El salón estaba colmado. Era una cita de honor. Fuimos a reivindicar la memoria de nuestros queridos compañeros del PST asesinados por la Triple A. Militantes del glorioso PST, del cual, nuestro partido, orgullosamente se siente su continuador. Nuestro compañero Juan Carlos Giordano presentó el acto. Los caídos a manos de las Tres A fueron Oscar Dalmacio Meza, alias “Hijitus”, de 26 años; Mario “el Tano” Zidda, de 22, y Antonio Moses, “Tony”.
Meza era correntino. Apenas llegó a Buenos Aires había ingresado a los astilleros Astarsa. A principios del 74 integró la lista de oposición de la UOM, seccional Vicente López. La misma en la que militaba el Indio Fernández, asesinado el 7 de mayo de ese mismo mes.
Zidda era un cuadro de la juventud. Aspiraba a “formar una juventud grande, como la JP, pero revolucionaria”, según decía. Había estudiado en la escuela técnica número 1. Sus compañeros llevaron al velatorio una corona que decía. “Tano, tu lucha sigue”. Tony Moses había ingresado al PST en 1971. Dos meses antes de su muerte había ingresado a la fábrica Wobron. Ante el anuncio de su asesinato toda la fábrica paró, pasando por encima de los delegados de la burocracia, que proponían 15 minutos. Centenares de trabajadores, jóvenes y estudiantes participaron de sus velatorios y entierros. “La sangre obrera es lucha y es bandera”, se cantaba.
Nuestro periódico de la época, Avanzada Socialista, relataba así los hechos: “Eran las doce y media de la noche del miércoles 29 de mayo. Varios compañeros se encontraban en el salón principal de nuestro local de General Pacheco, finalizando una reunión, como las que se hacían todos los días. Sonó primero un silbato, similar a los que usa la policía. Luego un disparo y tras un diminuto intervalo, una ensordecedora ráfaga de ametralladora. De inmediato, violentando la puerta y saltando desde los techos y la terraza, quince matones asesinos, provistos de armas largas, entraron a golpes, gritos e insultos. Los seis compañeros que se hallaban reunidos fueron arrojados al suelo y pateados, mientras otros de los intrusos entraron en todas las salas del local a destruir, robar e incendiar cuanto encontraban a su paso. Seguidamente, con la cabeza llena de sangre por los golpes, los seis compañeros fueron obligados a entrar a los autos estacionados en las cercanías. Los tres varones fueron metidos en los baúles de dos autos. A pocas cuadras del lugar, luego de recibir amenazas, insultos y golpes, las tres compañeras fueron bajadas del auto y obligadas a retirarse. Los coches prosiguieron viaje con rumbo desconocido, llevando a los compañeros en sus baúles. El 30 a la mañana los cadáveres de los compañeros Meza, Zidda y Moses aparecieron en Pilar, acribillados a balazos”.
Así actuaban las bandas fascistas de la Triple A al mando de López Rega bajo el gobierno peronista de los años 70.
Nuestro máximo dirigente Nahuel Moreno decía de ellos en el acto frente al local central del PST ubicado en calle 24 de noviembre de Capital: “Ellos eran jóvenes, no tenían una extraordinaria biografía, ni internacional, ni de ningún tipo. Eran tres modestos militantes. Pero por eso eran mucho más grandes todavía. Eran grandes porque era grande la lucha de ellos, eran grandes porque es grande nuestro partido, eran grandes porque es grande su ideología”.
Un momento muy especial se vivió cuando se hizo parar a todos los compañeros que militaron en ese momento en el PST. Un orgullo, por su tradición y trayectoria. Se mencionó además al compañero Jorge Avila, quien también despidió los restos en el 74 hablando como integrante de la comisión interna de Propulsora.
Hicieron uso de la palabra Guillermo Sánchez Porta, dirigente nacional de Izquierda Socialista y de la Regional Norte. Y cerró el acto quien en aquel momento fue uno de los oradores en el acto central que se hizo por los compañeros frente a nuestro local, y miembro de la conducción nacional de nuestro partido y de la Unidad Internacional de los Trabajadores, Miguel Sorans. Discursos que reproducimos en gran parte en estas páginas.
Al grito de: ¡A nuestros compañeros caídos y desaparecidos del PST: presentes! ¡Ahora y siempre! ¡Vivas al glorioso PST, Izquierda Socialista y la UIT-CI! Y tras entonar las estrofas de la internacional, culminó este emotivo y merecido acto por la memoria de nuestros compañeros caídos.
