Apr 28, 2024 Last Updated 1:19 AM, Apr 28, 2024

Izquierda Socialista

En una entrevista en LN+ el presidente Javier Milei atacó a la artista, mostrando una vez más su violencia y misoginia. En dicha entrevista, realizada por dos periodistas varones, Milei habló contra el desarrollo de la cultura en general y en particular contra Lali quien en el festival de Cosquín se había pronunciado en defensa de la cultura.

Lali, es una de las artistas argentinas que viene manifestándose contra la violencia patriarcal que representa el gobierno de Milei y está siendo atacada por por alzar su voz en defensa de las trabajadoras y trabajadores de la cultura.

Desde Isadora, nos solidarizamos con Lali y con todas y todos los artistas que se animan a denunciar las políticas de saqueo y ajuste que el gobierno está llevando adelante especialmente contra la cultura.

#lali #solidaridadconlali #apoyoalali


Escribe José Castillo, Izquierda Socialista/FIT-Unidad 

Reapareció Cristina Fernández con un extenso documento titulado “Argentina en su tercera crisis de deuda”. Hizo un repaso histórico señalando que el gran problema de los últimos 40 años es el endeudamiento externo. Pero en su texto encubre las responsabilidades del peronismo en este período. No ofrece ninguna salida para enfrentar a Milei y su plan motosierra. Peor aún, justificó la necesidad de una reforma laboral, abrió el debate para que se acepten algunas privatizaciones, justificó la alianza pública-privada y de paso elogió a Trump y defendió al Estado sionista de Israel. 

La jefa del kirchnerismo estaba en un mutismo absoluto desde la asunción del gobierno ultraderechista de Milei. Seguramente muchas compañeras y compañeros, viendo la ausencia de los principales referentes del gobierno anterior, piensen “por fin” apareció Cristina. Veamos para qué.
Digamos primero que varios miembros del gabinete de Milei salieron rápidamente a responder por las redes diciendo que era una vergüenza que saliera a hablar, que debía “guardar silencio” u hasta insultos de sus seguidores. Repudiamos esas respuestas de funcionarios que se dedican diariamente a hambrear al pueblo trabajador y a garantizarle sus negocios a los grandes capitalistas y buitres de la deuda. En algunos casos, como el del ministro Luis “Toto” Caputo, con plenas responsabilidades no sólo en el ajuste actual, sino en el que en su momento llevó adelante Mauricio Macri.
Dicho esto, el largo texto de Cristina Fernández está muy lejos de ofrecer una salida favorable que hoy está necesitando el pueblo trabajador para enfrentar el plan motosierra de Milei. Analicémoslo detalladamente.

