May 19, 2024 Last Updated 6:07 PM, May 18, 2024

Izquierda Socialista

El Encuentro Memoria Verdad y Justicia (EMVJ) ya se encuentra preparando la convocatoria en un nuevo aniversario del golpe cívico militar del ´76. Nos proponemos concentrar en Congreso desde las 14 horas y movilizar hacia la Plaza de Mayo. Como cada año seguimos peleando contra la impunidad de ayer y de hoy, y contra las políticas que han permitido que la mayor parte de los genocidas estén libres. Recordemos que en nuestro país funcionaron 600 centros clandestinos de detención, y que al día de hoy hay aproximadamente 900 condenados por sus crímenes de lesa humanidad, (uno y medio por centro de exterminio), y aún resta recuperar la identidad de cientos de bebés apropiados por los milicos y sus amigos. Una vez que logramos sepultar las leyes de impunidad, esta realidad se debe en gran medida a las medidas dilatorias de los juicios, y a la negación por parte de los gobiernos de abrir los archivos de la dictadura.

Pero además, el otro gran legado de la dictadura fue la destrucción de la economía del país y el inicio de un ciclo de endeudamiento que seguimos pagando hasta el día de hoy. Recordemos que el FMI fue el primer organismo en bendecir con su reconocimiento al dictador Videla. Por eso, este 24 también marchamos para decir ¡Fuera al FMI! ¡No al pago de la deuda externa!


Izquierda Socialista concentra en Congreso a partir de las 14

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Alberto Fernández anunció que el gobierno presentará su proyecto de legalización del aborto. Luego de años de lucha, el anuncio generó muchas expectativas. Pero el movimiento feminista ya tiene su proyecto, el de la Campaña Nacional por el derecho al aborto consensuado por más de 700 organizaciones y presentado con 70 firmas de diputadas y diputados de todos los bloques políticos y que al día de hoy tiene estado parlamentario. ¿Por qué el gobierno no lo apoya?

Escribe Mercedes de Mendieta, Legisladora porteña electa Izquierda Socialista/FIT Unidad

“Dentro de los próximos 10 días presentaré un proyecto de ley de interrupción legal del embarazo que legalice el aborto en el tiempo inicial de embarazo, que permita a las mujeres acceder al sistema de salud cuando tomen la decisión de abortar”, dijo Fernández en el Congreso. Es la primera vez que un presidente reconoce que existe el aborto clandestino y que es un problema de salud pública. Esto es un triunfo de la histórica #MareaVerde que recorrió el mundo por el aborto legal. Ya nadie puede mirar para otro lado.

La masividad de esta lucha puso en agenda la necesidad de este derecho fundamental para las mujeres y personas gestantes, siendo uno de los grandes temas durante la campaña electoral de 2019. Ahora bien, ¿por qué el gobierno se juega a presentar su propio proyecto en vez de tomar el de la Campaña Nacional que se volvió a presentar en el Congreso y por el que venimos defendiendo en las calles desde hace años? Creemos que la respuesta podrá estar en el contenido del proyecto del Ejecutivo.

Los interrogantes sobre el contenido del proyecto

A fines del año pasado, Fernández participó en la presentación del libro “Somos Belén” y dijo públicamente que presentaría un proyecto propio por el derecho al aborto. Desde entonces, comenzaron los interrogantes sobre su contenido y sobre cómo debía posicionarse el movimiento feminista. Lo concreto es que hasta hoy no lo conocemos y la Campaña Nacional no fue consultada ni incluida para su redacción. Desde ya advertimos.

Al día siguiente del masivo pañuelazo del 19F en apoyo al proyecto de la Campaña, el Ministro de Salud Ginés González García dijo que “detalles como la objeción de conciencia, siempre y cuando se garantice que se cumpla el caso, se contemplará. Una institución religiosa, no necesariamente católica, se puede negar”. Este guiño a las iglesias podría significar un claro obstáculo para quienes quieran ejercer el derecho al aborto. No sólo permite la posibilidad de una objeción de conciencia individual por parte de los médicos sino que el ministro deslizó que podría ser institucional. Lo que significa que sanatorios privados o incluso obras sociales y prepagas puedan negarse a la práctica.

