Poniendo el foco en la realidad de nuestro país, sigue creciendo la carestía de los productos de consumo popular, que se come el poder de compra de salarios y jubilaciones. Todos los días aparecen nuevos despidos y suspensiones. La semana que pasó fue además la de “la fiesta del dólar”, donde los pulpos especuladores hicieron su diferencia, mientras para los trabajadores traerá en el futuro inmediato otra ola inflacionaria.
A esto se le suman los escándalos de corrupción. Macristas y kirchneristas se acusan mutuamente, pero lo único concreto es que, tanto con el mecanismo de las coimas y sobreprecios en las obras públicas, como con los subsidios a las empresas, se siguen garantizando enormes negociados. Miles de millones de pesos, que deberían ser volcados a las más urgentes necesidades populares, hace años que se van hacia los bolsillos de empresarios y funcionarios corruptos, tanto del gobierno anterior como del actual.
Mientras tanto, los trabajadores que sufren en carne propia las consecuencias del ajuste, no se quedan de brazos cruzados. Los obreros de PepsiCo siguen exigiendo la reincorporación de los despedidos. Vuelven a salir a la pelea los docentes de la Ciudad de Buenos Aires, exigiendo la reapertura de su paritaria. También continúa el plan de lucha de los universitarios de la Conadu (Histórica). En Santa Cruz sigue la pelea contra el ajuste y exigiendo los pagos atrasados. Los médicos de la Cicop montan una carpa para visibilizar sus reclamos. Continúa el conflicto de los judiciales de la provincia de Buenos Aires.
El gran problema es que la burocracia sindical sigue mirando para otro lado, garantizándole la tregua al gobierno. La directiva de la CGT se limita a declaraciones de prensa cruzadas entre algunos dirigentes que dicen que “habría que hacer algo” y otros que “no es el momento adecuado”. Las CTA y otros sectores afines al kirchnerismo, como la Corriente Federal de Sergio Palazzo, venían organizando una tibia medida, sin paro, denominada Marcha por el Trabajo y la Justicia Social. Pero sucede que Cristina Kirchner, la misma que en sus discursos se postula para “frenar” el ajuste de Macri, se reunió personalmente con los organizadores para pedirles que no hagan esa marcha, ni ninguna otra. Primero “convenció” a la Corriente Federal. Finalmente, el propio Hugo Yasky, que está al frente de la CTA Autónoma, también “se bajó” de la protesta, planteando que “las marchas las tenemos que hacer después de las PASO”. En concreto, se desenmascaró el doble discurso de Cristina, que le interesan sólo los votos y no “frenar” ningún ajuste.
Nosotros, desde el Frente de Izquierda, decimos exactamente lo contrario. Hay que resolver ya los problemas de los trabajadores y demás sectores populares ¡No podemos esperar! Hay que pelear aquí y ahora para romper los techos salariales y los acuerdos a la baja. Hay que enfrentar los despidos, peleando por reincorporar a los compañeros. Por eso tenemos que apoyar incondicionalmente todos los conflictos, rodearlos de solidaridad y fortalecer al sindicalismo combativo, el único que está saliendo a sostenerlos.
Y en las elecciones que se vienen, votar al Frente de Izquierda, el único que garantiza una verdadera alternativa contra el ajuste macrista y, también, contra los que posan de opositores pero después permiten al gobierno que pase todas sus medidas transformándose en sus cómplices, como Cristina, Massa y Stolbizer o Randazzo. Votar por aquellos que plantean un auténtico programa de emergencia obrero y popular que arranca por dejar de pagar la deuda externa y poner todos esos recursos para resolver las necesidades de trabajo, salario, educación, salud y vivienda
Te invitamos a sumarte a la campaña para hacer más fuerte el Frente de Izquierda, ayudándonos a dar a conocer sus propuestas, llevándolas a las fábricas, oficinas, escuelas, facultades, plazas y barrios populares.