La lucha de hoy por derrotar a Israel sionista, por recuperar la Palestina histórica, como es la consigna por “Palestina libre del río hasta el mar”, es la lucha histórica del pueblo palestino y es hoy una lucha central de la humanidad oprimida.