La deuda externa y sus responsables

La ex vicepresidenta coloca el endeudamiento externo como el responsable principal de los problemas económicos desde 1983 a esta parte. Coincidimos, sin duda. Más aún, durante todo ese tiempo fue la izquierda, muchísimas veces en soledad, la que denunció que el endeudamiento externo es ilegal, ilegítimo y fraudulento desde sus orígenes en la dictadura mediante un genocidio, la cual siguieron pagando todos los gobiernos capitalistas hasta el día de hoy. Deuda que es la causa última de todos los planes de ajuste que vienen sumiendo a nuestro país en la postración.
Cristina pone énfasis en la responsabilidad de la dictadura militar y en la del macrismo, señalando que el radicalismo de Alfonsín “no supo o no pudo” resolver el tema. Pero disimula la responsabilidad en la continuidad y crecimiento del endeudamiento de los gobiernos peronistas, que gobernaron 28 años de los últimos 40 (10 con Menem, dos con Duhalde, 12 con el kirchnerismo y cuatro donde cogobernaron los K con Alberto Fernández y Massa). Con Menem (gobierno que los Kirchner apoyaron plenamente) no sólo se entregó el país con las privatizaciones y se generaron centenares de miles de desocupados, sino que también se siguió pagando la deuda externa, aumentándola en 100.000 millones de dólares.
El kirchnerismo inventó que durante sus gobiernos la Argentina se había “desendeudado”. ¡Mentira! Los números son clarísimos: asumieron con 190.000 millones de deuda externa, pagaron en efectivo a lo largo de 12 años 200.000 millones (número reconocido en su momento por la propia Cristina) y cuando se fueron, en 2015, la deuda había subido a 240.000 millones.
Cristina dice en su texto, citando al ex ministro de Economía de Mauricio Macri, Nicolás Dujovne, que el propio macrismo había reconocido dicho “desendeudamiento”. Efectivamente, coincidieron en la mentira Cristina y Macri. El gobierno del PRO lo hizo para justificar que podía entonces comenzar su propio “ciclo de endeudamiento”, haciendo crecer la deuda en otros 150.000 millones de dólares. Esta mentira de Dujovne dejó de ser utilizada por el propio macrismo cuando, en 2018, al entrar en crisis por no poder cumplir con sus propios vencimientos, giraron 180 grados y empezaron a decir que toda la toma de deuda había sido para pagar “los vencimientos que había dejado el kirchnerismo”. En síntesis, macristas y kirchneristas quedaron enredados en sus propios dobles discursos, acusándose mutuamente de ser los endeudadores, cuando la realidad es que ambos (al igual que todos los gobiernos anteriores) pagaron miles de millones a los usureros internacionales y al FMI, mientras se siguió incrementando exponencialmente el endeudamiento externo.
En el largo recorrido histórico que hace Cristina Fernández en su texto, hay un hecho ausente, el Argentinazo de 2001, esa rebelión popular que obligó a declarar el no pago (default) a fines de ese año de parte sustancial de la deuda externa. Cristina hace silencio porque justamente el no pago arrancado por el pueblo a fines de 2001 fue lo que permitió que la economía se reactivara en los años siguientes, hasta que en 2006 Néstor Kirchner abonó por adelantado casi 10.000 millones de dólares al FMI y realizó el primer canje de deuda. Canje que (al igual que el segundo de 2010) no fueron otra cosa que grandes negociados para los acreedores, a diferencia de lo que sostuvo en su momento el kirchnerismo y que Cristina vuelve a reivindicar en su texto.

Kirchnerismo, menemismo y privatizaciones

Cristina varias veces se refiere a la responsabilidad de “las políticas neoliberales”. Cita directamente a la dictadura militar y al macrismo. Si bien algunas veces incluye “la política de los 90”, se cuida muy bien de hacer una crítica directa al menemismo. El motivo es claro. Néstor Kirchner, entonces gobernador de Santa Cruz, y la propia Cristina, legisladora nacional en esos años, fueron claramente menemistas. Más aún, defendieron a su ministro Domingo Cavallo. Un punto cúlmine de ese apoyo se dio en 1993 con la privatización de YPF. En el texto que ahora publica la ex vicepresidenta, increíblemente, defiende esa privatización, señalando que los problemas recién se produjeron en 1998 cuando se vendió la empresa totalmente a Repsol. Esta afirmación, que a algunas compañeras y compañeros puede parecerles novedosa, no lo es cuando observamos cómo el kirchnerismo, en sus largos 12 años de gobierno, dejó sin tocar la inmensa mayoría de las privatizaciones, y cuando se tuvo que hacer cargo de algunas empresas, fue por virtual “abandono” de sus antiguos dueños privados y las reestatizó lo más parcialmente que pudo (como fue el caso de la propia YPF).
Cristina hace en su texto una amalgama del peronismo del 45 con los años de gobierno kirchnerista diciendo que fueron una continuidad. Nada más alejado de la realidad. Es como juntar agua con aceite. El primer peronismo, con todas sus contradicciones, tuvo una relativa independencia e incluso desarrolló un parcial enfrentamiento al imperialismo yanqui, lo que se expresó en las conquistas sociales del pueblo trabajador, pero también en la nacionalización de la banca, el comercio exterior (creación del IAPI), en la creación de decenas de empresas del estado y en la negativa a ingresar al FMI. En los 12 de años del kirchnerismo, en cambio, bajo un doble discurso “nacional y popular” se le dio continuidad al proceso de semicolonización de la Argentina que se venía profundizando desde la dictadura militar. El peronismo kirchnerista, en lo esencial, sostuvo el proceso de concentración de la economía en manos de los grandes pulpos nacionales y extranjeros. No modificó el esquema de país capitalista agroexportador
y del agronegocio, más allá de los roces que tuvo en 2008. Nunca tocó a los
monopolios exportadores (Cargill, Bunge, Dreyfus, Nidera), pactó con las mineras (Barrick Gold), con Chevron y otras multinacionales del petróleo para Vaca Muerta y jamás reestatizó la energía, los teléfonos o los puertos. Solo obligados por la crisis o la retirada de las multinacionales se hizo cargo de YPF, AYSA, Aerolíneas Argentinas y las AFJP (e incluso en el caso de éstas últimas utilizó sus fondos para pagar deuda externa).

