Escribe Reynaldo Saccone, ex presidente de la Cicop y candidato a diputado nacional CABA, por Izquierda Socialista/FIT Unidad
El gobierno nacional del Frente de Todos, en base a algunos signos alentadores, avanzó en la liberación de restricciones creando la falsa idea de que la pandemia terminó. Como reacción a la paliza recibida en las urnas, ejecutó una evidente maniobra electoral con la pretensión de quitarle a la oposición patronal el carácter de abanderada del descontento popular por la prolongación de la epidemia y sus restricciones. Los macristas de Juntos y sus aliados dieron vuelta, entonces, su discurso; pasaron de abogados de las libertades irrestrictas a campeones de la prudencia. Con estas piruetas inescrupulosas, unos y otros demostraron que no se guían por criterios científicos, sino por las encuestas electorales.
Los científicos dicen que puede haber una tercera ola
Hay que mirar el cuadro completo además de los signos favorables. Eso hace Pedro Cahn, asesor del gobierno nacional, que dijo: “Estamos en un valle de casos y por eso tenemos la posibilidad de hacer ciertas aperturas“. Un valle, como sabemos, es una depresión entre dos elevaciones.
Jorge Geffner, asesor de Kicillof, alerta: “Algunas flexibilizaciones son inadecuadas…el caso de dejar de usar barbijo al aire libre y la apertura de fronteras con países limítrofes… la autorización a reuniones multitudinarias en ámbitos cerrados, que son los focos de contagio por excelencia”. “Yo no hubiera avanzado sobre ese tipo de medidas”, aseguró.
Ni el gobierno peronista ni la oposición patronal mencionan la amenaza de la variante Delta. De 202 casos el 24 de agosto se pasó a 415 el 14 de septiembre, cantidad todavía pequeña, pero “en ciudades como Río de Janeiro el 90 por ciento de lo que circula es variante Delta”, según Geffner.
Votemos al Frente de Izquierda que plantea las medidas para salir de la pandemia
Desde el Frente de Izquierda Unidad hemos planteado desde el comienzo de la pandemia las medidas necesarias para aplastarla y ahorrar al pueblo muertes y sufrimiento. Luchamos por la centralización del sistema sanitario que permita atender a todas y todos, por subsidio a los trabajadores mientras dure el aislamiento, por la incautación de los más de cien millones de vacunas hechas en nuestro suelo, que ya hubieran cubierto con dos dosis a toda la población, por un fondo de emergencia formado por un impuesto real a las grandes fortunas y por el no pago de la deuda externa. Nada de esto se hizo y las medidas recientes del gobierno no nos protegen de una tercera ola. Por eso, decimos que no hay que votar a los partidos patronales y dar un voto positivo al Frente de Izquierda Unidad para tener diputadas y diputados para estas peleas.
Escribe Cristian Luna, secretario general del Sindicato Tucumano de Enfermeros/as, candidato a diputado nacional, por Izquierda Socialista/FIT Unidad
El proyecto de ley del diputado nacional Pablo Yedlin (PJ), ligado al gobernador Manzur, no conduce a su declarado objetivo de mejorar la calidad del trabajo de enfermería debido a su enfoque unilateral, que se centra en la formación y deja de lado múltiples determinantes que hacen a la labor profesional de la enfermería. Hoy en la Argentina no se puede hablar de calidad de la labor de la enfermería si no se habla del pluriempleo generalizado en el sector en virtud de los sueldos de hambre que perciben enfermeras y enfermeros. El proyecto desconoce el principal problema que afecta el desempeño de la enfermería.
También silencia la violencia institucional que se ejerce hacia el personal de la salud por las pésimas condiciones en que deben desarrollar su labor por la falta de elementos adecuados y personal. La precarización laboral generalizada, tanto en el sector estatal como en el privado, impide desarrollar un equipo de salud estable que pueda crecer progresivamente. El proyecto, dicho sea de paso, en ningún momento ubica a la enfermería como integrante del equipo de salud.
¿Qué busca en realidad el proyecto del Frente de Todos?
Pretende, por un lado, ampliar el negocio millonario de la formación en ámbitos privados del personal de enfermería, poniendo en igualdad de condiciones a los miles de kioscos armados por empresarios ligados al gobierno y la salud privada. Por otro, producir recursos humanos a granel para alimentar la alicaída y mal paga salud privada. La modificación impone subsidios, ¡más todavía!, a la capacitación en manos privadas. Para eso pone como partícipes, y con voto calificado para decidir los contenidos curriculares de enfermería, a las patronales de la salud privada. No dice una sola palabra de transformar en facultades a las escuelas universitarias. No discrimina entre lo público y lo privado, los presupuestos destinados a salud pública serán “repartidos” con la salud privada. Calla más de lo que dice en relación con la financiación, la ampliación y el reconocimiento de los y las formadoras de enfermería del ámbito estatal.
