La compañía química Carboclor, propiedad de la petrolera estatal uruguaya Ancap decidió levantar sus dos plantas en Campana y envió telegramas de despidos a 150 trabajadores. La embotelladora de Pepsi de la ciudad de Trelew, propiedad de Quilmes, también cerró y dejó en la calle a 48 personas. A esto hay que sumarle que la crisis abierta en la empresa Sancor ha llevado que se esté planteando echar a 500 trabajadores de las plantas actualmente paralizadas de Moldes y Brinkman (Córdoba), Centeno (Santa Fe) y Charlone (Buenos Aires).
Se trata en todos los casos de noticias de los últimos siete días. La famosa “reactivación” del gobierno no sólo no aparece por ningún lado, sino que se siguen perdiendo puestos de trabajo. Por eso volvemos a insistir en nuestro planteo de prohibir por ley las suspensiones y despidos y estatizar toda empresa que viole esta disposición o cierre, poniéndola a funcionar bajo gestión de sus propios trabajadores.
J.C.