El peronismo avaló el endeudamiento de Macri y pactó con el FMI

Cristina denuncia una vez más la estafa de la deuda del macrismo, incluyendo el escandaloso acuerdo con el FMI. Sin embargo, no dice lo obvio. Todos los componentes del Frente de Todos cuando asumieron en 2019, se comprometieron a pagarla, reconociéndola de hecho y actuaron en consecuencia. Acá está el centro del desastre al que llevó el gobierno de Alberto, Cristina y Massa, que terminó con una gran inflación y desigualdad social, pulverizando los salarios y las jubilaciones mientras se le entregaban miles de millones de dólares a los bonistas privados y al FMI.
Cristina ahora critica un aspecto del canje de deuda con los acreedores privados realizado por el entonces ministro Martín Guzmán en agosto de 2020 (dice que “estuvo bien” pero que no hubo quita de capitales ni rebaja de intereses), pero en su momento lo apoyó plenamente y no dio a conocer (ni ella ni nadie del kirchnerismo) ninguna queja. Las y los diputados kirchneristas, incluido Máximo Kirchner, lo votaron.
Luego la ex vicepresidenta se refiera al acuerdo de Alberto Fernández con el FMI, explicando que no estuvieron de acuerdo. Pero a la vez aprueba como algo correcto no “obstaculizar la acción del gobierno”. O sea, se opusieron como “saludo a la bandera” y permitieron que se firmara ese acuerdo que, como reconoce la propia Cristina, fue el factor central del mega ajuste llevado adelante en los dos últimos años del gobierno del Frente de Todos.

Cristina no llama a enfrentar a Milei, ni a que se deje de pagar la deuda o se rompa con el FMI

Cristina en la parte final de su texto se refiere al nuevo gobierno de Milei. Le critica su liberalismo extremo, señalando que no funciona en ninguna parte del mundo. Pero lo increíble son los ejemplos que decide utilizar para ilustrar esta afirmación. Al hacerlo termina elogiando a Donald Trump y, peor aún, al Estado de Israel, afirmando que el desarrollo de éste se debe a “un Estado fuerte, presente y eficiente”, escondiendo su política colonialista genocida contra el pueblo palestino.
Cristina en ningún momento caracteriza al gobierno de Milei como lo que es, de ultraderecha, y no denuncia su plan de guerra contra el pueblo trabajador, ni mucho menos la feroz política represiva puesta en marcha por la ministra Bullrich. Se da el lujo incluso de aconsejarle que tenga cuidado, no vaya a ser que quede “condicionado” por el macrismo.
Finalmente, enuncia una serie de propuestas. Muchas de ellas son guiños a algunas de las políticas que plantea La Libertad Avanza. Así, por ejemplo, deja abierta la puerta para debatir una la flexibilización laboral (“que brinde respuestas a las nuevas formas de relaciones laborales”). Plantea algún tipo de incorporación de capital privado a las empresas estatales. O incluso señala que “no se debe dejar a los chicos sin clases”, en un virtual ataque contra los trabajadores de la educación y su derecho a huelga.

Contra el plan motosierra el peronismo no es salida, la salida es el Frente de Izquierda