El proyecto de la Campaña es el que construimos sin objeción de conciencia, en el que el derecho sea garantizado en los centros de salud públicos y privados e inscripto en el Plan Médico Obligatorio, pensado como un verdadero derecho humano. Un proyecto que incluye el carácter de orden público, es decir obligatoria para todas las provincias, priorizando el derecho de las mujeres y personas gestantes por encima de los acuerdos con las iglesias. Un proyecto que incluye la educación sexual integral y fue construido desde lo colectivo, desde el movimiento feminista, desde las organizaciones que integramos desde hace quince años la Campaña y que fue presentado por octava vez el año pasado.

El gobierno peronista de Fernández tiene mayoría en ambas cámaras y podría dar luz verde para que se apruebe ahora el proyecto de la Campaña. Sin embargo, ha decidido presentar otro, desconociendo a las organizaciones que integramos la Campaña. Por eso insistimos y exigimos que se apruebe inmediatamente, sin dilaciones ni modificaciones, el proyecto del movimiento feminista y no otro, acordado con las iglesias. Llamando desde ahora a enfrentar las maniobras y dispositivos que puedan ocurrir, que vayan en desmedro de nuestro derecho.

Si este año es ley, es una conquista de la lucha feminista

La pelea por el derecho al aborto tiene décadas en Argentina y es una de las grandes banderas de los reclamos del movimiento de mujeres y diversidad. Esta lucha pegó un salto con la #MareaVerde en 2018, arrancó la media sanción en diputados y ganó las calles con millones de movilizadas. Durante este proceso, ganamos el debate social y demostramos que la clandestinidad del aborto es un problema de salud pública, que lleva a cientos de mujeres a perder la vida, afectando a las más pobres y jóvenes. Que es un derecho humano y que es parte de la pelea por la autonomía de nuestros cuerpos y por una maternidad deseada, no obligatoria. Pelea que terminó en el Senado con los partidos tradicionales -PJ, UCR, PRO- votando por el aborto clandestino en total acuerdo con los sectores antiderechos y reaccionarios como son las iglesias católicas y evangélicas.

Este 8 y 9M en el marco del paro feminista y las jornadas de lucha por el día de las mujeres trabajadoras, tenemos el desafío de volver a llenar las calles con nuestros pañuelos verdes en reclamo de nuestro derecho a decidir. A su vez, debemos seguir movilizadas y de manera independiente de todos los gobiernos capitalistas y patriarcales que son los responsables de la situación de las mujeres y disidencias. Vamos a conquistar el derecho al aborto, convencidas de que si este año es ley, será por la fuerza imparable de nuestra lucha.

Declaración de la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores

8M: por una jornada mundial de lucha contra los gobiernos ajustadores y por el derecho a decidir

Una nueva jornada mundial de lucha nos encuentra a las mujeres trabajadoras en las calles. Somos las bolivianas en lucha contra el reaccionario golpe cívico militar de Añez-Camacho. Somos las trabajadoras francesas luchando contra la reforma previsional de Macrón. Somos las ecuatorianas y las portorriqueñas movilizadas contra el ajuste del FMI y sus gobiernos títeres. Somos las argentinas en la calle por el aborto legal. Somos las brasileras reclamando justicia por Marielle Franco y contra las medidas misóginas y ajustadoras del reaccionario gobierno de Bolsonaro. Somos las mexicanas movilizadas contra los femicidios que siguen creciendo de manera alarmante. Somos las peruanas en lucha contra la violencia de género. Somos las trabajadoras panameñas reclamando contra los despidos masivos del gobierno de Cortizo. Somos las mujeres turcas exigiendo basta de criminalización a las luchas feministas. Somos las colombianas luchando contra la persecución y el asesinato de las y los luchadores sociales. Somos las iraquíes y las libanesas en lucha contra el hambre, la represión del gobierno y los ataques del imperialismo yankee. Somos las jóvenes y las indígenas peleando por el medioambiente, por la expulsión de las multinacionales mineras y la destrucción de nuestros territorios y comunidades. Somos las migrantes que reclamamos que ningún ser humano es ilegal y que peleamos por la igualdad de derechos para el acceso al trabajo, a la salud y la educación. Somos la rebelión de las mujeres en esta nueva oleada de luchas feministas que se expresa con fuerza sumando reclamos y enfrentando en la primera línea a los gobiernos capitalistas. Por eso, somos sobre todo las mujeres trabajadoras chilenas que enfrentamos día a día al gobierno reaccionario de Piñera en las calles, resistiendo ante la represión y la tortura que adquiere un carácter doblemente vejatorio al castigarnos con la violencia político-sexual que implica violaciones y todo tipo de torturas sexuales por el hecho de ser mujeres.