Además, implícitamente establece la reducción del título enfermero/a, al sostener que la formación sería técnica. Reduciría la carrera a dos años, rebajando aún más el alcance y reconocimiento del título profesional. Con la excusa de la necesidad de los llamados “recursos humanos” se rebajaría la formación (cuando en el mundo se toma el camino contrario) y, con ello, también el reconocimiento económico, social y profesional.
Rechazamos la propuesta del peronismo y el negocio privado en la formación de enfermería
En Tucumán sabemos muy bien quién es Pablo Yedlin. Fue el ministro de Salud de la provincia que modificó y ocultó datos de desnutrición infantil, armó negociados con supuestas “fundaciones” para capacitar a odontología, mantuvo en la precarización absoluta a más de siete mil trabajadores, lo que obligó a dos años de lucha autoconvocada para el pase a planta, y otras “hazañas” contra los trabajadores y la salud pública.
Si quiere mejorar nuestro sector, que proponga el reconocimiento profesional de enfermería en todo el país, que exija el reconocimiento de la insalubridad y la jubilación con 25 años de servicios y el 82% móvil, un salario mínimo igual a la canasta básica y la cobertura de los miles de cargos de enfermería vacantes en todo el país. Al mismo tiempo, apoyamos decididamente la iniciativa de elaborar un proyecto alternativo de los distintos sectores de enfermería en lucha por su reivindicación profesional para lo cual ponemos a disposición nuestras bancas.
Por esta propuesta luchamos desde la Lista 1A Unidad de la Izquierda, del Frente de Izquierda Unidad, en todo el país y de la que formo parte en Tucumán.
Mariana Rodríguez es una de las trabajadoras despedidas del Posadas durante el gobierno de Macri que, luego de más de tres años de lucha de sus compañeras y compañeros, fue reincorporada.
Hoy en el hospital están peleando contra la precarización, por el pase a planta permanente y contra los bajos salarios del gobierno de Alberto Fernández, que además no devolvió los derechos arrebatados por la gestión macrista. Mariana, candidata a concejala en Morón, nos dijo: “Así como es importante que los luchadores y la izquierda se unan en el hospital Posadas para enfrentar las políticas de ajuste de los gobiernos y a la burocracia sindical, también deben hacerlo en el terreno electoral. Por eso hay que fortalecer la unidad de la izquierda votando e impulsando la campaña del FIT Unidad lista 1A”.
Dentro del Frente de Todos están algunos referentes de la burocracia sindical de ATE Morón (cómplices de los despidos en la etapa macrista) y el presidente del PJ, Jorge D’Andrea, también secretario general del gremio de Sanidad en la zona oeste, quien ha avalado en el sector, en acuerdo con las patronales, salarios muy bajos, precarización y pagos en cuotas.
A diferencia de estos burócratas y políticos del peronismo, en las listas del Frente de Izquierda Unidad hay luchadoras y luchadores del Posadas y de otros establecimientos de salud que pelean por aumento de salarios, contra el pluriempleo, por estabilidad laboral, aumento de la planta del equipo de salud y por elementos de protección contra el Covid-19, que son parte del sindicalismo combativo e integrantes de la agrupación Salud en Marcha. Por eso, este 12 de septiembre votá al Frente de Izquierda Unidad lista 1A.
Corresponsal
Escribe Mónica Méndez, secretaria de Organización de la Cicop y candidata a concejala en Almirante Brown, por Izquierda Socialista/ FIT Unidad
El 12 de agosto se realizó la jornada nacional de las trabajadoras y los trabajadores de la salud. Desde Ushuaia hasta La Quiaca hubo diferentes actividades, movilizaciones y, en algunas provincias, paro de actividades. El acto central, con una nutrida concurrencia, se realizó frente al Congreso de la Nación, donde instalamos la carpa sanitaria y desplegamos carteles, banderas y realizamos una radio abierta. A quinientos días de iniciada la pandemia y de haber exigido elementos de protección personal, licencias, aumento salarial, mejores condiciones de trabajo e ingreso de personal, las trabajadoras y los trabajadores de la salud seguimos reclamando en todo el país medidas urgentes.