Cristina le dedica largos párrafos a la deuda externa. Pero jamás enuncia la salida más básica y la única posible si se quiere romper con esta trampa mortal: dejar de pagarla. Es lo que desde la izquierda venimos planteando desde hace 40 años. Es lo que dijimos mientras el peronismo kirchnerista nos mentía y decía que ellos “nos estaban desendeudando”. Es lo que planteamos frente a la nueva y fraudulenta deuda del macrismo, mientras el Frente de Todos la reconocía y pagaba. Y es lo que ahora desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad seguimos planteando bajo Milei.
En el largo texto de Cristina no figura pelear por algo tan básico como un aumento de emergencia de salarios y jubilaciones. Habla de fuga de capitales e incluso da ejemplos de escándalos de contrabando, pero ni se le cruza por la cabeza que la salida es la nacionalización de la banca y el comercio exterior para combatir “la escasez de dólares”, como varias veces señala. Nuevamente, sólo la izquierda pelea por eso.
Para enfrentar al plan motosierra lo que hay que continuar la pelea que miles, dese distintos sectores ya salieron a dar, reclamando a la CGT y las CTA un nuevo paro nacional y un plan de lucha. Cristina, sabiendo de la influencia que tiene su palabra sobre una parte muy importante de la burocracia sindical peronista, no dice una palabra al respecto. Otra vez, es el reclamo que llevamos adelante desde el sindicalismo combativo y la izquierda.
Cristina rompió su silencio. Pero de sus dichos, como de la propia experiencia del pueblo trabajador con los gobiernos peronistas, se desprende más que nunca la necesidad de fortalecer otra alternativa política, distinta al peronismo, como lo es el Frente de Izquierda Unidad al cual desde Izquierda Socialista llamamos a fortalecer, que postula como salida de fondo que gobiernen los trabajadores y la izquierda, en el camino a una Argentina Socialista con democracia para el pueblo trabajador.

 

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Escribe Nicolás Núñez, referente de Ambiente en Lucha y de Izquierda Socialista/FIT Unidad.

Los últimos doce meses superaron el 1,5º de aumento de la temperatura global

En 2015, la así llamada “Comunidad Internacional” quiso afirmar su soberanía sobre el planeta, y desde la Cumbre de París, la casi totalidad de países integrantes de la ONU se propusieron buscar que hacia fin de siglo la temperatura global no aumente más allá del grado y medio de la temperatura de los tiempos pre-industriales, dado que esto comenzaría a abrir una total incertidumbre respecto de la sostenibilidad de los ecosistemas que hicieron posible el desarrollo de la vida tal como la conocemos.

Sin embargo, los últimos doce meses, desde febrero de 2023 a enero 2024, superaron la meta del 1,5º. Lo informó en los últimos días Copernicus, el Servicio de Cambio Climático de la Unión Europea. Diciembre de 2023, por caso, se ubicó en un 1,7º superior. Particularmente, el 31/1 de 2024, alcanzó los 1,92º. Febrero arrancó como lo vemos con olas de calor récords e incendios en toda América del Sur y África, con temperaturas de más de 30º en el “invierno” europeo, con la temperatura de los océanos del norte por encima de los 21º.

En primer lugar, digamos que esto ratifica que los órganos del imperialismo y sus jerarquías institucionales, pueden servir para domesticar a las nacionalidades oprimidas, imponerles políticas, expoliarlas vía deudas externas, etcétera. Pero no sirven para poner en regla al capital. O bien, le sirven para simular una democracia global, mientras se garantiza que las multinacionales y el capital hagan y deshagan el planeta a su antojo.

¿El haber superado esa barrera da cuenta de que todos los meses próximos tendrán una temperatura superior, es decir, que ya se superó definitivamente el 1,5º? No necesariamente. El aumento actual tiene algunos empujes particulares, como el fenómeno estacional de “El Niño”, que distintos estudios plantean que podría finalizar pronto; la erupción de un volcán sub-oceánico en Tonga en 2022 y sus efectos sobre la atmósfera al arrojar masivamente vapor de agua; y potencialmente también, una modificación legal de los fletes marítimos que al imponer la reducción del contenido de azufre de las emisiones de los barcos, habría terminado con un cierto bloqueo al ingreso de rayos solares generado por la presencia en la atmósfera de esos gases contaminantes en los años previos.

Pero aún quitando estos potenciadores, la tendencia es clara, y los compromisos de políticas para no superar el 1,5º probablemente pasen pronto y sin mediaciones de los cajones donde fueron archivados al tacho de basura de la historia.  

¿Terraformar o desconocer?

En algún momento del siglo pasado, ante los primeros signos de agotamiento planetario, la ciencia ficción construyó el imaginario de la “Terraformación”, la idea de ir hacia el universo desconocido para descubrir algún planeta que pueda ser formateado para adaptarlo a las necesidades de la vida humana. Más acá en el tiempo, el pensamiento tecno-optimista, invirtió esa búsqueda en clave de un programa “realista” ante la perspectiva de la crisis sistémica: terraformemos la tierra, una especie de “Make la Tierra Habitable Again”.     