Este 8 de marzo, día internacional de luchas feministas para las trabajadoras de todo el mundo desde hace más de 100 años, necesitamos no solo reivindicar la historia de las obreras que murieron quemadas en una fábrica en Nueva York en 1908 en medio de una huelga por aumento de salarios o recordar el legado que la revolucionaria socialista alemana Clara Zetkin nos dejó al proponer nuestra fecha en el congreso internacional feminista de 1910 en Copenaghe y rememorar la heroica lucha de las trabajadoras rusas que en 1917 dieron el puntapié inicial para comenzar la gran Revolución Rusa al movilizarse el 8 de marzo (febrero en su calendario). Si no que necesitamos poner en pie una gran jornada de lucha que logre avanzar en la organización internacional de las trabajadoras de manera independiente de los gobiernos capitalistas y que nos sirva para conquistar todas nuestras demandas.

En este mundo capitalista y patriarcal, las mujeres somos las más oprimidas entre los oprimidos y las más explotadas entre los explotados. Pues no solo somos consideradas ciudadanas de segunda en gran parte del mundo ya que no tenemos ni derecho a manejar o a votar, como en muchos países de Medio Oriente, sino que en todos los países del mundo aun seguimos trabajando una doble jornada no reconocida. En este mundo patriarcal, todas las tareas de limpieza y cuidado doméstico que suelen estar a cargo de las mujeres como si fuera parte de una distribución sexual “natural” de trabajo, no están remuneradas e incluso no se reconocen como trabajo. Pero, además, esta carga de trabajo aparece como argumento de los capitalistas para pagarnos menos ante igual tarea (brecha salarial) y para relegarnos a los trabajos más precarios. Por eso somos las contratadas en los trabajos peor pagos. Con los planes de ajustes de los gobiernos y las reformas jubilatorias, somos las primeras en ser despedidas y seremos las más afectadas con el desguace de los fondos previsionales.

Por eso, en esta nueva jornada de lucha volvemos a exigirles a las centrales sindicales, sindicatos y organizaciones de trabajadoras y trabajadores a que llamen al Paro Internacional feminista como una medida efectiva que implique la huelga de toda la clase obrera por todos nuestros derechos. Necesitamos al conjunto de la clase trabajadora movilizada junto a nosotras contra los feminicidios y los trans travesticidios, contra las muertes por abortos clandestinos que las iglesias se empeñan en sostener para seguir sometiéndonos, contra el gran negocio capitalista de la trata de mujeres, niñas y niños para la explotación sexual, contra la brecha salarial y la discriminación laboral, por la libre circulación de las migrantes y por el acceso a todos los derechos sociales. Vamos contra los planes de ajuste de los gobiernos capitalistas y del imperialismo que quiere seguir pagando las fraudulentas deudas externas al FMI, porque nosotras no vamos a pagar la crisis.

Construyamos una gran jornada mundial de lucha internacionalista, anticapitalista, antipatriarcal y antirracista en el camino por nuestra emancipación.

Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI)
Marzo 2020

Escribe Mercedes Trimarchi, diputada provincial por Buenos Aires Izquierda Socialista/FIT Unidad  

Cual rockstar, los medios entrevistaron a Fernando Tablado cuando salía de la cárcel en la que se encontraba preso desde 1996. Tablado cumplía la condena por haber asesinado a su novia Carolina de 113 puñaladas en la localidad de Tigre. El fallo de la justicia, por entonces, habló de “homicidio simple” sin lugar a la querella que había solicitado perpetua ya que el femicida había actuado con ensañamiento y alevosía. Hoy la familia de la víctima está muy preocupada, al igual que la mamá de las dos hijas de Tablado, a quien amenazó estando en la cárcel.

El caso paradigmático despertó todo tipo de debates en torno al rol que cumple actualmente la justicia patriarcal. Si bien en 1996 no existía la figura legal del “femicidio”, es importante resaltar que a lo largo de estos años de lucha, sí se logró llamar a quienes asesinan a mujeres por el solo hecho de ser mujeres, “femicidas”. Sin dudas, el movimiento feminista que no ha abandonado las calles y que dio un salto cualitativo en 2015 con las movilizaciones por #NiUnaMenos es el motor fundamental de estos cambios. Recordemos que no hace tanto, se empezaron a popularizar las palabras como femicidios o travesticidios que permiten nombrar las cosas por su nombre: la forma más extrema en la que se manifiesta la violencia de género.

