Las imágenes valen más que mil palabras. Los trabajadores del subte fueron reprimidos, sus delegados detenidos y están con amenazas de desafuero. La UTA, mientras tanto, tras haber firmado una paritaria por el 15% en cuotas, no solo no los apoya, sino que los criminaliza, denunciándolos como “no representativos” de sus compañeros. Hace un par de días tuvimos otra represión, a los despedidos de Cresta Roja, y antes, a los trabajadores del INTI. Más atrás en el tiempo también habían sido reprimidos los mineros de Río Turbio, que finalmente consiguieron la reincorporación de 160 compañeros. Todos estos hechos son una síntesis de a dónde nos quiere llevar el pacto de Macri con el FMI y su ajuste.
Están dispuestos a hacerlo pasar a toda costa, con “mano dura”, incluso con palazos, balas de goma y gas pimienta. Para ello cuentan con la complicidad de buena parte de la burocracia sindical.
Al ajuste que ya se venía dando con los tarifazos y la inflación ahora se le sumó el alza de precios de estos días, con remarcaciones desaforadas por todas partes. Ya cualquier trabajador sabe que aceptar el techo salarial de 15% es resignarse a perder una porción importante de su poder adquisitivo. Y todo esto antes de que se firme el acuerdo con el Fondo, que nadie duda significará un mayor ajuste. Esto alimenta la bronca. La imagen del gobierno está en su peor momento, como lo pudieron comprobar los propios funcionarios de Cambiemos en sus “timbreos” del fin de semana pasado, donde fueron repudiados, verificándose lo que ya señalaban todas las encuestas: que la inmensa mayoría está en contra de cualquier acuerdo con el FMI.
En los lugares de trabajo crece el debate acerca de qué hacer para enfrentar todo esto. Mientras tanto se siguen dando duras luchas, como la de los docentes de Neuquén, que llevan un mes y medio de paro; o el resto de la docencia, que este miércoles 23 realizará una marcha federal a Plaza de Mayo, o el ya mencionado de los compañeros del subte. Frente a esta realidad, el rol de la mayoría de la directiva de la CGT le sigue salvando las papas al gobierno. En estos días, el triunviro Héctor Daer llegó a decir: “No descartamos el paro, pero por ahora no es el momento”.
¡Increíble! ¿Cómo que ahora no es el momento? Si con la inflación pulverizando salarios y jubilaciones, con trabajadores reprimidos y presos, con un plan de ajuste del FMI en puerta “no es el momento”, ¿cuándo va a ser? Lo concreto es que continúan buscando excusas para ganar tiempo y no hacer nada: la burocracia de la CGT se reúne y convoca a otra reunión, que a la vez llama a una ronda de consultas con la Iglesia y los empresarios. La clásica “calesita” para justificar su inmovilismo. La oposición peronista en sus diversas versiones, por su parte, sigue desojando la margarita en su reacomodamiento con la mirada en 2019. Así algunos se reúnen con Macri e incluso le dan la razón en que “el gobierno tiene la potestad en decidir sobre las tarifas”, como Schiaretti y Urtubey. Otros, más vivos, viendo cómo crece el repudio al macrismo, se radicalizan en sus discursos. Pero ninguno plantea una sola medida para salir a enfrentar ahora el ajuste. Todos, en nombre de la “gobernabilidad”, se juegan a sostener a Macri y, en todo caso, apuntar sus expectativas a las elecciones de 2019.
Desde el peronismo kirchnerista es de donde se escuchan planteos altisonantes contra el FMI y las políticas de ajuste de Macri. Lo mismo desde la CTA y la Corriente Federal de la CGT. Hace unos días Pablo Moyano planteó que “es necesario un paro antes del mundial”. Pero hasta el día de hoy todo queda en palabras. De nuevo, es un planteo “para llevarlo a una reunión de la directiva de la CGT”. Nadie lo concreta ni se plantea organizarlo. Como lo escuchamos reclamado a gritos por los compañeros del subte, de ATEN y tantos otros.
Es necesario salir ya mismo a enfrentar el ajuste. Hay que conformar un gran movimiento nacional, obrero y popular contra el pacto Macri-FMI y por el no pago de la deuda. Para llevarlo adelante desde el Frente de Izquierda hemos tenido la iniciativa de lanzar una campaña con una declaración unificada que reproducimos en las páginas de este periódico, y un petitorio para firmar masivamente, planteando salir con todo a las calles, poniendo mesas donde expliquemos las consecuencias del pacto, y terminando con actos en todo el país. Reclamando, como también lo hace el sindicalismo combativo, que se convoque ya mismo a un paro nacional y a un plan de lucha para derrotar el ajuste y el pacto Macri-FMI. Es la tarea urgente de estos día