Como puede verse en el mapa, Benetton, Lewis (amigo de Macri, quien lo hospedó más de una vez en sus vacaciones), junto con otras empresas multinacionales e “inversores” extranjeros se han adueñado de extensiones enormes de tierra en la Patagonia (y en todo el país). Esas tierras contienen recursos naturales estratégicos, como fuentes de agua potable y todo tipo de minerales, reservas de gas, petróleo y bosques.

Esta situación, que es un aspecto fundamental del control de la economía y los recursos naturales del país por las multinacionales, es el resultado de la entrega de sucesivos gobiernos que actuaron y actúan como defensores de los “derechos adquiridos” de esas empresas contra los intereses de los trabajadores y el pueblo.

Lo cierto es que al reconocer la propiedad de las multinacionales como Benetton o Lewis, lo que se legitima es el robo de las tierras ancestrales de comunidades como las de los mapuches.

Por su parte los mapuches, al igual que otros pueblos originarios, muchas veces no tienen títulos de propiedad sobre las tierras que pertenecían a sus ancestros y que fueron usurpadas por los terratenientes en distintas épocas. Las multinacionales y los terratenientes se aprovechan de ese hecho con la complicidad de funcionarios corruptos para comprar esos terrenos y desalojar a las comunidades indígenas.

Con sus luchas, distintas comunidades indígenas han logrado avances en el reconocimiento de sus derechos. Por ejemplo, a vivir en sus tierras ancestrales es reconocido en la Constitución de 1994.

Como demuestra la lucha de la comunidad mapuche por el Lof de Cushamen con la que se solidarizó Santiago Maldonado, hoy se trata del derecho a la recuperación de sus tierras y demás reivindicaciones.

Apoyar este reclamo de los pueblos originarios es parte de la lucha por liberar a nuestro país del saqueo capitalista de las multinacionales y terratenientes, avalado y facilitado por todos los gobiernos y políticos que entregan nuestras riquezas.