El Secretario General de la Federación de Aceiteros, Daniel Yofra, explica lo justo de su reclamo: “La rentabilidad de las patronales no está afectada por el aumento que pedimos, lo pueden pagar. Los costos laborales de las empresas van del 0,5 al 1,8 por ciento. El aumento representa 1500 millones de pesos adicionales mientras que las empresas van a facturar 250.000 millones este año” (Página/12, 26/05).

Con sólo el 0,5% de lo que facturaron las empresas aceiteras en 2014 se puede pagar el aumento de todo el año a los 20 mil trabajadores del país. Estamos hablando de Molinos Río De La Plata, Vicentin, Cargill, Nidera, Dreyfus, Aceitera General Deheza, Bunge y Born, etcétera.

En un avance en las negociaciones, las patronales ofrecieron llevar el salario inicial a $14.300 en un solo tramo, que entre básico y adicionales implica un aumento del 36%. El gobierno bloqueó este principio de acuerdo. Las empresas condicionaron el acuerdo a un aval del Ministro de Trabajo que, consultado en ese momento, manifestó que no se aprobaría un convenio de esas características.

Es así como la huelga continúa, pero ya no solo contra las patronales, sino también para que el Ministerio de Trabajo destrabe el acuerdo y garantice la vigencia de paritarias libres. Queda en evidencia -una vez más- la mentira del gobierno de Cristina de que “no hay techos” para los acuerdos salariales.

En Santa Fe, las ciudades de Rosario, San Lorenzo, Puerto San Martín, Timbúes, son testigos de la cantidad de barcos que no pueden salir de los puertos a consecuencia de esta gran huelga. Se están perdiendo millonarias ganancias, pero tanto las patronales como el gobierno deciden no dar el brazo a torcer para imponer “techos” con pérdida de salario.

Desde hace dos años, la Federación Aceiteros es conducida por dirigentes que pertenecen a la Directiva del Sindicato de Rosario. Daniel Yofra es su actual Secretario General, cuyo sindicato enfrentó a la burocracia que conducía anteriormente la Federación, luego que los atacaran a los tiros impidiendo que ingresaran al congreso en la ciudad de Necochea. En ese momento lograron impugnar el congreso y consiguieron la minoría en la Federación. Dos años después su protagonismo los llevó a ser la nueva conducción.

En Rosario, el Sindicato de Aceiteros viene apoyando la lucha por salario y derechos, como la falta de Seguridad e Higiene, incluso de accidentes de trabajo, que llevaron a trabajadores a pagar con muertes la desidia patronal. Construyeron sus reclamos sobre la base de discutir desde las ganancias empresariales y no por lo que marque la inflación o los intentos de techos salariales que los gobiernos establecen para las paritarias, tomando como bandera la exigencia del “salario mínimo, vital y móvil”. Con actitudes de solidaridad con la clase, participaron junto a otros trabajadores, ATE, Amsafe Rosario y COAD en diferentes luchas. A la par, conviven dentro de la CGT moyanista, aunque con contradicciones y sosteniendo de manera autónoma en sus decisiones.

En el Sindicato de Aceiteros de San Lorenzo, el principal dirigente es Reguera, que mantiene acuerdos con el gobierno de Cristina, y trata de ser una punta de lanza para quebrar la huelga, convalidando que por los puertos de la zona haya actividad y se exporte al menos un 40% de la producción, lo que no permite que se fortalezca la posición de los trabajadores. En una muy buena asamblea, la Federación nacional ratificó hoy el paro y plan de lucha. Nos solidarizamos con la huelga de los aceiteros, hasta lograr su completo triunfo sobre las patronales y la intención del gobierno de frenar el aumento del 36%.