El gobierno del Frente de Todos y Juntos por el Cambio, donde gobierna, no nos han dado soluciones. Ambos privilegian el pago de la deuda al FMI y subsidian a la salud privada. Mientras, en la salud pública los salarios son muy bajos y las condiciones de trabajo malas. En muchos lugares de trabajo se sigue peleando contra el desgaste laboral y el trabajo precario. En la provincia de Buenos Aires la Cicop continúa la lucha para que los que terminan su residencia en septiembre pasen a planta, así como también los interinos. Las trabajadoras y los trabajadores de la salud necesitamos una verdadera recomposición salarial y es imprescindible la jerarquización del equipo de salud. Para lograr eso es necesario un mayor presupuesto, que debe salir del no pago de la deuda externa, como proponemos desde el FIT Unidad, cuyos referentes se hicieron presentes y brindaron su apoyo a la jornada. Es necesario continuar con la unidad conseguida en la lucha y que estas acciones se sigan repitiendo para lograr que la plata vaya para la salud y no para la deuda.
El hospital Garrahan dijo presente
Una delegación de la junta interna de ATE Garrahan adhirió a la jornada. Tomaron la palabra y llamaron a apoyar su lucha por un aumento salarial de 50%, por el régimen de insalubridad, el fin de los contratos basura y que nadie gane menos de 103.000 pesos, que es el valor de la canasta familiar. Fue emotivo verlos llegar y escucharlos en medio de la heroica lucha que están dando a pesar de la traición sindical de ATE y UPCN. Ya llevan varias semanas de lucha, con paros escalonados, demostrando una gran fortaleza. El gobierno nacional de Alberto Fernández y el de la Ciudad, de Rodríguez Larreta, siguen apostando a los descuentos para intentar quebrar el paro y derrotar a los trabajadores.
Para continuar la pelea por una salida de fondo se deben suspender los pagos de la deuda externa y destinar esa plata para la salud. Esa propuesta es la que levantamos desde la Lista 1A Unidad de la Izquierda, del FIT Unidad.
Escribe Reynaldo Saccone, ex presidente de la Cicop y candidato a diputado nacional por CABA, Izquierda Socialista/FIT Unidad
La ministra de Salud, Carla Vizzotti, anunció la compra de veinte millones de dosis de la vacuna Pfizer. Esa operación fue el cierre de una disputa entre el gobierno peronista del Frente de Todos y la multinacional Pfizer, vinculada al fondo buitre BlackRock. Semanas antes, el decreto de necesidad y urgencia firmado por el presidente Alberto Fernández, y el gabinete en pleno, había aceptado todas las exigencias del monopolio farmacéutico, quitar la palabra “negligencia” de la ley de vacunas y, entre otras concesiones, la inmunidad de la multinacional en caso de indemnizaciones por efectos colaterales.
A pesar de las combativas declaraciones que en su momento hicieron Ginés González García, Cecilia Moreau, Jorge Rachid y el propio presidente, que llegó a decir “…entre las condiciones iniciales que Pfizer puso, …[había] exigencias que comprometían al país…” (Infobae, 2/6/2021), el gobierno peronista del Frente de Todos se subordinó a los dictados de la multinacional. Tal como Bolsonaro, que después de lanzar públicas bravatas contra el mismo monopolio, aceptó todas sus condiciones. Tardíamente, y para salvar la ropa de cara a la campaña electoral, Máximo Kirchner dijo en el Congreso: “Yo no quiero un país que […] tenga que ceder a los caprichos de laboratorios extranjeros” (El Cronista, 8/7/2021). Si lo hubiera dicho un mes antes…
Vacunar a todas y a todos con dos dosis para frenar la variante Delta
Con 2.323 muertos por Covid-19 cada millón de habitantes, ocupamos el cuarto puesto en Latinoamérica, después de Perú, Brasil y Colombia. Solo 15% de la población ha recibido la vacunación completa, lo que favorece la instalación de una tercera ola basada en la variante Delta, la más contagiosa de todas. Una mutación que fue posible, entre otras causas, por la lentitud que las patentes imponen a la producción de vacunas.
El plan de vacunación del gobierno fracasó aunque la ministra Vizzotti se ufane de que ya hay 42 millones de vacunas. Oculta un hecho tremendo, se produjeron en la planta de mAbxience en la localidad de Garín, provincia de Buenos Aires, cien millones de dosis que se fueron al exterior, cantidad más que suficiente para la vacunación completa de todas y todos. Las vacunas pueden hacerse en el país y deben quedar para ser utilizadas.
Desde el Frente de Izquierda Unidad, junto con distintas personalidades y organizaciones sindicales y populares venimos sosteniendo una campaña para que el gobierno incaute esta producción. Al mismo tiempo planteamos que se utilice toda la capacidad tecnológica y de recursos humanos existente en el país para ampliar la fabricación de vacunas e inmunizar rápidamente a la totalidad de la población, liberando las patentes que sean necesarias. Los candidatos del FIT Unidad lista 1A Unidad de la Izquierda renovamos nuestro compromiso con esta propuesta.