La evidencia empírica está dando cuenta que todo se invirtió. Bien entrada la tercera década del siglo XXI, ni se encontraron planetas habitables, ni se logró revertir el rumbo de catástrofe. Lo desconocido, lo que antes estaba en el exterior, ahora está acá: la Tierra irá siendo, en las décadas por venir, un planeta distinto a lo que la civilización humana conoció hasta el momento.

Entonces, vemos cómo los meteorólogos proponen crear una nueva categoría de violencia de huracanes, porque las cinco existentes no cobijan la potencia de los desmanes que empieza a ser padecida. Vemos también como los mapas que iban pintando de alguna tonalidad rojiza cada vez más oscura las anomalías climáticas deben salir del eje cromático e introducir algún nuevo color para pintar los récords que se rompen temporada a temporada. Vemos florecer antes de tiempo, y más bien, vemos que las cuatro estaciones que conocimos no guardan entre sí la relación con las que las habitamos hasta el momento. Leemos cada vez más informes que plantean que el aumento de la temperatura de los mares y el derretimiento de los polos, podría en las próximas décadas hacer colapsar las corrientes marítimas que regulan el clima del planeta entero, y que no falta mucho para que atravesemos veranos sin hielo en el polo norte, y sabremos qué costas amenazará el agua que alguna vez fue hielo.


¿Esta afirmación sobre la magnitud de los cambios planetarios es una exageración socialista para atentar contra la libertad del capital? Eso diría el Javier Milei de Davos. Pero no. “The 2023 state of the climate report: Entering uncharted territory” (Informe del estado del clima de 2023: entrando en territorio inexplorado) es el título que los principales referentes de investigaciones climáticas de Oxford pusieron a su último informe anual.

Saben lo que hacen y lo hacen de todas formas

La realidad es que a la clase capitalista y sus gobiernos bien les cabe la fórmula en que el esloveno Slavoj Zizek actualizó en clave cínica el análisis del fetichismo ideológico. Si el “no saben que lo hacen, pero lo hacen de todas formas” de Marx representaba como las y los trabajadores intercambian valores generados por su propio trabajo mientras son explotados, en la actualidad según Zizek, “ saben muy bien lo que hacen, y lo hacen de todas formas”, da cuenta del manto de cinismo que cubre buena parte de las operaciones políticas ideológicas que vemos y cómo las atraviesan los distintos sujetos sociales. ¿Y cómo no ubicar ahí a la clase capitalista frente a la crisis climática?  

Efectivamente, las mayores responsabilidades en la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) las tiene la quema de combustibles fósiles. Y es en particular necesario caerle a las empresas -petroleras en particular- que teniendo en sus manos desde mediados del siglo pasado informes que daban cuenta del efecto acumulativo de su contaminación en la atmósfera, potenciaron al máximo su explotación, y convirtieron al conjunto de la economía mundial en un organismo petro-dependiente. Hoy, incluso lo que comemos, hasta que lo sale de abajo del suelo, antes de llegar a los platos lleva en (traslado y fertilizantes) parvas de combustibles fósiles. La forma en que nos calefaccionamos en invierno y refrescamos en verano, la forma en que se producen vestimentas, que se producen utensillos de todo tipo plásticos, todo hoy depende de los combustibles fósiles. Es por su carácter transversal al conjunto de la vida, que tampoco debe sorprendernos que los más potentes bloques del capital financiero (Blackrock, Templeton, etcétera) sean alianzas con fuerte presencia en la industria fósil. 

Así las cosas, los informes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU, con sus bibliotecas y consensos científicos casi absolutos respecto del rol de las emisiones de GEI en el calentamiento en curso, están ahí para dar cuenta de que el capitalismo no puede ser otra cosa que esto: un tren sin chofer enfilado hacia la catástrofeSaben, de sobra, que están haciendo peligrar las condiciones de habitabilidad del planeta entero, potenciando fenómenos de migraciones climáticas de cientos de millones de personas en los tiempos por venir, agitando aún más la inestabilidad política, los conflictos bélicos y potenciando aún más la lucha de clases, pero aún así lo hacen.