Guillermo Sánchez
“Volvemos a dar pelea por una coordinadora sindical combativa”
En 1974 […] el país estaba convulsionado por una ola de huelgas obreras. Y también estaba desarrollándose un fuerte proceso de lucha, con comisiones internas y delegados antiburocráticos que se extendía nacionalmente. Este proceso había pegado un salto con la gran huelga metalúrgica en Villa Constitución, que llevó a una conducción antiburocrática, encabezada por Piccinini, a ganar la seccional de la UOM.
El gobierno peronista quería imponer el Pacto Social y desde enero del 74 la respuesta de la clase obrera fueron huelgas importantes sin el acuerdo de la burocracia […]. Pocos días antes de la masacre de Pacheco fue asesinado el compañero Indio Fernández, subdelegado de la metalúrgica Cormasa, acá en Pacheco. Nosotros teníamos peso en el movimiento antiburocrático, en especial en la UOM de Norte. A la seccional Vicente Lopez la encabezaba el burócrata Victorio Calabró, que era vicegobernador y fue reemplazado por su segundo, Minguito. El PST impulsó la lista Gris que encabezábamos con la comisión interna de la metalúrgica Corni. En enero había triunfado la lucha de Del Carlo, con una toma de dos días. Y la dirigía nuestro compañero Arturo Apaza, que luego fue desaparecido en la dictadura.
Además, teníamos presencia en Tensa, Cormasa, EMA, Búfalo, Astarsa. La lista Gris se nutría de estos procesos y fue elegida en un plenario obrero. Había huelgas en Tucumán; en Grafanor tomaban el sindicato. Huelgas en Algodonera de San Nicolás, en el Ingenio Ledesma de Jujuy, en la UTA de Córdoba. Y en el mismo día del asesinato se votaba un paro de tres días de CTERA (arrancaba el 4 de junio) que había sido mocionado por las compañeras de nuestro Frente de los Trabajadores Docentes, antecesor de nuestra Docentes en Marcha. Tenemos el honor de que esté aquí presente la compañera Coti, una de las que llevó esa propuesta. En la zona Norte, en esos días también se dieron huelgas en Panam y en Matarazzo, donde estábamos en la comisión interna.
Los tres compañeros asesinados en Pacheco eran parte de ese proceso. Y el local de Pacheco, que quedaba a pocas cuadras de acá, era parte de la organización de esa lucha. Por eso fueron blancos del atentado fascista.
Es de destacar que en abril del 74, un mes y medio antes, se había hecho el plenario de trabajadores en Villa Constitución. Allí fuimos con muchos dirigentes y delegados del PST y planteamos la necesidad de conformar una coordinadora sindical combativa. Lamentablemente los principales dirigentes de ese momento, Tosco, Salamanca, Pichinini, Ongaro, lo rechazaron. Y la JTP también, aunque no concurrió al plenario. Y todas las demás corrientes les claudicaron a ellos, las pro guerrilleristas del ERP, los maoístas del PCR, el Partido Comunista. Eso debilitó la pelea por nuevas direcciones y para enfrentar unidos a la patronal, a la burocracia sindical y a las bandas fascistas. Tiempo después caerían las conducciones del Smata Córdoba y de la UOM de Villa Constitución. Solo la movilización unida, obrera y popular, podía derrotar al fascismo, a las Tres A, a López Rega […]
Ahora tenemos otro gobierno peronista, agente del imperialismo y las multinacionales, con un doble discurso “progresista”. La burocracia sindical sigue atornillada a sus sindicatos. Y actúa para frenar y ayudar a derrotar las luchas de los trabajadores, como lo vemos ahora en Gestamp o Lear […] ¡A esos traidores debemos derrotar con la unidad de los luchadores!
Comienzan a resurgir delegados, internas y algunas seccionales y sindicatos antiburocráticos. Las principales tareas de lucha y coordinación se vuelven a poner a la orden del día. Y nuestro partido vuelve a ser parte. Con el Pollo Sobrero y los luchadores ferroviarios, la seccional Haedo y el cuerpo de delegados del Sarmiento y la Bordó. Con las nuevas conducciones y delegados docentes en varias provincias, en los Sutebas combativos, los docentes autoconvocados, Ademys, Adosac, con nuestra agrupación Docentes en Marcha […] Y volvemos a dar pelea por la conformación de una coordinadora sindical combativa, que una a los luchadores y apoye las luchas, lo que no se logró en el 74 […] Hemos conformado el Encuentro Sindical Combativo con la corriente del Perro Santillán, del PTS y otras. […] También hace poco inauguramos otro nuevo local, acá en Pacheco. Retomando las tareas para la construcción de un fuerte partido revolucionario en la zona, como el que estaban construyendo nuestros compañeros asesinados […] Desde Izquierda Socialista y la Unidad Internacional de los trabajadores seguimos levantando las banderas por la que dieron la vida los compañeros Hijitus, el Tano, Tony, el Indio Fernández y los más de cien desaparecidos de nuestro glorioso PST.