Sin embargo, y a pesar del alto grado de movilización actual, la falta de políticas públicas hace que los femicidios se sigan contando de a uno por día. El 1° de marzo se dieron a conocer los datos del observatorio “Ahora que sí nos ven”, que dice que en los primeros 60 días del año hubo 63 femicidios. Una parte importante de las mujeres asesinadas ya habían hecho una denuncia previa.
Desde Isadora insistimos en señalar la responsabilidad de los gobiernos frente a la situación de violencia que vivimos las mujeres y las identidades disidentes. Es inadmisible que del total del presupuesto se destinen solo 11 pesos por mujer por año para combatir la violencia de género, mientras que se destinan millones de dólares al FMI. Una vez más nos movilizamos, en el marco de la jornada mundial de lucha por nuestros derechos para exigir presupuesto para combatir la violencia de género y no para la deuda externa.


Con casi un mes de anticipación la cúpula de la Iglesia católica está preparando una misa en la basílica de Luján para el domingo 8 de marzo, día internacional de las mujeres trabajadoras, con un claro objetivo: juntar a sus fieles y manifestarse en contra del derecho al aborto. La misa está convocada con un extraño lema: “Sí a las mujeres, sí a la vida”. En el marco de la jornada mundial de lucha por nuestros derechos, hay que repudiar esta nueva provocación clerical y reforzar nuestras movilizaciones feministas del 8 y el 9M en todo el país.

Escribe Mercedes Trimarchi, diputada provincial por Buenos Aires Izquierda Socialista/FIT Unidad  

La Iglesia católica es enemiga declarada de las mujeres, travestis, trans, lesbianas, gays, etcétera. Es una institución ultraconservadora que se opuso siempre a todos nuestros derechos y promueve concepciones profundamente reaccionarias en todos los terrenos, particularmente en la educación. Además de ser encubridora de los curas pedófilos, históricamente apoyó todos los golpes de estado en nuestro país. En la última dictadura entregó a militantes sociales para que sean torturados y desaparecidos. Bendijo los vuelos de la muerte y estuvo involucrada en el robo de bebés que nacieron en cautiverio y que fueron apropiados por sus familias amigas.

Las iglesias no solamente se oponen al derecho al aborto. En el 2006 mientras se discutía la sanción de la ley de Educación Sexual Integral (ESI) hicieron varias manifestaciones callejeras en contra de su aprobación. Sin embargo, puertas adentro del Congreso estuvieron presentes en la redacción final del texto. Con lobby parlamentario y con la venia del gobierno peronista de Néstor Kirchner, introdujeron en el artículo 5° que la ESI se debía dar de acuerdo al “ideario institucional y a las convicciones de sus miembros”. Con esta simple frase, quedaron amparados en el articulado de la ley para “enseñarles” cualquier cosa a sus estudiantes, como que la homosexualidad es una enfermedad, que las relaciones sexuales solo tienen que tener el fin de la procreación, que no usen preservativos, entre otras barbaridades.

Las iglesias siempre están involucradas en el diseño de las políticas públicas. En especial la Iglesia católica, que en Argentina es financiada directamente por el Estado. De hecho, la semana pasada cuando se votó la reforma de las jubilaciones de privilegio, uno de los regímenes que no se modificó además del de los ex presidentes y cancilleres, fue el de los sacerdotes que continúan con sus jubilaciones de privilegios. Sí, a los obispos se les paga un sueldo aunque no trabajen y jubilaciones de privilegio, que salen del presupuesto nacional con el aporte de toda la ciudadanía, sean creyentes o no. Esto es así por unos decretos que vienen de la última dictadura pero que ningún gobierno posterior (ni peronista ni radical) eliminó.

Por eso, es fundamental no solo repudiar esta nueva provocación de la iglesia católica en nuestro día, sino que tenemos que retomar con fuerza y darle impulso a la campaña por la separación de la iglesia del estado. Vamos a conquistar nuestro derecho a decidir y que las iglesias no se metan. Como lo venimos cantando en cada marcha: saquen sus rosarios de nuestros ovarios.  

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