El capitalismo y sus gobiernos actúan tomando de parámetro el crecimiento infinito de la economía (los PBIs) como si los bienes que brinda el planeta fueran infinitos; siembran confianza en que de algún lado aparecerán las soluciones técnicas al desastre climático como si el mercado fuera un asignador infalible de respuestas a problemas; las cumbres climáticas hacen como si los intereses de las multinacionales petroleras pudieran ser compatibilizados con los de la transición a una economía basada en recursos renovables, y como si la propiedad privada de los principales recortes de la economía fuera un medio eficaz para efectuar dicha mutación. Así, se firman compromisos de reducciones de GEI como si fueran a ser llevadas adelante, y desde lo firmado en 2016 debían cortarse a la mitad para 2030, y hasta el momento ningún año dejaron de aumentar.

Todo -y este es el meollo del asunto- porque si ya vimos en 2008 lo que pasó cuando quebraron un par de bancos dedicados a la especulación inmobiliaria y cómo el estallido de la burbuja arrastró a la economía global en su conjunto, ¿qué se hace ante el hecho de que, en última instancia, fundir/quebrar/expropiar a algunas de las principales empresas del planeta para terminar con el lucro de los combustibles fósiles es la forma más efectiva de no exponer a millones a la muerte por eventos climáticos extremos y conflictos armados derivados de la disputa por los recursos de un mundo que se agota? ¿Exageramos? ¿No es acaso una necesidad señalada por el propio IPCC que hay que dejar buena parte de los “recursos” declarados por las petroleras bajo tierra? ¿No son esos recursos pieza fundamental del valor en bolsa de esas empresas? ¿No están esas empresas profundamente atadas a los principales bancos y automotrices del planeta?

En definitiva, ¿quién pilotea la incertidumbre?

El capitalismo solo puede responder a los interrogantes planteados en el párrafo anterior con el programa de la barbarie: la superexplotación de les trabajadores, la re-edición de políticas de saqueo extractivista dignas de la época de la conquista de América, (que se efectúan de forma particularmente crueles hoy en África); y la amenaza permanente a los derechos democráticos a organizarse de los de abajo. ¿O acaso, por casa, no es eso lo que nos propone el gobierno de Javier Milei?

Desde el movimiento socioambiental no puede existir ningún abordaje a la dinámica de la crisis climática que no incorpore la realidad de las luchas de los y las trabajadoras y el pueblo contra los planes de ajuste cada vez más brutales de los gobiernos. Teniendo el mismo enemigo por delante, la necesidad de una transversalidad en la lucha es elemental. Si bien la salida de fondo implica imponer una perspectiva anti-capitalista, en lo inmediato tenemos que fortalecer reclamos urgentes que efectúen al menos un freno parcial a la amenaza de las más graves consecuencias posibles de la crisis climática. 

Los reclamos habituales de defensa de los territorios contra el avance extractivista que copan las agendas de lucha deben combinarse con la incorporación de la problemática de la crisis climática-global, tanto en el análisis como en las demandas. Las olas de calor sofocantes, los dramáticos incendios e inundaciones turnándose en espacio de semanas, las sequías que condenan las cosechas de las que depende buena parte de nuestras economías, tienen que poder utilizarse para explicar a dónde nos están llevando quienes gobiernan y la necesidad de pelear por medidas de fondo, verdaderamente drásticas. 

Se ha demostrado ineficaz pelear por “declaraciones de emergencia ambiental” que no vengan de la mano de compromisos de reducciones de emisiones controlables por el pueblo trabajador y la  comunidad científica científica comprometida con la realidad de los territorios. Lo mismo que los planes de transición energética que los gobiernos co-escriben junto a las multinacionales del sector. Tenemos que pelear por una transición energética y políticas de mitigación y adaptación ante la crisis climática que sean definidas y controladas por las y los trabajadores y las comunidades.

La piedra angular de esas políticas necesariamente es la re-estatización del conjunto de los bienes comunes energéticos, terminar con el lucro que hoy realizan tanto en el plano de la extracción, como en la generación y distribución las multinacionales y los grandes empresarios.

