¿De qué “independencia” y “desendeudamiento” hablan, si cuando asumieron los Kirchner debíamos 140.000 millones de dólares, en estos diez años pagaron en efectivo 175.000 millones y ahora debemos 200.000 según los números truchos del propio gobierno y casi 300.000 según la realidad? Por culpa de esta sangría ahora nos estamos quedando sin reservas, avizorando un horizonte de mayor ajuste y devaluación que, otra vez, tratarán de que la paguen los trabajadores. El propio gobierno lo reconoció, como mostramos en la ilustración de esta nota: “El 75 por ciento de los 11 mil millones de dólares de reservas que cayeron en lo que va del año está vinculado con el pago de deuda pública en moneda extranjera” (Página 12, 16/11) La propuesta del Frente de Izquierda es, efectivamente, impulsar un modelo alternativo, al servicio de resolver las necesidades más urgentes de los trabajadores y el pueblo. Por eso hay que empezar por suspender ya todos los pagos de deuda externa. ¡Tenemos que parar esa sangría, los miles y miles de millones de dólares que salen en dirección a los pulpos acreedores! No hay salida sin comenzar por esto. Permitiendo que todo ese dinero pueda destinarse a trabajo, salario, salud, educación y vivienda. Porque la prioridad son los trabajadores y no las ganancias empresarias, hay que otorgar ya mismo un aumento salarial de emergencia que permita que todos los trabajadores alcancen el costo de la canasta familiar. A la vez que eliminamos el aberrante impuesto al salario. Y hacemos justicia con nuestros abuelos, otorgándoles el 82% móvil. Y terminar con el trabajo en negro y la tercerización. Porque un derecho elemental de cualquier trabajador es no viajar como ganado, ni mucho menos morir en camino a sus actividades cotidianas, hay que terminar con el otro gran escandaloso negociado al servicio de las ganancias empresarias: los subsidios a las privatizadas, reestatizando todos los ferrocarriles y poniéndolos a funcionar bajo gestión de sus trabajadores y usuarios. Y porque entre los pagos de deuda, las fugas de capitales de los especuladores y los negociados de de los monopolios exportadores se está generando una bomba de tiempo con el corralito cambiario, el dólar blue y el riesgo de una devaluación que desate una estampida inflacionaria, decimos que hay que cortar esto de raíz, nacionalizando la banca y el comercio exterior, para poner así todo el ahorro de los trabajadores y las divisas que ganemos por las exportaciones de nuestras riquezas al servicio de las necesidades urgentes del pueblo. Sólo con este paquete de medidas de emergencia y de fondo por las cuales habrá que luchar, empezaremos a transitar el camino de otro “modelo económico”, el que plantea el Frente de Izquierda, en las antípodas del supuesto modelo “nacional y popular” del kirchnerismo.
J.C.