Miguel Sorans
“Estamos aquí levantando las mismas banderas por las que dieron su vida”
Este es un acto de homenaje a los compañeros caídos del glorioso PST […] pero también es un acto de compromiso militante. De reafirmación del juramento que nos hicimos cuando ellos cayeron, de que seguiríamos luchando y construyendo el partido.
Recordar a los compañeros es recordar ante las nuevas generaciones de revolucionarios nuestra tradición de lucha. Esto significa saber que hoy estamos acá construyendo el partido, porque los compañeros fueron nuestro orgullo y nos fortalecieron con su sacrificio.
Su ejemplo hizo que nuestra corriente obrera y socialista, encabezada por Nahuel Moreno, con más de 100 asesinados y desaparecidos no cediera a la represión y siguiera luchando junto al movimiento obrero construyendo el partido y la internacional.
Han pasado 40 años y nunca se encontró a los culpables. [...] Sigue la impunidad. Pero nosotros siempre supimos quienes fueron los culpables. Fueron las bandas fascistas instigadas por el gobierno de Perón, su ministro López Rega y la burocracia sindical de Lorenzo Miguel y compañía. Buscaban aplastar las luchas del movimiento obrero y quebrar a las organizaciones que como el PST, luchaban contra el Pacto Social. [...] El retorno de Perón fue pactado con Balbín, los radicales y los militares para ver si el peronismo ponía en caja a la clase obrera que desde el Cordobazo estaba cambiado el país. Sectores como los Montoneros y la JP se sumaron a la confusión alentando que Perón iba al “Socialismo Nacional” [...] El Pacto Social fue resistido por una oleada de huelgas en todo el país. A su calor se fortalecían nuevos dirigentes combativos. Por eso empezaron a crecer las acciones fascistas, atentados a locales del PST, el asesinato del padre Mújica. Esa era la verdad del gobierno peronista. A diferencia de lo que nos decían los Montoneros, Perón no venía para la liberación nacional y social y la Patria Socialista. Perón venía a tratar de salvar a la patronal, al capitalismo argentino y a la burocracia sindical.
El PST no se sorprendió por la política reaccionaria del gobierno peronista. [...] Justamente el PST pagó con sangre su valentía de presentar una alternativa política de clase, enfrentando la fórmula Perón- Perón, llamando a votar candidatos obreros y socialista. [...] y enfrentado al Pacto Social y a la burocracia. Hoy estamos acá como Izquierda Socialista, mostrando que los asesinos de entonces fracasaron. Estamos aquí levantando las mismas banderas de Tony, del Tano Zidda y de Hijitus [...] otra vez enfrentado a un gobierno del PJ, de Cristina, Scioli, Randazzo, que ataca a los trabajadores y pacta con las multinacionales, con el Club de París y con la burocracia sindical. Estamos acá luchando por nuevos dirigentes sindicales, con el Encuentro Sindical Combativo; llamando a los trabajadores a que no crean más en el peronismo ni en otras variantes patronales y que vengan al Frente de Izquierda. Estamos acá dando la misma pelea que dio el glorioso PST.
La masacre de Pacheco causó un gran impacto político, entre los trabajadores y la juventud. [...] Todo el espectro político nacional lo repudió, desde la UCR, hasta la propia JP con Dante Gullo, el PI, el PC, PO, PCR, Ortega Peña y el peronismo de Base, Tosco, Ongaro, entre otros. [...] El único que no repudió la masacre fue el gobierno, y en especial Perón, que calificó el hecho de “pelea entre grupos”, dejando al descubierto su complicidad.