Contra políticas como la de Milei, que propone eliminar el criterio del abastecimiento interno, la re-estatización permitiría realizar un inventario intensivo, terminar con que las empresas declaren bajo mera declaración jurada los bienes existentes y exportados, y poner en pie un plan racional que priorice que a ningún hogar le falte nunca electricidad, refrigeración, calefacción, o la posibilidad de cocinar sus alimentos, y así mismo, garantizar que no falte energía a los sectores de la economía que se definan priorizar, atentando conscientemente contra el consumo de lujo del 1% más rico que es responsable de emisiones equivalentes a las del 66% más pobre de la humanidad. Está completamente comprobado que son los estados que no privatizaron sus bienes energéticos los que más velozmente han podido avanzar hacia la electrificación del sistema y reducir la dependencia del carbón y el petróleo. 

Esa planificación podrá avanzar en criterios de eficiencia energética, cuya piedra angular deberá ser abortar la quimera capitalista de pasar la actual planta de 1.400 millones de automóviles individuales a combustión fósiles a una de 1.400 millones de automóviles eléctricos, lo cual no resiste análisis de impacto ambiental ninguno y solo podría hacerse sobre la base de políticas como el saqueo y la destrucción total de los humedales del “triángulo del litio” (Argentina-Bolivia-Chile). El transporte público y masivo basado en ferrocarriles y subterráneos implicaría una reducción sustancial del consumo energético total.

Desde Ambiente en Lucha e Izquierda Socialista – FITU, entendemos que dos horizontes políticos centrales acompañan este repaso parcial de reclamos. 

En primer lugar, la pelea hasta las últimas instancias contra el negacionismo climático que gana fuerzas con personajes Javier Milei y Donald Trump, agentes directos del capital fósil y financiero. En nuestro país, derrotar el plan de ajuste, extractivismo extremo y represión del gobierno liberfacho es la principal tarea del movimiento socioambiental.

De la mano de eso, el movimiento socioambiental a nivel global debe dejar de pretender ubicarse “más allá de la política”, como si la gravedad de las amenazas que denuncia lo subiera a un pedestal desde el que podría omitir embarrarse en la lucha por el poder político. Tenemos por delante años tumultuosos, inciertos y dramáticos, donde lo central en todo momento y lugar será quién gobierne y ya describimos en extenso a dónde nos llevan los gobiernos capitalistas.

De la mano del impulso de la movilización, resulta clave dedicar esfuerzos a construir una herramienta política para que sean les trabajadores y la izquierda quienes tomen el mando de los tiempos por venir, y así construir de manera democrática una salida socialista ante rumbo de catástrofe al que -a todas luces- nos lleva el capitalismo.

 

Referencias
The 2023 state of the climate report: Entering uncharted territory, https://academic.oup.com/bioscience/article/73/12/841/7319571?login=false
¿Por qué la alternativa es el socialismo?, https://izquierdasocialista.org.ar/2020/index.php/blog/para-la-web/item/21883-por-que-la-alternativa-es-el-socialismo-izquierdasocialista
“La terraformación”, Benjamin Bratton, edita “Caja Negra”
Physics-based early warning signal shows that AMOC is on tipping course, https://www.science.org/doi/10.1126/sciadv.adk1189
World ‘not prepared’ for climate disasters after warmest ever January, https://www.theguardian.com/environment/2024/feb/06/world-not-prepared-for-climate-disasters-after-warmest-ever-january?CMP=Share_iOSApp_Other
Hurricanes becoming so strong that new category needed, study says, https://www.theguardian.com/world/2024/feb/05/hurricanes-becoming-so-strong-that-new-category-needed-study-says?CMP=Share_iOSApp_Other

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El sábado 3 de febrero, en su casa de Polvorines, falleció luego de una larga enfermedad, nuestro querido compañero Ernesto Martínez.

Ernesto fue un docente de alma, abnegado y querido por sus alumnos y compañeros. Gran estudioso, se recibió de Licenciado en Ciencias Físicas de la UBA, también en Filosofía y Letras y profesor de enseñanza secundaria Normal y Especial. Estudió meteorología y periodismo científico. Trabajó en ámbitos científicos, en la UBA, en el Servicio Meteorológico Nacional, publicó artículos científicos, participó en charlas, documentales y programas de televisión. En uno de sus cursos de física conoció a su compañera de vida, ciencia y militancia, Silvia, compartiendo familia hasta sus fallecimientos.

