El pasado martes 2 de agosto, Mauricio Macri hizo un acto en la Casa Rosada con la presencia de distintos burócratas sindicales. Les llevó un premio: 29.000 millones de pesos de las obras sociales.

El reclamo por la reapertura de las paritarias empieza a hacerse sentir entre los trabajadores. No es para menos. Los acuerdos paritarios se han firmado a la baja. Y ante el tremendo tarifazo y los aumentos de los artículos de primera necesidad, los salarios han perdido entre un 10 y 12%. Hay que recuperarlo ya exigiendo que se reabran las paritarias. Si el promedio de inflación anual está en un 47%, los aumentos salariales tienen que alcanzar como mínimo ese porcentaje. Es la única vía que tienen los trabajadores y demás sectores populares para hacer frente a la enorme carestía de la vida.

La movilización será contra el tarifazo y el ajuste, por un paro nacional, la reapertura de paritarias y contra la criminaliazación de los ferroviarios del Sarmiento. Se realizará el martes 9 de agosto a las 17 horas desde el Obelisco a Plaza de Mayo donde habrá un acto con varios oradores.

Contra el tarifazo, por salario y en defensa de los ferroviarios del Sarmiento

El próximo martes 9 de agosto está convocada la marcha del sindicalismo combativo. Es a las 17 horas desde el Obelisco a Plaza de Mayo. Convocan dirigentes del sindicato del Neumático, la Unión Ferroviaria Seccional Oeste encabezada por el Pollo Sobrero, la Unión de Gremios de Tierra del Fuego, AGD UBA, Ademys, Sutebas
Multicolor, dirigentes y delegados del Subte, ATE Ministerio de Economía, Cicop, Alimentación, Judiciales y Telefónicos, entre otros.

Escribe: Luis Covas

A los 92 años falleció el dirigente sindical gráfico Raimundo Ongaro. Hasta abril fue parte de la conducción de la Federación Gráfica Bonaerense. Muchos lo consideran un ejemplo de “sindicalista honesto y combativo”. Pero su trayectoria fue mucho más contradictoria. Hay que reconocer que en los años 70 fue perseguido y encarcelado varias veces. En 1975, estando preso bajo el gobierno justicialista de Isabel Perón, las Tres A asesinaron a su hijo Alfredo Máximo. Pero luego de la dictadura y a partir de los 90 terminó adaptándose completamente a la burocracia sindical peronista oficial.