Inmediatamente la prensa reflejó el hecho: “el conflicto de los choferes de la 60 se coló en la reunión de la CATT”. Es que la delegación del FIT planteó en la reunión que duró varias horas, en primer lugar, un paro total del transporte en su apoyo. Y exigió la continuidad del paro general del pasado 9 de junio con otro de 36 horas, activo, con movilización a Plaza de Mayo, como parte de un plan de lucha nacional por aumento de salarios reivindicando la heroica lucha de los aceiteros y abolir el impuesto al trabajo (Ganancias).

Uno de los debates que se dio fue alrededor de quién se tiene que hacer cargo del sistema de transporte. Muchos sindicalistas plantearon que no necesariamente tiene que ser estatal, sino que tiene que haber unidad entre el “capital (empresario) y el trabajo”. La delegación del FIT dejó claro la necesidad de estatizar todo el transporte como parte de un plan integral, bajo administración y gestión de sus trabajadores. El mayor contrapunto se dio alrededor del “modelo sindical”. Varios integrantes de la CATT salieron en su defensa (como Maturano y otros) y se manifestaron categóricamente en contra de que los dirigentes vuelvan a trabajar. La delegación del FIT planteó su lucha por otro sindicalismo, el combativo, con plena democracia sindical, la eliminación de la ley de asociaciones profesionales que ata los sindicatos al estado y a las patronales, por la independencia y autonomía sindical; que los cargos sindicales no deben ser de privilegio sino de lucha; que todo dirigente debe ganar lo mismo que un trabajador; que se termine con las listas únicas y se le participación a las minorías. Por eso, se recalcó, en las listas del FIT van numerosos dirigentes antipatronales, antiburocráticos y clasistas, en oposición a los de la burocracia sindical que, en sus distintas alas, integran las listas de los partidos patronales.

Al término de la reunión todos los dirigentes del FIT se trasladaron a la cabecera Constitución de la Línea 60 para acercar su apoyo y solidaridad a los trabajadores, donde fueron muy bien recibidos.

Los compañeros de PTS, quienes al principio se quejaron por “no haber sido invitados” a la reunión, criticaron la participación de Altamira-Giordano con argumentos infantiles, como que no había que ir a una reunión con la burocracia sindical. Sin embargo, como se vio, la visita sirvió para difundir con más fuerza la lucha de la 60, reclamar un paro de transporte (obligación de todo luchador) y rendir cuenta ante los trabajadores de la misma con la vista posterior a la cabecera de Constitución donde hicieron uso de la palabra. Tarea cumplida.