La cita fue el lunes en el Centro Cultural Kirchner. Allí asistieron, y aplaudieron, la “crema” de los grandes empresarios nacionales y extranjeros que operan en el país, 19 gobernadores (incluyendo los supuestamente más “opositores” Alicia Kirchner o Miguel Lifschtiz), la cúpula de la CGT, el episcopado de la Iglesia Católica y referentes de otras religiones, algunos rectores de universidades nacionales, los jefes de las fuerzas armadas y la Policía Federal y miembros de la Corte Suprema, entre otros. Detrás de un cartel que decía “consensos básicos” el presidente Macri llamó a una especie de “gran acuerdo nacional”. Con la excusa del “compromiso para combatir la pobreza”, dijo que lo central es reducir el gasto público y bajar los impuestos. “Ahora o nunca”, sostuvo. Se trata del discurso macrista de siempre: todo eso permitiría que “vengan las inversiones” y así “se generarían más puestos de trabajo”.
Luis Miguel Etchevehere, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), fue nombrado nuevo ministro de Agroindustria en reemplazo de Ricardo Buryaile, que pasará a ser el embajador argentino ante la Unión Europea.
Escribe José Castillo
Se van conociendo las nuevas medidas económicas del gobierno poselecciones. Todas, sin excepción, apuntan a meter la mano en el bolsillo a los trabajadores y a favorecer a los empresarios.
El legislador porteño electo de Izquierda Socialista/FIT y trabajador de la Biblioteca del Congreso de la Nación, salió a responder el ataque del presidente Macri contra los trabajadores de esa repartición. “Acá no sobra gente en ningún lado”.