La respuesta de Kicillof y sus funcionarios, luego de muchos meses de silencio, es ofrecer pases a ley Marco (modalidad de contratación menos precaria, pero sin estabilidad) y con pérdida salarial. Pero lo peor no es esto, ya que en los últimos meses, desde que Carlos Ullua asumiera como Director General de Recursos Humanos, se vienen sucediendo una serie de aprietes, extorsiones e intimidaciones que llegaron al extremo el pasado jueves 21 de mayo cuando este funcionario agredió verbalmente a los trabajadores en paro. Luego continuó con empujones y patadas sobre los delegados de ATE que se acercaron a pedirle explicaciones. Las agresiones físicas más tarde continuaron por parte de la Policía Federal.

A las pocas horas, una comunicación enviada oficialmente y sin firma intenta mediante el método de la calumnia excusar las agresiones de los funcionarios denunciando a los integrantes de ATE Mecon como violentos, en particular al delegado general, nuestro compañero Pablo Almeida.

Estos hechos son un ataque contra la organización del conjunto de los trabajadores del ministerio. Y no es casualidad el momento en que se dan. Un día antes, cientos de trabajadores llevaron adelante una ruidosa batucada que recorrió todos los pisos del ministerio repudiando el anuncio de “aumento paritario” (27,4% en dos cuotas) acordado entre el gobierno nacional y el gremio pro patronal UPCN.

La respuesta de los trabajadores de Mecon no se hizo esperar. En pocas horas se organizó una gran movilización de repudio que se sumó a numerosas muestras de solidaridad, tanto de juntas internas de ATE como de otras organizaciones y personalidades sindicales y políticas.

Frente a los aprietes y agresiones del ministro, que busca imponer el ajuste mediante el techo a las paritarias, los trabajadores, le respondieron con más unidad, más lucha y más organización. Que continuará lograr el fin del trabajo en negro y un aumento salarial que sirva para recuperar el terreno perdido frente a la verdadera inflación y en el camino de conseguir que ningún trabajador gane menos que el valor de la canasta familiar (hoy en 14 mil pesos).

Llamamos a seguir con la más amplia solidaridad en repudio contra este tipo de agresiones y patoteadas, incluso con fuerzas policiales. Y a la defensa irrestricta de los delegados elegidos democráticamente, y de todos los trabajadores del ministerio en lucha por sus justos reclamos.