Desde ese momento se abrió toda una polémica política sobre el camino para combatir a las bandas fascistas y evitar el peligro de que se fuera agrandando y finalmente derivara en un golpe, como lamentable ocurrió. La polémica se instaló con la guerrilla y otras fuerzas de izquierda y sindicales. Incluso hoy sigue ese debate histórico porque hay corrientes, como nuestros aliados de PTS y del PO, que escriben textos trastocando lo que fue la política del PST. Queriendo adjudicarle al PST que no presentó una política para enfrentar al fascismo desde las organizaciones obreras y de izquierda y que hicimos seguimiento a la burguesía y a la burocracia sindical. Qué mejor que este homenaje para volver, una vez más, a poner las cosas en su lugar. Basta volver a leer el discurso del compañero Nahuel Moreno en el acto de despedida a los compañeros para encontrar la verdad. Justamente el PST fue el que señaló claramente que al fascismo no se lo discute sino que se lo combate en su mismo terreno. Por eso Moreno hizo públicamente la propuesta de constituir brigadas o piquetes antifascistas unitarios obreros y populares. Junto a la necesidad de impulsar una movilización de masas unitaria. Lamentablemente solo Ortega Peña, del Peronismo de Base, respondió positivamente, pero él mismo sería asesinado dos meses después. El resto de las fuerzas lo rechazaron. La guerrilla aplicó la nefasta política de seguir con sus métodos de acciones aisladas de las masas. El ERP, alejándose aún más de los trabajadores, se fue a Tucumán a hacer una fallida guerrilla rural. El PST, por el contrario, siguió aferrado a su política de pegarse a las luchas del movimiento obrero para enfrentar a la reacción. Contra el pronóstico de la guerrilla y de los escépticos, en junio de 1975 la clase obrera hizo la primera huelga general a un gobierno peronista que terminó echando a López Rega, el jefe de la Triple A, y acabando con el Plan Rodrigo. Lamentablemente no alcanzó, no pudo surgir una dirección revolucionaria que superara a la burocracia y al peronismo y se produjo el golpe de marzo del 76 [...]
40 años después estamos aquí para ratificar que los compañeros no dieron su vida en vano. [...] Estamos aquí levantando las banderas que nos dejaron los compañeros que cayeron en Pacheco. Que nos legó Moreno y tantos compañeros. Cumplimos con ellos y con el juramento que hicimos, construyendo Izquierda Socialista y la UIT-CI, que en agosto se unificará con organizaciones revolucionarias hermanas.
Compañeros: no somos un grupo de luchadores que se reúne solo para hacer un homenaje. Somos un partido, somos una corriente internacional que sigue dando la misma pelea por la que dieron su vida los compañeros. ¡La pelea por una Argentina y un mundo Socialistas!
Escribe Juan Carlos Coral*
En aquella trágica noche de Pacheco, el asesinato de tres compañeros no fue una noticia policial, sino un episodio de la lucha de clases y una demostración de que la barbarie patronal no tiene límites cuando están en juego sus privilegios económicos. El país vivía en esos días un vigoroso y creciente ascenso de masas, que a partir del Cordobazo había desbordado todas las defensas regulares del capitalismo. Y hasta la todopoderosa y agresiva burocracia sindical empezaba a ser superada por las bases obreras en las grandes plantas de Córdoba, Santa Fe y el Gran Buenos Aires. Dentro de esa realidad claramente prerrevolucionaria, nuestro partido fue vanguardia en la lucha por convertir las ideas socialistas en la fuerza de los trabajadores. No fue casual entonces, que el primer golpe hubiera sido dirigido al PST, y no fue casual tampoco que lejos de ser un episodio aislado, fuera el principio de ejecución de un plan criminal sistemático que nos eliminó desde un dirigente nacional como César Robles, hasta un largo centenar de militantes obreros y estudiantiles. Un plan criminal que sumaría luego a más de 30.000 desaparecidos y a un número indeterminado de asesinatos. En toda la historia de la humanidad no ha existido una sociedad tan audazmente hipócrita como la sociedad capitalista. Y aquellos que instigaron, encubrieron o ejecutaron ese plan contra los trabajadores, son los mismos que hoy piden diálogo, consenso, paz social, y propician el absurdo de un capitalismo con rostro humano capaz de conciliar a los cuarenta millones de argentinos. Los esclavos jamás pidieron la humanización de la esclavitud. Luchaban y morían por su abolición. Como lucharon y murieron nuestros compañeros de Pacheco, verdaderos mártires del proletariado internacional. Escribe Juan Carlos Coral*
*Candidato presidencial del PST encabezando la formula Coral- Páez en 1973, quien brindó un emotivo homenaje en 1974 al despedir los restos de los tres compañeros asesinados.