Trabajó muchos años como docente de diferentes escuelas en Malvinas Argentinas. En el 2001 comenzó a intervenir en la lucha política y sindical, convirtiéndose en un dirigente anti burocrático, sumándose a nuestra agrupación Docentes en Marcha y a nuestro Partido, teniendo una activa participación cuando con la lista Multicolor recuperamos la Directiva de Suteba Gral. Sarmiento en 2003.

Como militante trotskista fue candidato en diferentes elecciones, siempre al servicio de lo que la militancia requiriera. Quienes tuvimos el placer de militar con él compartimos su humor sarcástico, su personalidad tranquila y respetuosa, la preocupación por explicar pacientemente la política, por educar a los nuevos compañeros y jóvenes, su presencia permanente en volanteadas y pegatinas a cualquier hora y lugar, su cariñosa relación con su compañera Silvia.

Su larga enfermedad lo postró en cama, acompañado por Silvia (hasta su fallecimiento) y siempre por su querida hermana Virginia y su familia. El domingo 4 de febrero, junto a la familia y amigos, un grupo de compañeros de la regional lo fuimos a despedir. Saludamos a Virginia, su familia y sus sobrinas y sobrinos.

Compañero Ernesto, ¡Hasta el Socialismo, Siempre!

Dirección Regional Norte bonaerense

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Hoy la docencia bonaerense recibió el "aumento" por decreto del gobernador Kicillof del 25 porciento. 15% correspondiente a la paritaria 2023 y 10% como adelanto de la paritaria 2024, pero solo en un mes (diciembre) hemos perdido 10 porciento de nuestro salario ya que la devaluación de dicho mes fue del 25 porciento.

Con este aumento insuficiente, el cargo testigo de preceptor que recién se inicia cobró 283 mil pesos, cuando según datos de Ate indec al mes de diciembre 2023, el salario mínimo debería ser de 772 mil pesos. En el día de hoy se dio a conocer la inflación de enero que llegó al 21,7% y a esto hay que agregar el aumento de colectivo, trenes ya vigente, y de la nafta, tarifazos en los servicios de luz, gas y agua que se vienen próximamente.

Estos salarios de hambre no se aguantan más. Cada dia llegar a fin de mes se convierte en una verdadera odisea.

Lamentablemente las conducciones del FUDB y de Suteba solo se han limitado a sacar un comunicado tibio ante el decreto del gobierno provincial y aún no hay fecha de convocatoria a paritarias a tan solo 2 semanas del inicio de clases. Continúan con su política de garantizar la gobernabilidad de Kicillof ante semejante ajuste y saqueo al salario y la escuela publica.

Exigimos a Suteba y al FUDB que convoquen a asambleas en toda la provincia para organizar un plan de lucha por salario, infraestructura y todo el pliego de nuestras demandas. La docencia bonaerense durante todo el 2023 ha mostrado predisposición a luchar, parando masivamente con la Multicolor en toda la provincia, a pesar de los aprientes del gobierno y la burocracia sindical.

La Multicolor debe convocar a un gran plenario provincial presencial para organizar un plan de lucha y el NO inicio.

La docencia debe debatir y tomar la lucha en sus manos. Tenemos los grandes ejemplos de las asambleas autoconvocadas en los barrios, las de Cultura y otras, que además de realizar cacerolazos y distintas acciones, participaron masivamente el 24 de enero en el marco del paro general y de las jornadas frente al Congreso para rechazar la Ley Ómnibus que el gobierno ajustador y ultraderechista de Milei envió a Diputados. La ley cayó y representa un gran triunfo popular que debemos tomar para seguir peleando para tirar todo el brutal ajuste.

Plata hay, se la llevan las multinacionales y el FMI.

Vayamos a un NO inicio:
Por salario igual a la canasta familiar en el salario inicial.
Actualización automática por inflación.
Presupuesto para infraestructura, arreglos de escuelas y escuelas nuevas, para SAE.
Plata para la escuela pública, no para la deuda externa y el FMI.


Docentes en Marcha Bonaerense, en la Multicolor

Nuestro semanario. En el que te acercamos el reflejo de las luchas del movimiento obrero, las mujeres y la juventud, además un análisis de los principales hechos de la realidad nacional e internacional.

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